Hola hola! ¿Qué le sucederá a Brock? Bso Kika
Capítulo 87: Ciclo de la vidaAzaleia—Mi señor emperador….ella no tiene ni idea de la profecía. Es solo una mujer… es obvio que el Duque jamás le compartió nada. Tampoco tiene el anillo… el imbécil de Haggard menos aún…— dice en voz baja. —¿Qué quiere decir?— dice el emperador. Está agachado mirándome como si yo fuera un ratón que quiere aplastar con la suela de sus botas. —Quiero decir su alteza que… la necesitamos… lo menos dañada posible. Sin heridas, ni marcas visibles, para que los nobles no tengan ideas y su nuevo esposo esté contento— dice el Barón. —Felicitaciones Duquesa… es una mujer viuda, pero no se preocupe… no por mucho tiempo. Su nuevo esposo la espera próximamente. Estoy seguro de que la agradará su futuro— El hombre no me deja ni contestar porque me toma por la cara, presionando mis mejillas con sus dedos, y acercando mi rostro al suyo. —Es una mujer sola, desamparada… pero ahora va a estar bajo el ala protectora del imperio mismo… yo me encargaré de que esté perf
Azaleia No puede ser, es lo único que puedo pensar, esto no está sucediendo. Me arrinconé contra una pared, apretando mis manos contra mí. Blatta se veía como siempre, pero ya no era el hombre encantador que una vez intentó conquistarme.. Su sonrisa ya era malévola, su andar peligroso. —¡Aléjate de mí!— le gritaba yo mientras él se acercaba —Azaleia… querida… ¿Esas son formas de tratar a tu futuro esposo?— me pregunta divertido, si se ve encantado con esta situación. —¡Tú no vas a ser mi esposo, yo estoy casada!— grito en un tono francamente angustiante. De repente escucho que tocan la puerta y la persona detrás ni espera respuesta, sino que abre. Cuando veo que una fea cabeza que se asoma, no puedo ocultar mi sorpresa, mis ojos se abren en asombro… no puede ser… es Gusano, el que intentó matar a mi esposo, su ex soldado. —Perdone, señor… escuché unos gritos y esperaba ver que todo estuviera bien— dice y cuando me divisa me da una sonrisa con esos dientes negros y asquerosos.
AzaleiaBlatta dijo que los nobles estaban en el jardín, es mi momento de buscar a mis animales, jamás me iría sin ellos. Me sé el camino, giro rápidamente y me alegro cuando veo que solo hay un soldado cuidando la puerta. Él parece asombrarse de verme correr hacia él tan ágilmente para una dama en vestidos pomposos y más con una daga ensangrentada en la mano.No tiene chance de siquiera ver qué sucede cuando Deni se le clava en la cara y empieza a picarle la nariz, la boca, los ojos mientras yo voy a lo que puedo atacar y clavo la daga en su pierna haciéndolo caer. Veo que la puerta está cerrada y una llave se ha caído del soldado que intenta gritar y pedir ayuda mientras se aleja de mí, Deni aun picándole todo lo que puede. C
Aun cuando no sabía donde estaba, automáticamente me sentía más tranquilo en este cuarto oscuro. Sabía que había ya varios soldados buscándome de forma desesperada y atendiendo a los otros soldados que había herido mientras peleaba, los escuchaba correr y vociferar, sus botas sonando desesperadas, tras la puerta que nos separaba. Me siguen sosteniendo contra la pared, y para ser sincero me quedo ahí porque, aunque puedo contra ellos, no sé si ahora estoy en mis mejores condiciones. Cuando uno de los que me colocaron en este pasillo, sube una mano con una vela, veo sus caras y ellos la mía. Me sorprendo al darme cuenta de que son unos sacerdotes, vestidos de blanco, con un sol guindando en su cuello. Siento una corriente por mi cuerpo. Esto no parece ser una buena idea, no son precisamente mis amigos, y, sin embargo… es mejor estar con ellos que con los soldados que me buscan… al menos eso creo. —Brock de Haggard— dice el que levantó la vela, es un hombre mayor, de cabello canoso
Azaleia Recuerdo las palabras de mi esposo, pareciera que él siempre lo supo, me dio la respuesta. —Hagamos que nos respeten, que nos teman… pero que sobre todo te teman a ti. Eres un gran poder… lo tienes, lo siento, yo lo siento a cada momento que estoy contigo y me asombro cada vez más— me dijo. Si mi amor lo sintió… tiene que ser así. Los fuegos artificiales cesaron y seguía el ruido, pero ya se entendía claramente lo que sucedía. —Duquesa… entréguese y le prometemos mantener su vida— me decía un soldado atrás mientras Areta ladraba y ladraba pero sin atacar. Varios nobles ya volteaban a ver qué sucedía, que era ese alboroto que interrumpía su fiesta. —¿Para qué? ¿Para que me vendan al mejor postor? ¿Para que la casa Bousquet caiga en manos de cualquiera?— grito mirando de reojo a los soldados atrás. Pero ya podía ver como varios nobles me observaban, incluso el emperador ya se alzaba a ver qué sucedía. Cuando su mirada se posó en mí, sus ojos se abrieron de par en par. Yo
AzaleiaLos animales son muy pequeños ¡Cómo es posible que esos nobles los hayan tenido en esas condiciones! La serpiente que tomé parece mejor y se enreda en mi cuello inmediatamente. Me recuerda a las mías y quisiera llorar de nuevo.La lechuza viene y trae algo comida y frutos y me encuentro alimentándolos, mientras Till se va a cazar. Yo como algo y me lavo la cara con cuidado, mis manos llenas de sangre y las observo. Tiemblan y no tengo ni mi anillo, ni mi collar, nada, me siento desnuda y vacía. Pero estoy bien, sobreviví, me temerán como dijo Brock.Encontré una salida, ahora tengo que encontrarlo a él. De repente escucho el sonido de unas pisadas y cuando volteo es nada más y nada menos que Lupo el lobo, que se me acerca con cuidado, Deni en su lomo. Mi pajarito se acurruca en mi hombro y está bien, perfectamente.—Lo has hecho muy bien… gracias me has salvado la vida— le digo acariciando bajo su pico. Cuando Lupo llega a mí, acaricio su cabeza.—Gracias a ti también Lupo… ha
Puedo decir sin alguna duda que aunque yo no estaba en mi mejor estado, pero igual camino y camino rápidamente, muchas veces corriendo entre el bosque, sin detenerme. Me sentía mucho mejor saber que Areta estaba conmigo, y una vez que me interné en el bosque mejoré considerablemente. Azaleia, Azaleia, era lo único que podía pensar. Como quisiera que Areta pudiera hablar y me dijera que ella estaba bien. Había venido frente al templo, buscándome… no sabía de los criados, de mis soldados y de los otros animales, pero ella parecía contenta, lo que me daba esperanzas, unas esperanzas que jamás solté, pero que ahora venían rejuvenecidas. ¿Qué había pasado cuando me tomaron? ¿Dónde estaría ella? Sin duda la tenían en su poder ¿Si no como tenían su anillo? Uno que ahora iba en el bolsillo de mi chaqueta, cuidadosamente guardado, esperando colocárselo a su dueña. Pasé casi un día entero caminando hasta que llegó la madrugada y me dejé caer a descansar un rato, sentado con la espalda reco
Brock—Muy bien vamos a movernos… vas a estar bien mi amor… vas a estar bien— digo y ella ve a la masacre que ocurre a un lado, aun los sonidos de las garras del puma sobre el cuerpo de Gusano.—El puma está herido Brock… no va a poder defenderse ni cazar así… no sobrevivirá —dice ella cansada, no se ve mal, sigue teniendo buen color lo que me da fuerzas.Volteo y la vista es realmente aterradora. El puma jala partes de Gusano que ahora está irreconocible. Areta lo mira como si ella hubiese querido matarlo ella misma. Pienso lo mismo. Pero en efecto, el puma tiene la pata herida.—Ni pienses de comer de esa carne podrida— le digo a Areta mientras acuesto a Azaleia en el suelo y mi loba suelta un