Mis cariñitos, ya se que están pidiendo maratón, voy a hacer lo posible para darles un maratón esta semana que empieza!!! Besoooos
AlessandroCuándo uno cree que el mal genio no puede ser peor la vida siempre se encarga de demostrar que estamos equivocados.Los últimos días ni yo mismo me he aguantado y he tratado de pasar el menor tiempo posible en la casa para no tener que verle la cara a la mocosa y de mi abuelo mejor ni hablar, pues ha querido ir a visitarme desde la cena y ya no sé ni qué más excusa poner.Sin embargo, lo único que me impedía explotar era pensar que llegaría la m4ldita investigación con todo lo referente a la Fiore y su tía, pero al parecer hay más mierd4 de la que creía y el investigador se ha demorado.Justamente por eso ahora me encuentro explotando contra cualquiera que cometa el más mínimo error en la empresa y estoy precisamente en esas, cuándo la puerta de la oficina se abre de improviso haciendo que me prepare para insultar al que sea, pero solo tengo que ver la cara de seriedad de Matteo para saber que algo debe haber pasado.—Realmente espero que esa cara no se debe a más problemas,
ValeriaEl sol de la tarde cae suavemente sobre mi cabello, iluminando el jardín en el que estoy jugando. Siento la calidez en mi piel mientras corro entre las flores, riendo, olvidando por un momento que hay adultos hablando cerca. Mi vestido de encaje blanco se mueve con el viento, y la risa de mis padres se mezcla con la brisa. Gira alrededor de mí, como un abrazo que no quiero soltar.De repente, lo veo. Un muchacho de cabello oscuro y ojos brillantes, de unos trece años, se acerca con una sonrisa que hace que mi corazón palpite de emoción. Lo reconozco al instante, y sin pensarlo, corro hacia él, sintiendo la felicidad burbujeando en mi interior.—¡Hola, principessa Fiore! —dice, su voz es suave y cálida—. ¿Me extrañaste?—¡Claro que sí! —respondo, lanzándome a sus brazos, sintiéndome segura y feliz—. No olvides que yo seré la Reina Rossi algún día, aunque no lo aceptes, estoy segura de que vamos a casarnos.Nuestras risas se mezclan con las de los adultos, y cuando giro la cabez
32- SEGUIR EL JUEGOAlessandroDespués de haber descubierto que la mocosa era una espía, un m4ldito topo en mi casa, las cosas simplemente terminaron de ir en picada para empeorar mi mal humor.Justo cuándo estaba a punto de salir de la oficina para enfrentar a la mocosa, Matteo recibió una llamada del investigador en dónde le decía que ya había enviado todo lo que llevaba de la investigación a su correo, lo que hay ahí … es simplemente perturbador.Mis ojos no pueden separarse de la pantalla mientras leo una y otra vez la cantidad de atrocidades que le han hecho a la mocosa, no entiendo como su tía pudo hacerle eso.Para empezar la convirtió en su sirvienta privada y la castigaba quitándole la comida o dándole… azotes en la espalda con la correa cada vez que se atrasaba, lo cuál explica la obsesión de Valeria por terminar la lista de deberes que yo le dejaba.Y las cosas solo empeoran.Los reportes del colegio hablan de acoso escolar orquestado por su prima, golpes de compañeros y cit
ValeriaLa visita del abuelo es algo que me ha tomado por sorpresa y por la mirada de Rosa me imagino que ella está igual.No puedo evitar acercarme a él preocupada al ver que nadie más ha aparecido a su lado, lo que significa que ha venido solo y con un respirador a cuestas.—Seño…Abuelo Rossi—corrijo, recordando que él me pidió que lo llamara de esa forma—¿Ha venido usted solo?El abuelo deja salir un resoplido al escucharme y mueve la mano en un gesto que trata de quitar importancia a mis palabras, pero puedo notar algo de agotamiento en sus facciones.—Todavía me queda algo de vida, cariño, no te preocupes.En eso Rosa aparece llevando un vaso de agua que no duda en tender al anciano que le regala una sonrisa antes de aceptarlo.—Gracias querida, aún me duele que te hayas venido con mi nieto en lugar de permanecer en la mansión.—Oh, señor Rossi, es que no podía dejar solo al joven, mucho menos después de todo lo ocurrido…Y ahí estaba nuevamente la mención de eso ocurrido, algo me
AlessandroLlego a la casa tan rápido como puedo y nada más hacerlo veo al chofer del abuelo en la entrada, lo que me hace saber que sigue estando aquí.Por el bien de la mocosa más le vale que no haya hablado de más, pienso mientras guió la silla de ruedas hacia la entrada.Nunca había tenido la cabeza tan revuelta como la tengo ahora, ni siquiera cuándo murió mi padre, pues en ese entonces me centré en la venganza y lo que haría con los culpables, sin embargo ahora toda la situación de la Fiore me tiene más alterado de lo que debería y no dejo de darle vueltas a las cosas.No puedo evitar pensar en que hay una gran posibilidad de que yo haya estado cazando a la persona equivocada todo este tiempo y eso me llena de rabia.Entro a la mansión y me sorprende no escuchar nada, por lo que empiezo a moverme hacia la cocina para preguntarle a Rosa en dónde está el abuelo cuándo el sonido de una risa me deja paralizado.Hace años que no escuchaba risa…Tratando de hacer el menor ruido posibl
ValeriaNo sé en qué estaba pensando cuándo dejé salir las palabras, pero ahora mientras veo como el rostro de Alessandro va pasando lentamente de la sorpresa a la rabia siento como el miedo empieza a crecer dentro de mí.Lo he hecho enojar.—¿Dónde demonios escuchaste eso?—me dice y puedo sentir la furia emanando de él, lo que hace que instintivamente retroceda y me odio por eso.Estoy cansada de vivir con miedo, de dejar que todo el mundo pase por encima de mi y tal ez es ese mismo agotamiento lo que me impulsa a contestar.—Nadie me lo ha dicho, yo… Yo lo he recordado. Te he recordado.No sé que es exactamente lo que esperaba ver en su rostro cuándo dijera esto, pero en definitiva no es el dolor que cruza sus ojos, ni mucho menos la forma en que aprieta su quijada, como si saber que lo recuerdo lo estuviera atormentando.—¿En serio?—me dice y su voz se ha convertido en una cuchilla afilada y cruel—¿Estás segura que recuerdas todo de mí o solo te has hecho una idea de que lo haces?T
AlessandroNo sé por qué demonios lo hago, pero simplemente no puedo evitarlo y termino estampando mis labios contra los de la pri… la mocosa. JODER, LA MOCOSA.Sus labios están paralizados, pero cuándo ella jadea y los separa, no dudo ni un segundo en tomarlos con los míos y entonces todo se vuelve surrealista.Sus labios poco a poco se acoplan a los míos y la misma inexperiencia que muestra solo hace que quiera con más ansias marcarla como mía.Una de mis manos se aferra a su cintura y la otra va a su cuello para acercar aún más su rostro y en el instante en que ella pone sus manos sus manos sobre mí me siento tentado a levantarme de la m*****a silla y llevarle a la habitación y marcarla en todo el sentido de la palabra.Sin embargo, justo cuándo estoy a punto de ponerla a horcajadas sobre mí, ella me toma por sorpresa cuándo me empuja y por poco se cae cuándo se levanta de mis piernas. Sus mejillas están encendidas, sus ojos están dilatos, pero no solo por el deseo, sino por algo
ValeriaNo dormí en toda la noche. No pude, por más que lo intenté. Una parte por el miedo que siento de saber que mi tía vendrá. Nunca sé que esperar, pues por más que he hecho lo que me pide para ella siembre hay un error en mis actos.Y por otro lado cada vez que cerraba los ojos, la imagen de Alessandro y su mirada oscura volvía a mí, como una sombra que no puedo apartar. ¿Cómo puede alguien ser tan cruel un momento y luego besarme como si realmente le importara? ¡No lo entiendo! Me siento atrapada entre lo que mi tía me ha dicho y lo que siento cuando estoy cerca de él. A veces creo que no es tan malo, que tal vez hay una parte de él que aún tiene algo de humanidad, pero luego me dice cosas que desgarran mi alma, que me hacen creer que todo lo que dice Emilia es cierto.Mis ojos arden por las lágrimas que derramé durante horas. Me siento tan confundida, tan perdida. ¿Qué es lo que realmente quiere Alessandro de mí? ¿Por qué a veces parece que le importa y luego… y luego me trata