Toni movió la cabeza negativamente, le dolía ver a su amigo en ese estado, era una buena persona y nada vanidoso. Había aumentado su capital y su poder desde que se puso al frente de los negocios familiares, pero nunca dejó de ser un hombre accesible y preocupado por el bienestar de los habitantes de la zona. De ser un hombre seguro de sí mismo, ahora parecía un ser frágil y apagado, con los ojos nublados por las lágrimas e incapaz de articular palabra. Sabía que los primeros días eran cruciales en un secuestro, pero no lo dijo, para no preocuparlos más. Decidió ponerse en marcha inmediatamente. Puso vigilancia al Menfis y a Montrail,…Horas más tarde estaban peor que al principio pues no tenían ningún indicio, nadie había visto nada raro, al parecer la joven al salir de la consulta había desayunado en una cafetería cercana al hospital, a partir de ahí nada de nada. Sería más difícil de lo previsto, Tony rogó para que los secuestradores fueran profesionales. Estos se preocupaban
Se escuchó un murmuro de sorpresa y pena entre los hombres, Martín tomó la iniciativa para anunciar que creía hablar en nombre de todos para decirle que estaban a su disposición, que todos apreciaban mucho a la señora y que no iban a aceptar ningún pago extra por su colaboración. Emocionado les dio las gracias a todos antes de repartir las tareas. Mandó un grupo al pueblo, les ordenó ponerse a disposición de Tony, se encargarían de la vigilancia de los sospechosos. El resto, repartidos en grupos de tres peinarían la zona en busca de cualquier indicio o movimiento de personas sospechoso. Puso a Mike al mando para coordinar todo y así lo informó a los trabajadores a los que repitió que se pusieran a las órdenes del capataz. No era ningún estúpido, y entendía que su empleado tenía la cabeza más despejada y pensaría con más claridad. Pretendía incorporarse a uno de los grupos para buscar como cualquier peón. Mike no se lo permitió, le expuso y tenía toda la razón que alguien y sólo p
¡Su esposa embarazada! ¡Débora embarazada! Y el sin enterarse. Su primera reacción fue de ira, furia contra su esposa por habérselo ocultado. Luego se enfureció consigo mismo por pensar así. ¿Cómo iba a atreverse Débora a decirle que estaba esperando un hijo después de sus “afortunadísimas” palabras advirtiéndole que no quería tener más hijos? Creyó morir nuevamente de pena y culpabilidad, no daba una a derechas, todo lo bueno que le pasaba, el mismo se encargaba de estropearlo de la manera más burda y estúpida. ¡Un hijo! ¡Dios mío! Un hijo de Débora y suyo, sería maravilloso si lograba liberar a su esposa de sus captores, por descontado. Ahora no urgía rescatarla solo a ella, también a su hijo. Debía estar seguro, quizá se trataba de un error. Se levantó como una exhalación estrujando los papeles con fuerza en su mano. Cogió la camioneta sin decir una palabra a nadie, condujo con desesperación hasta la consulta. La rabia que arrastraba contra sí mismo la vertió sobre todas l
Mike empezaba a estar cansado del chantaje emocional al que lo sometía su amigo y decidió que ya era tiempo de zanjar la cuestión de una vez por todas:-Sabes perfectamente que no me correspondía a mi dar esa noticia. Además, si después de haberos reconciliado Débora aún no te lo ha contado sus motivos tendrá, y conociéndote….-Está bien… no es preciso que sigas, reconozco mi culpa, no soy muy dado a escuchar a nadie…. – interrumpió Daniel sintiéndose el ser más despreciable de la tierra, no iba a alcanzarle la vida para pedir suficientemente perdón - Esa linda chiquita no se merece que le tocase vivir una vida así a mi lado.A Mike le desagradó enormemente ver el abatimiento que volvió a hacer mella en su amigo, debería tener la cabeza clara y el espíritu incólume para estar al frente de todo, le recordó que lo primero era recuperarla y luego ya arreglarían todo.-Después de su enfermedad, seguro que Débora quiso esperar a tener los resultados de todas las pruebas. – Incidió Mike, lu
Daniel no tenía demasiado apetito, pero no por eso iba a matar de hambre a Mike y Toni con los que estaba reunido en su despacho, así que pidieron un pequeño refrigerio a modo de cena. Toni llevaba la voz cantante e iba haciendo preguntas:-Así que no tienes ninguna prueba de vida ¿Cierto?Daniel negó con la cabeza, lo único que tenía era la primera foto que le mandaron. Tony dudó unos segundos, pero finalmente se decidió a exponer su teoría, lo que confirmó también las sospechas de Daniel: Los profesionales actuaban de otra forma, no tenían ningún problema en mandar a las familias fotografías con los secuestrados con un periódico del día, y para cobrar el rescate usaban cuentas en paraísos fiscales, donde no pudieran ser localizados. Ya nadie cobraba el dinero en efectivo y mucho menos mediante una entrega directa.Tony no tenía demasiada experiencia en esos casos pues la zona donde trabajaba era bastante tranquila, aunque había asistido a cursos de especialización en secuestros.
Mike llegó a primera hora de la mañana a casa de Daniel. Armado. Nunca usaba pistola, no la necesitaba para trabajar, no le gustaba llevar armas y menos delante de sus hijos, pero esto, esto era diferente, Tony los esperaría apostado en la zona, Dan también cogió una pistola y un rifle del despacho, subió a la camioneta. Mike lo siguió a caballo, era importante disponer de diferentes medios de transporte por si se necesitaba. El caballo era más rápido para ir campo a través y mucho más silencioso, tenían hombres que irían en moto, mejor estar prevenidos. Depositó la bolsa con el dinero en el lugar acordado, seguidamente se escondió.Uno de sus hombres tomó la camioneta y arrancó armando todo el ruido que le fue posible para demostrar a los secuestradores, si es que estaban al acecho que se iba del lugar. No llegó muy lejos, escondió la ranchera a poca distancia y regresó junto a Daniel. En realidad, la zona distaba mucho de estar vacía, prácticamente estaba atestada de hombres arma
Montrail terriblemente contrariado, dejó el cuchillo encima de la cama y empezó a golpearla con violencia en la cara hasta que consiguió que gritara de dolor y pidiera auxilio, ahora si empezaba divertirse. Le repetía una y otra vez: - Te gusta verdad… te gusta…Se abrió la puerta violentamente y sin tiempo para volverse a mirar unas manos fuertes lo aferraron arrancándolo violentamente de encima de la mujer:Quita tus sucias manos de mi esposa, ¡Maldito sádico! – Gritó un enloquecido Daniel al ver la sangre en las piernas de su mujer y las correas que la ataban.Cayeron los dos al suelo cerca de la puerta, Montrail perdió el cuchillo que quedó en el suelo de la habitación, intentó levantarse para cogerlo, pero Daniel fue más rápido y volvió a sujetarlo hasta conseguir sacarlo fuera de la cabaña. Se desplazaban agarrados como dos lobos hambrientos sedientos de venganza. Enemigos prácticamente desde que Eddie Montrail apareció por la zona sabían que tarde o temprano medirían sus fuer
Hicieron parte del trayecto en silencio, Débora aún se resistía a soltarse y se iba acurrucando cada vez más al pecho de su marido que respondía abrazándola más fuerte si cabe. Podía oler su cabello, empezó a besarla cariñosamente. Escuchó su sollozo ahogado y balbuceó unas palabras: - “Débora… mi chiquita linda te am…” -no pudo proseguir, se asustó al darse cuenta de la palabra que iba a pronunciar: “te amo”… Mike oteó el semblante de su amigo por el retrovisor, cruzaron sus miradas por medio del espejo y sonrió complacido. Finalmente había sucedido: su gran amigo, el todopoderoso Daniel Savater, el hombre más seguro de sí mismo que había conocido, el que lo tenía todo y que conseguía todo lo que se proponía, estaba asustado como un niño porque había descubierto que podía amar. Tras casi treinta años de vida entendió por fin la diferencia entre querer y amar… Una niñita dulce consiguió romper el hielo de ese endurecido corazón. Debería darle la razón a su esposa. Finalmente: se