Capítulo3

Liam

Faltaba solo una noche más para la luna llena, si mi calendario era correcto, al día siguiente se cumplirían veintiocho días desde mi última transformación, había notado, que mi fuerza física, y todos mis sentidos, se habían incrementado considerablemente, sobre todo, mi olfato y mi oído, además mi calor corporal también, ya no sentía el gélido frio congelar mi cuerpo, inexplicablemente, lograba regular mi temperatura.

Mi cabaña, había tomado forma, ahora ya no era solo una choza abandonada en medio del bosque, era una verdadera cabaña, un verdadero refugio, del frio y de algún otro lobo, aunque un oso quizá si podría derribarla, pero desde que llegué, no había visto ninguno.

Aprendí a encender el fuego usando dos rocas y recolecté suficiente leña y la había resguardado dentro de la cabaña para mantenerla seca.

Almacené suficientes arándanos y nueces como parar pasar el invierno y me había vuelto experto cazando liebres, había logrado hacer un manto usando su suave piel, debía prepararme para el invierno, en cuanto comenzara a nevar, no iba a ser fácil sobre llevar el clima.

Esa noche dormí tranquilamente, la luna llena llegaría hasta el día siguiente, no podía negar que temía que llegara el momento, el terrible dolor en mi cuerpo al momento de la transformación, era insoportable, aunque debía reconocer, que una vez que el lobo se apoderaba de mí, me sentía, fuerte y poderoso, había leído en algunos libros, sobre los alphas y los omegas, no sabía si yo pertenecía a alguna manada y tenía algún rol designado dentro de ella, pero definitivamente, no era un lobo débil, podía sentir el poder en mis extremidades y en mi mandíbula.

El día llegó, desperté y pasé el día como siempre, recolectando nueces, la tarde llegó más rápido que de costumbre, o al menos mi temor me hacía que así lo sintiera, estaba revisando las trampas para liebres cuando mi oído me alertó, un gran bullicio se escuchaba en los límites del parque era un gran número de excursionistas, por sus voces, sabía que se trataba de jóvenes adolescentes acompañados de algunos adultos —Maldición—Estaban demasiado cerca, tal vez debería alejarme yo y esperar que mi transformación, se llevara a cabo, lo más lejos posible de su campamento.

Regresé a la cabaña y ya estaba comenzando a oscurecer, apagué el fuego, me quité la ropa, para no romperla, era la única que tenía y corrí montaña arriba, pero la luz de la luna ya iluminaba mi camino, un grito de dolor se transformó en aullido, al sentir mis huesos quebrarse y mis músculos desgarrarse, pero cuando el dolor cesó, me sentí el amo y señor de la montaña.

Rebeca

Ese aullido se escuchó aterrador, los guías eligieron a algunos chicos para hacer guardias durante la noche, y al resto, nos enviaron a dormir, Ronnie y Gerard, junto con dos guías, hicieron la primera guardia, en ese momento, pensé que había sido muy mala idea montar nuestra tienda de campaña, tan alejada del resto, no fue hasta después del aullido, que pensé que, si algún animal salvaje atacaba el campamento, seguramente empezaría por la tienda más alejada.

No comenté nada con Roxanne, ella ya estaba lo suficientemente nerviosa.

—Tranquila, no va a pasar nada — traté de darle a ella el valor que a mí me faltaba, esperaba ser convincente y que no notara mi nerviosismo.

—Becca, ¿Ese lobo está muy lejos verdad? no se va a acercar al campamento.

—Claro que no nena, además, ¿Viste el rifle que trae el guía? Está cargado con poderosos somníferos, tan fuertes como para dormir a un oso en segundos, así que estamos protegidas, anda, vamos a tratar de dormir.

Nos metimos en la casa de campaña y en la bolsa de dormir, el cansancio me venció, así que no supe más y me quedé dormida.

—¡Becca despierta! —El grito de Roxanne me trajo de regreso del país de los sueños abruptamente.

—¡Qué pasa! ¿Por qué me gritas?

—Algo está pasando allá afuera, los chicos están alborotados.

—¿Quieres salir a ver qué es lo que pasa? —Negó con la cabeza.

—Nena, si no quieres salir, déjame dormir.

—Parece que unas chicas fueron al baño, y vieron al lobo.

—Jajajaja, entonces no te preocupes, seguramente ya huyó con el olor.

—Becca, quiero ir al baño, tengo miedo, pero no puedo aguantar más.

—Está bien, tranquila, solo saldremos de la tienda, y caminaremos unos pasos atrás de ella, sin alejarnos, harás lo que tengas que hacer y volveremos inmediatamente ¿Está bien? — ella asintió y salimos de la tienda, los guías estaban enviando a dormir a los chicos curiosos que querían ver al lobo, pero por lo que decía el guía, todo parecía ser una mentira, las chicas sólo quisieron asustar a los demás, porque morían de risa y las castigaron.

—¿Ves amiga? No pasó nada, esas niñas solo quisieron jugar una broma muy pesada.

—¡Gracias a dios! Ahora ya podré orinar tranquila, te juro que estuve a punto de hacerme en los pantalones.

Rodeamos la tienda de campaña, y caminamos unos metros hacia la oscuridad, cuando estuvimos seguras de que ya nadie podía vernos, las dos nos bajamos los pantalones para hacer, afortunadamente Roxanne llevaba papel sanitario, rápidamente, nos subimos los pantalones y estábamos a punto de volver, cuando un enorme lobo plateado nos cerró el paso, mi amiga me tomó de la mano

—No grites, no te muevas— susurré, pero ella estaba totalmente paralizada, yo estaba tan asustada como ella, porque, además, yo había visto lobos en un zoológico y no tenían nada que ver con el tamaño de este, este lobo era mucho más grande, al menos dos veces más grande que un lobo normal.

De pronto, pasó algo sorprendente el lobo me acorraló contra el tronco de un árbol, me olisqueó y me habló, —No temas, no voy a hacerte daño—o al menos eso es lo que yo creí, tal vez había sido mi imaginación, quise hablarle, para saber si efectivamente me entendía, pero Roxanne gritó —¡¡¡El lobo!!! — y el enorme animal huyó a gran velocidad, internándose en el bosque.

Los guías corrieron hacia nosotros, y obviamente no vieron nada, así que nos llamaron la atención porque pensaron que estábamos, mintiendo y por más que juramos que decíamos la verdad, nadie nos creyó.

Roxanne y yo nos metimos nuevamente en la casa de campaña, pero ya no pudimos dormir, las dos estábamos seguras de lo que habíamos visto y definitivamente era aterrador.

—Rox, amiga — le dije quedito para que nadie nos escuchara —¿Te puedo decir algo, sin que creas que me he vuelto loca? —Asintió con la cabeza, estaba todavía conmocionada por el susto y por la vergüenza de haber pasado como unas mentirosas.

—No me lo vas a creer amiga, pero creo que el lobo me habló.

—Lo sé, yo también escuché, pero pensé que me había vuelto loca por el miedo.

El resto de la noche se nos hizo eterno y al amanecer las burlas de los chicos no se hicieron esperar, todos creían que habíamos mentido, así que nos quedamos calladas y no dijimos nada acerca de que lo habíamos escuchado hablar.

Desinstalamos nuestra tienda y buscamos un lugar en medio de las otras casas y más cerca de los guías, para ese momento ya no nos importaba ni Ronnie ni Gerard ni que todos se burlaran de nosotras, sabíamos lo que habíamos visto y lo que habíamos escuchado, así que lo único que queríamos era que el tiempo pasara rápido, para volver a la civilización.

Los guías formaron equipos para recolectar leña, ya que mantener las fogatas durante toda la noche consumían bastante y otro equipo para recolectar frutos y nueces para el desayuno, ya que en esta área las bayas y los arándanos eran abundantes, pero Rox y yo, preferimos quedarnos y ayudar a hacer el desayuno, aunque no teníamos ni idea de cómo hacerlo, pero definitivamente, era más seguro quedarse en el campamento que aventurarse en la espesura del bosque.

Ayudamos a los guías que se quedaron haciendo huevos revueltos y panqueques, al final resultó divertido, y aprendimos algo nuevo para nosotras, después de desayunar, era el momento de comenzar con las actividades divertidas, Rox y yo ya estábamos más tranquilas y por lo menos estábamos seguras de que durante el día no corríamos ningún peligro.

­­—¡Vamos chicos! Iremos caminando hasta la cascada, manténganse juntos y no se separen.

Caminamos durante más de una hora, pero el paisaje valió la pena, llegamos hasta lo alto de la montaña, junto aun risco, dónde caía una espectacular cascada, la vista era impresionante, lamentablemente no pudimos sacar fotografías porque para esa hora la batería del móvil había muerto, solo una chica nerd, llevaba una cámara fotográfica antigua, de baterías y muy linda ella, nos tomó una fotografía a Rox y a mí, con el fondo de la cascada.

—¡Escalaremos el risco para ver la cascada desde lo alto! Si no están seguros de poder hacerlo, es mejor que se queden aquí, puede ser muy peligroso.

Ronnie y Gerard fueron los primeros en querer subir, así que decidí hacerlo, esta vez Rox se negó rotundamente a acompañarme, pero no le insistí, no quería ser responsable si le ocurría un accidente.

—Becca, por favor ten cuidado, eso se ve muy peligroso.

—No te preocupes Rox, estaré bien, te lo aseguro.

Comenzamos a subir, era relativamente fácil, las rocas actuaban como peldaños, unas más grandes y otras más pequeñas, pero colocando los pies y las manos adecuadamente se podía subir con facilidad, logré subir al ritmo de los chicos, Ronnie estaba impresionado y me animaba a continuar, —¡Vamos preciosa! —Gritaba y yo sabía que había comenzado a gustarle, al menos el viaje no había sido en vano, cuando estuvimos en la cima me abrazó y me dio un beso, esta vez fue un lindo beso, y no como el de la noche anterior que había estado de bromista.

—Me encanta que además de linda seas atrevida.

En total éramos seis chicos los que nos habíamos atrevido a subir con uno de los guías, aplaudíamos y vitoreábamos por haberlo logrado.

El problema empezó cuando comenzamos a bajar, las piernas me temblaban y parecían no poder sostener mi cuerpo, parecía que estaban hechas de gelatina, comencé a sudar y un profundo agujero negro me jaló hacia él, lo último que escuché fue un fuerte golpe y varias voces gritando —¡¡¡Rebeca!!!

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