RENZOHa pasado una jodida semana desde que tuve la videollamada con Dalila, el recuerdo que tengo de ella, con aquella mirada perdida, sus ojos llenos de vacío, algunos moretones que se balanceaban sobre la piel delicada de su rostro, su tono pálido… me visita cada jodida noche. Nunca me he considerado un hombre débil, pero ella es mi punto ciego, mi talón de Aquiles, la persona que es capaz de tener las agallas de acuchillarme de frente y adivinen qué, la dejaría con todo gusto, sin dudarlo, pero ahora ella está muerta, esa luz que tanto me había gustado y que tanto me enloquece, desapareció. Me quema en el pecho la idea de haber perdido a nuestro segundo hijo, ella piensa que no estamos destinados, pues bien, haré todo para que entienda que lo estamos, que somos uno solo y que no importa cuánto tiempo nos lleve, ella es mía para cuidarla, para hacerle entender que ella sigue siendo mía, no importa en que parte del mundo se encuentre o qué es lo que haga al respecto, ella es mía.
DALILALas cosas no siempre son como una quiere, mucho menos he tenido suerte en tratar de estar tranquila por un día, siempre hay algo que hacer, alguien a quien cortarle el cuello, todo gira alrededor de mi único deseo, y eso es mantener a salvo a los que quiero, y a proteger mi mayor tesoro. Es difícil, pero hasta ahora lo he logrado. Ha pasado un año desde que hice que Rusia entrara en plena guerra contra Italia, el ser una mujer hermosa me ha abierto muchas puertas, en especial cuando se trata de hacer negociaciones, todos apuntan su polla hacia mi dirección con el sueño frustrado de follar a la Koroleva de la Bratva, al final se dan contra la pared, no pueden, no lo permito. He hecho cosas que jamás imaginé que haría en algún momento de mi vida, pero Renzo me empujó a hacerlo, pese a que ha pasado tiempo, no se rinde, no me deja, sé muy bien que ha intentado buscarme por cielo, mar y tierra sin éxito, ha contratado e incluso infiltrado a varios hombres dentro de las filas Rusa
DALILAAun me cuesta trabajo entender cómo es que Roan está aquí, en este año que ha pasado, estoy consciente de que muchos de los enemigos de la Bratva han querido localizarme, como líder, y peor aún para ellos, ser mujer, es un gran insulto, nadie ha podido, localizadores de la más alta calidad, los mejores Hackers de la historia de cada organización, nadie, ni siquiera el propio padre de mi hija ha podido, Emma, es todo lo que tengo, así que es a ella en quien me enfoco en estos momentos, sus ojos grises me sonríen, se parece demasiado a él. Los veo sentarse delante de mí en mi despacho, mientras los ojos de Colette no dejan de admirar a la bebé de un año que sostengo entre brazos. Así es esto. Andrei, Kirill e Ilenko están a mi lado, actuando como perros guardianes. —¿Cómo me has encontrado? —frunzo el ceño. Roan ladea una sonrisa de media luna. —Me ofendes, Dalila, el hecho de que ya no sea parte de una organización como la italiana, no me quita las habilidades que adquirí, t
NARRADOR OMNISCIENTE Renzo y Dalila no podían apartar la mirada de encima, mucho menos cuando ambos ardían, una, en sed de venganza, y el otro, en una sed palpable por follarla, y mientras el encuentro se daba en uno de los edificios más escondidos de toda Rusia, a miles y miles de Kilómetros, se encontraba Diane encerrada en la fortaleza de Renzo. Llorando porque su plan no había salido como lo esperaba. Se había tomado ya demasiadas molestias para ver, entender, que esto podía funcionar siempre y cuando Dalila no se entrometiera en asuntos que no le incumbían, así que cuando la orden recurrió a ella por ayuda, supo desde un inicio, que esta era su oportunidad para poder por fin tener a su lado, al hombre que más amaba en la vida. Los miembros más importantes de la orden la buscaron por aquel entonces, le ofrecieron mucho dinero y el papel como la esposa del Capo, si las cosas sucedían como tenían planeado, así que no dudó en aceptar el trato, en especial cuando había que buscar
DALILAVolver al hombre que me traicionó, que nunca confió en mí, que no creyó en mis capacidades ni mucho menos en mis palabras hace años, hace que un aguijonazo se adhiera a mi pecho, el remordimiento llega, la culpa al ocultarle que es padre de Emma, la niña más hermosa que han visto mis ojos, de hecho, pese a que sacó el color gris de ambos, se parece más al de su padre que a los míos, su cabello oscuro incluso es idéntico. Sus rasgos no niegan de donde viene. Pero eso no es todo lo que siento, una revolución se amolina en mi corazón, uno que no deja de palpitar de modo frenético. Renzo me mira del mismo modo intenso, trago duro, no quiero que vea mi debilidad, no necesito que lea mi mente tampoco, él, al igual que Roan y Andrei son los que mejor me conocen, así que solo pongo mi cara en blanco. —Dalila, nos volvemos a encontrar —arguye en tono oscuro. El silencio que se forma a nuestro alrededor, hace que la piel se me erice, muchos de estos mafiosos si no es que la mayoría, m
RENZOLa sangre me arde cuando la veo alejarse en un maldito helicóptero, lo vi en su mirada, lo rota que estaba, lo decepcionada que la había hecho sentir de nuevo. Se fue sintiendo odio sobre mí, desde que la vi en la reunión de los clanes, pude notar que algo había cambiado en ella, ya no estaba delante de la misma Dalila de hace un año, esta mujer que se me presentó era una totalmente diferente, y eso es lo que más me dolía, el no poder haberla detenido para hablar. El caos que se colisiona en mi pecho, hace que tenga deseos de matarla y de follarla al mismo tiempo, Elio me mandó las pruebas de que ella había mandado matar a Diane y a Emiliano, me dejé llevar, lo admito, cometí un nuevo error y algo me dice que lo voy a pagar demasiado caro. Muevo el cuello con estrés, ella tiene razón, tal vez debí haber pedido más información acerca de todo lo ocurrido, y es por eso que decido llamarle de nuevo a Elio. Contesta al quinto timbre. —¿Qué quieres? —me responde tajante. Sigo sin
DALILAHORAS ANTESCon cada segundo que transcurre, siento que el corazón se me parte en dos, la sangre me hierve al recordar lo que Renzo cree de mí, ¿cómo pude ser tan idiota como para no haberme dado cuenta de lo que estaba pasando? Es irónico que el mismo hombre por el que en el pasado daba la vida, es el mismo que me está apuñalando por la espalda. —Tienes que pensar con claridad. La voz de Andrei no me ayuda, las lágrimas se acumulan en mis ojos, pero me niego a llorar, a parecer una débil, no cuando solo estoy a un año de tocar la libertad con Emma, con lo que más me importa en la vida, así que queda descartado todo eso. Por el momento al menos. —Lo hago —miento.—No es cierto, no lo haces, escucha, Renzo… —No menciones su nombre, lo odio en demasía —sorbo mi nariz, como si eso pudiera cambiar el hecho de lo que siento por dentro. —Solo estoy apuntando al hecho de que creo que ambos están creyendo cosas que no son ciertas —la mirada sin vida de Andrei, hace que sienta el d
RENZOPese a que mis decisiones no han sido las más correctas, no me arrepiento de cada paso que he dado, ya que todo eso me ha llevado hasta mi hija Emma, joder, cuando Roan me enseñó su foto, algo colisionó en mi pecho, todas mis sospechas se hicieron reales cuando Colette bajó con ella en brazos, más, cuando Dalila fue por ella, tengo una hija, mi carne, mi sangre. Y ahora, todo eso se queda de lado al ver a Elio decirme que los italianos han tenido la osadía de venir hasta Rusia y pisar los terrenos de la Bratva, lo que ocasiona que Dalila frunza el ceño y tense el cuerpo. —¿Quién los dejó pasar? —pregunta con ojos llenos de rabia. Dudo que sea más grande que la mía. —Dijeron que eran amigos tuyos —Elio le responde—. Al parecer tus hombres los dejaron ingresar al territorio rojo. —¿Y les parece que son personas gratas para mí? Quiero las cabezas de todos los que los dejaron pasar a mis territorios —expone Dalila y la polla se me pone dura de verla actuar como una hija de perr