NARRADOR OMNISCIENTE Renzo y Dalila no podían apartar la mirada de encima, mucho menos cuando ambos ardían, una, en sed de venganza, y el otro, en una sed palpable por follarla, y mientras el encuentro se daba en uno de los edificios más escondidos de toda Rusia, a miles y miles de Kilómetros, se encontraba Diane encerrada en la fortaleza de Renzo. Llorando porque su plan no había salido como lo esperaba. Se había tomado ya demasiadas molestias para ver, entender, que esto podía funcionar siempre y cuando Dalila no se entrometiera en asuntos que no le incumbían, así que cuando la orden recurrió a ella por ayuda, supo desde un inicio, que esta era su oportunidad para poder por fin tener a su lado, al hombre que más amaba en la vida. Los miembros más importantes de la orden la buscaron por aquel entonces, le ofrecieron mucho dinero y el papel como la esposa del Capo, si las cosas sucedían como tenían planeado, así que no dudó en aceptar el trato, en especial cuando había que buscar
DALILAVolver al hombre que me traicionó, que nunca confió en mí, que no creyó en mis capacidades ni mucho menos en mis palabras hace años, hace que un aguijonazo se adhiera a mi pecho, el remordimiento llega, la culpa al ocultarle que es padre de Emma, la niña más hermosa que han visto mis ojos, de hecho, pese a que sacó el color gris de ambos, se parece más al de su padre que a los míos, su cabello oscuro incluso es idéntico. Sus rasgos no niegan de donde viene. Pero eso no es todo lo que siento, una revolución se amolina en mi corazón, uno que no deja de palpitar de modo frenético. Renzo me mira del mismo modo intenso, trago duro, no quiero que vea mi debilidad, no necesito que lea mi mente tampoco, él, al igual que Roan y Andrei son los que mejor me conocen, así que solo pongo mi cara en blanco. —Dalila, nos volvemos a encontrar —arguye en tono oscuro. El silencio que se forma a nuestro alrededor, hace que la piel se me erice, muchos de estos mafiosos si no es que la mayoría, m
RENZOLa sangre me arde cuando la veo alejarse en un maldito helicóptero, lo vi en su mirada, lo rota que estaba, lo decepcionada que la había hecho sentir de nuevo. Se fue sintiendo odio sobre mí, desde que la vi en la reunión de los clanes, pude notar que algo había cambiado en ella, ya no estaba delante de la misma Dalila de hace un año, esta mujer que se me presentó era una totalmente diferente, y eso es lo que más me dolía, el no poder haberla detenido para hablar. El caos que se colisiona en mi pecho, hace que tenga deseos de matarla y de follarla al mismo tiempo, Elio me mandó las pruebas de que ella había mandado matar a Diane y a Emiliano, me dejé llevar, lo admito, cometí un nuevo error y algo me dice que lo voy a pagar demasiado caro. Muevo el cuello con estrés, ella tiene razón, tal vez debí haber pedido más información acerca de todo lo ocurrido, y es por eso que decido llamarle de nuevo a Elio. Contesta al quinto timbre. —¿Qué quieres? —me responde tajante. Sigo sin
DALILAHORAS ANTESCon cada segundo que transcurre, siento que el corazón se me parte en dos, la sangre me hierve al recordar lo que Renzo cree de mí, ¿cómo pude ser tan idiota como para no haberme dado cuenta de lo que estaba pasando? Es irónico que el mismo hombre por el que en el pasado daba la vida, es el mismo que me está apuñalando por la espalda. —Tienes que pensar con claridad. La voz de Andrei no me ayuda, las lágrimas se acumulan en mis ojos, pero me niego a llorar, a parecer una débil, no cuando solo estoy a un año de tocar la libertad con Emma, con lo que más me importa en la vida, así que queda descartado todo eso. Por el momento al menos. —Lo hago —miento.—No es cierto, no lo haces, escucha, Renzo… —No menciones su nombre, lo odio en demasía —sorbo mi nariz, como si eso pudiera cambiar el hecho de lo que siento por dentro. —Solo estoy apuntando al hecho de que creo que ambos están creyendo cosas que no son ciertas —la mirada sin vida de Andrei, hace que sienta el d
RENZOPese a que mis decisiones no han sido las más correctas, no me arrepiento de cada paso que he dado, ya que todo eso me ha llevado hasta mi hija Emma, joder, cuando Roan me enseñó su foto, algo colisionó en mi pecho, todas mis sospechas se hicieron reales cuando Colette bajó con ella en brazos, más, cuando Dalila fue por ella, tengo una hija, mi carne, mi sangre. Y ahora, todo eso se queda de lado al ver a Elio decirme que los italianos han tenido la osadía de venir hasta Rusia y pisar los terrenos de la Bratva, lo que ocasiona que Dalila frunza el ceño y tense el cuerpo. —¿Quién los dejó pasar? —pregunta con ojos llenos de rabia. Dudo que sea más grande que la mía. —Dijeron que eran amigos tuyos —Elio le responde—. Al parecer tus hombres los dejaron ingresar al territorio rojo. —¿Y les parece que son personas gratas para mí? Quiero las cabezas de todos los que los dejaron pasar a mis territorios —expone Dalila y la polla se me pone dura de verla actuar como una hija de perr
DALILAAÑOS ATRÁSMiro mi reflejo en el espejo, detallo cada uno de mis rasgos y pienso que pese a tener quince años, en mis manos ya se ha derramado demasiada sangre, he visto morir por mi mano a muchas personas, soy la mejor asesina que la mafia italiana pudiera tener. He superado por mucho a todos, a cada uno de mis compañeros, menos a dos, Roan y Renzo, con ellos estamos a la par los tres. —Eres la mejor —me digo a mí misma. Otra de las cosas que he aprendido desde que estoy dentro de esta organización, si no tengo el apoyo de mi padre y de todos los que alguna vez amé, no hace falta más que el mío, me tengo a mí misma y con eso basta. Salgo del baño con una toalla enrollada a mi cuerpo, cuando de la nada me detengo en seco, al ver a Hernán, un chico que me besó ayer después de una misión, no estuve de acuerdo y por supuesto no le importó nada, él e s enemigo declarado de Renzo, quien me considera de su propiedad, y de quien estoy enamorada desde que era una niña, pero lo nuest
RENZOEn cuanto piso territorio Italiano, pese a que las miradas me siguen desconfiadas junto con los miembros de la orden, nadie se atreve a entrometerse en mi camino, nadie tiene los cojones de enfrentarme, dicen no estar a gusto con mi manejo dentro de la organización como su líder, y aquí están, bajando las miradas con cada paso que doy, son unos inútiles que solo se dejan manejar por lo que la orden les indica. Camino sin esposas, nadie me apunta con un arma, y es que puede que las cosas no hayan salido como nadie las esperaba luego de la partida de Roan, aunque para ser honesto, las cosas ya se habían ido a la mierda desde que su padre se fue, solo nos quedamos con los escombros de un imperio que habían formado en el pasado, los antiguos líderes. Al entrar a la fortaleza de la orden, me doy cuenta de que los de la cosa nostra estaban esperando mi regreso, no pinta bien, estos hijos de puta en verdad me quieren matar, pero se necesita más que esto para acabar conmigo, me llevan
DALILAHORAS ANTES—¿Estás segura de lo que estás a punto de hacer? Levanto la mirada para ver a Colette, quien me sigue preguntando acerca de la decisión que he tomado hace cinco minutos de salvar a Renzo, no me puedo mentir más, dejar morir al padre de mi hijo, pero lo que supone más poderoso, al hombre que he amado desde que era una niña, es igual o peor que vivir una vida en blanco y negro, cosa que no pienso dejar que suceda. La verdad es que no hizo falta que pensara demasiado las cosas, solo fue un impulso basado en lo que sentía en mi interior. —Estaré bien —le aseguro mirando a mi pequeña, quien es la viva imagen de Renzo, su padre. Colette me regala el mismo gesto y observa a Emma. —Prometo que la vamos a cuidar en tu ausencia —me asegura y le creo. Con Roan en el mapa, sé que mi bebé no puede estar en mejores manos, en especial porque sé que daría la vida por proteger lo que más amo en el mundo, y eso es esta pequeña que me observa con sus enormes ojos grises. Balbuce