BOSS—Cuando sea grande me voy a casar contigo. Sus palabras siguen siendo como un recordatorio constante de que ella es mía, me pertenece, los recuerdos de aquella noche en la que ella quedó inconsciente por la sustancia que le inyecté, vienen a mi memoria. Recuerdo haberla tocado, cada espacio de su cuerpo, en ese momento no estaba seguro de que estaba embarazada, había una ligera sospecha por las pruebas del video, en donde se veía a Renzo Martini follándola contra la pared del baño, mientras yo la buscaba como loco por todos lados. Luego de eso mi hermano Andrei, mi sangre, me traiciono y le ayudó a salir de Rusia, pero le costó la vida, aún me duele haberlo perdido, nadie entiende el amor que siento por ella, por mi Dalila, no es enfermo, puede que un poco insano, pero es lo más real que nunca he tenido por nadie. El saber que estaba embarazada y que ese hijo no era mío, fue un golpe duro, uno que me dolió en el corazón, ni siquiera sabía que tenía uno hasta que ella llegó a mi
DALILALos recuerdos son como una enorme bomba nuclear en mi interior, cada cosa, cada momento de mi vida, mi infancia, todo regresa a mí, puedo recordar mi primer beso en medio del bosque con Renzo, mi enamoramiento con él, todo lo que he pasado y he hecho bajo las órdenes de la orden, y por supuesto, todo lo que ha pasado en los últimos meses, Renzo se casó, su esposa murió, el Boss la mató, el Boss jugó conmigo, me ha tratado como una maldita marioneta en el que él mueve mis hilos, estoy embarazada, lo recuerdo, también los riesgos, todo viene a mí sin que lo pueda detener. No soy la Koroleva como Maxim Ivanov me hizo creer, tampoco soy la mujer que ama Renzo, como siempre creí, mucho menos una asesina al servicio de hombres que en cuanto vieron la oportunidad, solo me dejaron a la deriva, solo me abandonaron y me lanzaron a los lobos, me vendieron a la mafia rusa. Pero lo que sí soy, es una mujer llena de rabia con un único objetivo, vengarme del Boss y dejar de ser el juguete de
DALILA—¡No puedes hacer esto! —grito cuando me sacan por la fuerza del despacho. En serio que Renzo me sigue subestimando, ha mandado encerrarme, lo vi en su mirada, me empujan en la habitación de al lado, en donde me empujan y antes de que me lance sobre ellos para romperles el cuello, cierran la enorme puerta, la habitación solo cuenta con la ventilación, no tiene ventanas, y la única puerta es de metal sólido y grueso, es fuerte. —Debe ser una broma —pateo la puerta. —No hagas esfuerzos estúpidos, no en tu estado —escucho la voz de Renzo por los altavoces. Tenso el cuerpo, no me puede estar pasando esto, no cuando todo lo que tengo que hacer es ir detrás de la cabeza de Maxim Ivanov, ese es mi único objetivo y ellos me lo están impidiendo, sé que es peligroso, sé que estoy poniendo en riesgo mi vida, pero sin duda, si no lo hago yo, dudo que ellos sean capaces de hacerlo, he conocido a Maxim muy de cerca, sé cuales son sus debilidades, mismas que estoy segura que ni siquiera s
RENZOLa primera vez que la vi, ella llegó asustada de la mano de su padre, lo sé porque lo vi en su mirada, por fuera parecía una pequeña niña serena, aceptando su destino, ese es el punto, ella jamás estuvo de acuerdo, solo se adaptó a lo que la vida le ofrecía, más nunca estuvo bien con ello del todo, Dalila Campbell, ella es la mujer que desde un inicio robó mi atención, y desde ese día, le seguí la pista.Ella nunca se dio cuenta de ello, por supuesto, porque era discreto, me habían entrenado para serlo, pero siempre tenía ojos y oídos por todas partes, es por ello que siempre sabía en dónde estaba, y eso implica que supiera incluso con quienes salía a las misiones que se supone eran ultrasecretas, error, no lo eran, yo estaba al tanto de cada una de ellas. También soy el responsable de que ningún chico se le acercara, de que no la invitaran a salir y mucho menos de que follaran con ella, siempre los amenazaba y a quien se atreviera a tocarla incumpliendo mis demandas, lo que si
DALILANo sé si reírme o llorar, o salir corriendo con lo que acabo de ver y escuchar, mi cuerpo aún no se repone con lo que acaba de pasar, y ya me avientan de nuevo a un abismo del que no creo poder salir sola, Colette y yo somos rodeados por los chicos, Andrei tensa el cuerpo y no se separa de mí, es lo que me hace sentir segura sin dudas. Kirill se coloca a mi izquierda, Elio a mis espaldas y Renzo y Roan delante de mí. Me quedo callada, procesando cada una de sus palabras, Maxim está muerto, el Boss de la mafia rusa, no, no puede ser, una vez muerto, soy libre, ya no debe haber un documento que me localice como la esposa del Boss, no, me niego a hacerlo, miro a mi alrededor, todos los rusos están rindiéndome pleitesía, pero debe ser un grave error. Se supone que muerto el Boss, alguien más de la organización debe tomar su puesto, nunca se ha tomado el sitio en serio, una mujer. En todo caso, ya deben de tener a alguien más que haya nacido bajo las reglas de la mafia rusa, en es
DALILALa garganta se me cierra con lo que escucho, no puedo creerlo, me niego, es decir, Renzo tenía un hijo con Diane, no solo se trataba de su ex esposa muerta, sino… de esto, joder, un nudo se me forma en la garganta, me voy al baño, en donde me remojo la cara, son demasiados problemas los que tengo que resolver, mucho peso que cae sobre mis hombros, y esta el estado en el que me encuentro, estar embarazada no hace mucha diferencia, pero sin lugar a dudas, mi prioridad ahora es mi bebé. Nadie me lo va a dañar, aunque eso signifique alejarme de su padre, tengo que pensar en lo que mejor me conviene, y eso es lo que hago las dos siguientes horas, en las que me quedo sentada en una de las esquinas del baño, abrazando mis rodillas al pecho, tratando de que sea una pesadilla y que despierte de nuevo en algún lugar en donde no existan las mafias, pero sé, en el fondo, que eso nunca va a poder ser. Pierdo la noción del tiempo, hasta que un par de golpes en la puerta hacen que salga de
RENZOMe siento hastiado de toda esta situación, pero sobre todo, enfadado con todos, menos con Dalila, a quien sé que le he roto el corazón, aunque nunca lo admita, sé que le estoy haciendo un daño irreparable, esa es la realidad de las cosas, el tener un hijo con otra mujer que no sea ella, hace que me sienta el hombre más cruel y miserable de la tierra, pero al mismo tiempo, el más feliz, ese niño se parece a mí, es mi sangre, no le conozco y, sin embargo, ya le amo con un amor que nunca pude imaginar, que se compara con el que le tengo a Dalila y a mi futuro hijo con ella, con la mujer que amo, que deseo, y con quien tengo planeado pasar por el resto de mis días a su lado. Esos son mis planes, y no pienso dejar que nadie me los arrebate, que me los mate, que me los dañe, ese sueño será una realidad, así tenga que aniquilar el mundo entero, así tenga que sufrir un par de meses, aún quedan muchas cosas por solucionar, y es que no he pensado en las opciones que tengo para que Dalila
DALILAANTES DEL SUCESONo me puedo mover, a decir verdad, ni siquiera he podido dormir, todo lo que está pasando es como una bomba de tiempo que en cualquier momento va a estallar y entonces desataré la tercera guerra entre mafias, una masacre a la que no quiero llegar, en especial no cuando estoy embarazada, estar esperando un hijo de Renzo, no estaba en mis planes, y me avergüenza admitirlo, así como tampoco lo estaba que Maxim se haya muerto y en su lugar, no me haya dejado mi libertad como pago después de todo lo que me hizo, sino, que me ató con una cadena más gruesa, a la Bratva, para que no pudiera escapar tan fácil de ella. Aceptaría esto con gusto de estar sola, pero estoy esperando un hijo del hombre del que siempre estuve enamorada, y del que siempre me ha fallado, me ha roto el corazón, saber que él tiene un hijo, con otra mujer, hace que me llene de celos, sé que el niño no tuvo la culpa, y que cuando sucedió no éramos nada. Las cosas habían quedado claro entre los dos