Amaro no sabe qué responder, pero la cara de Alessia le muestra que no esperará más por una respuesta.
—Es un hombre que no merece llamarte nieta —ella abre la boca por la sorpresa, pero se acerca a su esposo y le dice con calma.
—Está bien, yo puedo ocuparme de él.
—Pero…
—Mi amor, es algo para lo que me preparé mentalmente desde que supe la verdad de lo que le sucedió a mi padres, así que déjame hablar con él, estaré bien —le da un beso, le quita el teléfono y le habla al hombre del otro lado—. Aquí estoy, señor Contelli.
—Por favor no me digas así, soy tu abuelo.
—Vamos a dejar algo claro, mi familia llega hasta mi madre y hermanas, mi tía, mis primos… más allá de ellos, no tengo a nadie más como familia directa. Y luego está mi famil
Quince años después…Amaro baja aquella escalera de madera oscura de la mano con su hermosa hija, que ya cumple quince años alegrando sus vidas.Con el tiempo dejó de parecerse tanto a su padre, es bella, inteligente, con los ojos de su madre y el carácter implacable de su padre. Todos los presentes la admiran, porque parece un princesa con ese vestido de color rojo oscuro, compuesto de un corsé con pedrería y una falda de tules.Ambos caminan al centro y allí bailan su primer vals de la noche, más alta que su madre, con su metro setenta deja claro que domarla no será sencillo y Amaro no puede sentirse más orgulloso de que su pequeña vaya a ser tan difícil de conquistar como su madre.Porque un diamante no es para cualquiera, para obtenerlo debes merecerlo.Alessia sonríe orgullosa al ver a sus amores así, en esa co
Hace siete años…La iglesia luce hermosa con toda la decoración para la ocasión, bellas y olorosas flores de colores pasteles le dan ese aire romántico que la ocasión requiere, mientras la gente se observa impresionada por el buen gusto y la elegancia que destila el evento más importante del año.Las familias de los novios sonríen felices, saludando a los invitados, que son de los más importantes no solo de Italia, sino también de toda Europa.En el altar, el novio mira hacia la entrada con ansiedad, pero sin ocultar su sonrisa. Amaro Leone es un joven de veintitrés años, que promete ser un empresario audaz y digno heredero de Magnus Leone, el flamante dueño del Imperio Leone, que se dedica a diferentes negocios, siendo el principal la fabricación de tecnología informática.Su madre, Virginia Leone, está parada junto a él, sonriendo como nunca porque al fin su hijo contraerá matrimonio con la muchacha que eligió para él desde hace años, le costó lograr que se fijara en ella, pero hace
Hace dos años…Para Alessia todo es más complicado, en especial porque decidió que estar en un hogar no era lo suyo. Odia la disciplina innecesaria, o sea… toda esa que no tiene que ver con el violín, y hasta esa la vuelve loca de vez en cuando.Tras la muerte de su padre, perdió todo lo que tenía en su casa, la cual era alquilada, el casero se quedó con todo lo que había dentro, alegando que su padre hacía dos meses que no pagaba la renta. Alessia quedó en la calle de un momento a otro, servicios sociales estaban sobre ella y como no había nadie que se hiciera cargo de ella, terminó en un hogar de menores.Allí las cosas no funcionaron para ella, porque debía levantarse a una hora determinada y seguir una rutina que le parecía de lo más aburrida e inútil. Lo único que ella necesitaba era una hora para practicar el violín y ni siquiera eso se le permitía, porque perturbaba la tranquilidad de los demás jóvenes.En una de sus «revueltas» conoció a quien se convertiría en su mejor amigo
Hoy…El teléfono en el escritorio de su asistente suena insistentemente, con un bufido se pone de pie, observa a todos lados y no se ve por ninguna parte a la tonta esa, porque así es como Amaro pensaba de Claire.—¡Aló! —le grita al interlocutor.—Di-disculpe, le estoy llamando de la fundación Darling Marchetti, para saber si confirmará la asistencia a la gala de beneficencia de pasado mañana.—Si no me queda más remedio, pues ya qué…—¿E-ese es un sí? —pregunta la chica asustada y Amaro le grita.—¡¡Sí!!Corta la llamada con violencia y se regresa a la oficina, pero no lleva ni la mitad del camino cuando suena otra vez el teléfono. Camina de regreso al escritorio y en lugar de responder el teléfono, arranca el cable, para luego encerrarse en su oficina con un fuerte golpe de la puerta.Se sumerge en el trabajo, que ahora mismo es revisar un nuevo proyecto de domótica, uno que podría revolucionar la industria si se desarrolla de la mejor manera posible.La puerta se abre, levanta la
La señorita D’Angel se lleva los dedos pulgar e índice al puente de la nariz, aprieta fuerte, cierra los ojos y cuenta hasta el infinito para lograr calmarse, porque si no terminará lanzando a su alumna por la ventana. —Alessia, desde el inicio —le dice un poco más compuesta—, te estás adelantando medio tiempo en la tercera… —Esa es la idea, no quiero que sea la melodía aburrida que compuso Bach —le dice la chica adquiriendo la postura de nuevo frente al atril. —Si no vas a tocar como él la compuso, no tiene sentido que la toques —le dice la mujer con voz firme cerrado el libro de partituras, pero Alessia no deja de lado el violín, acerca el arco a las cuerdas y comienza a tocar suavemente la melodía que su mentora le ha cerrado. —¿Qué sentido tiene que toque tal como él lo ha hecho? —dice la muchacha sin dejar de mirar a los ojos a su mentora—. ¿No quiere decir eso que no tengo talento? —¿Crees que puedes hacer algo diferente? Entonces hazlo… —le dice la mujer levantando las mano
Daryl sabe que está en problemas con esa chiquilla, así que se apresura a explicarle antes de que le dé con el violín. —¡¿Qué?! Sólo es el dinero que me diste aquella vez y que yo metí en el banco, pero ya que no daría muchos frutos, se lo di a alguien para que lo manejara… te alcanza para un vestido de diseñador si se te da la gana y para zapatos. —Sólo el vestido, lo zapatos ya me los dio Roger —los dos la observan sorprendidos—. Sí, son los de aquel día… están intactos en su caja y aún me quedan —deja salir un bufido y rueda los ojos—. Vámonos antes de que ya no quiera salir. Pero saben que es mentira, Alessia adora salir, casi todos los días, para respirar aire, ver gente y soñar que un día no podrá hacerlo de lo famosa que será. Cuando se suben al auto, Roger se ríe de ella porque dramatiza todo lo que le pasa, mira la tarjeta que Daryl le dio y le entra la curiosidad de saber cuánto dinero hay allí. «Pero sabes que hay cosas que es mejor no tener idea», le dice su consciencia
Los toques en la puerta de Alessia la sacan de su meditación, se pone de pie y camina hasta ella, para ver quién demonios la interrumpe. Al abrirla se queda con la boca abierta, lista para pelear, pero no lo hace, porque quien está allí es Daryl. —Llegó la estilista. —Gracias… —Tranquila, será tu noche, aun cuando no consigas a nadie, te aseguro que te oirán y nunca te olvidarán. —Eso sería posible solo si consigo ser yo misma, no la copia de una melodía ya hecha. —Lo harás bien, anda… te quiero hermosa. La estilista entra y Alessia solo suspira con resignación, pero luego de dos horas, cuando se mira al espejo y se ve maquillada y peinada, solo puede tocar su reflejo sin dejar de sonreír. —Gracias, ha quedado perfecto. La mujer solo sonríe y se despide de ella, deseándole toda la suerte del mundo. Luego de eso es colocarse el vestido, alistar su violín y esperar a que Roger pase por ella para bajar juntos del brazo. Vu
Amaro podría ver a la chica que se mueve por todo el lugar con gracia y esa sonrisa pegada a su cara, o a Roger que parece inmerso en un mundo de pintura, pero no… está clavado en los dedos de Alessia, quien no deja de moverlos para producir aquella melodía tan hermosa, tiene el ceño fruncido, absolutamente concentrada y pareciera que solo existe ella y el violín.Cuando la chica deja los últimos acordes en el aire con suavidad, Jazmine queda en la misma posición que comenzó y Roger deja el pincel a un lado, para mostrar su trabajo.Alessia se permite abrir los ojos, para mirar a Roger y sonreírle.«Dios, esa sonrisa… es bellísima», se dice internamente Amaro, quien entiende que solo el chico es merecedor de aquella expresión tan limpia y pura. Sin darse cuenta, se encuentra aplaudiendo junto a los demás observadores. Alessia se acerca a Roger, lo abraza