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Capítulo 2: Nuevos amigos

Más tarde, cuando el sol se estaba poniendo y la isla se había llenado de una atmósfera de misterio, Alya decidió explorar un poco. Bajó las escaleras y salió al jardín trasero, donde una pequeña puerta daba acceso a la playa. Alya se quedó mirando el agua brillar bajo el hermoso tono naranja del atardecer sintiéndose más tranquila.

“¡Hola! ¿Quieres unirte a nosotros?”

La voz inesperada la sobresaltó. Alya se giró y vio a un grupo de chicos y chicas, todos en trajes de baño, con tablas de surf y sonrisas amigables. La mayoría tenía una expresión de diversión y camaradería. El más alto de ellos, con una melena rubia y ojos azules, era el que la había llamado.

“Eh, sí, claro,” Alya asintió, sintiéndose un poco tensa. “Soy Alya.”

“Soy Dylan,” dijo el chico de cabello rubio. “Y estos son mis amigos. Violeta, Marcos y Esteban.”

Violeta era la más extrovertida del grupo, con una risa contagiosa y ojos brillantes. “¡Hola, Alya! Bienvenida a la isla,” dijo, acercándose a ella y dándole un apretón amistoso.

Marcos, el más serio del grupo, le sonrió con amabilidad. “Hola, Alya. ¿Te gusta surfear?”

“Eh, sí, pero… no soy muy buena", admitió Alya, sonrojándose un poco.

“No te preocupes, todos empezamos de cero,” dijo Esteban, el más seductor del grupo. “¿Te gustaría intentarlo?”

Alya asintió tímidamente. “Sí, claro.”

Pasaron la tarde surfeando, y aunque Alya no era una experta, disfrutó el ambiente relajado y las bromas entre ellos. Dylan siempre estaba cerca, observando y animándola a intentarlo otra vez. Alya sentía que este grupo de amigos podía convertirse en algo importante para ella.

Al final de la tarde, cuando el sol ya se había puesto y las olas se habían calmado, Alya y Dylan se quedaron solos en la playa. “Así que… ¿de dónde vienes?” preguntó Dylan, rompiendo el silencio.

Alya miró al mar y suspiró. “Vengo de la ciudad de Nueva York. Mi mamá y mi padrastro se mudaron aquí por trabajo.”

Dylan asintió. “Entiendo. ¿Y cómo estás con todo eso?”

“Bien, supongo,” respondió Alya, encogiéndose de hombros. “Es difícil dejar atrás todo lo que conoces.”

Dylan sonrió y se acercó a ella. “No te preocupes, aquí te ayudaremos a adaptarte. La isla es un buen lugar para empezar de nuevo.”

Alya sonrió débilmente. “Gracias, Dylan me alegro de haberlos conocido hoy.”

Dylan le dio una palmadita en la espalda. “No te preocupes. Vas a hacer muchos amigos aquí.”

Alya asintió y ambos se quedaron allí, mirando las estrellas y sintiéndose algo más tranquilos. Tal vez, esta isla sería su nuevo hogar.

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Un mes después de su llegada Alya se encontraba ya muy unida al grupo de amigos que había hecho en la playa, ellos la habían integrado rápidamente y todos le tenían mucho cariño a pesar de que ella era bastante reservada sobre su vida privada.

Esa tarde se habían juntado todos a la salida de sus trabajos para organizar el cumpleaños de Dylan que sería dentro de 3 días.

Dylan los miro serio a todos. “No quiero nada de alcohol ni música en mi fiesta, va a ser algo tranquilo en donde vamos a tomar un té y cada uno a su casa.”

“jajaja si claro y mañana yo me meto en un convento” comenzó a reírse Violeta agarrándose del estómago. “Y luego Esteban dejará de coquetear con todo lo que se mueva” continuó.

Dylan no pudo aguantar más su seriedad y comenzó a reír también al notar la cara de confusión que tenía Alya. “ Debiste haber visto tu cara Alya, valió la pena”

“La verdad que no estoy entendiendo nada” mencionó Alya mirando a Marcos que aunque sonreía solía ser el más serio y seguramente él podría explicarle que estaba pasando.

“Dylan se estaba burlando de mi último cumpleaños Alya”, dijo Marcos. “Sigo sin verle lo malo de hecho creo que fue mejor que todos sus cumpleaños juntos y en mi defensa no los eche después de tomar el té, los eche dos horas después y por que no dejaban de insistir para salir a bailar”

Ahora su entendía porque tanto alboroto, por lo que le explicaron luego el último cumpleaños de Marcos había hecho una merienda en su casa con bocados y té ya que decía que al haber cumplido sus 25 años ya debía madurar y dejar de hacer eventos de fiestas como si todavía estuviera en la secundaría.

Luego de que se calmaron al final terminaron decidiendo que harían una fiesta en la playa privada que tenía en la casa de sus padres Dylan, Esteban llevaría las bocinas y su equipo de Dj, Violeta y Alya se encargarían de decorar la playa y Marcos iba a armar y encender la fogata. A Dylan le había quedado la parte de comprar el alcohol y los snacks, aparte de invitar a todos sus conocidos claro.

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