Marcia siguió insistiendo, intentando que su amiga cambiara de opinión, sabía que no estaba bien que ocultaran a Daniel que iba a ser padre nuevamente:-Yo creo que Dani tiene derecho a saber que va a tener otro hijo…-Daniel no lo quiere, ¿Que no te das cuenta de que me prohibió tenerlo…? Por favor, Marcia, déjalo ya, no lo hagas más difícil – suplicó Débora...Todo fue inútil, Débora estaba decidida a alejarse de allí lo antes posible y todo lo lejos que pudiera. Su subconsciente le decía que Daniel no era capaz de hacerle daño, ni a ella ni a su hijo, al menos físico, pues psicológicamente si se lo había hecho, pero por otro lado sabía que no estaba en plenas capacidades de razonamiento, los celos y los temores lo convertían en un ser despiadado y cruel, no las tenía todas consigo así que prefería irse antes de provocar nada irreparable. Las dos amigas se despidieron cariñosamente, siempre se llevarían en el corazón. Marcia había sido la mejor amiga que Débora podía haber encont
Daniel se desplomó pesadamente. Quedó sentado, justo allí donde estaba, a mitad de las escaleras, escondió la cara entre las manos y lloró desesperadamente. Mike también llegó a su casa, encontró a Marcia ocupada con la pequeña. Esta no se sorprendió de que llegara tan repentinamente y antes de que su marido lograra hablar se disculpó:-Lo siento Mike, siento habértelo ocultado-¿Dónde está?-A esta hora supongo que, a punto de coger el bus de San Antonio, compró billete para el bus de la tarde. De allí piensa regresar a su país.Sin perder tiempo en reclamos ni discusiones llamó a Daniel.-¡Mierda Daniel, cógelo, maldita sea! – se quejó mientras el aparato intentaba coger tono – ¿Y luego?-De ahí quería ir a Laredo…-¿Y…?-Pues en Laredo iba a cruzar la frontera, una vez en su país me dijo que ya decidiría….-¡Por Dios Marcia, debiste decirme!, Joder Dani, coge el maldito teléfono….-Prometió que nos llamaría al llegar a México…- se defendió Marcia. En ese momento entró la llamada
Permanecieron un rato abrazados en el suelo bajo la lluvia hasta que ella dejó de luchar y se calmó. Los sollozos se convirtieron en un llanto ahogado y silencioso que la joven no podía detener. La ayudó a levantarse lentamente y protegiéndola de la lluvia con su cuerpo regresaron al coche. Se acomodaron en el asiento de atrás, abrazándose pues ambos tiritaban, y no sólo de frio... Con la cabeza más despejada urgía buscar el modo de regresar a casa, hurgó en el bolsillo de sus pantalones-¿Maldito móvil, nunca lo encuentras cuando lo necesitas? – murmuró asqueado antes de recordar que lo había dejado tirado en la escalera. – Es mucho suponer que lleves tu teléfono encima, ¿No Débora?– preguntó retóricamente pues imaginaba que la muchacha lo habría dejado en casa para no ser localizada.No le respondió, no era necesario. Abatido abrazó con más fuerza a su esposa que estaba completamente empapada, igual que él. -Bueno, mañana Mike rastreará el vehículo y mandará por nosotros – musi
Pasaba algo del mediodía cuando Daniel bajó al despacho, Carol se quedó cuidando a su esposa, ni se acordaba ya de la última vez que había ingerido algún alimento, así que pidió la comida, devoró todo con avidez, sin ni siquiera fijarse en lo que comía. Ya casi había terminado cuando se apareció Mike, con cara de pocos amigos, más o menos como la suya, pero en su empleado era bien extraño. Se sentó en una silla delante de él y se lo quedó mirando en silencio.-Acabo de tener una fea discusión con mi esposa – empezó – y …-No quiero ser grosero – interrumpió Daniel levantando la vista del plato con una mueca de disgusto en la cara– pero no vas a alegrarme el día contándome tus propios problemas. Eso que dicen de: “Mal de muchos consuelo de tontos “, es una verdadera estupidez.-No tengo ningún problema con mi mujer que deba explicarte, en nuestra discusión vosotros sois los protagonistas. – Indicó Mike. – A ella no le parece adecuada tu actitud con tu esposa…-Dile a tu esposa que l
Atardecía ya cuando Débora abrió los ojos, miró donde estaba y reconoció el cuarto de su esposo, notó un peso en el pecho, un brazo le rodeaba la cintura, se giró para ver a quien correspondía, y allí estaba él, dormido a su lado. Acarició su rostro, notó el raspar de la incipiente barba, que lo hacía tan varonil… ¡Dios como lo amaba! Pero no podían estar juntos se hacían tanto daño…, No entendía porque insistía en mantenerla a su lado. Subió la mano y le acarició el cabello que le caía sobre la frente. Ese gesto lo despertó y al verla sonrió. Que guapo era cuando sonreía, los ojos, esos ojos color miel ahora denotaban tanta ternura, como podían pasar tan rápidamente de la ternura al odio, apenas unas horas antes la estaban juzgando y acusando con dureza, y ahora la miraban con amor… Él le habló amorosamente interesándose por su estado. Respondió que un poco dolorida, pero creía que bien. No lo estaba tanto puesto que al querer levantarse se mareó, la ayudó a incorporarse, al
Aunque los dos lo sabían, y lo habían hablado infinidad de veces, empezó remontándose a su primer día. Allí empezó a comportarse como un verdadero cafre en lugar de ser el hombre sensato y educado que aparentaba ser.-No entiendo Daniel, no tienes por qué recordar eso, ese día los dos fuimos responsables…-No me refiero a eso Débora, escúchame… , ahora sé que mi comportamiento no fue el adecuado, tú eras una muchacha inocente que tuviste tu primera experiencia sexual de la peor de las maneras y yo el hombre experimentado que debió estar a la altura…-Daniel, no hace falta que recordemos nuevamente toda la historia – suplicó – los dos la sabemos y nos hace daño…-No voy a hablarte de la historia, cariño, voy a hablarte de sentimientos, por primera vez entre nosotros voy a abrirte mi corazón:Le explicó que se había bloqueado al descubrir lo que acababa de hacerle, y en lugar de pensar en ella, que era lo correcto, sólo pensó en él, en las consecuencias que ello podría acarrearle y nece
-No hace falta Daniel, no es necesario – repetía cada vez más asustada Débora por esas palabras tan enigmáticas, no tenía ni idea de cómo actuar, deseaba con toda su alma recuperar al marido amoroso que se desvivía por ella, que la había hecho llegar a lo más alto y olvidarse del que la había degradado hasta llevarla al extremo de preferir estar muerta a que la volviera a tocar. Pero no, no sabía cómo hacerlo.– yo ya te he perdonado todo, está todo olvidado...- susurró en un intento que él se abalanzara sobre ella y la besara llenándola con su cuerpo y su amor, también ella lo necesitaba y lo deseaba con todas sus fuerzas. Pero no fue así, su marido seguía allí quieto esperando que ella tomara la iniciativa.-Yo sé que tú lo has olvidado cariño, pero yo no puedo hacerlo... Este dolor me corroe por dentro y no va a dejarme vivir en paz nunca más... Por favor ayúdame a poder olvidar yo también, necesito, sé que todo, o al menos la mayor parte ha sido culpa de mis celos absurdos y de mis
A Doris la cogió por sorpresa esa noticia, ahora sí que los tenía cogidos por las pelotas, pero no lo demostró. Después de una desagradable mueca de disgusto al ver que Savater sólo llenaba su vaso y no el suyo agarró la botella para servirse, una fuerte mano la detuvo, quedó con la botella a medio camino, luego las palabras de Savater no dejaron lugar a dudas:-Ni te he invitado a beber de mi botella ni te he dado permiso para hacerlo.Ella bajó por primera vez la cabeza. En todo el tiempo en que lo estuvo buscando siempre se había mostrado altiva, hoy, pero, sintió miedo y más cuando el hombre la amenazó. Le dijo claramente que prefería hablar con ella y no directamente con Juárez pues probablemente no podría contenerse y le rompería la cara. Le ordenó que le diera un recado, y no era otro que dejaran en paz a su mujer o deberían atenerse a las consecuencias. Ella no les había hecho nada y que supiera, él tampoco, por lo tanto, les pidió que se olvidaran de su existencia si quer