Días después.
Samantha despertó gracias al mensaje que desde hacía una semana recibía por parte de Óscar, inhaló profundo y su mirada se iluminó al leer el texto.
«Espero que hoy, tengas un excelente día. Te extraño»
Sam presionó sus labios, y suspiró profundo; recordó el domingo anterior y la celebración que tuvieron en la casa de sus padres. Aquel día sintió una enorme felicidad al festejar a su papá y su esposo, además que notó que ahora los dos se llevaban mejor; sin embargo, esa mañana percibía cierto nerviosismo, era el primer viaje de Norita a Puerto Escondido con Óscar, entonces tecleó una respuesta.
«Gracias, deseo lo mismo para vos, los voy a extrañar» envió y se puso de
Alondra no podía evitar sentir picor en su garganta al escuchar aquel nombre que le traía sublime y dolorosos recuerdos a la vez.—Soy Alondra —respondió con aquellos ojos aceitunados que arrastraban de nuevo gran melancolía—. Es un placer tenerte con nosotros —refirió—. Mi esposo es Álvaro, tu abuelo —indicó divisando a su atractivo marido.—Hola —contestó la niña observando al señor.—¿Cómo estás? —El abuelo se acercó y extendió su mano para saludarla, deseando poder abrazarla, pero no estaba seguro de que la pequeña se sintiera cómoda ante aquella efusividad—, no tarda en llegar tu tía Andy —refirió—. Estoy seguro de que con ella y sus visitas, no te aburrirás. —Sonrió.
Oaxaca- México.Samantha miraba con impaciencia su reloj, esperando noticias de Norita, pero no tenía ninguna, caminaba de un lado a otro por el apartamento llena de ansiedad, miraba a Gaby preparar el almuerzo y a Angelito jugando con unos cubos en el suelo.—¿Crees que ya hayan llegado? —indagó a su amiga. —¿Les habrá pasado algo malo? —averiguó con la mirada llena de angustia.Pau dejó las cosas que hacía para atender a su amiga.—Ya debieron llegar, estoy segura de que no tardan en hablarte —mencionó—. Han de estar dándoles la bienvenida. —Suspiró con nostalgia—, ten un poco de paciencia y si se demoran más, les llamas tú, pero considero que les des un voto de confianza —sugirió.Justo en ese instante el móvil de Sam vibró en la mesa de centro, ensegu
Samantha cerró la puerta del apartamento, y caminó a sentarse en una banca frente a una de las jardineras que había en el pasillo.—¿Qué tienes que ver vos con la negación de los permisos de funcionamiento del palenque de Óscar? —indagó sin preámbulos, mirando al joven con seriedad.Renato movió la cabeza hacia los lados, resopló con gran molestia al escucharla mencionarlo.—¿Todo se trata de ese bastardo, muerto de hambre? —indagó con furia. —¿Por qué no me lo pregunta él? ¿Acaso necesita escudarse tras tus faldas y tus encantos? —frunció el ceño.Las mejillas de Samantha enrojecieron de la ira que sintió, percibió la adrenalina correr por sus venas, y sin pensarlo, lanzó una bofetada en el rostro de Renato, fue tal la fuerza con la
En horas de la noche, cuando todos se habían ido a dormir, siendo algo tarde, Óscar llevó a Norita en sus fuertes y cálidos brazos a su habitación. Tomó la maleta de viaje de su hija y buscó el pijama con el que se iba a recostar, suspiró y la miró con profunda ternura.—¿Te divertiste? —cuestionó, mientras le ayudaba a retirar su ropa para cambiarse y ponerse cómoda.—Sí —respondió, bostezando, cansada. —¿Vas a dormir conmigo? —indagó.Óscar ladeó los labios.—No, tú vas a hacerlo junto a mí —refirió—. Esta es mi habitación —comentó con una amplia emoción—, cuidaré de ti —aseguró.Norita sonrió y lo abrazó, recargó su cabeza en el pecho de &e
Yesi salió de la habitación con la mirada cristalizada, entonces escuchó aquellas palabras de Teresita.—Eres una desgraciada —expresó alzando en sus brazos a su sobrina—. Sabes muy qué no eres bien recibida en esta casa —inquirió con dureza—. Quiero que te largues y me entregues las llaves —ordenó estirando una de sus manos para recibirla.Teresita tembló de coraje al escucharla.—No puedes, mi madrina me quiere más que a ti. —La miró con hostilidad.Yesi elevó su rostro al saber que no mentía, entonces le arrebató el bolso de la joven y lo volteó lanzando todas las cosas al suelo. Colocó a la pequeña en el sillón para tomar las llaves y luego sacarla a empujones.—Ni Óscar ni yo te queremos aquí
Sam cerró sus ojos y correspondió a su beso, estremeciéndose al sentir aquella caricia.—No te vayas —solicitó colocando sus brazos alrededor del cuello de él.—Si me quedó a tu lado, no me voy a resistir las ganas que tengo de hacerte mía —refirió con sinceridad.Samantha mordió sus labios al escucharlo; sin embargo, se sentía intranquila, era como una especie de mal presentimiento que la rondaba.—Recuerda que hay menores de edad en casa, y está Gaby también —indicó y lo miró a los ojos.—No sería la primera vez que Gabriela nos escucha. —Ladeó los labios, divertido—. Tendrías que jadear bajito— Refirió.Sam sonrió al oírlo, y negó
Cuando Samantha ingresó a la habitación de Norita, la encontró sentada, llorando en su cama, entonces se acercó a ella, y la abrazó con ternura.—Ya estoy aquí, cariño —susurró con calidez.—¡La bruja! —exclamó la pequeña—. Se quiere llevar a mi papá —gimoteó.Sam presionó con fuerza sus puños, al darse cuenta de que su hija había tenido una pesadilla con Teresita, entonces supo que esa mujer debió ser muy cruel con su pequeña.—¡Mal nacida! —gruñó bajito, y luego se dirigió a Norita, acostándola de nuevo, y ella acomodándose a su lado—. Fue una pesadilla, nadie nos va a quitar a tu papá, te lo prometo —sentenció, y acarició la cabeza
Después de preparar el desayuno y comer con su familia, Óscar se despidió de ellas, para ir al hotel a ducharse y arreglar unos pendientes. Mientras se dirigía hacia su habitación, llamó a su tío Arnulfo, quien había sido el fiscal de la república y aún tenía importantes conexiones y relaciones.En cuanto se cambió de ropa y fue a firmar unos documentos, recibió la llamada de su tío, quien le entregó el domicilio de Renato Escandón. La mirada de Óscar se ensombreció, tomó su Bugatti y salió a esa residencia para hacerle saber que su mujer tenía quien la defendiera.Justo cuando se estacionó frente a su casa, el susodicho iba saliendo, estaba distraído respondiendo un mensaje de texto que no se dio cuenta de que Óscar se acercó, hasta que tuvo que elevar su mirada para a