Liam
Faltaba solo una noche más para la luna llena, si mi calendario era correcto, al día siguiente se cumplirían veintiocho días desde mi última transformación, había notado, que mi fuerza física, y todos mis sentidos, se habían incrementado considerablemente, sobre todo, mi olfato y mi oído, además mi calor corporal también, ya no sentía el gélido frio congelar mi cuerpo, inexplicablemente, lograba regular mi temperatura.
Mi cabaña, había tomado forma, ahora ya no era solo una choza abandonada en medio del bosque, era una verdadera cabaña, un verdadero refugio, del frio y de algún otro lobo, aunque un oso quizá si podría derribarla, pero desde que llegué, no había visto ninguno.
Aprendí a encender el fuego usando dos rocas y recolecté suficiente leña y la había resguardado dentro de la cabaña para mantenerla seca.
Almacené suficientes arándanos y nueces como parar pasar el invierno y me había vuelto experto cazando liebres, había logrado hacer un manto usando su suave piel, debía prepararme para el invierno, en cuanto comenzara a nevar, no iba a ser fácil sobre llevar el clima.
Esa noche dormí tranquilamente, la luna llena llegaría hasta el día siguiente, no podía negar que temía que llegara el momento, el terrible dolor en mi cuerpo al momento de la transformación, era insoportable, aunque debía reconocer, que una vez que el lobo se apoderaba de mí, me sentía, fuerte y poderoso, había leído en algunos libros, sobre los alphas y los omegas, no sabía si yo pertenecía a alguna manada y tenía algún rol designado dentro de ella, pero definitivamente, no era un lobo débil, podía sentir el poder en mis extremidades y en mi mandíbula.
El día llegó, desperté y pasé el día como siempre, recolectando nueces, la tarde llegó más rápido que de costumbre, o al menos mi temor me hacía que así lo sintiera, estaba revisando las trampas para liebres cuando mi oído me alertó, un gran bullicio se escuchaba en los límites del parque era un gran número de excursionistas, por sus voces, sabía que se trataba de jóvenes adolescentes acompañados de algunos adultos —Maldición—Estaban demasiado cerca, tal vez debería alejarme yo y esperar que mi transformación, se llevara a cabo, lo más lejos posible de su campamento.
Regresé a la cabaña y ya estaba comenzando a oscurecer, apagué el fuego, me quité la ropa, para no romperla, era la única que tenía y corrí montaña arriba, pero la luz de la luna ya iluminaba mi camino, un grito de dolor se transformó en aullido, al sentir mis huesos quebrarse y mis músculos desgarrarse, pero cuando el dolor cesó, me sentí el amo y señor de la montaña.
Rebeca
Ese aullido se escuchó aterrador, los guías eligieron a algunos chicos para hacer guardias durante la noche, y al resto, nos enviaron a dormir, Ronnie y Gerard, junto con dos guías, hicieron la primera guardia, en ese momento, pensé que había sido muy mala idea montar nuestra tienda de campaña, tan alejada del resto, no fue hasta después del aullido, que pensé que, si algún animal salvaje atacaba el campamento, seguramente empezaría por la tienda más alejada.
No comenté nada con Roxanne, ella ya estaba lo suficientemente nerviosa.
—Tranquila, no va a pasar nada — traté de darle a ella el valor que a mí me faltaba, esperaba ser convincente y que no notara mi nerviosismo.
—Becca, ¿Ese lobo está muy lejos verdad? no se va a acercar al campamento.
—Claro que no nena, además, ¿Viste el rifle que trae el guía? Está cargado con poderosos somníferos, tan fuertes como para dormir a un oso en segundos, así que estamos protegidas, anda, vamos a tratar de dormir.
Nos metimos en la casa de campaña y en la bolsa de dormir, el cansancio me venció, así que no supe más y me quedé dormida.
—¡Becca despierta! —El grito de Roxanne me trajo de regreso del país de los sueños abruptamente.
—¡Qué pasa! ¿Por qué me gritas?
—Algo está pasando allá afuera, los chicos están alborotados.
—¿Quieres salir a ver qué es lo que pasa? —Negó con la cabeza.
—Nena, si no quieres salir, déjame dormir.
—Parece que unas chicas fueron al baño, y vieron al lobo.
—Jajajaja, entonces no te preocupes, seguramente ya huyó con el olor.
—Becca, quiero ir al baño, tengo miedo, pero no puedo aguantar más.
—Está bien, tranquila, solo saldremos de la tienda, y caminaremos unos pasos atrás de ella, sin alejarnos, harás lo que tengas que hacer y volveremos inmediatamente ¿Está bien? — ella asintió y salimos de la tienda, los guías estaban enviando a dormir a los chicos curiosos que querían ver al lobo, pero por lo que decía el guía, todo parecía ser una mentira, las chicas sólo quisieron asustar a los demás, porque morían de risa y las castigaron.
—¿Ves amiga? No pasó nada, esas niñas solo quisieron jugar una broma muy pesada.
—¡Gracias a dios! Ahora ya podré orinar tranquila, te juro que estuve a punto de hacerme en los pantalones.
Rodeamos la tienda de campaña, y caminamos unos metros hacia la oscuridad, cuando estuvimos seguras de que ya nadie podía vernos, las dos nos bajamos los pantalones para hacer, afortunadamente Roxanne llevaba papel sanitario, rápidamente, nos subimos los pantalones y estábamos a punto de volver, cuando un enorme lobo plateado nos cerró el paso, mi amiga me tomó de la mano
—No grites, no te muevas— susurré, pero ella estaba totalmente paralizada, yo estaba tan asustada como ella, porque, además, yo había visto lobos en un zoológico y no tenían nada que ver con el tamaño de este, este lobo era mucho más grande, al menos dos veces más grande que un lobo normal.
De pronto, pasó algo sorprendente el lobo me acorraló contra el tronco de un árbol, me olisqueó y me habló, —No temas, no voy a hacerte daño—o al menos eso es lo que yo creí, tal vez había sido mi imaginación, quise hablarle, para saber si efectivamente me entendía, pero Roxanne gritó —¡¡¡El lobo!!! — y el enorme animal huyó a gran velocidad, internándose en el bosque.
Los guías corrieron hacia nosotros, y obviamente no vieron nada, así que nos llamaron la atención porque pensaron que estábamos, mintiendo y por más que juramos que decíamos la verdad, nadie nos creyó.
Roxanne y yo nos metimos nuevamente en la casa de campaña, pero ya no pudimos dormir, las dos estábamos seguras de lo que habíamos visto y definitivamente era aterrador.
—Rox, amiga — le dije quedito para que nadie nos escuchara —¿Te puedo decir algo, sin que creas que me he vuelto loca? —Asintió con la cabeza, estaba todavía conmocionada por el susto y por la vergüenza de haber pasado como unas mentirosas.
—No me lo vas a creer amiga, pero creo que el lobo me habló.
—Lo sé, yo también escuché, pero pensé que me había vuelto loca por el miedo.
El resto de la noche se nos hizo eterno y al amanecer las burlas de los chicos no se hicieron esperar, todos creían que habíamos mentido, así que nos quedamos calladas y no dijimos nada acerca de que lo habíamos escuchado hablar.
Desinstalamos nuestra tienda y buscamos un lugar en medio de las otras casas y más cerca de los guías, para ese momento ya no nos importaba ni Ronnie ni Gerard ni que todos se burlaran de nosotras, sabíamos lo que habíamos visto y lo que habíamos escuchado, así que lo único que queríamos era que el tiempo pasara rápido, para volver a la civilización.
Los guías formaron equipos para recolectar leña, ya que mantener las fogatas durante toda la noche consumían bastante y otro equipo para recolectar frutos y nueces para el desayuno, ya que en esta área las bayas y los arándanos eran abundantes, pero Rox y yo, preferimos quedarnos y ayudar a hacer el desayuno, aunque no teníamos ni idea de cómo hacerlo, pero definitivamente, era más seguro quedarse en el campamento que aventurarse en la espesura del bosque.
Ayudamos a los guías que se quedaron haciendo huevos revueltos y panqueques, al final resultó divertido, y aprendimos algo nuevo para nosotras, después de desayunar, era el momento de comenzar con las actividades divertidas, Rox y yo ya estábamos más tranquilas y por lo menos estábamos seguras de que durante el día no corríamos ningún peligro.
—¡Vamos chicos! Iremos caminando hasta la cascada, manténganse juntos y no se separen.
Caminamos durante más de una hora, pero el paisaje valió la pena, llegamos hasta lo alto de la montaña, junto aun risco, dónde caía una espectacular cascada, la vista era impresionante, lamentablemente no pudimos sacar fotografías porque para esa hora la batería del móvil había muerto, solo una chica nerd, llevaba una cámara fotográfica antigua, de baterías y muy linda ella, nos tomó una fotografía a Rox y a mí, con el fondo de la cascada.
—¡Escalaremos el risco para ver la cascada desde lo alto! Si no están seguros de poder hacerlo, es mejor que se queden aquí, puede ser muy peligroso.
Ronnie y Gerard fueron los primeros en querer subir, así que decidí hacerlo, esta vez Rox se negó rotundamente a acompañarme, pero no le insistí, no quería ser responsable si le ocurría un accidente.
—Becca, por favor ten cuidado, eso se ve muy peligroso.
—No te preocupes Rox, estaré bien, te lo aseguro.
Comenzamos a subir, era relativamente fácil, las rocas actuaban como peldaños, unas más grandes y otras más pequeñas, pero colocando los pies y las manos adecuadamente se podía subir con facilidad, logré subir al ritmo de los chicos, Ronnie estaba impresionado y me animaba a continuar, —¡Vamos preciosa! —Gritaba y yo sabía que había comenzado a gustarle, al menos el viaje no había sido en vano, cuando estuvimos en la cima me abrazó y me dio un beso, esta vez fue un lindo beso, y no como el de la noche anterior que había estado de bromista.
—Me encanta que además de linda seas atrevida.
En total éramos seis chicos los que nos habíamos atrevido a subir con uno de los guías, aplaudíamos y vitoreábamos por haberlo logrado.
El problema empezó cuando comenzamos a bajar, las piernas me temblaban y parecían no poder sostener mi cuerpo, parecía que estaban hechas de gelatina, comencé a sudar y un profundo agujero negro me jaló hacia él, lo último que escuché fue un fuerte golpe y varias voces gritando —¡¡¡Rebeca!!!
LiamDespués de mi transformación, mis instintos y mis sentidos se magnificaron, el olor y el bullicio de los jóvenes del campamento era demasiado tentador, así que decidí probarme a mí mismo que podía controlarme y acercarme sin hacerles daño.Cacé un ciervo y me alimenté antes de acercarme, de alguna manera creí que, estando satisfecho, no sentiría la necesidad de atacar a un humano, y así fue, caminé en rededor del campamento sentía cada aroma, miedo, ansiedad, sexo, drogas, parecía que mi olfato era un detector de sustancias, y podía reconocerlas, aunque no las hubiera olido nunca.Me sentí satisfecho al darme cuenta, que mi lobo interior, no era un lobo salvaje y sediento de sangre o de carne humana, mi mente seguía controlando cada uno de mis movimientos, seguía siendo yo, dentro de él, yo ten&i
RebecaLo vi devorar casi toda la carne de ese pequeño conejito, yo ya no podía más, tenía que comer algo o volvería a desmayarme.—¡Espera! No te lo acabes, comeré ese pedacito.—¡Como ordene la princesa! —Se burló de mi — ¿Quiere que le sirva alguna ensalada o un postre tal vez?—¡No te burles! Debes entender que no estoy acostumbrada.—Y tú debes entender que no todas las personas nacemos con los privilegios que tú tienes.—Lo siento, no quise ofenderte.—Pues lo hiciste, espero que el equipo de rescate llegue pronto, en cuanto los escuche, saldré corriendo a buscarlos para que deshacerme de ti, no sé dónde tuve la cabeza cuando te saqué del rio, debí dejar que te ahogaras.—Gracias por salvarme y por curar mis heridas.—Aquí tengo
RebecaLa capa de nieve que cubría la montaña era tan espesa, que hacía imposible que alguien pudiera llegar hasta nosotros, no había manera de que alguna persona, se aventurara a subir hasta allí y arriesgarse a morir de hipotermia, solo para rescatar un cuerpo sin vida, lo más probable, es que todos pensaran que yo, ya había muerto, y no sabía cuánto tiempo iba a pasar aquí atrapada con él.El frio era intenso, pero Liam era muy precavido, tenía una gran cantidad de leña seca y fruta y nueces como para alimentar a un ejército, aun así, decidió salir a revisar sus trampas, yo dudaba que alguna presa hubiera caído, seguramente toda la fauna del bosque estaría refugiada en sus madrigueras, sin embargo, él regresó con un ciervo.Fingía no mirar cuando se quitaba la ropa mojada por la nieve y quedaba com
RebecaLa temperatura estaba bajando, mi cuerpo temblaba de frio, y sentía que me estaba adormeciendo, las noches eran mucho más frías que los días, aun con el fuego encendido, el viento que entraba por las ranuras entre las paredes de la cabaña, me calaba hasta los huesos, no entendía por qué Liam estaba tan tranquilo, cubierto tan solo con una chaqueta deportiva, sobre todo después de haber salido a quitar la nieve del techo, le pedí que se acostara junto a mí, necesitaba su calor corporal, pero además, recostarme en su pecho me hacía sentir segura y protegida.Tímidamente se recostó junto a mí, yo pegué mi cuerpo a él todo lo que pude, con mi camiseta, había improvisado una especie de falda para cubrir mis partes íntimas, pero eso no quitaba que seguía prácticamente desnuda de la cintura hacia abajo.
RebecaLos siguientes días fueron divinos, Liam me mimaba mucho, todos los días, cocinaba un trozo de alce con salsa de arándanos para mí, y lo acompañábamos con algunas nueces y otros frutos, yo perdí la cuenta de cuantos días llevábamos allí atrapados por la nieve, pero ya nunca pasaba frío, el estaba siempre a mi lado para calentarme, hablábamos durante horas, le conté toda mi infancia y sufrí con él, al escuchar toda su historia, pero me entusiasmaba mucho al escuchar sus planes para el futuro, yo estaba segura de que cuando mi padre supiera que él me había salvado la vida en tantas ocasiones, él lo ayudaría a salir adelante, o al menos, eso era lo que quería pensar.Liam marcaba en la madera de la pared cada día, según él, llevábamos ya tres semanas juntos, pero la nieve no disminu&
RebecaCuando el helicóptero aterrizó en el hospital privado de Ontario, sentí una gran emoción, volver a ver a mis padres, que habían pensado que su hija estaba muerta, regresar a casa, dormir en mi cama con calefacción, darme una ducha de agua caliente, cambiarme de ropa y, sobre todo, volver a ver a mis amigos que ya debían estarse preparando para el baile de fin de año.Instintivamente solté la mano Liam cuando vi a mis padres, sentí una profunda pena al ver su rostro, pero debía prepararlos antes de darles la noticia de que él y yo éramos novios y nos amábamos, yo sabía que iba a ser muy difícil que mi padre lo aceptara cerca de mí, y mi madre nunca le iba a llevar la contraria.—¡¡¡Mamá!!! ¡¡¡Papá!!! ¡Volví! ¡Estoy viva!Mis padres corrieron
LiamSalí del hospital con el corazón hecho pedazos, Rebeca no tuvo el valor de defender lo nuestro, y yo no dije nada pora no provocarle un problema con sus padres.La forma en que su madre me miraba, con asco y con desprecio, me hizo sentir peor que una basura, pero iba a demostrarles quien era yo, y de que estaba hecho, desde que mi lobo interior se hizo presente, mi personalidad cambió radicalmente, ahora era mucho más seguro de mí mismo, estaba consciente que mi don para aprender cosas era un arma perfecta para conseguir lo que quisiera y lo haría.Esa noche recorrí las calles de Ontario, en busca de un buen refugio, encontré una casa vacía a las afueras de la ciudad, parecía que los dueños habían hecho un viaje muy largo, todos los muebles estaban cubiertos con sábanas y había mucho polvo acumulado durante años.La casa era perfecta, elegí
Rebeca Mi regreso a casa fue todo un acontecimiento, mis compañeros del instituto, me esperaban con una fiesta sorpresa, Roxanne, Ronnie y Gerard, estaban en primera fila, nadie podía creer que estaba viva y que volvía a casa después de tantos días. Fue bastante incómodo porque yo lo único que quería era encerrarme en mi habitación y llorar, todavía no podía creer que no volvería ver a Liam y que no tuve el valor de enfrentar a mi padre por él. —¡Becca! ¡No sabes cómo te extrañé amiga! Fue horrible verte caer, todavía escucho el golpe que te diste en las rocas, fue espantoso, he tenido pesadillas todo este tiempo. —Yo también te extrañé Rox, no sabes cuánto me has hecho falta, tengo muchas cosas que contarte. —Dicen que estuviste todo este tiempo con un chico indigente, ¿Eso es cierto? —Shhh, voy a contarte todo, pero ahora no, cuando nadie pueda oírnos. —¡Ay, maldición! ¿Cómo pretendes que soporte tanto tiempo? —Es que