Alana.PEDIDA DE MANO.La reunión había demorado más de lo planeada, y aunque pensé que eso sería razón suficiente para que Farid desistiera de su idea, ahora mismo estábamos pasando el puente improvisado por debajo de los muros, mientras una caravana de escoltas y guardias, nos seguían el paso.Me mordía la boca por dentro y solo imaginaba escenarios. Pero de cierta forma también rezaba, porque mi padre, que se destacaba por ser tosco e imprudente, en muchas ocasiones, mantuviera la compostura frente a Farid.Sin embargo, era el rey de Angkor el que estaría delante de él, ¿no? Era casi obligatorio que debía portarse a la altura.De un momento a otro, y entre mis pensamientos, sentí cómo la mano de Farid envolvió la mía, haciéndome girar hacia él.—Tienes las manos heladas… —Sentí un poco de pena para con él, pero afirmé.—Creo que estoy muy asustada… —Farid me sonrió, y como costumbre suya, besó el dorso de mi mano.—¿Cuál es la razón?—Mi padre, por supuesto… a veces es…—¿Y tienes
Alana.BODA.—¡Sí, acepto! —ambos dijimos al unísono, y no pude evitar sonreír cuando Farid me besó, aún y cuando el clérigo encargado de casarnos, no nos había dicho que nos uniéramos al beso.Las manos de Farid acunaron mi rostro y su boca saboreó mis labios sin importar que una multitud nos estaba observando. Su lengua tocaba la mía con suavidad, al mismo que tiempo que el gesto me hacía promesas inimaginables.La gente se puso eufórica en el instante mientras la capilla repleta se inundaba de aplausos ante el evento.Y cuando nos despegamos, noté que mi padre desde los primeros puestos junto a Omar se unía a la ovación de la gente.También pasé la vista hacia mi amiga Abigail, que era mi dama de honor, y luego sonreí a la reina que estaba sentada en la silla de la realeza.Mi corazón latía con fuerza cuando el sacerdote dijo las palabras y luego, a diferencia de cualquier boda en el mundo, comenzó la coronación.Farid ya tenía su corona en la cabeza, pero él me llevó de la mano, m
Chicas lindas, después de tanto tiempo, he culminado esta saga de REINOS que había aplazado por tanto tiempo. Nuevamente, terminamos una historia con su acompañamiento y apoyo, y no me queda nada más que agradecer por su cariño tan bonito, y todos los comentarios que recibí de su parte. Las quiero mucho, ustedes ya lo saben, espero seguir leyéndolas en mis próximos proyectos, porque no saben lo bien que se siente cada palabra que ustedes escriben para cada uno de mis personajes. No habría nada de esto sin su apoyo y sin más que decir, les envío un gran abrazo. Me encuentran en la camarita como majonissi Majo.
NOTA. Esta historia es la continuación de la saga “Reinos” si usted no ha leído las historias anteriores, le recomiendo hacerlo antes de comenzar con esta, aunque se puede leer por separado como Kader, usted entenderá más la trama si conecta los libros desde el principio. Amor real, Conquista Real, Kader, y este último. Una esposa para el príncipe. Tiempo actual. Farid. EL ALBOROTO. Leer la historia de mi nación era como sentir una sensación refrescante cada vez que venía a este lugar, donde podía liberar un poco el estrés de mis hombros e ir a los acontecimientos de mis abuelos y muchas generaciones atrás. Porque, allí se contaba una historia que siempre había marcado mi corazón, a pesar de ser como yo era, y de no creer que actualmente esto pasara de nuevo. Kalil Sabagh y Saravi Eljal habían sido los reyes más ejemplares que Angkor había tenido nunca. Y eso me enorgullecía sobremanera. Muchas generaciones pasaron después de ellos, sin embargo, la marca que había dejado aquella
Farid.ENCUENTRO.El alboroto estaba en su pleno apogeo cuando me puse de pie, y admiré a esa pequeña mujer que ni siquiera había contestado a mi pregunta. Sin embargo, eso ya no era importante, porque la palabra “Yomal” nos advirtió a todos, que de ningún modo sucedería.No estaba en contra de nada de lo que mis antepasados mantenían como una cruz irrefutable.Me destacaba por ser algo relajado, pero era esta característica la que ponía a mi padre de los pelos.Sin embargo, en este momento me pregunté, ¿Cómo una chica como ella había invadido la seguridad de este edificio? Akram era una de las organizaciones más grandes e importantes de todo el reino, y no solo de Angkor, sino de todos los países vecinos que hacían parte de ella.Y de algún modo me interesé por lo que tenía para decir. Su rostro podía arrojar todo tipo de situación, además de que no había visto uno como el suyo.—Abud… —ordené al general cerca de mí—… Iré a una oficina…—Señor… ¿Y la reunión?Me giré totalmente serio
Farid.ANUNCIO.—¡Esto ya es demasiado…! No puedo entenderlo, por más de que trato, ¡no puedo…! —como predije, el periódico fue lanzado a mis pies, mientras bajé mi mirada a todas las hojas de papel en el piso.Luego posicioné la mirada en mi madre, pero ella me la quitó enseguida, como si se estuviera avergonzando de mi conducta.—¿Qué querías que hiciera? —respondí en tono neutro—. ¿Qué arrojara a la mujer a la calle…? O mejor aún… ¿Qué la desapareciera por el escándalo que proporcionó? No uso tus métodos, papá, ni los usaré…Badra, mi madre, se agitó y se levantó rápido, pero el impacto en mi mejilla ya estaba hecho.Mi cabeza no se volvió a girar hacia él. De hecho, permanecí así, tratando de amortiguar la rabia que eso me causó.—Farid, te lo advierto, no es a tu manera… esta monarquía nos ha costado sudor, lágrimas y sangre, como para que un dejado como tú, arruine todo eso. Se suponía que precederías la reunión… una reunión tan importante para Angkor como ninguna, y sabiendo es
Alana.INVITACIÓN.—Qué hiciste, ¿qué? —torcí mis ojos cuando mi padre casi gritó, mientras que mi hermano mayor cruzaba los brazos demostrando su inconformidad por mi arrebato y desobediencia—. ¿Cómo eres de impertinente? ¡Te pudieron haber matado!En el momento en que dijo la última frase, mi cabeza se bajó. Mi hermano menor, Bahir, había sido asesinado hace dos años por permanecer al grupo de rebeldes, que estaban en la causa por levantar la bandera de Yomal. Mi padre había estado en contra de sus ideales, al igual que mi hermano mayor, Omar, pero nadie pudo ver lo que se avecinaba, a la persona que aún consideraba mi mejor amigo.Mi hermano menor, solo por dos años de diferencia, había sido mi confidente desde que éramos unos niños. Crecimos con los mismos sueños, y con una esperanza grande de ver a nuestro país libre de la opresión alguna vez.Actualmente, Yomal tenía solo un ejecutivo nacional que dirigía con las uñas, pero ya había recibido muchas amenazas, y sus fuerzas eran m
Alana. NUEVAMENTE EN ANGKOR. No sabía qué hacer… estaba en un punto de quiebre, y sobre todo de una intensa tensión en mi cuerpo. Mi familia iba a castigarme rudamente si asistía a esta invitación, incluso mi grupo de lucha podría excluirme de los proyectos que tanto amaba si se enteraban de mis andanzas. Todos sabían en Yomal que mi apellido acarreaba una maldición de nunca acabar, porque, aunque fuéramos uno de las familias más pobres, esta generación seguía atormentándonos. Era lógico que el apellido Bozkurt se había extendido, había unas diez familias más en todo el país que acarreaban con este destino, pero que a la larga solo era eso, un bulto que cargar en los hombros, porque de reinado ya no quedaba nada. Conocía muy bien la historia, pero también había investigado y mi línea no provenía de aquel rey malo, llamado Omer. Él no tuvo descendencia alguna, pero su hermano Abdel, era el que había dejado algo de legado, que, con los siglos, se fue deteriorando por la falta de f