Estoy sentada en mi escritorio mirando la pantalla de mi computadora, me levanto al mismo tiempo que tomo una pelota de plástico y comienzo a pasear por mi pequeño espacio, la pelota pasa de una mano a otra, mientras mi mente es una revolución de ideas. ¿Por qué antes no fue así? Creo que tengo la respuesta.
Timothy, el imbécil.
Estaba más concentrada en nuestra relación tóxica que no fluía en esta parte de mi vida laboral, tengo tantas ideas, empieza como una brisa y luego se hace un tornado, eso es emocionante, algo en mi me inquieta cuándo me encuentro con esos ojos verdes a través del cristal de la oficina de Layla. Han estado dos horas en una reunión, pero él no deja de mirarme. El solo recordar que es el tipo de la cazadora, me da harta pena. ¿De qué habrán hablado, Emma Jones? ¿Por qué tenías que estar ebria? ¡Mierda! ¿Y si me le he insinuado? Me giro para darle la espalda y evitar que mire mi sonrojo. ¡Él es dueño de la revista, tonta! ¿Le habrás insultado Emma Jones? Dios mío... ¿Por eso me dio las veinticuatro horas y si no lo cumplo me va a botar de la revista?
—Tranquila, Jones. —suelto un suspiro y regreso a mi silla. Mis dedos comienzan a tambalear sobre el teclado fingiendo que estoy escribiendo algo, pero solo son letras al azar. De repente una ventana de chat sale de una esquina de la barra de tareas:
—Tic tac, tic tac, Emma Jones. —Y es Archer McMillan. Mi corazón brinca del susto. ¿"Tic, tac"? Oh, levanto la mirada y su mirada penetrante del dueño de la revista llega hasta mí. Entrecierro los ojos, luego bajo la mirada a la ventana del chat.
— ¿Tic, tac? No entiendo a qué se refiere, señor McMillan. —y le doy enviar. Levanto la mirada luego él lo hace a la pantalla de la computadora de Layla, ella está entretenida hablando con la hermana.
— ¿No sabes lo que quiere decir "Tic, tac"? Oh, señorita Jones, ¿No me recuerda? Pd. Puedes decirme: Archer. —siento como mi sangre empieza a drenarse poco a poco de mi cuerpo, miro de nuevo el mensaje y no me atrevo a levantar la mirada. ¡Recuerda Emma Jones, tu pellejo depende de ello! Estiro mi cuello y levanto mi barbilla, me recojo mi cabello largo, ondulado, pellirrojo con ambas manos y lo hago un moño encima de mi cabeza, -sé qué no es elegante según como vengo vestida en estos momentos pero me relaja no tener mi cabello cayendo por mi espalda o por mis hombros- además eso me da tiempo para pensar en cómo responder su mensaje. "No desvíes tu mirada a la oficina, Jones" Mis dedos se posan en el teclado y comienzo a elaborar una rigurosa contestación siempre y no saliendo de la línea de dueño de revista y de una empleada cualquiera.
"Señor McMillan, quiero pedirle disculpa por mi actitud de hace unas horas atrás..." pero detengo mis dedos al escuchar mi nombre.
—Emma—la voz de mi jefa me hace levantar la mirada bruscamente hacia ella. Cierro la ventana del chat como puedo e intento parecer tranquila.
— ¿Si, jefa? —Layla me mira detenidamente como si quisiera ver algo más.
—El señor McMillan ha pedido que vayas a la oficina—desvío la mirada hacia la oficina de cristal y está el dueño con su hermana hablando, él tiene esos brazos fuertes cruzados sobre su pecho, se ha quitado la americana...
— ¿Para qué? ¿O qué? ¿Me va a despedir? —hablo a toda prisa preocupada. —Te juro que no sabía que él era...
Layla levanta la mano para que cierre la boca.
— ¡Chica! ¡Tranquila, nadie te va a correr! —dice Layla extrañada a mi reacción. —No le he preguntado para que te llama, pero puedo ver que está impresionado por tu actitud, y hasta yo, niña. ¿Dónde has estado metida, Emma Jones?
Agito mis pestañas a una gran velocidad, sé que mi actitud ha cambiado, lo sé, todos lo saben después de mi enfrentamiento, pero es imposible no callar ahora lo que pienso y lo que quiero. ¿Qué es lo que quieres Emma Jones?:
"Quiero una sección nueva para mi"
Layla agita su mano frente a mí para llamar mi atención.
—Entonces no hay que hacer esperar al señor McMillan. —una sonrisa aparece en mis labios y puedo ver la mirada perforadora de mi jefa. Apago el monitor de mi computadora. Me aliso mi pantalón de vestir, tiro de la orilla de mi blusa "Marca de nadie famoso" y me dirijo a la oficina de cristal. La señorita McMillan sale de ella y antes de pasar a mi lado entrecierra los ojos, como si fuese su próxima a la guillotina. Mis nudillos tocan la puerta frente a mí, el señor McMillan o "Archer" como dijo que podría decirle se gira hacia mi dirección. Hace un gesto con su dedo para que entre. Empujo la puerta de cristal y la cierro detrás de mí, pongo mis manos frente a mi cuerpo.
— ¿Si, señor McMillan? —él toma asiento en la silla de mi jefa, me hace señas la silla en donde me voy a sentar pero me siento en la contraria. Él sonríe.
— Jones ¿Recuerdas algo de anoche? —mi cuerpo se tensa, no me muevo, ni siquiera creo que respiro. Intento controlarme por dentro y no verme tan patética.
—Seré sincera, tengo imágenes vagas. ¡No soy así, lo juro! Es la primera vez que se me han subido las copas, ¿Lo insulté? —ése algo es: " ¿Te he seducido, Archer?"
—Es decepcionante que no recuerdes, Jones. —el corazón galopa a gran velocidad.
Junto las manos sobre mi regazo, estoy empezando a sudar.
— ¿Decepcionante? Pero usted recuerda y eso me ayudaría a saber qué es lo que hice o le dije. ¿No?
—Sí, puedo. —Suelto el aire lento y discreto—...pero no quiero.
Mis ojos se abren como platos a su renuencia.
— ¿Le he...ofendido? —es su turno de tensarse, se recarga en la silla y posa los codos en los descansaderos de la silla, luego junta las manos y me mira detenidamente.
—No. No me has ofendido, y no, no te has insinuado, pero lo que sí es decepcionante es que no recuerdes tu propuesta. Era realmente buena.
Palidezco. ¿Propuesta? ¿He hablado de alguna propuesta?
— ¿Propuesta? ¿A.…A usted? —imposible, santa virgen de la papaya, ¿Cómo es que le he hecho una propuesta? ¿Podría ser que quería hacer lo mismo que Tim? Imposible. No soy así…bueno, la culpa lo tiene los Cosmopolitan, si, tira la culpa a eso, Jones.
—Sé el motivo por el que estabas festejando, me contaste lo que pasaste con...—intenta recordar algo—el tipo éste, Timothy el imbécil—abro los ojos casi casi a punto de salirse de su lugar, el corazón a punto de subir por mi garganta y salir por mi boca. —...lo que más me gustó fue lo que quemaste en ese contenedor, luego a festejar tu soltería y...
Se detiene.
— ¿Y.…? —intento motivarlo a que termine.
—Esa fuerza que emerge dentro de ti, puedes pulirla y como ha dicho, ayudar a otras mujeres que pasan por lo mismo. Lo de quemar no creo que sea buena idea así evitamos un incendio en la ciudad y evitamos meternos en problemas, pero ayudar a ver de otra manera la situación, como consejos, un blog de ésta misma revista, podrías recibir cartas, o hacer un club de fans, podrías ayudar a muchas mujeres, Emma Jones.
— ¿Ayudarlas a ser...más fuertes? —Archer sonríe.
— ¿Hay algún blog, sección o club o algo parecido en las revistas de competencia? —intento buscar dentro de mi mente.
—No que recuerde y eso que estoy al día con todas las competencias.
—Lo haremos. Esa propuesta llamaría la atención a toda la ciudad, puede que hasta fuera de la ciudad...
— ¿Está seguro? —pregunto de repente.
—Yo sí, pero... ¿Tú?
Una revolución de ideas pasa por mi cabeza, una lista gigante de consejos, consejos sobre relaciones tóxicas, como saber si te engañan, como superar la depresión, como emerger de la oscuridad después de terminar una relación y miles más... ¡O santa m****a! ¡Me encanta! ¡Es la oportunidad que esperaba! ¡La tomo, la tomo, la tomo! Lo miro directamente sin dudas dentro de mi cabeza.
—Sí, estoy segura. ¿Cuándo empezamos?
Suspiro al ver la cara de Zoe cuándo le he contado con lujo de detalle todo lo que ha sucedido en mi trabajo. —¿"Un roto para un descosido"?—pregunta Zoe antes de tomar el último bocado de sushi. — ¿Suena cool? —pregunto emocionada. —Suena...—termina de masticar—... interesante. Algo así como "encuentra tu pareja" o "corazones rotos, te escucho, cuentame tu pena" no sé algo así... ¿Estás segura de hacer la sección? Podrías seguir con los horóscopos y los consejos de moda—niego mientras mastico mi comida, al terminar doy un sorbo a mi té. —Quiero mostrarle a las mujeres que podemos avanzar después de una relación tóxica. Quiero enseñarles que podemos ser mejores, tener más ese tipo de poder fe
Sábado en la revista y yo sentada en un puf color melón, cruzada de mis piernas para hacer soporte para mi laptop, mastico discretamente un chicle de menta y entretenida escucho la lluvia de ideas del equipo. Con mi dedo índice levanto mis lentes de pasta negra que se habían empezado a deslizar por el puente de mi nariz. El señor McMillan está dando sus puntos de vista de cada uno, los corregía y les daba pequeñas pulidas para mejorarlas. Sinceramente el ambiente está relajado hasta que la puerta de cristal se abre y aparece la hermana: Eloise McMillan. Realmente es hermosa, pelo negro cayendo en ondas perfectas por un lado de su hombro y el resto por su delgada espalda. Lo que si noté es que es demasiada delgada, enfundada en alguna faja que puede desaparecerte unas dos costillas, te levanta el pecho y resalta el trasero. Comencé a jugar con el tapó
Entro y salgo—Otro. —dice mi amiga Zoe al verme en un conjunto de oficina demasiado...¿Nerd?Pongo los ojos en blanco al ver que no doy con ninguno. Miro el otro conjunto que cuelga de uno de los percheros que Zoe ha agregado hace cinco minutos. — ¡Estoy cansada! ¡Nunca pensé que esto de comprar fuera tan agotador! ¿Dónde está la diversión? —cuelgo el conjunto de hace momentos, a
Sex on fire de Kings Of Leon suena de fondo, cierro los ojos al sentir el tequila deslizarse por mi garganta. Agito mi cabeza, chupo un limón con sal y doy un grito de júbilo. Me muevo al ritmo de la música, mis mejores amigas bailan a un lado de la mesa de nuestro privado, estamos en el momento, tranquilas, disfrutando, bailando, gozando. —¡¡Otra ronda!!—grita Nora al dar el último trago a su tequila. Zoe llama al mesero por un teléfono que está instalado para llamar directamente a la barra. ¡Todo está súper nice! sigo bailando hasta que llega el mesero con nuestra tercera ronda de chupitos de tequila y vodka. — ¡Hay que ir a la pista! —grita Zoe antes de dejar su vaso de vodka en la mesa. Al salir las tres del privado, estoy a punto de chocar con un tipo, no lo veo, solo doy disculpas y sigo e
ARCHERLas luces de neón y la música de fondo me relajan al instante. Las mujeres que pasan a mi lado no dejan de mirarme de pies a cabeza, como estuviesen hambrientas, unas depredadoras esperando atacar a su presa, pero esta vez, no tenía humor de jugar. Me acerco a la barra principal y hay una larga fila de gente esperando su bebida o para ordenar, saco del interior de mi cazadora mi cartera pero una mujer pasa casi a punto de chocar conmigo que hace que me haga bruscamente a un lado, me giro a verla pero no se ha dado cuenta, mi mirada sin querer se va a sus piernas torneadas, su trasero redondo enfundado en un vestido negro de encaje algo corto para mi gusto y su cabello en ondas perfectas me llama la atención: Es pelirrojo.Emma Jones. Agito mi cabeza para que se evapore la imagen de mi e
—Deberías de hablar con tu jefe, Emma—Nora está de brazos cruzados al lado de Zoe, estamos en el estacionamiento esperando a que Tim el imbécil desapareciera en el taxi con la rubia de la vez pasada, ella intenta ayudarle pero él solamente le cierra la puerta en la cara y el taxi arranca dejando a la rubia en la acera del antro.Suelto un suspiro. ¿Por qué tenías que aparecer Archer McMillan? — ¿Podría hacerlo mañana? ¡Estoy aún temblando por lo de Tim! —Zoe y Nora niegan y me hacen señas en una dirección a mi espalda, cuándo me giro, es mi jefe, no se da cuenta de nuestra presencia, quita la alarma del auto y abre la puerta para marcharse. Las chicas me empujan y antes de que se suba, escucha mis zapatillas hacer ruido contra el suelo, él levanta la mirada, el calor aumenta en la forma que me mira
Le señalo en el GPS la dirección del restaurante de comida mexicana, durante el camino al lugar, el silencio reina, estoy algo incómoda ya que es mi jefe, el dueño de la revista dónde trabajo desde hace cuatro años. Miro a través de la ventanilla del auto, veo pasar a nuestro lado los autos, la gente está sumergida en sus propios mundos, ¿Y yo? Pues, pensando como zafarme de esta situación sin verme cobarde. ¿Por qué me ha invitado a cenar? Eso quiero descubrir. — ¿Qué piensas, Emma? —su voz rompe todo pensamiento, giro bruscamente hacia él cuando llegamos al estacionamiento del lugar. —En nada. —y le muestro una sonrisa. Baja del auto y cuándo voy a hacer lo mismo, él me hace señas de que no baje, rodea el auto, luego abre mi puerta y extie
— ¿A tu mundo? ¿Esto es…? ¿Son…? —Archer me esquiva y termina de encender las luces de la habitación que tiene una parte oscura y ahora está iluminada. —Son máquinas de videojuegos—termina la oración por mí al ver que me quedo muda, camina hacia un mueble dónde hay un sonido demasiado grande. Lo enciende y comienza sonar Calvin Harris con Summer, comienza a cantarla mientras mueve sus hombros discretamente, me hace señas de que me acerque, pone mis zapatillas sobre el sillón en forma de L que adorna el centro de la gran habitación, voy por ellas y me las pongo, mientras miro alrededor demasiado curiosa e impresionada, debe de haber más de veinte máquinas de videojuegos, observo dos pantallas grandes empotradas en la pared que está al final del lugar y frente