La señorita D’Angel se lleva los dedos pulgar e índice al puente de la nariz, aprieta fuerte, cierra los ojos y cuenta hasta el infinito para lograr calmarse, porque si no terminará lanzando a su alumna por la ventana.
—Alessia, desde el inicio —le dice un poco más compuesta—, te estás adelantando medio tiempo en la tercera…
—Esa es la idea, no quiero que sea la melodía aburrida que compuso Bach —le dice la chica adquiriendo la postura de nuevo frente al atril.
—Si no vas a tocar como él la compuso, no tiene sentido que la toques —le dice la mujer con voz firme cerrado el libro de partituras, pero Alessia no deja de lado el violín, acerca el arco a las cuerdas y comienza a tocar suavemente la melodía que su mentora le ha cerrado.
—¿Qué sentido tiene que toque tal como él lo ha hecho? —dice la muchacha sin dejar de mirar a los ojos a su mentora—. ¿No quiere decir eso que no tengo talento?
—¿Crees que puedes hacer algo diferente? Entonces hazlo… —le dice la mujer levantando las manos exasperada—, compone tu propia melodía, pero cuando toques la melodía de alguien más, quiero que lo hagas tal como está escrita.
—Bien…
Esa respuesta tranquila de Alessia, encogiéndose de hombros, solo vuelve más loca a la señorita D’Angel, quien deja salir un bufido histérico y sale de allí batiendo los brazos al tiempo que maldice su puerca suerte de tener una alumna así. Justo en ese instante Daryl se acerca a ver el avance de Alessia. Se ríe con las manos en los bolsillos al ver que Alessia mantiene los ojos cerrados mientras toca una melodía que reconoce.
—No deberías distraerme, mi mentora se molestará —le dice ella sin abrir los ojos.
—Siempre he dudado de si eres psíquica o bruja, para saber quién está frente a ti aun con los ojos cerrados —Alessia baja el instrumento y abre los ojos.
—Se supone que soy la violinista más talentosa que se ha cruzado por el camino de esa señora gruñona, y parte de mi talento es el buen oído… —se encoje de hombros y deja el instrumento de lado—. Reconocería tus pasos sin problema.
—Lo sé, ya lo has probado varias veces —Daryl se acerca y le da un abrazo—. Trata de no desesperarla, ella quiere lo mejor para ti, puede parecer que no le importas un carajo, pero te aseguro que cuando llegues a los escenarios más famosos del mundo, ella estará en primera fila aplaudiendo y llorando tus logros.
—Lo dudo, a esa señora se le secaron los lagrimales hace mucho.
El hombre se ríe, le deja un beso en la frente y se sienta a oírla tocar, es una de las pocas cosas que le brinda paz a su alma atribulada. Alessia abre el libro, busca concierto para violín N°2 y comienza a tocarlo tal como allí aparece.
La señorita D’Angel se asoma, rueda los ojos y se para al lado de Alessia, asintiendo, mirando el techo de vez en cuando como si pensara en algo especial y para cuando Alessia termina, aplaude tres veces, nunca lo ha hecho más que eso. Alessia se voltea a mirar a Daryl, quien le sonríe feliz y le levanta los pulgares.
—¿Ves que sí se podía seguir tal como está allí? —le dice la mujer con suavidad y Alessia pierde la sonrisa.
—Sí, es que asumí que solo debo ser un robot.
—¡Oh, contigo definitivamente no se puede! Pero, ya que hemos quedado en un desafío… espero las primeras dos líneas para dentro de una semana.
—¡¿Qué?! —le dice Alessia sin poder creérselo—. ¡Usted sabe que toma tiempo!
—Eres talentosa, no hay nada que no puedas hacer —le dice la mujer haciendo una reverencia y luego saliendo de allí.
—¡Me odia! —exclama girándose a Daryl y él solo sonríe.
—Alessia, seamos honestos… si yo fuera tu mentor, también te odiaría… —ella abre la boca sorprendida y Daryl se acerca riendo—. Solo así me aseguraría de que fueras la mejor, vamos, quiero desayunar contigo, tengo que hablarte de algo importante sobre la gala de mañana.
—Ya sé… quieres que toque.
—Sí, para eso han estado ensayando tú, Roger y Jazmine, ustedes son los más grandes y más talentosos de nuestra fundación, solo imagina lo que harán por aquellos que recién inician.
—Lo sé… lo sé… —responde con un suspiro cansado Alessia, que solo quiere que pase esa gala de beneficencia lo antes posible, para bajar el ritmo de los ensayos.
Tras guardar su violín en el estuche y dejarlo a resguardo en una de las gavetas del salón de ensayo, los dos se van al comedor, en donde Roger, Jazmine y otros dos muchachos que se quedan en la mansión ya los esperan.
Se sientan animados, pero los nervios se les nota a kilómetros de distancia, porque la velada de la noche siguiente es realmente importante.
La idea de Daryl es que cada uno pueda tener uno o dos mecenas, de manera que comiencen a financiar sus gastos de traslado, así él puede concentrar los demás recursos en los talentos más jóvenes y en llegar a más niños con la lectura clásica.
—Estoy segura que si bailara y me grabara, ya sería famosa en las redes —les dice Jazmine con aire importante, Alessia solo tuerce el gesto.
—Sí, pero al costo de que ya no serías la novedad y eso es lo que se supone seremos mañana —le dice Roger.
—Yo me siento como una pieza de carne que será exhibida —dice Camille bastante nerviosa, una chica que toca el saxofón.
—Y yo digo que ya comí, así que me voy a mi cuarto a practicar, no me molesten —dice Alessia poniéndose de pie, que detesta que el único tema de conversación sea la estúpida gala, pero Roger y Daryl la detienen tomándola por el brazo.
—No tan rápido, jovencita —le dice el hombre y ella frunce el ceño—. Has dejado pasar todo lo que has podido la compra de tu vestido para mañana y ya que Roger necesita un pañuelo y una pajarita a juego, irás con él a comprar el vestido.
—Pero… sabes que no me gusta que me compren cosas.
—Lo harás con tu dinero —le entrega una tarjeta y ella frunce el ceño.
Porque se supone que ella no tiene nada de eso y no le gusta que le den dinero que no se ha ganado.
Daryl sabe que está en problemas con esa chiquilla, así que se apresura a explicarle antes de que le dé con el violín. —¡¿Qué?! Sólo es el dinero que me diste aquella vez y que yo metí en el banco, pero ya que no daría muchos frutos, se lo di a alguien para que lo manejara… te alcanza para un vestido de diseñador si se te da la gana y para zapatos. —Sólo el vestido, lo zapatos ya me los dio Roger —los dos la observan sorprendidos—. Sí, son los de aquel día… están intactos en su caja y aún me quedan —deja salir un bufido y rueda los ojos—. Vámonos antes de que ya no quiera salir. Pero saben que es mentira, Alessia adora salir, casi todos los días, para respirar aire, ver gente y soñar que un día no podrá hacerlo de lo famosa que será. Cuando se suben al auto, Roger se ríe de ella porque dramatiza todo lo que le pasa, mira la tarjeta que Daryl le dio y le entra la curiosidad de saber cuánto dinero hay allí. «Pero sabes que hay cosas que es mejor no tener idea», le dice su consciencia
Los toques en la puerta de Alessia la sacan de su meditación, se pone de pie y camina hasta ella, para ver quién demonios la interrumpe. Al abrirla se queda con la boca abierta, lista para pelear, pero no lo hace, porque quien está allí es Daryl. —Llegó la estilista. —Gracias… —Tranquila, será tu noche, aun cuando no consigas a nadie, te aseguro que te oirán y nunca te olvidarán. —Eso sería posible solo si consigo ser yo misma, no la copia de una melodía ya hecha. —Lo harás bien, anda… te quiero hermosa. La estilista entra y Alessia solo suspira con resignación, pero luego de dos horas, cuando se mira al espejo y se ve maquillada y peinada, solo puede tocar su reflejo sin dejar de sonreír. —Gracias, ha quedado perfecto. La mujer solo sonríe y se despide de ella, deseándole toda la suerte del mundo. Luego de eso es colocarse el vestido, alistar su violín y esperar a que Roger pase por ella para bajar juntos del brazo. Vu
Amaro podría ver a la chica que se mueve por todo el lugar con gracia y esa sonrisa pegada a su cara, o a Roger que parece inmerso en un mundo de pintura, pero no… está clavado en los dedos de Alessia, quien no deja de moverlos para producir aquella melodía tan hermosa, tiene el ceño fruncido, absolutamente concentrada y pareciera que solo existe ella y el violín.Cuando la chica deja los últimos acordes en el aire con suavidad, Jazmine queda en la misma posición que comenzó y Roger deja el pincel a un lado, para mostrar su trabajo.Alessia se permite abrir los ojos, para mirar a Roger y sonreírle.«Dios, esa sonrisa… es bellísima», se dice internamente Amaro, quien entiende que solo el chico es merecedor de aquella expresión tan limpia y pura. Sin darse cuenta, se encuentra aplaudiendo junto a los demás observadores. Alessia se acerca a Roger, lo abraza
Aquellos ojos de Alessia que no notó el otro día en la cafetería lo envuelven de una manera que no se puede explicar, son de un celeste tan puro, tan hermoso y es casi como si pudiese ver su alma a través de ellos.Lo que Amaro no sabe es que el alma de Alessia está bloqueada para todos, incluso para sus más cercanos.—Lo siento —le repite Amaro, porque le ha dañado aquel vestido tan hermoso. Se quita el pañuelo de seda que lleva en el traje y se lo entrega.—Pues parece que se le hizo costumbre derramarme cosas encima —el tono que usa es muy suave y precisamente por eso Amaro sabe que es hombre muerto, aunque no es que le tema a una enana que seguro no sabe ni cruzar la calle sola.Le acepta el pañuelo y se limpia un poco, pero lo cierto es que no servirá de nada, así que se lo regresa. En lugar de recibirlo, Amaro la toma del brazo y se la lleva de all&i
La mujer recibe el cheque y se ahoga con su propia saliva, porque aquella cantidad era más de lo que se había reunido para los cinco juntos. —¿E-está seguro? —Sí, al menos por los próximos seis meses, si la señorita Vitale consigue componer una melodía que me satisfaga, entonces lo extenderé por seis meses más, pero para la fundación. —Claro —responde la mujer casi sin aliento y lo hace firmar un documento de acuerdo para justificar los montos. Amaro se aleja de allí en cuanto estampa su firma y deja una nota para Alessia en un sobre cerrado, vuelve a buscarla y se da cuenta que no está por ninguna parte. Por alguna razón, decide caminar hacia la escalera, pero se da cuenta que está el paso restringido. Se dirige a la puerta principal, para irse de allí, pero la mujer de antes se le acerca y lo detiene. —¿Te gustaría ir a otro lugar? ¿Tal vez uno más íntimo? —se le pega y comienza a pasar sus manos por los brazos del hombre, quien la observa serio. Tal vez podía permitirse por e
Luego de pasarlo fatal con aquella mujer, Amaro sale de la cama por completo molesto. Si algo detesta en una mujer es que esté tomada, a él le gusta que sus mujeres estén lúcidas y coordinadas, una mujer borracha solo es más escandalosa, pero no aporta nada en la cama. —¿No dormirás conmigo, cariño? —le dice la mujer estirando su mano por la cama para alcanzarlo y él la mira con asco. —Por supuesto que no, si hay algo que detesto es el olor a alcohol y a vómito en las mañanas… y yo no duermo con nadie. Sale de allí sin esperar alguna respuesta de la mujer y baja por el ascensor con la rapidez de quien escapa de sus demonios. En la entrada del edificio lo espera su chofer y lo lleva a casa, en cuanto llega se va directo a la ducha, para quitarse el olor a perfume caro en una mujer barata, y se va al gimnasio a correr. Para las siete de la mañana vuelve a bañarse, cierra los ojos mientras el agua le corre por el cuerpo y pega la frente en la fría pared de baldosas. Y de la nada, com
Los días pasaron para ambos, mientras que para Alessia se han tornado más exigentes, porque no solo debe practicar, sino que también debe trabajar en la melodía que el ogro exigió en el trato. Sin embargo, a pesar de eso, casi ni piensa en el hombre, puesto que ha quedado en una parte alejada de su memoria y tal vez es lo mejor… o no.En cambio, para Amaro, el asunto es por completo distinto.No deja de pensar en la muchachita, que no tiene novio, que no ha besado a nadie en su vida y que en verdad es inocente. Porque puede ser traviesa, desafiante, decidida y segura de sí misma, pero eso no le quita la inocencia que carga.Recuerda una y otra vez la conversación con ella, en donde le dice que estaba pensando en él y en la mujer con quien dejó la gala, de la cual ya ni se acuerda del nombre.—No entiendo… ¿por qué no dejo de pensar en ella? ¿Será
Esa mañana particularmente Alessia estaba de muy buen ánimo, por lo que decide que es una excelente idea bajar para salir a dar un paseo, antes de su clase con la señorita D’Angel.Pero cuando llega abajo se da cuenta que ha llegado Zoe, la exesposa de Daryl, y lo peor es que va con su actual esposo del brazo. Pero a ella se le ocurre la mejor de las ideas para ayudar a su amigo, y es hacerse pasar por su novia para despertar los celos de la mujer.No se cree eso de que lo dejara de amar, luego de amarlo toda su vida.—Hola, cariño —mientras ella se cuelga de su brazo, él la ve como si fuera una alienígena, pero Alessia no se queda solo con eso, por lo que se para de puntitas y le da un beso en la mejilla.—¡Alessia! —le susurra Daryl por completo espantado y ella le guiña un ojo.—Lo siento, no me presenté —le dice a la pareja pasando por alto q