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Imanol está consciente de que se está metiendo en terreno peligroso y también está orillando a su asistente, que ha sido muy educada durante el periodo que ha trabajado en la empresa y ahora él mismo la ha metido en serios aprietos al presentarla como su novia.

Esa acción lo hace sentir un perdedor, pero en realidad la situación grave de su madre lo obligó a tomar esa decisión precipitada.

—Jandé, responde si estás dispuesta a darme un hijo, por favor. —pregunta con mucha desesperación porque teme que ella no esté de acuerdo con sus locuras de hombre inestable.

―Jefe, está loco si cree que aceptaré acostarme con usted solo para darle un hijo y engañar a su madre, eso no es correcto. Además, es la primera vez que interactuamos con escenas que no sean de trabajo, ¿no cree usted que es muy absurdo hacer lo que propone?

―Entiendo tu preocupación. Y precisamente a ese punto quiero llegar, no será necesario que siquiera nos toquemos en privado. Lo que necesito es alquilar tu vientre para que des a luz a mi hijo por medio de la inseminación artificial.

Le haremos entender a mi madre que somos pareja; sin embargo, cuando el bebé nazca, yo me quedaré con él y tú te desligarás de su custodia. Diremos que nuestra relación ha fallado y hemos decidido que yo me quedaría con el bebé porque tú no lo quieres. —expuso su plan.

―Lo lamento, señor, pero no soy capaz de aceptar ser partícipe de semejante mentira. Si tanto le urge hacer eso, búsquese a otra mujer, porque conmigo no cuente. ―Dice Jandé, mientras toma su cartera para retirarse del lugar, pero justo en ese momento le entra una llamada de Darío y entonces recuerda sus amenazas.

―¿Qué cantidad de dinero está dispuesto a ofrecer si acepto el trato, jefe? —pregunta, aun estando de espalda.

―Dos millones de dólares, incluso diez, si no estás satisfecha con la primera oferta. ¿Qué te parece? 

―Acepto, acepto tener un hijo para usted, jefe.

Esa misma tarde Jandé le comentó los problemas que han surgido en su matrimonio, Imanol se estremeció cuando ella dijo que un hombre desconocido apareció en su cama y fue la manzana que detonó todo el enredo por el cual ahora está sufriendo, ella no sabe que su esposo Darío fue que le colgó una trampa para separarse con justificación y quedarse con la casa.

―Quizá de otra forma no me hubiese enterado tan fácil de los planes de divorcio que mi esposo tiene. ―Lamenta la chica.

―No te angusties y toma por el lado positivo lo que ese desconocido hizo, creo que más bien te ayudó a darte cuenta de la clase de esposo que tienes y ahora mira, te estás dando la oportunidad de tener todo lo que desees en la vida. —le consuela.

―¿Tú y mi esposo se conocen? Escuché que él te trató de vagabundo cuando te vio entrar a la casa.

¿Acaso tú y él se están poniendo de acuerdo en afectarme? ―Consultó, frunciendo el ceño y entrecerrando sus ojos llenos de dudas.

―No, nunca nos habíamos visto antes. Quizá ese tipo estaba drogado en ese momento y me confundió con alguien más. ¿O algún día tú me has visto vestido de callejero?

―Claro que no, jefe, pero como yo solo lo conozco dentro de la oficina y su vida de afuera no la sé, entonces creo que no puedo opinar.

―Vaya, qué graciosa eres, ¿acaso crees que un empresario como yo haría tal cosa? En la empresa tú eres la que pasa más cerca de mí y nunca he dado indicios de ser una persona de humor como para vestirme de manera no formal. —se defendió. Temiendo ser descubierto.

―Tiene razón.                                  

―Bueno, es para que veas que él no me conoce en lo absoluto y, si te dice lo contrario, está mintiendo. ―Le aseguró Imanol, ya que no quiere que la chica descubra que, por casualidades del destino, aquel desconocido en la cama se trata de él.

«Si ella descubre que fui yo, se molestará conmigo y no querrá colaborar con lo que ya hemos iniciado.» ―Piensa para sí mismo.

―Tu madre llevará la cuenta del supuesto embarazo y al final sabrá que le mentiste. ¿No crees que su decepción será peor que no tener un nieto?

―Tengo que ponerme en contacto desde ya con un amigo, él se encargará de hacerte los análisis y el procedimiento para la inseminación, si no funciona, optaremos pronto por otro método más fiable.

En los planes de Jandé se encuentra la posibilidad de ser madre. Ella lo ha anhelado desde que se casó con Darío; sin embargo, este, al quererla solo por la herencia, se negó a tener hijos por el momento. Ahora ella agradece que las cosas hayan sido así, de lo contrario quizá estaría peleando por la custodia del bebé.

Ella desea ser madre, pero no de la forma en que ahora lo hará. Su deseo es tener un hijo hecho con mucho amor por un hombre al que ella y él se amen incondicionalmente. Ahora ha aceptado alquilar su vientre y cargar por nueve meses al hijo de su jefe.

Y todo por culpa de Darío, que le está exigiendo una indemnización de quinientos mil dólares y la casa. Sumándole el gasto que le generará la contratación de un buen abogado para que lleve a cabo el proceso de divorcio y le permita anular la petición de demanda que Darío tiene en su contra.

—Jefe, recuerde que a las dos de la tarde tiene una reunión con el gerente de mercadeo. —anunció Jandé.

—¿Jefe? ¿Así me vas a llamar todo el tiempo?

— Lo hago por respeto, créame que me pica la lengua por llamarlo idiota y mentiroso.

—¡Oh, no! Eso dolió como una bala. Tu cara de niña bonita no se parece a las palabras que arrojas cada vez que te molestas conmigo. ¡Te exijo un poco de compasión para esta pobre alma que no encuentra otra salida más que acudir a su asistente! —bromea, haciendo que la chica sonría.

—Me retiro ahora.

— Jandé, he estado pensando y creo que lo mejor es que te vayas a vivir conmigo. En primer lugar, no estás segura en tu casa cuando ni sabemos el paradero de Darío; en segundo lugar, mi madre me está presionando para que estemos juntos por la cuestión de tu supuesto embarazo.

— ¿Supuesto embarazo? —pregunta la persona que acaba de ingresar a la oficina y observa atónito a Imanol y la chica.

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