Imanol se quedó en silencio por un momento, está perturbado, pues su madre se veía en perfectas condiciones esta mañana y ahora le dan esa lamentable noticia. Luego de unos segundos que su mente se quedó en blanco, le dijo a la empleada que enseguida llegará a la clínica para estar a su lado.
Su mundo se ha desmoronado, su madre es todo lo que él tiene y ahora se encuentra mal de salud y teme perderla. En sus manos se nota el miedo, estas tiemblan mientras presiona con mucha fuerza el timón.
―¿Qué ha pasado, jefe?—preguntó la chica que lo acompaña en el asiento de copiloto.
―Discúlpame, Jandé, sé que solo eres mi asistente en el trabajo. Pero ahora necesito desviarme porque mi madre me necesita, aunque si te sientes capaz de reunirte con los inversionistas, dímelo y te doy dinero para que te vayas en un taxi y al rato envío un chofer para que te traslade hacia el lugar de la reunión.
―No, señor, bueno, sé que soy capaz de dialogar con ellos sin ningún problema. Pero en este momento lo noto fuera de sus cabales y quisiera acompañarle si usted me lo permite.
Eh, bueno. Creo que mejor me retracto de lo dicho, no es buena idea, su esposa o novia es la que debería estar a su lado y no su asistente. ―En cuestión de segundos, la joven reconoció su error y se disculpó, sin embargo, eso al jefe le ha sido muy tierno.
―Oh, no, te agradezco si deseas acompañarme, es un gesto muy bueno de tu parte. La reunión la trasladaremos para otro día, por favor, comunícate con ellos y excúsanos. —pidió.
Pronto llegaron a la clínica, el médico los recibió atentamente y le informó a Imanol acerca de la situación de su madre.
―Ella está muy grave y es probable que le quede muy poco tiempo de vida. Debes complacerla en todo lo que ella te pida a partir de ahora. ―Son las palabras del médico y que ahora resuenan en la mente de Imanol, logrando que esta se nuble de blanco. Afortunadamente, Jandé se encuentra a su lado y soba su espalda a modo de confortarlo.
―¿Puedes acompañarme a verla? Es decir, sé que has escuchado al doctor decir que su estado es delicado. Créeme que, aunque me vea como un hombre fuerte, pero yo… yo no soy capaz de verla a los ojos sabiendo que pronto partirá. ―Pidió con el rostro desencajado.
―Claro que sí, jefe, yo voy con usted. ―respondió Jandé, aunque en su mente se pregunta qué fue lo que el doctor le dijo a Imanol en privado con la intención de que ella no le escuchara lo primero que le informó.
Imanol le agradeció en silencio. En su interior promete que buscará los mejores médicos para que revisen a su madre y conocer otra opinión sobre el avance de su enfermedad. Él no se piensa quedar a medias o sin hacer nada, antes de entrar hizo una llamada y pidió investigar cuáles son los mejores hospitales que existen en el extranjero.
Abrió la puerta de la sala e hizo pasar a la chica primero. Su corazón dolió como nunca al ver que su madre yacía acostada sobre una camilla con sábanas blancas como símbolo de salud y enfermedad.
―¡Hijo, has venido a ver a esta pobre moribunda! ―habló en voz poco audible la señora Melissa.
―No digas eso, mamá. Tú tendrás vida por muchos años y seguirás regañándome por todas mis faltas cometidas. ―Señaló su hijo, con la voz entrecortada.
―No es cierto, ya estoy por dejar este mundo. Espero que el médico te haya puesto al tanto de mi petición para ti, tengo prohibido hablar demasiado y él prometió encargarse de ello.
―Oh, sí, mamá. Precisamente me trasladaba al ginecólogo con mi novia cuando la empleada me informó tu situación. Permíteme presentarte a mi novia y a tu nieto que está en su vientre.
Anunció de golpe Imanol, dejando a Jandé con la boca abierta y con ganas de aventarle una cachetada por ser un mentiroso y descarado por haberla utilizado en su teatro frente a una paciente con enfermedad terminal.
―¡Qué! ¡Voy a ser abuela! ―exclamó la señora Melissa, ahora con un semblante diferente, lleno de emoción y tranquilidad.
Es la mejor noticia que he recibido este día. Bienvenida a la familia, querida nuera. ―Expresó con una sonrisa la señora Melisa, al mismo tiempo que extiende la mano para que su nuera la tome.
Creo que ustedes, con esta gran noticia, me han aumentado un año más de vida, después de que los médicos no me dan esperanzas de vivir por mucho tiempo. —celebró la señora.
Jandé está confundida y se siente utilizada por Imanol. La ha hecho pasar como su novia sin su consentimiento y de paso le ha diagnosticado un embarazo inexistente.
Ella finge estar feliz de conocer a la suegra; sin embargo, en su mente se desarrolla una serie de reclamos para Imanol y solo espera estar a solas para hacerlo.
―Mamá, debo dejarte un momento para que descanses, nosotros estaremos afuera para cuando nos necesites.
—Está bien, hijo, es más, lleva a tu chica al ginecólogo de esta clínica. Me habéis comentado que iban en busca de uno, busquen uno aquí, estoy ansiosa por saber el estado de salud de mi nieto. —expresó la anciana.
Imanol se siente infeliz por mentirle a su madre. Él siempre le ha jurado que jamás se va a enamorar y ahora le ha tocado presentar de repente a su asistente, haciéndole creer que es la madre de su hijo que viene en camino.
―¿Qué le pasa, jefe? ¿Por qué le ha mentido a su madre? ―Reclama Jandé, con mucha molestia, cuando salieron de la sala.
―El doctor me ha dicho que el deseo que mi madre tiene antes de morir es que yo tenga un hijo, ella quiere conocer mi descendencia. ―Confesó Imanol con un suspiro que demuestra su impotencia.
En ese momento lo único que se me vino a la mente es que tú me puedas ayudar. Total, ya tienes problemas en tu matrimonio y eres de plena confianza, es decir, no andarás difundiendo el rumor y me ahorrarás el tiempo de buscar a alguien más.
Estoy dispuesto a ayudarte en lo que sea. Si te quieres divorciar, yo me aseguraré de que lo consigas sin problema. ¿Quieres dinero? Yo lo tengo de sobra y te daré lo que me pidas.
Sería un ganar para ambos, ¿qué dices?
Imanol está consciente de que se está metiendo en terreno peligroso y también está orillando a su asistente, que ha sido muy educada durante el periodo que ha trabajado en la empresa y ahora él mismo la ha metido en serios aprietos al presentarla como su novia. Esa acción lo hace sentir un perdedor, pero en realidad la situación grave de su madre lo obligó a tomar esa decisión precipitada. —Jandé, responde si estás dispuesta a darme un hijo, por favor. —pregunta con mucha desesperación porque teme que ella no esté de acuerdo con sus locuras de hombre inestable. ―Jefe, está loco si cree que aceptaré acostarme con usted solo para darle un hijo y engañar a su madre, eso no es correcto. Además, es la primera vez que interactuamos con escenas que no sean de trabajo, ¿no cree usted que es muy absurdo hacer lo que propone? ―Entiendo tu preocupación. Y precisamente a ese punto quiero llegar, no será necesario que siquiera nos toquemos en privado. Lo que necesito es alquilar tu vientre para
El hombre que acaba de entrar los observa con mucho interés, muestra una sonrisa de burla, mientras que Imanol lo fulmina con la mirada. —¿Qué haces en mi empresa? —Cuestiona acercándose a él y colocando a la chica detrás de su espalda. —¿No me vas a presentar a esta belleza? —dice el hombre con tono de picardía sin despegar la mirada que ha puesto con interés en Jandé. —Vete, sal de mi oficina en este momento y no vuelvas a poner un pie en mis empresas. Luego de una fuerte disputa entre Imanol y el hombre que llegó sin invitación, finalmente y gracias a la intervención de Jandé, los aires se calmaron. Ese es uno de los contrincantes de Imanol. Desde que estaban en la universidad estudiando, se convirtieron en rivales y todo por problemas entre los padres de ambos. —He regresado al país, me haré cargo de las empresas de mi padre y créeme que te haré pedazos en los negocios. —le advirtió el hombre antes de marcharse. Imanol le explicó a la chica el motivo de su enemistad, también
Jandé está sensible con la parte del divorcio con Darío, ahora que Imanol le ha dado a entender que ella no es agradable. Justo entonces es cuando recuerda las veces que su esposo le mencionó que no valía nada para él ni para sus padres que la borraron de su vida. Ahora se siente mucho peor porque cree que a los ojos de todos los hombres no es la indicada. Con sus últimas palabras, se puso de pie y se dirigió a la puerta. Solo faltan unos minutos para que la hora de salida se llegue y a ella no le importa incumplir en ese detalle. Tampoco se detuvo cuando su jefe le gritaba que dejara de actuar como una niña. ―¡Jandé, he dicho que te detengas! ―exclamó Imanol y corrió tras de ella para detenerla, sin imaginar lo que sucedería. ―¡Ah! ¡Pendejo, mira bien por dónde te vas a pisar! ―rezongó Jandé, sosteniendo una parte de la blusa que ha dejado sus pechos al descubierto. ―Lo siento, Jandé, no ha sido mi intención de … ―Cierra los ojos y voltéate, me has arruinado mi blusa. ¡Maldito, p
Sentado en el sillón, cerró sus ojos y aprovechó a descansar por mientras las damas regresan. Justo en ese momento los recuerdos del pasado volvieron a su mente, siendo un niño encerrado en una oscura y tenebrosa habitación en donde se mantiene encadenado al lado del cuerpo inerte de su padre. Una mujer le sigue apuntando con el arma y amenaza con dispararle a él también si no deja de pedir ayuda para rescatar al hombre. ―¡Hijo! ―Escuchó en medio de su sueño. ―¡No! ―Grita con fuerza —. ¡No le hagas daño! —súplica. ―Hijo, estoy aquí, soy tu mamá. La anciana se acercó a él y lo abrazó para que despertara de su mundo, pues ella sabe su pasado y los ataques de ansiedad que sufre en ocasiones. ―Perdón, mamá, creo que me quedé dormido y tuve una pesadilla. ―Se disculpó de inmediato y dedicó una sonrisa al ver el rostro pálido de Jandé que lo observa asustada. ―Pasemos a la mesa, no esperemos a que la comida se nos enfríe. ―Ordenó la anciana. Imanol prefirió ir al baño a lavarse el r
Imanol sonríe y se siente satisfecho, aunque un tanto avergonzado por lo que la chica deduce sobre su sexualidad debido a su actitud en contra de las mujeres. Él mintió, sí, mintió porque reconoce que no se puede enamorar y menos de una persona tan bella como Jandé. —Ahora que ya sabes mi secreto, te pido que lo guardes en lo más profundo de tu corazón, será terrible si mamá se entera. ―Pidió Imanol. La falsa pareja regresó al comedor y mostrándose muy contentos, le anunciaron a la anciana que han acordado celebrar la boda antes del fin de semana. Jandé sigue muy triste, ahora se le nota el cambio frente a Imanol. Ella anhelaba que su jefe se fijara en ella como mujer y se diera una oportunidad en el amor. Ahora está convencida de que eso es imposible y lo justifica con que durante los años que ella lleva trabajando a su lado jamás le ha visto una novia o quizá sepa esconder muy bien sus relaciones amorosas. «¡Qué desperdicio con el jefe, él es tan guapo!» ―piensa para sí misma
Para la hermosa Jandé ha sido de gran sorpresa encontrarse con Esteban. Hace unos días Imanol los presentó, pero jamás le comentó que su amigo es ginecólogo y precisamente quien hará la inseminación. ―Ah, bienvenida, mi preciosa bambi, pero ¿dónde está el idiota de tu pareja? Pensé que te acompañaría en este momento y por eso le estaba informando que todo estaba listo ya. — Entiendo — responde—. Él… él está afuera, yo… yo ahora vuelvo. —Agregó la chica muy avergonzada y, en medio de tartamudeos, de inmediato se escapó del consultorio. ―Uf, qué susto. ―Dijo finalmente al sentirse liberada lejos del médico. ―¿Qué ha pasado, Jandé? Estás pálida, ¿has visto un cadáver allí dentro? Bromea Imanol. Imaginándose la causa. ―Imbécil, dime que es una m*****a broma lo de tu amigo. ―Reclama entre dientes y dándole un golpe en el pecho. ―No lo es. ―Se disculpó Imanol muy apenado y nervioso. Cuando le comentó a su amigo sobre esa decisión, aquel le dijo que ambos deben estar muy seguros de l
A Imanol le duele escuchar que Jandé habla muy bien de su persona, aun cuando él la trata mal en ocasiones y la mantiene confundida. ―El señor Volkover es muy guapo, señorita Jandé. Y usted también lo es, seguro por eso la eligió a usted para compartir su vida. ―Comenta una de las chicas que la están consintiendo en peinados y maquillaje por órdenes de la anciana. ―Sí, sé que soy muy afortunada de convertirme en su esposa y lo mejor es que ambos estamos muy enamorados. ―Respondió Jandé. —Les deseo que un día encuentren a un hombre que las ame como Imanol me ama a mí—agregó con una sonrisa. Imanol las escucha en silencio hasta que una de las chicas se percató de su presencia y haciendo una reverencia de inmediato los dejaron a solas. ―Gracias por lo que estás haciendo, Jandé, solo espero que lo que acabas de decir no sea cierto. Te juro que esto es muy importante para mí y prometo en un futuro cercano recompensarte, no con amor, pero sí, dándote el puesto de vicepresidencia en la em
El tiempo transcurrió entre saludos y felicitaciones hacia la pareja que se muestra muy contenta. Muchos hombres del mundo empresarial estaban presentes y embobados por la belleza que posee la nueva esposa. ―Me muero de curiosidad por saber a dónde te vas a llevar de luna de miel a mi nuera. ―dijo la señora Melisa al acercarse a ellos para felicitarlos por milésima ocasión. ―Ah, mamá, tú siempre estás pendiente de que nada se nos pase por alto. —reclama su hijo con una sonrisa. —Iremos a navegar durante este fin de semana y luego volveremos al trabajo. Sabes que no nos podemos dar el lujo de perdernos por muchos días porque ambos somos importantes en la empresa. —comenta con un buen pretexto que su madre cree de inmediato. ―Está bien, hijo, te ves muy feliz este día, entonces yo también lo soy. Esa misma noche, la madre le dio un abrazo de despedida a ambos para que emprendieran su viaje de luna de miel. ―¿Por qué tenemos que viajar? —reclama con molestia. —Hubiese preferido queda