Capitulo 36

Irene.

Los pies dolían al quitarme los zapatos. Demasiado agotamiento adquirido en pocas horas, pero como en todos los clientes que estaban a mi disposición, pude hacer que salieran con una gran sonrisa en el rostro.

Casi todos, porque uno me había puesto las cosas demasiado difíciles desde el inicio. Una tarea que no pude cumplir y ahora resultaba que era a quien esperaba que llegara ya que dijo que tenía algo que hacer con su amigo y colega.

Amarré mi cabello en un moño improvisado,. solté dos botones de la camisa y saqué la tabla para picar algunos vegetales que usaría para la cena, vertí un poco de mostaza para aderezar el pollo y algunas especias para dejarlo reposar.

Tenía mucha hambre y con Julián dormido podía cocinar sin pensar en que podría caerse de su silla al moverse como si fuera su deporte favorito.

Dos días habían pasado desde que Tej me contó sobre la visita que había hecho Ismael a su oficina, por lo que estar en paz, sin visitas indeseadas por parte de él o su hijo
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