-No puedo aceptar que gaste en mi un dinero que nunca podré devolver…– Aclaró Débora haciendo acopio de la poca dignidad que le quedaba…- no quiero deber nada a nadie.Para Danny el dinero que puedas gastarte no es un problema, si te lo ha ofrecido aprovecha y compra lo que te venga en gana – Evitó decir que tenía mucho por los motivos obvios, a pesar de que era evidente que era así. Hasta la persona más estúpida del mundo podría darse cuenta. Para disimular siguió tirando de tópicos: – Miles de mujeres estarían encantadas de recibir una oferta así…-No quiero su caridad – se rehusó nuevamente Débora a la que no pareció nada divertida la propuesta, al contrario… No estaba allí ni por placer ni por diversión. Lo último que deseaba era perder el tiempo en una tienda elegante y cara, como debía ser la de ese hotel, eso saltaba a la vista y en donde le daría hasta miedo tocar alguna de las prendas.-No te preocupes, que no va a quedarse sin cenar por comprarte un par de vestidos… -Intentó
-¿Abusar? – repitió nuevamente las palabras de Daniel, pero en forma de pregunta – No entiendo.-¿Qué es lo que no entiendes? – Deseó le aclarara Daniel molesto por ese diálogo de besugos que estaban teniendo que decidió terminar drásticamente –No hay nada que entender ¿Qué no has hablado con ella? ¿Qué carajo te ha contado pues?Fue en ese momento en que Mike comprendió que había sacado conclusiones equivocadas de su conversación con Débora. A pesar de que el encuentro con su amigo se produjo en un burdel por la experiencia de Danny, la juventud de ella y la insistencia de la muchacha en repetir que mientras estuvo en el Menfis solo hacía tareas de limpieza y servía mesas, había descartado ningún tipo de relación sexual entre ambos y se lo aclaró-Ella me ha contado la historia de sus padres, lo que te acabo de explicar ¡Joder! y luego que fue vendida al Menfis. ¿Imagino que el resto lo sabrás mejor tú que yo? – intentó excusarse – Me dijo que sólo era camarera. Por cierto, una verd
-¡Dios, Dios, Dios...! – repitió Mike mientras se ponía nuevamente en pie para recorrer el amplio salón en el que estaban sentados, se acercó a la ventana y miró abajo. La habitación daba a la calle justo encima de la elegante entrada del hotel. En ese preciso momento se detuvo una enorme Limousine, de ella se apeó una despampanante mujer de pelo cobrizo, no tendría más de veinticinco años, detrás suyo bajo, como no podía ser de otra manera un hombre, de pelo canoso, ya no cumpliría los sesenta, se tapó las canas con el enorme sombrero cowboy que llevaba en la mano y ofreció su brazo a la joven. Detrás un botones empezó a descargar una cantidad indecente de bolsas de infinidad de boutiques y los siguió al interior del hall… Meneó la cabeza, padre e hija no parecían, así que o era una profesional o una conquista. Se lo reprochó a Daniel.-No entiendo porque frecuentas esos locales baratos, tienes dinero suficiente para pagarte una buena profesional, hay chicas que se ofrecen de aco
-Esa también es una posibilidad, pero no creo que en el Menfis usen esos sistemas tan sofisticados. Sé que tengo todas las de ganar por mi posición y mi dinero y no pisaré la cárcel, pero el daño ya estará hecho. ¿Cómo podré parar el escándalo? Afectará a mi hijo, a mi madre, el prestigio de la corporación de la que dependen infinidad de empleos… ¿Quién va a confiar en una empresa dirigida por un depravado de lo peor? Y mamá nunca me lo perdonará, están próximas las elecciones municipales… Un escándalo sexual de este tipo acabaría con su carrera política…-¿Me has dicho que no has hablado con ella? No sabes lo que ella quiere. ¿Tal vez podrías adoptarla, a fin de cuentas, es menor y huérfana?-No se me había ocurrido – siguió la broma – la adopto y la mando a estudiar interna a un colegio mayor, incluso puede hacer compañía a mi hermana. Ojalá pudiera hacerlo. – Siguió hablando, pero esta vez más enserio – Lo mejor es dejar pasar algo de tiempo, vigilarla. Desde ayer por la noche la
Daniel consiguió comprar el caballo que tanto deseaba, además adquirió una buena yegua de cría. A pesar de ello, tenía demasiadas incógnitas en su cabeza que no lo dejaban disfrutar por completo de ese logro. No era el único, Débora estaba mucho peor, pues a la preocupación se le unía el miedo. Las reacciones de ese hombre a veces la asustaban, encima no tenía ni dinero, ni papeles ni nada de nada. Durante la tarde consiguió relajarse algo contemplando los caballos del rancho que visitaron. La habían dejado sola mientras Mike y Daniel negociaban con los vendedores. O eso es lo que ella creía, que no era del todo cierto pues Daniel no dejó de vigilarla en todo momento.Ella no se dio cuenta así que disfrutó de unas horas de asueto que aprovechó para meditar, pero ahora llegado el momento que había estado esperando y temido a la vez durante todo el día, no podía negar que estaba asustada. De esa conversación dependería su futuro, confiaba convencerlo para que la dejara ir. No entendía
Al contrario que su amigo, Danny no estaba de buen humor. Lo estuvo cuando compró el semental que deseaba, pero se le pasó nada más llegar al hotel al pensar nuevamente en todo lo que había pasado. Esa noche le aguardaba una dura tarea para descubrir la verdadera intención de la joven y no tenía ni idea de cómo afrontarlo y mucho menos decidir el futuro de ambos. Abrió la puerta de la habitación con rabia, Débora estaba tras ella intentando escuchar y por poco no la tira al suelo…,-Intentando escuchar tras la puerta, no es de buena educación chiquita. - le recriminó al entrar-No tengo mucha educación, ya lo habrá notado – Contestó ella – Con las pocas fuerzas que había conseguido reunir y temiendo desfallecer si dejaba pasar más el tiempo se irguió delante de él, todo lo alta que pudo y le dijo: - ¡Ya basta de traerme y llevarme de un sitio a otro como si fuera una maleta, devuélvame mi documentación! Ya es tiempo de que me vaya. Estamos lejos de ese maldito local donde nos cono
-Ahora es usted el que dice estupideces – Se descaró por primera vez Débora - Deje de llamarme chiquita, no soy chiquita, tengo un nombre y se lo dije ayer, no como usted que aún no me dijo el suyo.-Bien, perdón por mi mala educación – afirmó él con ironía – me presentaré, me llamo Daniel Savater. ¿Conforme? - Habló mientras la acompañaba a la mesa, retiró una silla y la hizo sentar educadamente. - Ves cómo puedo ser un auténtico caballero cuando quiero chiquita…, ay perdón – Se burló nuevamente mientras se sentaba delante - Ahora que ya nos hemos presentado correctamente intentemos hablar razonadamente, de acuerdo. ¿Quieres un poco de vino?-No – contestó Débora. – No puedo tomar alcohol, aún no tengo la edad.Haciendo caso omiso de su negativa le sirvió al tiempo que le decía que tomar un poco de vino cenando era el menor de sus problemas, a fin de cuentas, después de probar el whisky barato del Menfis ya tenía el estómago preparado para cualquier cosa.-Usted nunca escucha verda
La muchacha ya más tranquila bufó, al parecer debería repetir nuevamente todo, así que se armó de paciencia y valor pues le dolía mucho hablar de ese hecho desgraciado que fue el inicio de su caída. Dispuesta a terminar con la conversación de una buena vez decidió explicarle su historia, confiaba que si Daniel quedaba satisfecho cumpliría su palabra y la dejaría marchar... Despacito relató lo mismo que ya le había explicado a Mike, Daniel la interrumpía constantemente con infinidad de preguntas intentando descubrir alguna contradicción, algún matiz al que poder agarrarse para afianzar su teoría del chantaje…-¿Reconocerías a los que asesinaron a tus padres? – Preguntó sin saber demasiado porqué.-Por supuesto… nunca olvidaré sus caras… Sólo dejaron con vida a los jóvenes, con los hombres no sé lo que hicieron, pero a las mujeres nos trataron como a mercancía, estuvimos un par de días recorriendo locales de la frontera nos bajaban y los dueños de esos sitios escogían las chicas que que