Capítulo 2

Liam

Llevaba tres meses viviendo en la montaña, había logrado reconstruir la cabaña y había descubierto que estaba muy cerca del Parque Nacional Pukaskwa, conseguí robar la mochila de un excursionista y logré hacerme de zapatos, aunque me quedaban chicos y tuve que cortarles la punta para que no lastimaran mis dedos, también tenía unos jeans, un suéter, una bolsa de dormir, una lámpara y algunas barras de proteína, la ropa también me quedaba justa, muy pegada al cuerpo, pero era eso o seguir desnudo envuelto en una piel de oso.

Descubrí que, por alguna extraña razón, la metamorfosis sólo sucedía los días de luna llena, así que, en tres meses, sólo me había convertido en las noches de luna llena, yo no lo pedía, ni tampoco lograba evitarlo, simplemente sucedía y el dolor de la transformación de mi cuerpo, era siempre igual de intenso.

Dibujé un calendario en la madera de la cabaña, haciendo marcas con la navaja, así que, si mis cuentas no fallaban el siguiente sábado, era día de transformación.

Hasta el momento, solo recordaba que corría por la montaña, en dos ocasiones regresaba con alguna presa, pero hasta el momento, no me había topado con ningún ser humano, así que no sabía todavía cómo iba a reaccionar, ni si podría controlarme.

Me alimentaba con lo que cazaba, algunas veces lo asaba, pero le había tomado el gusto a la carne casi cruda, también recogía algunos frutos y nueces del campo, pero no podía vivir así para siempre, yo estaba acostumbrado a vivir debajo de un puente, en la calle, pero siempre tuve deseos de trabajar y de ser alguien la vida, de explotar este don que tenía para aprender cosas, pero, sobre todo, tenía la necesidad de saber, si había más hombres como yo, y dónde.

Sólo quería hacer unas pruebas más, dos lunas, si el ciclo se cumplía al pie de la letra, podría intentar conseguir un trabajo en la ciudad y solo aislarme las noches de luna llena, para evitar lastimar a alguien.

Estaba recogiendo frutos cuando un olor despertó mi curiosidad, era un aroma que me era familiar, olía a semen, combinado con otro olor muy peculiar, dejé que mi olfato me guiara y llegué hasta el campamento de una pareja, algunas veces los excursionistas no medían los peligros que podían encontrar en la montaña, los osos y los lobos, solían ser muy peligrosos.

Se trataba de una pareja joven, que, creyéndose lejos de los ojos humanos, estaban haciendo el amor.

No pude evitar excitarme con la escena y me fui de allí, yo estaba condenado a la soledad, ninguna mujer sería capaz de c*******r su vida con alguien como yo, pero, sobre todo, debía cuidarme de nunca engendrar un monstruo.

En realidad, no tenía nada de qué preocuparme, ninguna mujer se fijaría en un hombre como yo, con tres nueces y dos arándanos en la bolsa.

Necesitaba hacer algo para cambiar mi vida, tal vez esta manifestación de poder animal, era lo que necesitaba para encontrarle un sentido a mi vida, ¿Qué debía hacer? ¿Buscar a mis padres para que me expliquen por qué soy así? ¿Investigar si pertenezco a alguna manada de hombres lobo, como las de los libros? O simplemente seguir mi vida en solitario.

Solo esperaría dos lunas más y entonces, decidiría que hacer […]

Rebeca

El día de salir rumbo al campamento llegó, tres autobuses escolares repletos de estudiantes, Roxanne y yo, íbamos en el primer autobús, estábamos por salir y Ronnie no llegaba, yo hice todo para ir a este campamento con la única intención de conquistarlo, y si él no llegaba, iba a ser un total fiasco.

—Becca, ¿Ya pensaste que haremos si no llega? A mí no me entusiasma mucho la idea de dormir en el bosque, he visto videos de osos y lobos que atacan campamentos. ¿Y si mejor nos bajamos?

—Rox, no seas miedosa, no nos p***rá nada y seguramente Ronnie vendrá con Gerard y he visto como lo miras, tú solo déjate llevar y verás que nos la vamos a p***r muy bien

—Es que nada nos garantiza que se fijarán en nosotras, Ronnie apenas te ha mirado desde que llegó al instituto, ¿Qué te hace pensar que será diferente?

—Roxanne, en dos semanas será el baile de graduación, y tu yo, somos las únicas de la generación que no han tenido sexo, hasta las nerds tienen pareja para el baile y si en este campamento no encontramos a alguien con quien ir a esa noche, seremos unas perdedoras.

—Tú has tenido muchas oportunidades, pero eres demasiado exigente con los muchachos, si no cumplen con todo lo de tu lista, los rechazas inmediatamente.

—Amiga, para elegir un galán debes tener una lista de lo que esperas en un hombre, de lo contrario terminarás saliendo con cualquier indigente.

—No deberías expresarte así de las personas, sólo porque no tienen dinero, también hay que ver sus verdaderas cualidades como su inteligencia, sus sentimientos.

—Ya te pareces a mi mamá, ella me dice lo mismo, pero porque tiene un esposo que la tiene como a una reina, ya la quisiera ver sin su tarjeta de crédito ilimitada y su auto con chofer, si pensaría lo mismo, mi padre me trata como a su princesa, yo necesito un hombre que me convierta en su reina, y ya deja de preocuparte. ¡Mira! ya llegaron los bombones.

Traté de tranquilizar a Roxanne, estaba tan nerviosa, que era capaz de echar todo a perder, Ronnie y Gerard, llegaron tarde, pero allí estaban, con sus mochilas de excursionistas, abordaron el último autobús, lamenté que no vinieran con nosotros, pero no importaba, tenía toda una semana para conseguir que me mirara.

El viaje duró aproximadamente cinco horas, yo estaba ansiosa por llegar, y después de mucho esfuerzo, había logrado contagiar a Roxanne, yo sabía que a ella le fascinaba Gerard, bastaba ver cómo se quedaba con la boca abierta cada vez que lo veía, y ella era muy bonita y tenía un cuerpo envidiable, lo único malo, es que era demasiado seria y se vestía con ropa muy poco llamativa.

Cuando al fin llegamos al Parque Nacional Pukaskwa y descendimos del autobús, Ronnie y Gerard fueron los primeros en comenzar a caminar detrás del guía, así que jalé a Roxanne de la mano para ir justo detrás, estaba decidida a hacer las mismas actividades que ellos, así nos incluirían en sus equipos y pasaríamos la mayor parte del tiempo con ellos.

La caminata era mucho más pesada de lo que pensamos, el sendero estaba demasiado inclinado, y subir con la mochila a cuestas era de lo más cansado, afortunadamente, las dos teníamos buena condición física, hacíamos dos horas de gimnasio diariamente, aunque esto de caminar, en la montaña, era algo totalmente diferente, afortunadamente el guía hizo una parada para descansar  y estábamos a la orilla de un río, Gerard y Ronnie se quitaron la ropa y corrieron a lanzarse al río, se notaba que ya conocían el lugar, ambos traían un short debajo del pantalón.

Lamenté no haber pensado en llevar un traje de baño, pero luego lo agradecí cuando nos acercamos a tocar el agua, estaba demasiado fría, pero la mayoría de los chicos se lanzaron sin pensarlo.

Después de unos minutos, uno de los guías dio la orden de que salieran del agua, debíamos continuar, porque teníamos que llegar y montar el campamento antes de que comenzara a oscurecer.

Seguimos caminando durante dos horas más, hasta que llegamos a un claro en el bosque, donde había rastros de otros campamentos, apenas llegamos Ronnie comenzó a armar su casa de campaña en un área apartada del resto, así que arrastré a Roxanne para que armáramos la nuestra lo más cerca posible, pero sin que se notara que los estábamos siguiendo.

Comenzamos armar la casa de campaña y logramos hacerlo bastante más rápido que el resto de las chicas, el curso que rápido había funcionado.

—¡Los chicos que ya terminaron con su tienda, vayan a recoger leña! Tienen veinte minutos antes de que se oscurezca, no se alejen más de veinte metros a la redonda, si sienten que se encuentran peligro, griten.

La orden del guía fue muy clara, no quise pensar a qué clase de peligros se refería, pero inmediatamente, comencé a hablar con Roxanne, ella era muy nerviosa y si se detenía a analizar las palabras del guía, iba a entra en pánico.

—¿Por qué no vienen con nosotros? Conocemos la zona y estarán seguras.

La voz de Ronnie hizo que me temblaran las piernas, tenía su atención, lo habíamos conseguido, mi diosa interior comenzó a dar de saltitos.

—¡Qué buena idea! ¡Vamos!

Comenzamos a caminar los chicos comenzaron a recoger leños que encontraban en el suelo, y nosotras algunas ramas secas.

—Nunca imaginé que, a la chica más popular del instituto, le agradara ir de campamento.

—Es porque estás equivocado, yo no soy la más popular, no me digas que no conoces a Alice Cooper, supe que estuviste en su fiesta.

—Si estuve en su fiesta, pero me fui temprano, la persona que esperaba encontrar nunca llegó.

—A mí me contaron que estuviste de lo más feliz bailando con Alice.

—Digamos que, solo fui amable y bailé un momento con ella, era la anfitriona de la fiesta y me invitó, a pesar de que era el nuevo.

—¡Ayyyyyy! —El grito de Roxanne, no sorprendió y corrimos hacia ella, Gerard muy amable, ya la estaba abrazando tratando de tranquilizarla, el motivo de que se asustara de esa manera, había sido el cuerpo de un animal terriblemente desgarrado, parecía ser un alce, o alguna variedad de éste.

—Tranquila Roxanne, es normal encontrar animales así cuando te internas en el bosque, seguramente fue víctima de algún lobo, o algún otro animal.

—¿Q…quie…quieres decir un oso? ¿Podría atacar nuestro campamento?

—No, no te preocupes, es raro que los osos se acerquen cuando ven a muchas personas, regularmente son tímidos y prefieren huir.

—Cómo sabes todo eso? ¿Cómo puedes estar tan seguro? —Insistía Roxanne.

Lo que sucede, es que mi abuelo es guardabosques y trabaja justamente en este parque, por eso lo conozco tan bien lo he recorrido muchas veces antes y te aseguro, que los osos nunca se encuentran tan cerca de los humanos, por el contrario, ellos prefieren huir.

—Vamos nena, todo va estar bien, te lo prometo, la abracé para que se sintiera mejor, pero ella astutamente se recargó en el hombro de Gerard, fue una buena estrategia para llamar su atención, aunque su nerviosismo, era genuino, yo lo sabía bien.

Volvimos al campamento con suficiente leña y algunos chicos habían recolectado también, así que uno de los guías encendió varias fogatas.

Todos nos sentamos alrededor del fuego, ya estaba muy oscuro, el bosque se veía espeluznante y alguien tuvo la grandiosa idea, de jugar a contar historias de terror, sacaron bolsas con bombones y salchichas para asar directo al fuego ya algunos chicos llevaban alcohol de contrabando.

Roxanne se puso de pie y comenzó a caminar hacia la tienda, me levanté para ir tras ella, pero me detuve al ver que Gerard la seguía, parecía que entre ellos todo iba fluyendo favorablemente, en cambio para mí, no todo era como lo esperaba.

Ronnie había sido muy amable mientras juntábamos leña, pero después que regresamos parecía un tanto distante.

Me quedé mirando el fuego y escuchando la absurda historia de uno de los chicos.

«Cuenta la leyenda, que hace mucho tiempo, en este bosque vivía un hombre, estaba solo y aburrido, un día, se bebió todo el vino que tenía, para mitigar su soledad, entonces una loba se acercó hasta su cabaña, el hombre estaba tan ebrio que la comenzó a acariciar, como si fuera una mujer, entonces ella se trasformó en una hermosa chica y ellos hicieron el amor, la loba se fue y meses después el hombre encontró un bebé en la puerta de la cabaña, se dice que ese bebé se convirtió en un hombre, un hombre lobo y que disfruta asesinando excursionistas»

Todos comenzamos a reírnos de su tonta historia, era completamente absurdo, los hombres lobos son solo leyendas.

De pronto, un escalofrío recorrió mi cuerpo un viento helado inundó el ambiente y una espesa neblina comenzó a descender de lo alto de la montaña, un aullido se escuchó tan fuerte que provocó un eco entre el acantilado.

Todos nos quedamos callados, por unos segundos, hasta que Ronnie rompió el silencio.

—¡Vamos chicos! Es solo un lobo solitario que habita la montaña, hace mucho que no se avistan manadas por aquí y esos animales son muy inteligentes, no se acercan cuando ven fuego. ¿Qué les parece si cambiamos de juego? ¿Qué tal el clásico verdad o reto?

Gerard y Roxanne se acercaron y volvieron a sentarse, y otros chicos se retiraron, Melanie y Carlos unos chicos asiáticos que parecían gemelos, pero no eran familia, se quedaron a jugar.

Ronnie tomó una rama y la giró.

—Carlos, y Roxanne, vamos chicos hagámoslo interesante.

Carlos miró a Roxanne y sonrió.

—Roxanne ¿Verdad o reto?

—Verdad

—¿Viniste al campamento a conquistar a Gerard?

La cara de mi amiga se puso del color de las llamas, nunca imaginó que ese chico desconocido la fuera a poner en esa situación.

—No —mintió — Yo no sabía que Gerard vendría.

Todos comenzamos a reír, era obvio que estaba mintiendo, su rostro la delataba, pero no dijimos nada.

—Tu turno Roxanne —Dijo Ronnie y yo me preparé para el ataque de mi amiga, sabía que iba a tratar de ayudarme, pero temía que me pusiera en evidencia.

—Ronnie —dijo al fin —¿Verdad o reto?

—Reto — contestó sin dudar.

—De tu lado derecho tienes a Carlos y de tu lado izquierdo a Becca, elige alguno y bésalo en la boca.

Abrí los ojos tan grandes como pude, no pensé que se atreviera a retarlo a eso, solo esperaba que no eligiera a Carlos, o moriría de vergüenza.

Ronnie se puso de pie y caminó hasta pararse detrás de Carlos, mi estómago comenzó a contraerse, lo tomó de los hombros y lo hizo ponerse de pie, el pobre chico asiático estaba muy nervioso, nunca se imaginó p***r por eso.

—Carlos, tendrás que perdonarme hermano, pero esta vez, voy a tener que besar a la chica, ¿Tú me entiendes verdad?

—Te perdono, amigo, no te preocupes, ve por ella.

Caminó hacia mí y me sujetó del brazo para ayudarme a incorporarme, yo tenía el estómago lleno con un gran enjambre de abejas que zumbaban sin cesar, cuando estuve de pie, me miró a los ojos y sonrió de una manera tan sexy, que hizo que el piso se moviera.

Apretó sus labios contra los míos, y comenzó a moverse en una forma tan extraña, que llenó mi boca con saliva y en lugar de un beso soñado, fue un beso asqueroso, en ese momento, el fuerte aullido del lobo se escuchó tan cerca, que todos los estudiantes se pusieron de pie, los guías nos ordenaron guardar silencio.

—Efectivamente, —dijo el guía, no hay nada de qué preocuparse, es solo un aullido, debe tratarse de un lobo solitario.

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