—¿De qué se trata? —Samara tomó una fuerte aspiración cuando escuchó la pregunta. Ya lo había pensado toda la noche cuando no pudo conciliar el sueño, por ese efecto que permaneció en su cuerpo. Ella no podía quedar atrapada en esta situación, con un hombre que solo mentía y engañaba a su familia, y la única solución, era seguir teniendo esa seguridad en su vida. Y este equilibrio tenía nombre y apellido. Levantó el rostro, y luego asintió hacia André para comenzar: —Sé que no es el momento… sé que aún nos falta unas semanas aquí con su familia, pero… me gustaría hacer una llamada a Imlil… André arrugó su ceño mientras la adrenalina comenzaba a esparcirse por su cuerpo. —¿Imlil? —ella afirmó lento. —Quisiera llamar… sé el número de memoria, y si usted me regala una llamada… yo podría… —¿Se trata de tu novio? —él pudo ver como las mejillas de Samara enrojecieron y sus ojos se quitaron de su mirada aniquiladora. «Sí, ella quería hablar con ese hombre», pensó André, y el hecho de
André estaba sentado aspirando su puro y esperando que Samara llegara, cuando las puertas de la mansión se abrieron. El personal de enfermería estaba con él en una silla de ruedas, y poco a poco que fueron entrando, pudo ver a Francois, a su madre y al resto de familia, que venían detrás de él.Se levantó apagando el puro en un cenicero, y Connor a su lado se unió al encuentro.—¿Cómo estás, abuelo? —él se adelantó hasta su sitio mientras le besó ambas mejillas.—¡Más que bien! Muy contento de llegar a casa y ver a toda mi familia.André asintió mirando por encima de la silla de ruedas a sus dos tíos, pero Axel ni Lucie estaban presentes.Mejor para él.—Y ¿Dónde está Samara? —Pierre preguntó, y antes de que él pudiera excusarla con que estaba arreglándose, los ojos de su abuelo fueron directo a las escaleras, que estaban en el medio de la sala, y alzó las manos olvidando su pregunta—. ¡Aquí estás…!André se giró con el ceño pronunciado, y luego puso los ojos desde los tobillos de Sama
André caminó por la amplia sala cuando salió de la biblioteca, pero no tuvo algún resultado cuando no encontró a su abuelo, ni a Samara por toda la casa a donde había buscado. Era evidente que el resto de la familia se había ido en su ausencia, y cuando pasaron algunos minutos, se desesperó un poco y casi tropieza con Connor cuando se giró.—André…—Tengo varios minutos buscando a mi abuelo… ¿Dónde están ellos?—Afuera en el jardín, cerca de la piscina, tiene varios minutos allí hablando…André arrugó el ceño sabiendo que hubiese sido el último lugar a donde habría buscado, y haciéndole una seña de silencio a Connor, caminó sigilosamente para llegar por detrás de la alberca.Vigilar las conversaciones, se había vuelto una nueva obsesión.—Es increíble… no hubiese imaginado que mi nieto fuese tan entregado… André vio como Samara asintió con una sonrisa para Pierre aceptando su afirmación.—Es un hombre muy protector… quizás eso lo heredó de usted.La risa del abuelo hizo que André sol
—¿Modificación? —Samara preguntó pensando lo peor.Todo pasó por su mente muy rápido, quizás el hombre se había arrepentido de todo esto y la mandaría de vuelta a Marruecos, así que no pudo contener su silencio, y se levantó muy rápido, haciendo que André también se levantara ante su repentino movimiento.—¿Quieres retractarse del trato? Señor Roussel… Yo… puedo esforzarme un poco más, por favor, no quiero ir de vuelta a Marruecos…André frunció el ceño ante su miedo, y observó que todo esto podía sumarse a su favor.—Cometiste un error, sí… —ante la confesión, Samara abrió los ojos negando.—¿Qué hice?—Enamoraste a mi abuelo… tu trabajo era hacerle creer a mi familia que eras mi novia, Samara, no mi futura esposa…Samara abrió los labios para refutar, y André se adelantó en colocar un dedo en su boca. Ella no se retiró del contacto, pero André sufrió un estremecimiento burdo, y no tuvo otra opción, sino apretar su mandíbula.—Lo mejor será hacerles creer que me amas tanto… que desea
Dos días después, Samara estaba sentada en esa bañera de lujo, mientras miraba su dedo y recostaba la barbilla a las rodillas.Un suspiro largo salió de su boca y luego reprimió sus ojos.En solo unas horas, habría una cena especial en esta casa, y ella sería parte de otra mentira de André.Hoy el millonario le confesaría a su abuelo que ambos estaban comprometidos, todo esto porque de alguna forma este hombre pensó, que esto lo haría más que feliz.Además, estaba este otro asunto que ella no había entendido del todo, y su mente solo podía recordar la palabra “Tapadera” todo el tiempo.Había buscado en internet durante una tarde sobre André Roussel, y la red estaba llena de información al punto, que más de una vez tuvo que dejar la búsqueda para poder levantarse y respirar.Ahora entendía cuando el millonario le decía sobre sus gustos, y su piel se erizaba al entender lo oscuro que era este hombre.Esta misma noche entendió que el contacto con el millonario, solo era estremecedor para
El sonido de los aplausos no se hizo esperar.Samara estaba consternada por la invasión de los Flashes, y también porque de cierta forma, este hombre parecía divertirse con el momento.—¡Mi nieto…! ¡Mi mismo hijo…! Cuan orgulloso estoy de ti, André… —Pierre los abrazó a ambos, y en ese momento, Samara pudo ver los ojos de André que la recriminaban por no estar sonriendo.Se esforzó mucho. Ahora mismo podía sentir una rabia desconocida. Estaba tan enojada que ni siquiera podía creer que toda esta ira estuviera contenida en su piel, y cuando André tomó su rostro para darle un beso y que este fuera captado por las cámaras, ella apretó su mano como si le hiciera una advertencia.—Me engañaste… —le susurró contra su boca, y André hizo caso omiso a su inconformidad.Cerró su boca con un beso, y apretó su rostro para que ella le siguiera la cuerda.A diferencia de otros momentos, ahora el millonario la besaba con una calidez casi imposible de creer, y sus ojos traicioneros, solo se cerraron
La calidez definitivamente había hecho que sus ojos se cerraran, ella no pudo evitar abrazar su cuerpo grande, como si este pecho la consolara de alguna forma.Como si todo lo que había llevado en sus hombros por tanto tiempo estuviese siendo cargado por otra persona, y una seguridad increíble, hizo que su boca soltara el aire.El aroma de André la invadió por completo, y pudo jurar que él también soltó el aire porque pegó contra su cabeza.—El abuelo… —Connor se quedó con las palabras en la boca cuando salió de la casa, e informar a André sobre que el abuelo los preguntaba, pero se quedó estático cuando vio a su amigo, el demonio, con unas alas improvisadas.Él parpadeó varias veces viendo la escena, pero cuando ellos se separaron por su interrupción, quiso meterse un golpe a sí mismo y se apresuró en terminar la frase…—El abuelo pregunta por ustedes… —Samara terminó de limpiar su rostro de forma delicada para no dañar el poco de maquillaje que le quedaba, mientras André arregló la
Samara abrió sus ojos cuando en la cama estaba dando vueltas sin poder conciliar el sueño, y se sentó encendiendo una lámpara a su lado, mientras restregaba un poco sus ojos.Miró el reloj digital para comprobar que eran la una y media de la mañana, y pasando un trago, de pronto sintió la necesidad de tomar mucha agua.Tomó una bata a su lado, y unas pantuflas de algodón que incluso eran de André, y caminó para salir de la habitación e ir por un poco de agua.Quizás había sido el vino de la cena, que en últimas instancias tuvo que beber cuando todos de pronto comenzaron con preguntas incisivas.La familia de André se había despedido a eso de las diez de la noche, pero se quedó conversado con Pierre una hora más, mientras él le ofrecía sus chocolates favoritos.Todavía recordaba que estaba un poco escéptico cuando le informó que André había tenido un asunto urgente, y no se había despegado de ella en ningún momento, porque se consideró responsable en ausencia de su nieto.Justo cuando