Bianca le dio el almuerzo a Gianna y la acostó a dormir la siesta, eran casi las tres de la tarde cuando Lorenzo entró a la habitación y encontró a su esposa al lado de su hija mirándola dormir, como si temiera perderla de nuevo o estuviera llenándose los ojos con su imagen.―Es la hora, debemos ir a buscar la prueba, ¿quieres ir o prefieres que la busque y te la traiga?―Vamos, quiero regresar rápido para darle la noticia a mi hija.Esa vez salieron de la casa solamente acompañados de sus guardaespaldas. Llegaron al laboratorio y el técnico les tenía los resultados listos en un sobre que le entregó a Bianca.Las manos le temblaban mientras abría el sobre, al leer el resultado sus ojos se llenaron de lágrimas―Es mía, Lorenzo, mi bebé perdido ―dijo con voz temblorosa abrazando a su esposo y enterrando la cara en su cuello ―no sabes la tranquilidad que siento al saber que todo este tiempo fue amada y protegida por ti, que ha sido feliz. No sabes las ganas que tengo de contárselo a mi p
―Necesitamos aprender sobre control de natalidad, Lorenzo.Lorenzo se echó a reír al ver la cara enfurruñada de Bianca.―¡No te rías que es en serio! ―protestó Bianca a pesar de que una ligera sonrisa asomó a su cara.―Si te digo la verdad te molestarás conmigo, así que mejor disfrutemos de este embarazo como no pudimos hacerlo la vez anterior.―¡Oh no! Ahora me dirás ―replicó Bianca.―Al principio cuando no tenía una buena opinión de ti pensaba que te cuidabas como la mayoría de las chicas modernas y después de que me enamoré desee embarazarte y que te quedara conmigo para siempre.―Eso me lo estoy pensando ―dijo Bianca en juego.―¿Lo de quedarte conmigo para siempre? ―preguntó Lorenzo.Bianca asintió con la cabeza.Su furia había pasado y se sentía contenta por el inesperado embarazo, aun cuando hubiese querido esperar un poco más. Sabía que no se había cuidado, pero estaba tan ocupada con tantas cosas pasando en su vida que no pensó en eso.―¿Puedo convencerte de quedarte? ―pregunt
―Gia, ¿podemos hablar contigo? ―preguntó Danette a su hermana mayor, detrás de ella estaba Mateo.Gia estaba planeando que se llevaría a su dormitorio de la universidad cuando acabara el verano.―Claro, Danetta, pasen ―dijo Gia sentándose en la cama.Mateo se sentó en la silla del escritorio y Danetta en la cama con ella.―Nosotros estábamos pensando... bueno, no, mamá nos ha pedido que vayamos a vivir con ella, pero si tú te vas a la universidad, papá se quedará solo.―¿Quieren irse a vivir con su mamá? ―preguntó Gia.Los chicos se miraron entre sí, Danetta tenía quince años y Mateo trece y al igual que ella habían sido criados por las niñeras y su madre solo se ocupaba de ellos para exhibirlos como trofeos.―Sí, no, no lo sé, solo que mamá dice que los hijos deben estar con la madre y que si tú te vas a la universidad ya no quedará una mujer en la casa que me atienda a mí, que comparta conmigo y yo solo pienso que, si te vas a la universidad y nosotros no vamos, papá se quedará solo
Bianca estaba en la actividad del colegio de Gianna mirando a su hija explicarles a sus compañeros que ella era su verdadera mamá y que su otra mamá no era, que se la había robado siendo una bebé.―No podía creerlo lo que decían las noticias, Bianca ―dijo la mamá de una de las amigas de Gianna que estaba sentada a su lado―es increíble lo que puede hacer la gente por envidia y me solidarizo contigo por todo lo que pasaste, si necesitas algo o alguien con quien hablar no dudes en llamarme.―Muchas gracias, serían lindo tener un grupo de mamás en donde todas podamos apoyarnos, nuestros hijos crecerán juntos y nos veremos bastante seguido en los próximos años.Las otras mamás que estaban cerca también se pusieron a la orden para lo que necesitase y querían ser sus amigas, la mayoría la admiraba por haber superado lo que había vivido, aunque Bianca sabía qué había algunas que solo querían conocer los detalles escabrosos de la historia.Estaba saliendo de la actividad cuando vio que tenía u
A la mañana siguiente Bianca pasó por el laboratorio a primera hora, quería reunirse con el maestro perfumero, le había dejado su fregancia para que la trabajaran en el laboratorio porque entre la búsqueda de su bebé, su nuevo embarazo y el despertar de Nonna era muy poco el tiempo que le podía dar a su perfume.―Creo que revolucionaremos el mercado con este perfume, son muy pocos los perfumeros que se atreven a lanzar un perfume de niña tan lujoso. Creo que Gianna será todo un éxito ―dijo el maestro perfumero.―Con la publicidad gratis que tenemos con lo de mi hija robada creo que nos irá muy bien ―dijo Bianca con ironía, estaba harta de tener atrás a los paparazis. Estaba pensando vender la historia y donar el dinero para la asociación de niños desaparecidos que apoyaba Rizzo & Fiori.―Es probable que el caso llame la atención sobre el perfume, pero la fragancia de por sí es excelente, lo mejor de todo es que estarían donando parte de la venta a una buena causa.―Lamento no poder qu
―Vamos, Nonna, es absurdo pensar que puedas irte a vivir de nuevo al pueblo y encima sola ―dijo Bianca ―escuchaste lo que dijo el médico, deberás hacer terapia mucho tiempo para volver a caminar―No quiero molestar, tú tienes tu casa y tu familia, una extraña siempre molesta ―refunfuñó Giorgia.―Puedes irte a vivir con nosotros buelita, yo comenzaré el segundo año en la universidad en dos semanas, pero seguiré viviendo en la casa ―ofreció Gia.―¿Por qué no te vas a vivir al campus como hizo Bianca ahora que la bruja de Ofelia no está? ―preguntó la abuela.―Precisamente por eso, porque no está es que no me molesta quedarme en casa ―respondió Gia encogiéndose de hombros ―además, sé que Danetta y Mateo me necesitan, su madre los está acosando y manipulando para que se vayan a vivir con ella y yo les ofrecí quedarme como apoyo.―Eres una buena hermana, Gia. En este momento estás manejando muchas cosas y no te impondré una carga más ―señaló la abuela.Ambas hermanas gimieron de frustración
Esa tarde cuando Fabricio entró en la habitación de Giorgia para la última revisión del día. Gia estaba mirando su teléfono, al verlo llegar lo bajó para escuchar el reporte médico de cómo estaba su abuela y después de que él terminó de hablar volvió a sus ojos a la pantalla ignorándolo totalmente. Si él no quería nada con ella, no podía hacer nada más que respetar su decisión. Fabricio se dio cuenta de que ella en ningún momento lo miró, lo que le provocó una extraña opresión en el pecho, se había acostumbrado a su charla incesante y a sus sonrisas. «Es mejor de esa manera, se le pasará» se dijo a sí mismo. Al día siguiente cuando Fabricio llegó a darle el alta a Giorgia, Gia no estaba, en su lugar estaba una feliz y parlanchina Bianca. ―Muchas gracias por todo, Fabricio ―le dijo Bianca cuando estaban listas para irse y el enfermero llegó con la silla de ruedas para llevar a Giorgia al coche. ―Siempre a la orden para lo que necesiten, Giorgia nos vemos en unos días para la consu
El aire fresco de la noche los golpeó al salir del bar lo que le refrescó un poco la cabeza a Fabricio, Gia lo llevaba abrazado por la calle lo que le produjo una inmensa satisfacción. ―¿Cuál es tu edificio? ―preguntó Gia. ―Ese ―respondió Fabricio señalándolo con la mano. ―Dame las llaves. Fabricio metió la mano en el bolsillo de su pantalón y le entregó una llave. Llegaron al lujoso edificio y él saludo al portero, entraron y subieron al ascensor. Fabricio marcó el último piso. Cuando entraron al apartamento, Gia solo le dio una mirada rápida al bonito y acogedor ambiente. ―Ahora puedes besarme todo lo que quieras, doctor estirado ―dijo Gia un poco nerviosa. Lorenzo se giró hacia ella y la besó de nuevo, Gia le pasó los brazos por el cuello y se pegó más a él. Las manos de Lorenzo comenzaron una lenta y sensual exploración de su espalda, levantó el borde de la blusa para pasar las yemas de los dedos por debajo de esta, al darse cuenta de que no había ninguna prenda íntima debaj