Damon Lennox
No tenía idea de qué haría con ella. Por primera vez no estaba de acuerdo en lo que mi lobo interior me gritaba que hiciera, esta vez me estaba resistiendo, pero ella notó el cambio de color en mis ojos y eso solo significaba que mi lobo estaba peleando en silencio en mi interior para salir y marcarla como suya.
Pero se veía tan débil, tan frágil que probablemente mi mordida la mataría.
Aparentemente me quedé en silencio y perdido demasiado tiempo, porque ella se levantó y se dio la vuelta en un intento inutil de escapar de mi y de mis territorios.
Pero me importaba poco que incluso pasara las líneas de mis límites, la arrastraría de vuelta a mí hasta que supiera que hacer con ella.
Con un gruñido irritado corrí detrás de ella y tomé varios mechones de su melena para detenerla y hacer que se arrodillara nuevamente hasta que quedara de rodillas y yo a sus espaldas.
—Lamento decirte que no hay forma de que te deje ir.
—Tienes que dejarme ir, no puedo quedarme aquí.
—No tienes opción, eres mi mate e irás conmigo hasta que sepa que hacer contigo.
—¿Hasta que sepas que hacer conmigo? —cuestionó incrédula mientras se zarandeaba para escapar de mi —lo veo en tus ojos, lo veo en la forma en la que estás reaccionando, no te interesa tenerme a tu lado.
—Evidentemente no me enorgullece que seas la mujer con la que compartiré el resto de mis días, no hay muchas ventajas en tener una humana como mate.
—Es más fácil dejarme ir.
—No puedo —gruñí con molestia, tanto con ella como conmigo mismo.
—He esperado toda mi vida por mi mate, mi mitad y resulta que te dejan aquí en medio de mis bosques sin una explicación. Seré la burla de toda mi manada si se enteran.
—Así que es más fácil tomarme como prisionera en tu manada.
—Es más fácil que lidiar con la situación justo ahora.
Y tras mis palabras hice que se levantara de su lugar sujetándola de su cabello y la arrastré hacia las mazmorras en vez de ir directamente con ella a la Aldea.
No había forma de que la llevara a la aldea vistiendo así y mucho menos cuando mis ojos no dejaban de cambiar de color.
—Por favor, por favor, déjame ir.
—No, no hay forma.
Quería poder hacerlo, quería poder dejarla ir, pero el animal dentro de mi exigía otras cosas mucho más primitivas y necesitadas.
Y hasta que no resolviera mis propios problemas no podría ver primero las necesidades de esta humana.
Eva NorthSu mano se aferraba a mechones de mi cabello mientras me empujaba para que siguiera el camino y no intentara huir. Las lágrimas se deslizaban por mis mejillas mientras me resistía lo más que podía, pero evidentemente mi fuerza nunca se compararía con la suya. Nunca seríamos iguales y por lo que veía sus únicas intenciones conmigo eran mantenerme oculta hasta que supiera qué hacer. Pero no culta de buena manera, sino más bien encerrándome en un calabozo sucio y fríos. —No me dejes aquí, por favor, por favor, no me dejes aquí. —No hay otra opción. —No puedes hacerme esto solo porque soy tu mate y no me quieres cerca, tengo derechos, no soy un objeto al que puedes mover a dónde quieras. —Estás en mis territorios, eres mi mate y yo soy un alfa, mientras que eres una simple humana, no hay forma de que te deje ir, así que solo acepta las cosas como vienen mientras averiguo como solucionar esto. —Te dije que me iría directo a la manada del oeste, no tenía intención de aparec
Eva NorthNo tenía idea de cuánto tiempo había pasado, pero me había quedado dormida. Por la única razón que desperté, fue el escuchar pasos que se acercaban a dónde estaba y una luz que por fin iluminaba el lugar en el que estaba después de todo el tiempo que permanecía en la oscuridad. Al levantarme de mi lugar y mirar hacia el frente creí que me encontraría con Damon Lennox del otro lado. En cambio solo me encontré con un hombre de ojos oscuros que me miraban incrédulos mientras olía el aire asimilando que era una humana y no una cambia forma. —¿Quién se supone que eres? —cuestionó con el ceño fruncido. —Soy Eva, Eva North —contesté mientras me levantaba de mi lugar en el suelo. —¿Cómo es que llegaste aquí? —él miró las fachas en las que andaba y frunció severamente el ceño. —El alfa Damon me encerró aquí —me apresuré a decir. Tal vez había tachado a todos los cambiaformas como crueles, pero este hombre lucía genuinamente confundido y preocupado. —¿Por qué él encerraría a un
Damon LennoxHabía hecho demasiadas cosas malas en mi vida. Pero algo que no me dejó dormir durante la noche completa fue haber dejado a la humana en aquel calabozo sin siquiera algo con lo cual cubrirse. Por eso bajé deprisa las escaleras dejando a Debora en la habitación. Justo cuando iba a salir de casa Decker se detiene frente a mí y se cruza de brazos mientras trata de analizarme. No pasó mucho tiempo antes de que su olor llegara a mis fosas nasales y cuando lo hizo solté un gruñido furioso y me acerqué a él para tomarlo de las solapas de su chaqueta. Sus ojos azules me miraron expectante mientras enarcar una de sus cejas. —¿Cómo demonios tienes su olor? —cuestioné aferrándome con más fuerza. —¿El olor de quien? ¿De la humana que dejaste encerrada en la mazmorra? —No es de tu incumbencia. —Lo es desde el momento en el que la dejaste en aquella mazmorra y dejaste que peligrara su vida. No puede morir sin antes pasar por un juicio y era exactamente lo que pasaría con ella si
Eva NorthNo tenía idea de las horas que eran cuando mis ojos se abrieron por primera vez después de haber caído rendida en la cama en cuanto coloqué mi cuerpo sobre ella.Había estado demasiado cansada por los sucesos del día y solo hasta ese momento pude recapitular todo lo que había acontecido ya que mi mente estaba descansada.Había sido de cierta forma encarcelada y dejada a mi suerte en un calabozo gracias a mi mate, la persona que se suponía debía cuidarme y velar por mi había sido la primera persona en arrojarme a mi suerte.Pero no me extrañó considerando que él no había estado feliz de encontrarme en ningún momento. Él quería un mate tanto como yo lo quería. Pero lejos de repudiarlo como él había hecho conmigo, estaba más en contra de aferrarme a alguien como lo habían hecho mis padres durante toda mi vida.Con pesadez me levanté de la cama y me acerqué al baño para lavar mi rostro y mientras lo hacía recordé que mi vestido blanco, lleno de lodo estaba en una esquina esperan
Eva North—Entonces Eva, que te trae por nuestra manada.La voz de Max me hizo levantar la mirada de mi plato por primera vez y casi tuve que pedirle que repitiera lo que había dicho porque mi cabeza no lo había procesado.—Solo voy de paso —me atreví a decir y en ese momento justo Decker regresó a la cocina junto con otro hombre más.Ambos se quedaron en la puerta de la cocina observando todos mis movimientos mientras yo continuaba intentando responder todas las incógnitas de estos hombres que parecían estar contentos de tenerme en ese lugar.Y aunque aún me sentía un poco cohibida era muy diferente a como me había sentido durante todos estos años en mi antigua manada.Nunca pertenecí a ese lugar y aunque tampoco pertenecía a este lugar, por lo menos no me sentía incómoda cada vez que uno de ellos me observaba o me hablaba. De hecho, había tenido una facilidad para hablar con ellos que me había sorprendido.No es que fuera del todo tímida, pero había pasado por suficientes cosas como
Damon LennoxAl abrir mis ojos a primeras horas de la mañana lo primero que sentí fue a Débora envuelta alrededor de mi cuerpo desnudo.Sus manos me acariciaban lentamente tratando de provocarme, pero todo lo que pude hacer fue levantarme de la cama e irme directo a la ducha. El agua fría se sintió como un alivio para el calor que envolvía mi cuerpo. Y en cuanto salí me envolví en una toalla y fui directo a la habitación para ver como Débora se desenvolvía de las sábanas.—Buenos días, cielo —saludó mientras se incorporaba y su cabello rubio y largo cubría sus senos.Su sonrisa me invitó a volver a la cama, pero yo tenía cosas más importantes que hacer aunque quería ver como esos ojos azules me miraban desde abajo.—Buenos días, Débora.Luego de un guiño me di la vuelta y me adentré en el vestidor para colocarme ropa y poder bajar a la planta principal.Inevitablemente mi mente evocó a mis pensamientos a una mujer pelinegra que ni siquiera había podido apreciar bien a causa de toda la
Dereck Weston / Beta de la manadaHabía investigado todo lo que se necesitaba a cerca de Eva North. Y las cosas de las que me enteré no fueron muy bonitas, de hecho, era del tipo de cosa por la que irías a la horca.No tuve tiempo de ir a ella y cuestionarle a cerca de aquellos hechos. Y aunque lo hubiese hecho, estaba seguro de que obtendría la verdad de sus labios y probablemente solo hubiese sido en defensa propia, porque ella no parecía ser el tipo de mujer que asesinaría a un hombre lobo y no hablaba de fuerza en este caso, más bien hablaba de la fuerza mentas para hacerlo.Y no se lo conté a Damon, porque esa sería la perfecta excusa para empujarla a un calabozo y no dejarla salir nunca de ahí. No permitiría que él hiciera eso con ella solo por viejos recuerdos y heridas que él aun no sanaba.Debía seguir adelante como había hecho su hermano y no quedarse estancado en el pasado llevando todo ese odio en su alma.Algún día lo dejaría ir, pero mientras tanto prefería conservar el
Eva North El día de ayer Dereck me había confesado que sabía todo de mi, pero también me había prometido que no diría nada a nadie, lo que lo volvía mi aliado en todo esto, pero al llevarme de compras al pueblo supe que en su mente no estaba el dejarme ir.Y lo entendía, era la Luna de su manada y de alguna forma ese tipo de cosas influía en la manada trayendo prosperidad, fertilidad tanto en las mujeres como en la tierra y muchas lluvias para mantener los bosques húmedos.Si me dejaba ir después de haber pisado sus terrenos era probable que muchas de esas cosas decayeran y no se pudieran recuperar en años de mi ausencia.La vida en estas tierras era extraña, pero ciertamente todo estaba en un perfecto orden y ciclo.Por su parte, durante todo el día de ayer no volví a ver a Damon Lennox y supuse que sería de esta forma, yo tratando de hacer una vida en este lugar mientras él se decidía por aceptarme o no y algo en todo eso me daba un mal sabor de boca y me hacía sentir incómoda y