Aaaaaa pero qué la BESÓOOOOOO
AlessandroNo sé por qué demonios lo hago, pero simplemente no puedo evitarlo y termino estampando mis labios contra los de la pri… la mocosa. JODER, LA MOCOSA.Sus labios están paralizados, pero cuándo ella jadea y los separa, no dudo ni un segundo en tomarlos con los míos y entonces todo se vuelve surrealista.Sus labios poco a poco se acoplan a los míos y la misma inexperiencia que muestra solo hace que quiera con más ansias marcarla como mía.Una de mis manos se aferra a su cintura y la otra va a su cuello para acercar aún más su rostro y en el instante en que ella pone sus manos sus manos sobre mí me siento tentado a levantarme de la m*****a silla y llevarle a la habitación y marcarla en todo el sentido de la palabra.Sin embargo, justo cuándo estoy a punto de ponerla a horcajadas sobre mí, ella me toma por sorpresa cuándo me empuja y por poco se cae cuándo se levanta de mis piernas. Sus mejillas están encendidas, sus ojos están dilatos, pero no solo por el deseo, sino por algo
ValeriaNo dormí en toda la noche. No pude, por más que lo intenté. Una parte por el miedo que siento de saber que mi tía vendrá. Nunca sé que esperar, pues por más que he hecho lo que me pide para ella siembre hay un error en mis actos.Y por otro lado cada vez que cerraba los ojos, la imagen de Alessandro y su mirada oscura volvía a mí, como una sombra que no puedo apartar. ¿Cómo puede alguien ser tan cruel un momento y luego besarme como si realmente le importara? ¡No lo entiendo! Me siento atrapada entre lo que mi tía me ha dicho y lo que siento cuando estoy cerca de él. A veces creo que no es tan malo, que tal vez hay una parte de él que aún tiene algo de humanidad, pero luego me dice cosas que desgarran mi alma, que me hacen creer que todo lo que dice Emilia es cierto.Mis ojos arden por las lágrimas que derramé durante horas. Me siento tan confundida, tan perdida. ¿Qué es lo que realmente quiere Alessandro de mí? ¿Por qué a veces parece que le importa y luego… y luego me trata
AlessandroVoy a casarme. No solo eso, voy a casarme con Valeria Fiore.La principessa…No puedo evitar mirar mi reflejo en el espejo de la habitación y pensar en el pasado. En ese tiempo en el que el matrimonio era una meta de vida y no el medio para un fin, pero entonces debo recordarme que ya no soy ese Alessandro.A ese joven lo traicionaron, machacaron y escupieron en un mundo que ya no se veía como antes y entonces me convertí en lo que soy.Sé que Emilia ya está en la casa, pues no hay nada que suceda en mi mansión que yo no lo sepa y saber que está con la mocosa ahora mismo hace que sensaciones contradictorias se formen en mi interior.¿Es una movida cruel? si, lo es. Pero ¿Es necesario? también, lo es y eso es todo lo que debe importarme.Dos toques en la puerta me hacen girar segundos antes de que la voz de Matteo se escuche desde el otro lado.—¿Puedo pasar?Casi quiero bufar al oírlo, pues en la empresa nunca pide permiso para una mierd4.—Adelante—le digo y la puerta se ab
ValeriaMe veo por última vez en el espejo y trato de grabar la imagen en mi cabeza.El vestido que Rosa me trajo es hermoso, blanco, sencillo con encaje y un lindo escote cruzado que se ajusta a mi menudo cuerpo. Nunca pensé que pudiera verme tan… hermosa.Y aún así me siento como si fuera directo al matadero.Dejando salir un suspiro me giro y evito sobarme el brazo en dónde mi tía me maltrato hace un momento o el rostro que me duele horrores, sé que si lo hago solo la voy a molestar más. Para mi suerte Rosa está aquí.—Estoy lista—digo, ganándome una sonrisa de la mujer y un resoplido por parte de mi tía.—Ya era hora, hace al menos diez minutos que debimos haber bajado. No es cómo si pudieras darte lujo de hacer esperar al señor Rossi.Antes de que pueda decir algo, mi tía me agarra del brazo lastimado y tengo que morderme el labio con fuerza para no dejar salir el chillido de dolor que trepa en mi garganta.Con cada paso que doy siento como mi corazón late con fuerza y tengo que r
AlessandroMis ojos no se alejan del rostro de la mocosa que se ha puesto pálido al escuchar mi pregunta.No soy tonto, sé muy bien que su tía tiene que estar metida en el asunto, lo que no me explico es dónde demonios estaba Rosa si tenía ordenes explicitas de no dejarlas solas.—Mocosa, te estoy haciendo una pregunta—Le digo, pero antes de que pueda responder, el abuelo llega hasta dónde estamos con una enorme sonrisa en el rostro.—Valeria, cariño ¡Bienvenida a la familia!—le dice, antes de envolverla en un abrazo.Me doy cuenta que la mocosa por un momento se queda completamente paralizada, es casi como si las muestras de cariño le sorprendieran y odio la sensación que eso me causa.Veo entonces como poco a poco ella va levantando los brazos hasta que le regresa por completo el abrazos al viejo y podría jurar que tiene los ojos enrojecidos.—Muchas gracias, abuelo Rossi.Solo entonces el abuelo la suelta y posa sus ojos, grises e iguales a los míos, sobre mí.—¿Ya han pensado a dón
ValeriaSiento que no puedo respirar.Por un momento, en medio de toda la pesadilla que estoy viviendo llegué a pensar que lo único bueno en medio de todo era que me había alejado de las garras de mi tía y mi prima, pero ahora con Clara unida al primo de Alessandro, la pesadilla solamente empeora.Entro al baño más alejado de la sala y cierro la puerta detrás de mí mientras me obligo a respirar. No puedo derrumbarme ahora, me digo.Sin embargo, hay demasiadas cosas ocurriendo en muy poco tiempo.Mis ojos viajan por primera vez a mi mano y me permito apreciar el anillo que tengo ahí. Es simplemente hermoso. Matrimonio real o no, este anillo debió costarle una fortuna y estas son las cosas de Alessandro Rossi que no entiendo.No entiendo porque su tacto allá afuera me llena de tranquilidad. No entiendo por qué a veces me hace sentir segura finalmente y otras es tan cruel como la tía Emilia.—¿Quién eres realmente, Alessandro Rossi?—digo a mi reflejo, mientras siendo como un nudo se forma
AlessandroUna locura, eso es lo que estoy haciendo. Pero ver a la mocosa tan vulnerable y aterrada, saber que esa mujer volvió a lastimarla en mi propia casa me ha nublado la mente por completo.Ella es mía. Nadie toca lo que es mío. Y debido a ese impulso ahora estamos en el auto rumbo al aeropuerto, nos hemos escapado de nuestra boda y el viejo nos ha mandado todo lo referente al viaje que es a nada más y nada menos que a Grecia.A mi lado puedo ver la mezcla de emociones cruzando el rostro de la mocosa, está más que todo nerviosa, pero para mi sorpresa no se ve asustada.—¿Ya habías salido del país?—le pregunto y ella gira el rostro para verme con esos ojos verdes e inocentes.—Una vez—me dice en voz baja y veo como una sonrisa nostálgica se forma en su rostro—Papá me llevó a Disney por mi cumpleaños número 15, eso fue justo antes de… del accidente.Entonces lo recuerdo, Giorgo Fiore me invitó a que fuera con ellos, pero yo acababa de empezar a trabajar en la empresa y no quería
ValeriaEl hecho de haber pasado una mala noche me pasa factura, porque cuándo algo me mueve el hombro y dice mi nombre, me doy cuenta que me he dormido durante las dos horas y media que dura el vuelo de Milán a Atenas. Lo cuál ha sido una bendición, porque no habría podido soportar que Alessandro me siguiera haciendo preguntas. Hoy ha sido el día más extraño de todos desde que me fui a vivir con él. Casi no parecía el empresario frío y cruel de siempre y no sé cómo sentirme al respecto.Sin embargo, hicimos una promesa y esa es otra de las cosas que me tienen nerviosa. Le prometí decirle la verdad, pero ¿Qué pasará cuándo sepa lo que he hecho?El simple pensamiento de un castigo por espiarlo hace que el cuerpo me tiemble, pero me obligo a no pensar en ello. Si quiero llegar a la verdad de todo tengo que empezar a ser valiente.—Bienvenida al mundo de los vivos, mocosa—me dice Alessandro y siento como las mejillas se me colorean.—Lo lamento, estaba cansada—le digo y luego recuerdo qu