Daryl sabe que está en problemas con esa chiquilla, así que se apresura a explicarle antes de que le dé con el violín.
—¡¿Qué?! Sólo es el dinero que me diste aquella vez y que yo metí en el banco, pero ya que no daría muchos frutos, se lo di a alguien para que lo manejara… te alcanza para un vestido de diseñador si se te da la gana y para zapatos.
—Sólo el vestido, lo zapatos ya me los dio Roger —los dos la observan sorprendidos—. Sí, son los de aquel día… están intactos en su caja y aún me quedan —deja salir un bufido y rueda los ojos—. Vámonos antes de que ya no quiera salir.
Pero saben que es mentira, Alessia adora salir, casi todos los días, para respirar aire, ver gente y soñar que un día no podrá hacerlo de lo famosa que será. Cuando se suben al auto, Roger se ríe de ella porque dramatiza todo lo que le pasa, mira la tarjeta que Daryl le dio y le entra la curiosidad de saber cuánto dinero hay allí.
«Pero sabes que hay cosas que es mejor no tener idea», le dice su consciencia y decide que en esa oportunidad, tiene razón.
Entran a una tienda en donde solo venden ropa de hombre y Roger no se tarda ni un minuto en elegir lo que quiere.
—¡¿Es en serio?! —exclama Alessia muy sorprendida por la rapidez de su amigo—. Eso ha sido mucho más rápido que cuando vamos por tus pinturas.
—Oh, eso es sencillo —coloca la cajita en donde ambos elementos estás juntos al lado del rostro de Alessia y sonríe—. Esto es exactamente como el color de tus ojos.
—¡No me jodas, Roger! —le dice apartando la caja de un manotazo—. No me vayas a salir con esas cosas tan cursis ahora.
—Sabes que no es por algo sentimental, si es lo que te preocupa, pero en una de las noches más importantes para mí, quiero que tú y yo estemos lo más sincronizados como sea posible, después de todo me inspiraré en ti para pintar, no en Jazmine. Siempre ha sido así.
—Estás loco.
—Claro, por ese eres mi amiga.
Ella se ríe, aquella siempre es su respuesta para cuando Roger le dice lo mismo. Se dirigen a la caja, para pagar y Alessia ve unas mancuernillas del mismo tono que le fascinan, sin pensarlo, las toma sin que él se dé cuenta y para cuando él termina de pagar, Alessia le pide a la chica que se cobre aquellas hermosuras.
Roger frunce el ceño, pero Alessia se lo desfrunce cuando le entrega la caja.
—Yo llegaré tus zapatos y tú mis mancuernillas…
Sin decir nada, le da un abrazo y salen de allí para comprar el vestido de Alessia. Roger la ayuda a que elija uno, pero ella no se convence con ninguno.
Su amigo sabe que no le gusta mostrar mucho, así que le muestra algunos cerrados y de manga larga.
—No podré moverme bien con ese.
—Ok… ¿y este de manga corta? —Alessia lo toca y tira un poco de la costura, pero es Roger quien responde por ella—. Sigue siendo rígido.
Roger se gira y ve uno realmente precioso. Es sin mangas, de color azul marino, con un cuello muy cerrado, no muy ceñido al cuerpo tal vez, en todo el borde del cuello tiene unos detalles en pedrería plateada y definitivamente es elegante y perfecto para la gala.
—Mira este —Alessia se gira y se queda con la boca abierta.
—Ese está hermoso, me fascina… lo quiero.
—Combina perfecto con los zapatos —ella asiente, le mira el precio y se lleva las manos al pecho.
—A menos que Daryl invirtiera mi dinero en dr0gas, no creo que me alcance.
—Yo te presto lo que falte, llévatelo.
Él mismo lo saca y se van a la caja, allí Alessia pasa la tarjeta con cierto temor, pero pasa sin problemas. Los se miran con los ojos abiertos y luego se ríen, porque la hipótesis de Alessia sobre el dinero es imposible.
Al salir de allí, deciden ir por un helado, porque seguro no podrán salir en varios días más.
Al llegar a la mansión, se van directo al cuarto de Alessia, Roger se gira hacia la pared para que ella se pruebe el vestido y cuando su amiga le indica que ya puede ver, se queda embobado.
—Si no fuera como incesto, te propondría matrimonio —le dice él y ella se carcajea—. Te ves hermosa, y con la visita de la estilista que Daryl te contrató, te verás estupenda mañana.
Se acerca a ella y le da un fuerte abrazo, pero ella lo aparta y le dice firme.
—Te toca, vamos… quiero ver cómo me veré contigo mañana, bajando del brazo por las escaleras.
Y tras pararse frente al espejo de Roger, con él vestido con el traje negro y su conjunto nuevo de accesorios, en verdad los dos se ven magníficos.
Luego de eso, cada uno guarda su atuendo para el día siguiente, Alessia baja por su violín, mientras ve a Jazmine practicar el baile de la gala, ese que hará sola.
Se encierra en su cuarto, no sale de allí más que para almorzar y cenar. Por la noche, para cuando ya está rendida, se tira en la cama con su pijama de conejitos, el cabello desparramado y mirando al techo.
—Mamá, papá… espero que estén muy orgullosos de mí…
Se limpia las dos lágrimas que se permite salgan de ella y se mete bajo las cobijas, abraza la almohada, deja salir un suspiro y se deja llevar por el sueño, sabiendo que al día siguiente muchas cosas se definirían para ella, pero sin tener idea de hasta dónde tomaría el rumbo su vida tras la velada.
Los toques en la puerta de Alessia la sacan de su meditación, se pone de pie y camina hasta ella, para ver quién demonios la interrumpe. Al abrirla se queda con la boca abierta, lista para pelear, pero no lo hace, porque quien está allí es Daryl. —Llegó la estilista. —Gracias… —Tranquila, será tu noche, aun cuando no consigas a nadie, te aseguro que te oirán y nunca te olvidarán. —Eso sería posible solo si consigo ser yo misma, no la copia de una melodía ya hecha. —Lo harás bien, anda… te quiero hermosa. La estilista entra y Alessia solo suspira con resignación, pero luego de dos horas, cuando se mira al espejo y se ve maquillada y peinada, solo puede tocar su reflejo sin dejar de sonreír. —Gracias, ha quedado perfecto. La mujer solo sonríe y se despide de ella, deseándole toda la suerte del mundo. Luego de eso es colocarse el vestido, alistar su violín y esperar a que Roger pase por ella para bajar juntos del brazo. Vu
Amaro podría ver a la chica que se mueve por todo el lugar con gracia y esa sonrisa pegada a su cara, o a Roger que parece inmerso en un mundo de pintura, pero no… está clavado en los dedos de Alessia, quien no deja de moverlos para producir aquella melodía tan hermosa, tiene el ceño fruncido, absolutamente concentrada y pareciera que solo existe ella y el violín.Cuando la chica deja los últimos acordes en el aire con suavidad, Jazmine queda en la misma posición que comenzó y Roger deja el pincel a un lado, para mostrar su trabajo.Alessia se permite abrir los ojos, para mirar a Roger y sonreírle.«Dios, esa sonrisa… es bellísima», se dice internamente Amaro, quien entiende que solo el chico es merecedor de aquella expresión tan limpia y pura. Sin darse cuenta, se encuentra aplaudiendo junto a los demás observadores. Alessia se acerca a Roger, lo abraza
Aquellos ojos de Alessia que no notó el otro día en la cafetería lo envuelven de una manera que no se puede explicar, son de un celeste tan puro, tan hermoso y es casi como si pudiese ver su alma a través de ellos.Lo que Amaro no sabe es que el alma de Alessia está bloqueada para todos, incluso para sus más cercanos.—Lo siento —le repite Amaro, porque le ha dañado aquel vestido tan hermoso. Se quita el pañuelo de seda que lleva en el traje y se lo entrega.—Pues parece que se le hizo costumbre derramarme cosas encima —el tono que usa es muy suave y precisamente por eso Amaro sabe que es hombre muerto, aunque no es que le tema a una enana que seguro no sabe ni cruzar la calle sola.Le acepta el pañuelo y se limpia un poco, pero lo cierto es que no servirá de nada, así que se lo regresa. En lugar de recibirlo, Amaro la toma del brazo y se la lleva de all&i
La mujer recibe el cheque y se ahoga con su propia saliva, porque aquella cantidad era más de lo que se había reunido para los cinco juntos. —¿E-está seguro? —Sí, al menos por los próximos seis meses, si la señorita Vitale consigue componer una melodía que me satisfaga, entonces lo extenderé por seis meses más, pero para la fundación. —Claro —responde la mujer casi sin aliento y lo hace firmar un documento de acuerdo para justificar los montos. Amaro se aleja de allí en cuanto estampa su firma y deja una nota para Alessia en un sobre cerrado, vuelve a buscarla y se da cuenta que no está por ninguna parte. Por alguna razón, decide caminar hacia la escalera, pero se da cuenta que está el paso restringido. Se dirige a la puerta principal, para irse de allí, pero la mujer de antes se le acerca y lo detiene. —¿Te gustaría ir a otro lugar? ¿Tal vez uno más íntimo? —se le pega y comienza a pasar sus manos por los brazos del hombre, quien la observa serio. Tal vez podía permitirse por e
Luego de pasarlo fatal con aquella mujer, Amaro sale de la cama por completo molesto. Si algo detesta en una mujer es que esté tomada, a él le gusta que sus mujeres estén lúcidas y coordinadas, una mujer borracha solo es más escandalosa, pero no aporta nada en la cama. —¿No dormirás conmigo, cariño? —le dice la mujer estirando su mano por la cama para alcanzarlo y él la mira con asco. —Por supuesto que no, si hay algo que detesto es el olor a alcohol y a vómito en las mañanas… y yo no duermo con nadie. Sale de allí sin esperar alguna respuesta de la mujer y baja por el ascensor con la rapidez de quien escapa de sus demonios. En la entrada del edificio lo espera su chofer y lo lleva a casa, en cuanto llega se va directo a la ducha, para quitarse el olor a perfume caro en una mujer barata, y se va al gimnasio a correr. Para las siete de la mañana vuelve a bañarse, cierra los ojos mientras el agua le corre por el cuerpo y pega la frente en la fría pared de baldosas. Y de la nada, com
Los días pasaron para ambos, mientras que para Alessia se han tornado más exigentes, porque no solo debe practicar, sino que también debe trabajar en la melodía que el ogro exigió en el trato. Sin embargo, a pesar de eso, casi ni piensa en el hombre, puesto que ha quedado en una parte alejada de su memoria y tal vez es lo mejor… o no.En cambio, para Amaro, el asunto es por completo distinto.No deja de pensar en la muchachita, que no tiene novio, que no ha besado a nadie en su vida y que en verdad es inocente. Porque puede ser traviesa, desafiante, decidida y segura de sí misma, pero eso no le quita la inocencia que carga.Recuerda una y otra vez la conversación con ella, en donde le dice que estaba pensando en él y en la mujer con quien dejó la gala, de la cual ya ni se acuerda del nombre.—No entiendo… ¿por qué no dejo de pensar en ella? ¿Será
Esa mañana particularmente Alessia estaba de muy buen ánimo, por lo que decide que es una excelente idea bajar para salir a dar un paseo, antes de su clase con la señorita D’Angel.Pero cuando llega abajo se da cuenta que ha llegado Zoe, la exesposa de Daryl, y lo peor es que va con su actual esposo del brazo. Pero a ella se le ocurre la mejor de las ideas para ayudar a su amigo, y es hacerse pasar por su novia para despertar los celos de la mujer.No se cree eso de que lo dejara de amar, luego de amarlo toda su vida.—Hola, cariño —mientras ella se cuelga de su brazo, él la ve como si fuera una alienígena, pero Alessia no se queda solo con eso, por lo que se para de puntitas y le da un beso en la mejilla.—¡Alessia! —le susurra Daryl por completo espantado y ella le guiña un ojo.—Lo siento, no me presenté —le dice a la pareja pasando por alto q
Los días han pasado, ya solo queda un día para que Alessia se tenga que ir.—Oye, yo te dije que no te dejaré ir, no quiero —le dice Daryl, mientras la muchacha guarda su violín.—Y yo le digo que no tiene nada de malo, eso solo podría ayudarla a ser reconocida como una violinista diferente… —dice la señorita D’Angel, pero Daryl la detiene.—No, no estoy de acuerdo, por algo el señor Musk fue despedido. Eso solo le dirá a los otros que pueden tener a Alessia como un objeto o una mascota, y eso no me parece correcto.—Como sea, quiero ver mañana quién llega por mí y cómo evitarás que me lleve.—Mientras, quiero llevarte por un helado…Sienten unos pasos acercarse, Daryl se gira y ve que tanto Zoe como Robert se acercan, pero en lugar de aceptarle el saludo, Robert le estampa un puñetaz