Suspiro al ver la cara de Zoe cuándo le he contado con lujo de detalle todo lo que ha sucedido en mi trabajo. —¿"Un roto para un descosido"?—pregunta Zoe antes de tomar el último bocado de sushi.
— ¿Suena cool? —pregunto emocionada.
—Suena...—termina de masticar—... interesante. Algo así como "encuentra tu pareja" o "corazones rotos, te escucho, cuentame tu pena" no sé algo así... ¿Estás segura de hacer la sección? Podrías seguir con los horóscopos y los consejos de moda—niego mientras mastico mi comida, al terminar doy un sorbo a mi té.
—Quiero mostrarle a las mujeres que podemos avanzar después de una relación tóxica. Quiero enseñarles que podemos ser mejores, tener más ese tipo de poder femenino, que no dependemos de los hombres, que aun cuando nos rompan el corazón, podemos encontrar quizás algún día a nuestra alma gemela... ¿Me he escuchado muy romántica? —Zoe asiente con una sonrisa.
—Sé que quieres usar tu experiencia y todo, pero ¿Cómo vas a empezar? ¿Cómo es eso del club de fans? No, no, no, mejor primero cuéntame acerca de tu jefe, ¿Cómo mierdas no te has dado cuenta de que es el dueño de la revista donde trabajas, Jones? Y saber que es el de la cazadora...—sonreímos.
Cuando estoy a punto de comer mi último sushi, veo entrar al restaurante al señor McMillan y está acompañado de una hermosa rubia, parece modelo de revista. Ella toca su brazo mientras le regala una sonrisa de anuncio y esperan a que les den mesa...
— ¿Qué pasa? ¿Qué es lo que miras? —Zoe mira en dirección a las personas que observo.
—Es Archer McMillan. ¿Por qué Dios los hace y ellos se juntan? —pregunto de repente.
— ¿Crees que no estás a la altura, Jones? ¡Rompe todas las etiquetas que tienes escondidas en algún rincón de tu mente! Toda mujer tiene oportunidad de encontrar el amor sea alto, bajo, gordo o flaco, pobre, millonario o medio. —apunta con su uña perfecta hacia mí—Eso apunta para tu sección, tienes que mostrar que las etiquetas no existen. O deberían de dejar de existir... maldita sociedad.—gruñe entre dientes.
Bajo la mirada a mi plato, las palabras de Zoe calan en algún lugar dentro de mí. Bueno, he tenido más de tres relaciones desde mis veintiún años, ahora, a mis veintiocho estoy sola, intentando romper con un patrón de hombres mentirosos e imbéciles. Suelto un suspiro, doy un sorbo a mi bebida y miro en dirección a Archer McMillan y a su acompañante.
Están a seis mesas de distancia en un rincón del local.
— ¿Jones? —miro a mi amiga que espera algo de mi parte.
—Sí, lo voy a apuntar... —dejo mis palillos al lado del plato y me recargo en el respaldo de la silla, lanzo una mirada fugaz en la dirección de McMillan, luego la poso en mi amiga.
— ¿Qué pasa por tu cabeza, Emma? —otro suspiro sale de mi boca.
—Necesito levantar mi ánimo, no necesito una resaca y desvelada, necesito...—presiono mis labios cuándo "esa" palabra intenta salir de mi boca, Zoe deja caer el vaso al lado de su plato con los ojos bien abiertos y casi a punto de gritar.
— ¡Dilo! ¡Diloooo o juro por Dios...! —la interrumpo, cierro los ojos y dejo que "esa" palabra salga de mi boca.
—"Necesito ir de compras".
El grito eufórico de Zoe atrae las miradas de varios comensales, incluso la de McMillan, intento esconderme detrás del menú, Zoe deja de gritar y aplaude emocionada. ¡¡¡Dios mío!!! De haber sabido que se pondría más histérica por querer ir de compras me hubiese esperado ya dentro del auto.
— ¡Vale! ¡Disculpen! —dice mirando a los clientes. Luego me mira— ¡Me parece perfecto! Mañana es sábado y es un buen día para ir.
—Está bien, pero de una vez te digo que nada de marca, mi bolsillo no lo permite.
—De eso no te preocupes, sabes que tengo mi tarjeta de crédito para emergencias—pongo los ojos en blanco y cruzo mis brazos sobre mi pecho.
—No soy una emergencia y aunque tu encantada, no podré gastar mucho, puedo tomar un poco de lo que tengo ahorrado.
—Calla mujer, ya te dije, así que usted…callada—hace un gesto en sus labios para que detenga lo que iba a decir.
—Está bien. —pedimos la cuenta, Zoe se encamina a la salida y yo la sigo detrás, intento no mirar el rincón dónde está Archer, intento acelerar el paso pero me estampo con la espalda de Zoe, maldigo entre dientes y cuándo levanto la mirada.
— ¿A dónde va tan deprisa, señorita Jones? —no es la espalda de Zoe, es el pecho de Archer McMillan, intento no sonrojarme pero es inevitable.
—Perdón no lo vi—digo al tiempo que estiro un poco mi cuello y levanto la barbilla, sus ojos verdes me acusan.
—Creo que tienes ventaja, me has visto llegar con mi compañera, y déjame decir que parece ser que se esconde de mí, ¿O me equivoco, Jones? —intento buscar a Zoe rápido con mi mirada pero ella está con la boca abierta con la baba escurriendo, viendo la escena.
—No tengo por qué esconderme, señor McMillan—lo miro.
—Intentaré creerte, quería decirte que mañana nos juntaremos con el equipo para mostrar las ideas para la renovación a las tres de la tarde.
Asiento.
— ¿Es todo, señor McMillan? —él sonríe y no sé por qué. Se hace a un lado para darme el pase y cuándo voy a empezar a caminar a la salida antes se acerca a mí y susurra:
—Anda, Jones. No temas, no muerdo—entrecierro los ojos, lo miro y él sonríe más abiertamente.
—Usted no, pero yo... sí. — Y sigo mi camino.
Sábado en la revista y yo sentada en un puf color melón, cruzada de mis piernas para hacer soporte para mi laptop, mastico discretamente un chicle de menta y entretenida escucho la lluvia de ideas del equipo. Con mi dedo índice levanto mis lentes de pasta negra que se habían empezado a deslizar por el puente de mi nariz. El señor McMillan está dando sus puntos de vista de cada uno, los corregía y les daba pequeñas pulidas para mejorarlas. Sinceramente el ambiente está relajado hasta que la puerta de cristal se abre y aparece la hermana: Eloise McMillan. Realmente es hermosa, pelo negro cayendo en ondas perfectas por un lado de su hombro y el resto por su delgada espalda. Lo que si noté es que es demasiada delgada, enfundada en alguna faja que puede desaparecerte unas dos costillas, te levanta el pecho y resalta el trasero. Comencé a jugar con el tapó
Entro y salgo—Otro. —dice mi amiga Zoe al verme en un conjunto de oficina demasiado...¿Nerd?Pongo los ojos en blanco al ver que no doy con ninguno. Miro el otro conjunto que cuelga de uno de los percheros que Zoe ha agregado hace cinco minutos. — ¡Estoy cansada! ¡Nunca pensé que esto de comprar fuera tan agotador! ¿Dónde está la diversión? —cuelgo el conjunto de hace momentos, a
Sex on fire de Kings Of Leon suena de fondo, cierro los ojos al sentir el tequila deslizarse por mi garganta. Agito mi cabeza, chupo un limón con sal y doy un grito de júbilo. Me muevo al ritmo de la música, mis mejores amigas bailan a un lado de la mesa de nuestro privado, estamos en el momento, tranquilas, disfrutando, bailando, gozando. —¡¡Otra ronda!!—grita Nora al dar el último trago a su tequila. Zoe llama al mesero por un teléfono que está instalado para llamar directamente a la barra. ¡Todo está súper nice! sigo bailando hasta que llega el mesero con nuestra tercera ronda de chupitos de tequila y vodka. — ¡Hay que ir a la pista! —grita Zoe antes de dejar su vaso de vodka en la mesa. Al salir las tres del privado, estoy a punto de chocar con un tipo, no lo veo, solo doy disculpas y sigo e
ARCHERLas luces de neón y la música de fondo me relajan al instante. Las mujeres que pasan a mi lado no dejan de mirarme de pies a cabeza, como estuviesen hambrientas, unas depredadoras esperando atacar a su presa, pero esta vez, no tenía humor de jugar. Me acerco a la barra principal y hay una larga fila de gente esperando su bebida o para ordenar, saco del interior de mi cazadora mi cartera pero una mujer pasa casi a punto de chocar conmigo que hace que me haga bruscamente a un lado, me giro a verla pero no se ha dado cuenta, mi mirada sin querer se va a sus piernas torneadas, su trasero redondo enfundado en un vestido negro de encaje algo corto para mi gusto y su cabello en ondas perfectas me llama la atención: Es pelirrojo.Emma Jones. Agito mi cabeza para que se evapore la imagen de mi e
—Deberías de hablar con tu jefe, Emma—Nora está de brazos cruzados al lado de Zoe, estamos en el estacionamiento esperando a que Tim el imbécil desapareciera en el taxi con la rubia de la vez pasada, ella intenta ayudarle pero él solamente le cierra la puerta en la cara y el taxi arranca dejando a la rubia en la acera del antro.Suelto un suspiro. ¿Por qué tenías que aparecer Archer McMillan? — ¿Podría hacerlo mañana? ¡Estoy aún temblando por lo de Tim! —Zoe y Nora niegan y me hacen señas en una dirección a mi espalda, cuándo me giro, es mi jefe, no se da cuenta de nuestra presencia, quita la alarma del auto y abre la puerta para marcharse. Las chicas me empujan y antes de que se suba, escucha mis zapatillas hacer ruido contra el suelo, él levanta la mirada, el calor aumenta en la forma que me mira
Le señalo en el GPS la dirección del restaurante de comida mexicana, durante el camino al lugar, el silencio reina, estoy algo incómoda ya que es mi jefe, el dueño de la revista dónde trabajo desde hace cuatro años. Miro a través de la ventanilla del auto, veo pasar a nuestro lado los autos, la gente está sumergida en sus propios mundos, ¿Y yo? Pues, pensando como zafarme de esta situación sin verme cobarde. ¿Por qué me ha invitado a cenar? Eso quiero descubrir. — ¿Qué piensas, Emma? —su voz rompe todo pensamiento, giro bruscamente hacia él cuando llegamos al estacionamiento del lugar. —En nada. —y le muestro una sonrisa. Baja del auto y cuándo voy a hacer lo mismo, él me hace señas de que no baje, rodea el auto, luego abre mi puerta y extie
— ¿A tu mundo? ¿Esto es…? ¿Son…? —Archer me esquiva y termina de encender las luces de la habitación que tiene una parte oscura y ahora está iluminada. —Son máquinas de videojuegos—termina la oración por mí al ver que me quedo muda, camina hacia un mueble dónde hay un sonido demasiado grande. Lo enciende y comienza sonar Calvin Harris con Summer, comienza a cantarla mientras mueve sus hombros discretamente, me hace señas de que me acerque, pone mis zapatillas sobre el sillón en forma de L que adorna el centro de la gran habitación, voy por ellas y me las pongo, mientras miro alrededor demasiado curiosa e impresionada, debe de haber más de veinte máquinas de videojuegos, observo dos pantallas grandes empotradas en la pared que está al final del lugar y frente
Estoy sentada frente a mi laptop, pensando una y otra vez en ese maldito sofá de Archer. Estoy bloqueada, necesito entregar el borrador el miércoles a primera hora, ¿Cómo comenzar la sección online de “Un roto para un descosido”? Por primera vez estoy pasando por un momento de “Cero inspiraciones” Las imágenes de ayer, navegaban constantemente dentro de mi cabeza, recordando las caricias, los besos, ¡Dios mío! ¡Esos labios! Cierro los ojos frustrada por no poder concentrarme. Tenía exactamente dos días para tener algo que valiera la pena, o podría ser despedida, quizás no despedida, pero decepcionaría totalmente a toda la revista. —Concéntrate, Jones, tienes que hacerlo. ¿Qué es lo que te gustaría leer en una revista? —pongo los ojos en blanco—Aparte de los horó