Llena de angustia volteó a ver para todos lados y no vio a nadie a su alrededor. Quiso gritar, pero con un movimiento brusco su padre la empujó hacia el interior y cerró la puerta con seguro. Mientras él se acomodaba en el asiento de piloto, aparecieron varios hombres con armas rodeando el auto y apuntándoles.Anyi suspiró de alegría, pensó que ya todo estaba perdido, el alma volvió a su cuerpo cuando Leo se acercó y le sonrió.— Si quieres seguir con vida baja a la chica y siéntate en el lugar de ella. Nosotros los llevaremos a ustedes a un lugar muy hermoso. —Dijo uno de los hombres.— ¿Quiénes son ustedes? ¡Esta es mi mujer y no la pueden secuestrar! —Declaró el comprador.— Anyi es mi esposa, por lo tanto, ella no irá a ningún lado con ustedes. —habló Leo. Ayudando a la chica para que salga del auto.— ¡Yerno! —Exclama el padre, casi con la órbita de sus ojos saliendo— Yerno, no pienses mal de mí, este hombre quiso secuestrar a la chica y yo lo estaba impidiendo. —trató de defende
Conocemos a la perfección la historia del empresario Imanol y su pequeña bambi, el abogado Marco y su pequeña traviesa, el pediatra Leo y su pequeña princesa. Ahora les presento la historia del ginecólogo Esteban y su pequeña gruñona.Era un día normal en la sala de ginecología, Esteban casi a punto de acabar su turno cuando la enfermera le informó que ha llegado una paciente en estado lamentable.— El médico general la está atendiendo, pero se necesita su presencia porque la joven se encuentra en estado de embarazo y se teme que el bebé esté a punto de sufrir un aborto espontáneo.— Iré de inmediato y de ser necesario la trasladaremos a esta sala.Esteban se colocó su bata blanca y se dirigió junto a la enfermera para la sala donde se encuentra la paciente recién ingresada.— ¿Cuál es su estado? —Preguntó al llegar.— Moretones en todo su cuerpo, incluyendo su vientre. Fractura en la nariz y dos dedos de la mano izquierda están parcialmente despegados. —respondió el médico que la rec
La chica se estremeció con aquella pregunta. El semblante del médico muestra que no está para bromas y con una mirada fulminante espera cualquier respuesta.— Mi padre. —Traga saliva con dificultad— Mi padre abusa de mí desde que mamá murió. —Se le forma un nudo en la garganta que le impide hablar— Me golpea… cada vez que se aprovecha de mí me golpea porque opongo resistencia. —Llora a mares.— El bebé… ¿Estás embarazada de tu propio padre? —consulta, queriendo no escuchar la respuesta que es evidente.— Sí, es por eso que quiero que esta misma noche me lo saque. No lo quiero más en mi vientre.— Nancy. Si lo haces, te convertirás en un ser despreciable como lo está haciendo tu padre contigo.— ¿Y qué más puedo hacer? Es mi hermanito y a la vez mi hijo, pero ¿cómo podría dale amor si ni siquiera para mí misma tengo?— Te enviaré a un lugar donde recibirás ayuda psicológica, todo lo que necesitas para ti y el bebé está allí. Por favor, descansa y piénsalo por esta noche y mañana me inf
Esteban le informó a la chica que al ser dada de alta la trasladará directamente hacia la casa hogar en donde permanecerá el tiempo que ella estime conveniente.— Doctor, me gustaría agradecerle en persona a su amigo. Han sido varios días los que he estado hospitalizada y usted ha dicho que él no me cobrará nada. ¡Él es una persona muy bondadosa y digna de admirar!— Está bien. Pediré un espacio para que lo visites, él es un tipo muy ocupado, arrogante y de muy poca comunicación. —Mintió. Disfrutando ver las muecas que hace en su rostro cada vez que le menciona un defecto.— Haberlo dicho antes, no me hubiese metido en este asunto. Ahora tengo miedo hasta de pensar en las palabras que le voy a decir.— Él es un gruñón igual que tú, estoy seguro de que se entenderán con facilidad. —continuó molestándola.— Será mejor olvidarse de esa visita. Me gustaría agradecerle mediante una llamada telefónica.— Esa es buena idea, aunque él casi no tiene tiempo para responder llamadas. ¿Qué tal si
Esteban se preocupó como si fuera él que se sentía mal cuando la chica se quejaba. Colocó la mano en su pequeño vientre medio abultado para verificar los movimientos del bebé, pero el pequeño estaba muy tranquilo dentro de la barriga de su mamá.— Nancy, ¿dime que sientes? —preguntó.La chica estalló en una carcajada y confesó estar bien.— Ha sido solo una pequeña broma, así como usted ha bromeado conmigo.— Nancy, nunca más vuelvas a bromear con la salud de tu bebé. —La regañó, suspirando con alivio.— Usted más que nadie sabe que… yo no siento nada por mi hijo. No puedo, doctor, no sé cómo hacer para quererlo, aunque sea un poco.— Lo superarás Nancy. Superarás todos tus traumas y amarás a ese pequeño guerrero.— Acompáñame, te mostraré algo que te ayudará a entrar en razón.Esteban llevó a la chica a su consultorio, ya que su oficina de jefe es aparte. Le ordenó que se recostará sobre la camilla y colocó el aparato en su vientre hasta que un sonido fuerte se escuchó.— Nancy, no e
Dos meses después…Nancy está trabajando en la clínica y es la secretaria de Esteban. Las enfermeras y doctoras la odian porque solo llegó de la nada y se posicionó en un cargo cerca del doctor guapo y millonario, nadie sabe que ella está viviendo bajo el mismo techo que él y mucho menos que será el padre de su hijo.Su vida ha cambiado desde entonces, comenzó a estudiar en línea para especializarse en el área secretarial, también tiene maestro privado en casa que le enseña en los fines de semana.Ya tiene cinco meses de embarazo y su bebé ya dejó mostrar su sexo, es un varón que crece sano y dispuesto a venir al mundo para darle alegría a mamá y papá. Ya reconoce la voz de Esteban, cuando este le habla se pone coqueto y se mueve para todos lados, haciendo que mamá también sonría cálidamente y se llene de amor hacia sus dos hombres.Cuando Esteban llamó a sus amigos para presentarle a la chica, resultó que fue Imanol quien la encontró tirada en la calle y la llevó a la clínica. Por es
Es el sexto mes de embarazo de Nancy y ya su vientre se nota mucho más abultado. Todo marcha bien hasta el momento, solo que, en ocasiones, ella llora al recordar que en su interior carga a un hijo, quien a la vez es su hermanito. Ese secreto le ha dicho Esteban que nunca se lo van a revelar, será su hijo y nadie le quitará ese privilegio.Finalmente, el día que han estado esperando para que se haga justicia llegó. Esteban estaba fuera del país cuando recibió la llamada del oficial en la cual le comunicaba que el padre de Nancy ya estaba tras las rejas y que pedía un abogado para defenderse en libertad. Sin embargo, Esteban le dijo que no se le permitieran tal petición, no tendrá privilegios mientras esté pagando su condena.— Cariño. La policía ha encontrado a tu padre. Debes acompañarme a la estación para que brindes tu declaración. —informó Esteban, recién llegado de la capacitación, tuvo que dejarla a medias para regresar de inmediato.— Ha pasado mucho tiempo desde la última vez
Los guardias trasladaron hasta el juzgado al hombre, más atrás los acompaña Esteban y Nancy. Todo estaba a punto de acabar y así sucedió.— Queda usted detenido por los cargos de violación en primer grado, tentativa de femicidio, maltrato psicológico, privación de la libertad en contra de su hija. Este tribunal no citará a otra audiencia teniendo las pruebas suficientes para acusarlo hoy mismo. ¡Declarado culpable!El hombre gritó con desesperación, suplicó clemencia a su hija, no aceptaba el hecho de que por su actuar ahora debe de pasar cuarenta años en la cárcel.— No soporto estar aquí, llévame a casa, por favor. —Pidió, dándole una última mirada a su padre, que llora a gritos pidiéndole perdón.— ¿Qué quieres hacer antes de que vayamos a casa? —Pregunta con la intención de que a ella se le olvide ese mal trago.— Desde hace unos días tengo deseos de comer algo muy rico, en realidad nunca lo he probado, pero me gustaría hacerlo.— Pequeña gruñona, te he dicho que cuando se te anto