Al día siguiente Nohelia se removía nuevamente en la cama, se sentía débil, abrió los ojos y miró al médico parado frente a ella.—Tranquila muchacha, no te haré daño, aquí está la persona que te salvó la vida.Marisa caminó y se paró frente a ella, tomó su mano para que sintiera tranquilidad.—Hola, mi nombre es Marisa, ¿Y tuyo?Nohelia la miró y recordó cuando cayó a sus pies.—Nohelia, Nohelia Kartson Carrissi.Respondió casi en un susurro, mientras sentía pesadez por los sedantes.—Ya no quiero que te alteres, quiero que estés tranquila, y no te hagas daño, estabas con una crisis nerviosa y por eso te sedaron.Nohelia empezó a llorar pero está vez ya más calmada, sus sollozos eran casi silencioso.—No sé que te pasó, ya me contarás, pero ahora, ¿ donde está tu familia para informarle de tu estado?.Nohelia giró la mirada y miró a través del ventanal, a su mente llegó la imagen de su madre en el aeropuerto y lloró con más sentimientos.—Tranquila, solo dame la dirección para que ve
El abogado planteó los detalles de lo que sería el contrato, en caso de realizarse, Nohelia Kartson escuchó detenidamente cada cláusula, si firmaba el contrato desde ese momento recibiría dinero para poder enviar a su madre, y pagar las cuotas atrasadas, de negarse tendría que buscar trabajo y ahorrar para juntar lo que gana en meses, lo que ganaría llevando al nieto de los Bright en su vientre. "¿Que podía suceder? Ese hombre no despertara, tendré al bebé y luego me marcharé.—pensó Nohelia.—¿Estás clara que será tu la donante de óvulos,? —habló el doctor y eso era algo con lo que no contaba ella, miró sorprendida a Marisa y luego al abogado.—Creí que solo era el alquiler del vientre, y que todo eso ya estaba resuelto.—Mi hijo no tiene esposa, ¿Cómo crees que me dará un nieto?, por su puesto tú serás la madre de mi nieto.Nohelia sintió un frío correr su espalda, ¿Cómo podía tener al bebe y luego marcharse como si nada.—No me esperaba esto.—El contrato de vientre de alquiler, se
—Ve hija ve. —respondió Lalita sintiendo la felicidad que todos vivirían ahí., con la llegada del bebé.Nohelia salió de la cocina y fue a la oficina donde estaba Alexander y Marisa.—Buenos días, señores Bright. —Saludó sonriente y tanto Marisa como Alexander se miraron al verla diferente.Nohelia caminó a paso lento, se abrazó a si misma, se sentía extraña, saber que dentro de ella se está a formando un pequeño ser, la hacía sentir grande, llegó a la puerta, dudo tocar, pero se resolvió y lo hizo.—¡Adelante! —respondió Marisa.Nohelia entró y los miró fijamente.—Buenos días señores Bright. Necesito decirles que......—¿Te sientes mal hija? —interrogó Marisa levantándose de inmediato.—No, bueno, si, ¡ay!, no sé si estar en estado es sentirse mal, pero creo que el resultado del procedimiento dio positivo, me siento mal, bueno, o enferma pero si muchas nauseas y mareos.Marisa miró a Alexander y sonrió, se levantó de la silla y caminó hasta llegar a dónde estaba Nohelia.—Hija, ¿
Marisa, Alexander y Nohelia llegaron al hospital, esperaron un momento y luego de cinco minutos la enfermera los hizo pasar.—El médico espera señor.Nohelia sentía nervios, ya conocía a su bebé, pero aún no podían saber el sexo.—Esperemos que está ves si podamos saber si será un niño o una niña. —dijo Marisa muy emocionada.—Esperemos. —Respondió Alexander.Nohelia respondió las preguntas de rutina que el Galeno le hacía y luego pasó a la camilla para realizar el ultrasonido.Descubrió su abultado vientre, la enfermera puso un poco de gel y el Galeno empezó a pasar el transductor y miró la pantalla indicando cada partes del bebé. El sonido de los latidos del corazón se escucharon fuertes y era como una melodía para sus oídos, todos sonreían y más Nohelia."Mi bebé, tienes que despertar Sergio, tienes que despertar para que veas a nuestro hijo. —pensó y volvió a pedir lo que hacía desde que empezó con las citas medicas.—Por favor, quiero cada detalle grabado, quiero que Sergio vea
Los meses siguieron pasando, Nohelia había dado órdenes de acondicionar una habitación a lado de la de Sergio.Cada día y cada noche estaba ahí pendiente de él, hablaba de su hija ponía su mano sobre su vientre y la pequeña hacia sus movimientos, sentía la conexión entre ellos dos.Marisa entró a la habitación de Sergio, vio y escuchó a Nohelia hablando le, se acercó muy despacio sonriendo.—Hija, no debes esforzarte tanto, ya estás de siete meses y tienes que cuidarte más.—Lo sé Marisa, solo deseo que Sergio esté conmigo el día del nacimiento de nuestra princesa.—Lo estará hija, estará presente por que tú lo llevas en tu corazón.Marisa acarició la mano de Sergio, saber que pronto llegaría su nieta era la mayor felicidad que sentía.Nohelia había despertado con un poco de malestar, sentía mucha pesadez y justo en ese momento, sintió unas leves contracciones.—¡Mm! Marisa, no tengo idea de que me pasa pero amanecí muy cansada, y siento un leve dolor.—Vamos para que el doctor te r
Los meses siguieron pasando y ya la pequeña Arielle estaba completamente recuperada, su tiempo que le faltaba se había completado y ahora estaba de camino a la residencia junto a su madre y abuelos. —Señor Alexander, Marisa, será que ustedes pueden darme permiso para hacer algo que ha ace tiempo tengo en mente. —Dime hija, de que se trata. —preguntó Alexander. —Quiero que una parte del ala Este, se acondicione cono una casa habitable, ya no tan hospitalaria. Deseo darle un calor de hogar a esa parte. No sé si lo vean bien, pero es una idea que me gustaría realizar. Marisa miró a Alexander y luego a Nohelia, le gustó la idea de reorganizar esa área hospitalaria y volverla más cálida. —Los médicos no pueden irse. —propuso Alexander. —No estoy pidiendo que se vayan, son muy necesarios. —Has lo que creas conveniente hija, y no escatimes en gastos. También eres la señora de la casa y puedes remodelar esa parte como tú desees. —Solo quiero que Sergio no esté solo, quiero darl
Nohelia seguía su vida de madre y esposa, cada día atendía a Sergio con todo el amor del mundo, lo amaba y había estudiado para atenderlo personalmente, continuó aplazando el regreso a Ecuador. Un años más había pasado, y como cada día se levantó y lo primero que hizo fue ir a la habitación de Sergio. —Buenos días mi amor, hoy nuestra hija va a su primer día de clases, si la vieras, está muy feliz. Acarició sus cabellos, y empezó con la rutina diaria de aseo. —Listo mi vida, guapo y perfumado como siempre. —dio un beso en sus labios y salió. Ahora estaba preparando el desayuno para Arielle de cuatro años, estaba lista para su primer día de clases en el kínder. —¡Apúrate mi vida! O llegaremos tarde a tu primer día. —Ya voy mami, voy a despedirme de nuestro príncipe durmiente. Arielle fue como cada mañana a darle los buenos días a Sergio, entró en la habitación, se acercó a él, pasó sus manitas por el rostro de su padre y dejó un beso en su mejilla. —Buenos días mi pr
Ya en la tranquilidad de la noche, Nohelia había acostado a Arielle después de abrir los regalos.—Mamita, papito, hoy fue un super hiper mega día. —Sergio y Nohelia rieron al escucharla hablar como una chiquilla.—Lo se mi vida, hoy fue tu cumpleaños y papá estuvo con nosotras .—Y por el resto de nuestras vidas mi princesa. —respondió Sergio mirando a su hija y luego a Nohelia.Dejaron a Arielle y salieron de la habitación, Nohelia se disponía a ir a su habitación y fue detenida por Sergio.—Señora mía, usted y yo tenemos una conversación pendiente. —dijo agarrándola por la cintura.—Sergio...—Ahora ven vamos a hablar.Sergio llevo a Nohelia al jardín, ella sentía caminar en más nubes, ¿Qué le preguntaría Sergio? ¿Será que tenía las respuesta correctas?Eran las preguntas en su mente.Llegaron al jardín y se sentaron cerca de la piscina.—Muy bien, quiero que mi esposa me cuente de nosotros, no recuerdo nada, quiero saber cómo nos conocimos, como es nuestra historia.Nohelia tragó