A Rubén no le importó en lo más mínimo que su madre y Sergio se quedaran hablando en la sala. Su niña ya estaba dormida y Molina se había marchado, así que tomó a Rosanna en sus brazos, la apretó cuando quiso escaparse y como un buen cavernícola se dirigió a su cueva con la presa de la noche. Rosie reía entre divertida y avergonzada, ya se estaba acostumbrando a perder el pudor porque todos a su alrededor parecían demasiado relajados con el tema sexual, como si fuera tan normal como respirar. Tampoco tenía ganas de negarse, solo la voz de Rubén susurrando en su oído era suficiente para encenderla y permitir que su esposo hiciera lo que quisiese con ella. —¡No conoces la vergüenza, Rubén Salazar! —No, no sé qué es eso… Yo solo sé que te quiero desnuda. Ahora. —¿No me vas a desnudar? —preguntó la chica con fingida inocencia mordiendo su labio inferior. —¿Debería? —No. Espérame aquí, Jaz me obligó a comprar algo y prometió que te gustaría. —Recuérdame darle un aumento a Jazmín por
De la manera más rápida que pudo se desabrochó el pantalón y lo dejó caer, liberó su pene del apretado bóxer y con su mano lo masajeó para humedecerlo todo, él también estaba escurriendo. Rosie se inclinó hacia adelante, apoyando las manos en la superficie del tocador y sin romper el contacto visual a través del espejo. Gritó al ser penetrada de una sola embestida, la humedad acumulada y el semen sirvieron de lubricante y no sintió más que placer.Rubén agarró sus caderas con firmeza y comenzó a bombearla con potencia, el obsceno sonido de chapoteo y de sus bolas chocando contra ese trasero parecía combustible sobre la hoguera. Por primera vez, Rosie no contuvo sus gemidos, ese momento le resultaba demasiado erótico, ella misma se excitaba más al ver sus pechos balancearse por el fuerte movimiento y escuchar la musiquita del cascabel, era mucho mejor de lo que había imaginado.Cada vez que Rubén le hacía el amor, él mordía sus labios para no gritar o se tapaba la boca con la mano, mor
La mañana de navidad llegó con diferentes sentimientos para los habitantes de la mansión Salazar. Mientras que unos dormían plácidamente luego de una noche intensa de amor, otros apenas habían podido conciliar el sueño.Sergio sentía en su pecho una desazón que lo desesperaba, tenían planes con Jazmín para esa noche y todo se fue a la mierda por la intervención indeseada de Narcisa. En ese momento se lamentaba no haber escuchado a Jazmín cuando le dijo que era mejor que ella no los viera juntos. El sermón que le dio con respecto a sus responsabilidades y lo que se esperaba de él, no era nada comparado a las terribles palabras que estaba seguro de que ella debió decirle a Jazmín.Su chica no quiso hablar con él. Cuando fue a buscarla, Jazmín estaba seria, él conocía esa expresión atormentada en su rostro, podía adivinar lo que Narcisa debió decirle y se sentía culpable al respecto. Si hubiera sido más valiente y decidido nadie tendría dudas de su relación, pero él mismo tenía problemas
Rosalin se despertó por los gritos y el sonido de golpes, aparentemente de puertas. Ella estaba molida, cada rincón de su cuerpo le dolía. Cuando se giró en la cama se descubrió sola, el espacio a su lado ya se encontraba frío, Rubén debía llevar varios minutos de haberse levantado.De inmediato, recordó que no tuvo alientos para recoger y limpiar el desastre que habían hecho la noche anterior, a ella le avergonzaba demasiado que alguna de las sirvientas tuviera que hacerlo, era impensable, siempre se encargaba de recoger todo e incluso ponía las sábanas directamente en la lavadora, aunque le insistieran en no hacerlo, la sola idea de que alguien más viera las evidencias de su pasión la mortificaba demasiado.Al momento de sentarse se arrepintió, de verdad se habían excedido, la cadera, los muslos, la cintura y sus partes privadas le dolían terriblemente, casi podía reírse porque ella sabía que se lo merecía, su cuerpo le gritaba que se detuviera y ella estaba demasiado perdida en las
—Todo está muy cambiado en esta casa.Amaranta miraba alrededor del salón encontrando una decoración un poco cargada de muchos colores, predominando el rosa, algo que su amiga no hubiera permitido si estuviera en pleno uso de sus facultades mentales. Si había algo que Rosanna Salazar tenía, era clase y buen gusto.—Violeta lo escogió todo, sé que parece una casa de muñecas, pero Rubén y yo queríamos complacerla. —respondió Rosie con una sonrisa sutil.—Definitivamente te olvidaste de quién eras. Tú jamás hubieras permitido este circo en tu casa solo para complacer a esa niña.El tono despectivo que se filtraba en las palabras de Amaranta al mencionar a su hija le molestó infinitamente a Rosie, pero ella no quería ser grosera ni hacer una escena. Todos estaban demasiado cargados emocionalmente por esa época como para empezar otro conflicto con su supuesta mejor amiga de toda la vida.—En eso tienes toda la razón, Mara, todos mis errores quedaron atrás, la vida me dio una nueva oportuni
Con todo el alboroto, finalmente Rosie terminó enterándose de la verdad sobre Jazmín. Margarita estaba desconsolada también y, aunque intentó mostrarse fuerte y continuar con su trabajo, era más que obvio que sus ojos siempre estaban aguados y su ánimo decaído, así que la señora de la casa tuvo una conversación muy seria con ella en la que le pedía una explicación. Margarita terminó contándole una pequeña parte de lo que había sucedido con Jazmín en su juventud y el trabajo que ella desempeñaba en el Venture antes de convertirse en su enfermera y amiga.Rubén cambió mucho desde ese día, estaba más tenso y enojado. Seguía siendo el esposo amoroso y apasionado que era antes y también continuaba mimando a su hija en cada momento que podía compartir con ella, pero en lo demás, su sonrisa se había esfumado y Rosie se sentía demasiado impotente por no poder ayudarlo más. Ella insistió en involucrarse más en los negocios, ya había aprendido muchas cosas y con la ausencia de Sergio, Rubén se
La confesión de Rosie trajo nuevos problemas a la casa. La pobre chica estaba desconsolada y no encontraba más apoyo que Margarita y su hija. Desde la partida de Jazmín, ambas mujeres se habían refugiado la una en la otra compartiendo la tristeza por su ausencia. Margarita derrumbó las barreras que tenía contra su jefa, entendiendo que ya no era la misma de antes.El tiempo de Rosie se repartía entre la casa, su hija y los negocios. Rubén apreciaba realmente su ayuda, ella era brillante y se había adaptado rápidamente a administrar las finanzas, eran demasiados negocios, pero los legales tenían personas que podían manejarlos, eran los ilegales los que no se le podían confiar a cualquiera y Rubén le dijo que confiaba plenamente en ella.Al menos así fue hasta su confesión. Ya había pasado una semana y Rubén todavía no le hablaba. Desde esa noche en la que Rosie lo esperó en la habitación rogando al cielo que pudiera perdonarla y permaneció despierta hasta la madrugada sin que su esposo
Sergio no quería usar la palabra “asqueroso” para referirse a la vivienda de alguien, pero ese era el apelativo más cercano. La casa estaba abandonada desde que Rosalin había desaparecido, eso era obvio, pero esas manchas de humedad en la pared, el tejado defectuoso y los muebles que olían a moho, seguramente por mojarse durante el invierno, no eran una novedad, la construcción estaba demasiado deteriorada.Aun así, fue fácil identificar la habitación de Rosalin; la cama era pequeña, pero estaba llena de peluches de ositos, gatitas y cachorritos. Sergio se rio al recordar cómo se comportaba con Candy, como si fuera una niña más. En las paredes había un montón de dibujos infantiles cubriendo las manchas, seguramente obsequios de sus alumnos, así que era el lugar más cuidado de la casa, en completo orden.Allí, bajo la cama, Sergio encontró en una caja de cartón una colección de diarios y en la rápida ojeada que le dio, pudo concluir que no solo la casa era una porquería, la vida de la