DALILAHORAS ANTESCon cada segundo que transcurre, siento que el corazón se me parte en dos, la sangre me hierve al recordar lo que Renzo cree de mí, ¿cómo pude ser tan idiota como para no haberme dado cuenta de lo que estaba pasando? Es irónico que el mismo hombre por el que en el pasado daba la vida, es el mismo que me está apuñalando por la espalda. —Tienes que pensar con claridad. La voz de Andrei no me ayuda, las lágrimas se acumulan en mis ojos, pero me niego a llorar, a parecer una débil, no cuando solo estoy a un año de tocar la libertad con Emma, con lo que más me importa en la vida, así que queda descartado todo eso. Por el momento al menos. —Lo hago —miento.—No es cierto, no lo haces, escucha, Renzo… —No menciones su nombre, lo odio en demasía —sorbo mi nariz, como si eso pudiera cambiar el hecho de lo que siento por dentro. —Solo estoy apuntando al hecho de que creo que ambos están creyendo cosas que no son ciertas —la mirada sin vida de Andrei, hace que sienta el d
RENZOPese a que mis decisiones no han sido las más correctas, no me arrepiento de cada paso que he dado, ya que todo eso me ha llevado hasta mi hija Emma, joder, cuando Roan me enseñó su foto, algo colisionó en mi pecho, todas mis sospechas se hicieron reales cuando Colette bajó con ella en brazos, más, cuando Dalila fue por ella, tengo una hija, mi carne, mi sangre. Y ahora, todo eso se queda de lado al ver a Elio decirme que los italianos han tenido la osadía de venir hasta Rusia y pisar los terrenos de la Bratva, lo que ocasiona que Dalila frunza el ceño y tense el cuerpo. —¿Quién los dejó pasar? —pregunta con ojos llenos de rabia. Dudo que sea más grande que la mía. —Dijeron que eran amigos tuyos —Elio le responde—. Al parecer tus hombres los dejaron ingresar al territorio rojo. —¿Y les parece que son personas gratas para mí? Quiero las cabezas de todos los que los dejaron pasar a mis territorios —expone Dalila y la polla se me pone dura de verla actuar como una hija de perr
DALILAAÑOS ATRÁSMiro mi reflejo en el espejo, detallo cada uno de mis rasgos y pienso que pese a tener quince años, en mis manos ya se ha derramado demasiada sangre, he visto morir por mi mano a muchas personas, soy la mejor asesina que la mafia italiana pudiera tener. He superado por mucho a todos, a cada uno de mis compañeros, menos a dos, Roan y Renzo, con ellos estamos a la par los tres. —Eres la mejor —me digo a mí misma. Otra de las cosas que he aprendido desde que estoy dentro de esta organización, si no tengo el apoyo de mi padre y de todos los que alguna vez amé, no hace falta más que el mío, me tengo a mí misma y con eso basta. Salgo del baño con una toalla enrollada a mi cuerpo, cuando de la nada me detengo en seco, al ver a Hernán, un chico que me besó ayer después de una misión, no estuve de acuerdo y por supuesto no le importó nada, él e s enemigo declarado de Renzo, quien me considera de su propiedad, y de quien estoy enamorada desde que era una niña, pero lo nuest
RENZOEn cuanto piso territorio Italiano, pese a que las miradas me siguen desconfiadas junto con los miembros de la orden, nadie se atreve a entrometerse en mi camino, nadie tiene los cojones de enfrentarme, dicen no estar a gusto con mi manejo dentro de la organización como su líder, y aquí están, bajando las miradas con cada paso que doy, son unos inútiles que solo se dejan manejar por lo que la orden les indica. Camino sin esposas, nadie me apunta con un arma, y es que puede que las cosas no hayan salido como nadie las esperaba luego de la partida de Roan, aunque para ser honesto, las cosas ya se habían ido a la mierda desde que su padre se fue, solo nos quedamos con los escombros de un imperio que habían formado en el pasado, los antiguos líderes. Al entrar a la fortaleza de la orden, me doy cuenta de que los de la cosa nostra estaban esperando mi regreso, no pinta bien, estos hijos de puta en verdad me quieren matar, pero se necesita más que esto para acabar conmigo, me llevan
DALILAHORAS ANTES—¿Estás segura de lo que estás a punto de hacer? Levanto la mirada para ver a Colette, quien me sigue preguntando acerca de la decisión que he tomado hace cinco minutos de salvar a Renzo, no me puedo mentir más, dejar morir al padre de mi hijo, pero lo que supone más poderoso, al hombre que he amado desde que era una niña, es igual o peor que vivir una vida en blanco y negro, cosa que no pienso dejar que suceda. La verdad es que no hizo falta que pensara demasiado las cosas, solo fue un impulso basado en lo que sentía en mi interior. —Estaré bien —le aseguro mirando a mi pequeña, quien es la viva imagen de Renzo, su padre. Colette me regala el mismo gesto y observa a Emma. —Prometo que la vamos a cuidar en tu ausencia —me asegura y le creo. Con Roan en el mapa, sé que mi bebé no puede estar en mejores manos, en especial porque sé que daría la vida por proteger lo que más amo en el mundo, y eso es esta pequeña que me observa con sus enormes ojos grises. Balbuce
DALILA—No te quiero cerca de ese imbécil. Miro mal a Renzo, su carácter explosivo y sus celos se han intensificado hace cinco horas, desde que nos casamos, le miro mal y sigo arreglando el enorme tul de mi vestido blanco. —Solo somos amigos, no es para tanto. —El hijo de perra te ve como postre. —¿Y de qué sirve que me vea como postre si eres el único que me puede probar? —enarco una ceja con incredulidad. Sí, hoy fue nuestra boda, hace cinco horas que nos casamos por la iglesia real, esta vez no como una mentira, los papeles, todo, ahora soy la señora Martini y eso se siente extraño, pero a la vez importante y me hace feliz, lo cierto es que su posesividad también incrementó desde que tengo su apellido, al igual que Emma. Nunca pierde la oportunidad de hacerse saber mi esposo, mostrando nuestros anillos, como si fuera una señal clara de que soy suya, cuando jamás dejé de hacerlo, ni siquiera cuando Maxim me borró parte de mi memoria, cuando lo olvidé y me casé con él pensando
BOSSEl gélido aire hace que mi cuerpo sienta que está vivo, ya no recuerdo lo que es sentir, lo que es respirar, el significado de la vida dejó de tener sentido mucho antes de que cumpliera cinco años, y la única persona que me mantenía con los pies sobre la tierra, ya no es mía, Dalila Sprouse, ella es la única mujer por la que me he permitido sentir algo, ninguna se compara con ella, ni siquiera de cerca. A lo largo de estos dos años, en los que he permanecido bajo las sombras, he intentado hacer que infinidad de mujeres con las que follo, se parezcan a ella, no lo logran, no importa que busque rubias con ojos grises, nadie es como ella, y ahora mismo, debe estar en su luna de miel con el imbécil de Renzo. Ya no es el capo, no es parte de la organización italiana, no que significa que bien podría hacer que lo desaparezcan, pero eso pondría triste a la mujer que siempre voy a amar, tienen una hija, Emma, sí, estoy al tanto de todo lo que tiene que ver con ella, con sus alrededores
El Boss ha regresado, y con él, una antigua deuda de sangre, una que arrastra a la inocencia de Devrim, hermana menor de a quien consideraría su mejor amigo; Alisha, quien dio la vida para que él viviera, prometió cuidar de ella, velar por su seguridad, pero cuando él está a punto de casarse y la lleva a vivir con él, trayendo el pecado y la perdición a su organización, solo hay dos problemas; su prometida la odia y Devrim busca su propia venganza, ¿podrá el Boss resistirse al encanto infernal personificado en una chica de 18 años?El Boss tiene una nueva reina roja.