Los toques en la puerta de Alessia la sacan de su meditación, se pone de pie y camina hasta ella, para ver quién demonios la interrumpe. Al abrirla se queda con la boca abierta, lista para pelear, pero no lo hace, porque quien está allí es Daryl.
—Llegó la estilista.
—Gracias…
—Tranquila, será tu noche, aun cuando no consigas a nadie, te aseguro que te oirán y nunca te olvidarán.
—Eso sería posible solo si consigo ser yo misma, no la copia de una melodía ya hecha.
—Lo harás bien, anda… te quiero hermosa.
La estilista entra y Alessia solo suspira con resignación, pero luego de dos horas, cuando se mira al espejo y se ve maquillada y peinada, solo puede tocar su reflejo sin dejar de sonreír.
—Gracias, ha quedado perfecto.
La mujer solo sonríe y se despide de ella, deseándole toda la suerte del mundo. Luego de eso es colocarse el vestido, alistar su violín y esperar a que Roger pase por ella para bajar juntos del brazo. Vu
Amaro podría ver a la chica que se mueve por todo el lugar con gracia y esa sonrisa pegada a su cara, o a Roger que parece inmerso en un mundo de pintura, pero no… está clavado en los dedos de Alessia, quien no deja de moverlos para producir aquella melodía tan hermosa, tiene el ceño fruncido, absolutamente concentrada y pareciera que solo existe ella y el violín.Cuando la chica deja los últimos acordes en el aire con suavidad, Jazmine queda en la misma posición que comenzó y Roger deja el pincel a un lado, para mostrar su trabajo.Alessia se permite abrir los ojos, para mirar a Roger y sonreírle.«Dios, esa sonrisa… es bellísima», se dice internamente Amaro, quien entiende que solo el chico es merecedor de aquella expresión tan limpia y pura. Sin darse cuenta, se encuentra aplaudiendo junto a los demás observadores. Alessia se acerca a Roger, lo abraza
Aquellos ojos de Alessia que no notó el otro día en la cafetería lo envuelven de una manera que no se puede explicar, son de un celeste tan puro, tan hermoso y es casi como si pudiese ver su alma a través de ellos.Lo que Amaro no sabe es que el alma de Alessia está bloqueada para todos, incluso para sus más cercanos.—Lo siento —le repite Amaro, porque le ha dañado aquel vestido tan hermoso. Se quita el pañuelo de seda que lleva en el traje y se lo entrega.—Pues parece que se le hizo costumbre derramarme cosas encima —el tono que usa es muy suave y precisamente por eso Amaro sabe que es hombre muerto, aunque no es que le tema a una enana que seguro no sabe ni cruzar la calle sola.Le acepta el pañuelo y se limpia un poco, pero lo cierto es que no servirá de nada, así que se lo regresa. En lugar de recibirlo, Amaro la toma del brazo y se la lleva de all&i
La mujer recibe el cheque y se ahoga con su propia saliva, porque aquella cantidad era más de lo que se había reunido para los cinco juntos. —¿E-está seguro? —Sí, al menos por los próximos seis meses, si la señorita Vitale consigue componer una melodía que me satisfaga, entonces lo extenderé por seis meses más, pero para la fundación. —Claro —responde la mujer casi sin aliento y lo hace firmar un documento de acuerdo para justificar los montos. Amaro se aleja de allí en cuanto estampa su firma y deja una nota para Alessia en un sobre cerrado, vuelve a buscarla y se da cuenta que no está por ninguna parte. Por alguna razón, decide caminar hacia la escalera, pero se da cuenta que está el paso restringido. Se dirige a la puerta principal, para irse de allí, pero la mujer de antes se le acerca y lo detiene. —¿Te gustaría ir a otro lugar? ¿Tal vez uno más íntimo? —se le pega y comienza a pasar sus manos por los brazos del hombre, quien la observa serio. Tal vez podía permitirse por e
Luego de pasarlo fatal con aquella mujer, Amaro sale de la cama por completo molesto. Si algo detesta en una mujer es que esté tomada, a él le gusta que sus mujeres estén lúcidas y coordinadas, una mujer borracha solo es más escandalosa, pero no aporta nada en la cama. —¿No dormirás conmigo, cariño? —le dice la mujer estirando su mano por la cama para alcanzarlo y él la mira con asco. —Por supuesto que no, si hay algo que detesto es el olor a alcohol y a vómito en las mañanas… y yo no duermo con nadie. Sale de allí sin esperar alguna respuesta de la mujer y baja por el ascensor con la rapidez de quien escapa de sus demonios. En la entrada del edificio lo espera su chofer y lo lleva a casa, en cuanto llega se va directo a la ducha, para quitarse el olor a perfume caro en una mujer barata, y se va al gimnasio a correr. Para las siete de la mañana vuelve a bañarse, cierra los ojos mientras el agua le corre por el cuerpo y pega la frente en la fría pared de baldosas. Y de la nada, com
Los días pasaron para ambos, mientras que para Alessia se han tornado más exigentes, porque no solo debe practicar, sino que también debe trabajar en la melodía que el ogro exigió en el trato. Sin embargo, a pesar de eso, casi ni piensa en el hombre, puesto que ha quedado en una parte alejada de su memoria y tal vez es lo mejor… o no.En cambio, para Amaro, el asunto es por completo distinto.No deja de pensar en la muchachita, que no tiene novio, que no ha besado a nadie en su vida y que en verdad es inocente. Porque puede ser traviesa, desafiante, decidida y segura de sí misma, pero eso no le quita la inocencia que carga.Recuerda una y otra vez la conversación con ella, en donde le dice que estaba pensando en él y en la mujer con quien dejó la gala, de la cual ya ni se acuerda del nombre.—No entiendo… ¿por qué no dejo de pensar en ella? ¿Será
Esa mañana particularmente Alessia estaba de muy buen ánimo, por lo que decide que es una excelente idea bajar para salir a dar un paseo, antes de su clase con la señorita D’Angel.Pero cuando llega abajo se da cuenta que ha llegado Zoe, la exesposa de Daryl, y lo peor es que va con su actual esposo del brazo. Pero a ella se le ocurre la mejor de las ideas para ayudar a su amigo, y es hacerse pasar por su novia para despertar los celos de la mujer.No se cree eso de que lo dejara de amar, luego de amarlo toda su vida.—Hola, cariño —mientras ella se cuelga de su brazo, él la ve como si fuera una alienígena, pero Alessia no se queda solo con eso, por lo que se para de puntitas y le da un beso en la mejilla.—¡Alessia! —le susurra Daryl por completo espantado y ella le guiña un ojo.—Lo siento, no me presenté —le dice a la pareja pasando por alto q
Los días han pasado, ya solo queda un día para que Alessia se tenga que ir.—Oye, yo te dije que no te dejaré ir, no quiero —le dice Daryl, mientras la muchacha guarda su violín.—Y yo le digo que no tiene nada de malo, eso solo podría ayudarla a ser reconocida como una violinista diferente… —dice la señorita D’Angel, pero Daryl la detiene.—No, no estoy de acuerdo, por algo el señor Musk fue despedido. Eso solo le dirá a los otros que pueden tener a Alessia como un objeto o una mascota, y eso no me parece correcto.—Como sea, quiero ver mañana quién llega por mí y cómo evitarás que me lleve.—Mientras, quiero llevarte por un helado…Sienten unos pasos acercarse, Daryl se gira y ve que tanto Zoe como Robert se acercan, pero en lugar de aceptarle el saludo, Robert le estampa un puñetaz
Al abrir sus ojos, Alessia siente los brazos de su amigo rodeándola. Sonríe porque aquella sensación se siente tan bien, como cuando era una nena de cinco o seis años y le daba miedo en la noche, pero su padre se la llevaba a su cuarto, para poder dormir segura entre sus brazos.Se remueve con cuidado, sale de la cama sin que Roger se entere y se mete al baño, en donde se da una ducha, sin dejar de pensar que probablemente ahora deberá saber de Daryl solo a través del teléfono.Al salir, ya vestida, Roger está sentado a la orilla de la cama, pensativo mirando al suelo, ella se para frente a él y Roger la abraza por la cintura, enterrando su cara en el abdomen de la chica.—No quiero que te lleven.—Y yo no quiero irme, justo ahora ese tonto tenía que ser valiente… los dos sabemos que la única persona que podía hacer algo, ya no está.