CAPITULO 2

Las semanas pasaron y ya tenían a Sergio en la parte Este de la mansión, tenían personal médicos las veinticuatro horas para ver si tenía un leve progreso.

-Los correos siguen llegando, el abogado dice que Julián se niega a firmar el divorcio.-expresó algo enojada Marisa

-Pues tendrá que hacerlo, los médicos ya dieron su diagnóstico y no hay esperanzas que mi hijo.-habló Alexander con dolor en su alma por saber que Sergio jamás despertaría.

-No me doy por vencida, mi hijo saldrá de ese estado, tu me decías que no pierda la fé, ahora eres tú quien te das por vencido.

Alexander salió de la habitación y fue a su oficina, Marisa respondió el correo del abogado.

"Dele la noticia de que mi hijo murió, así dejara de enviar correos, para querer saber de él, y pueda rehacer su vida lejos de mi hijo.

-Lo siento mucho señora,

-No lo sienta, mi hijo está vivo, pero sumergido en un coma que no sabemos cuándo despertará.

-Muy bien señora, le daré esa noticia a la señora Julianne.

Marisa cerró el correo y el tiempo pasó y jamás volvió a recibir uno de Julianne.

Los meses siguieron su curso y no se veía una recuperación en Sergio.

Alexander se dedicó a su trabajo y Marisa a la vigilancia del cuidado de Sergio.

Ver a su hijo pasar su juventud ahí sumergido en un sueño profundo le partía el corazón.

-Hijo mío, se que un día despertarás, no se cuándo pero lo harás. ¿Doctor, todo sigue igual.?

-Si señora, todo sigue como el primer día, no hay cambio, sus signos vitales están estables.

Marisa miró a su hijo y cogió su mano, la acarició y besó su frente.

-Señora, su hijo debe tener una estimulación, algo que lo motive a salir de esa inconsciencia, no está científicamente comprobado que un paciente en coma escuché, pero háblele de lo que el más deseo cuando estaba despierto.

-Su motivación nunca lo amó realmente.

-Entonces tiene que haber algo más que a él le motive a salir de ese estado.

Marisa salió de la habitación de Sergio, salió del área hospitalaria fue a la mansión y fue a la habitación, esa idea que el médico le dió empezó a germinar en su cerebro.

Salió de ahí y nuevamente fue al consultorio y habló con el Galeno.

-Doctor, quiero hablar de algo que me vino a la mente, no se si sea una idea descabellada, pero estoy dispuesta a hacer lo que sea para que mi hijo salga de esa inconsciencia.

-Dígame, que es lo que piensa y creé que ayudará a su hijo.

-Un hijo.-soltó de una, que el médico la miró como si la salieran dos cabezas.

-¿Escuché bien?

-Si doctor, un hijo. Mi hijo tomó sus precauciones antes de someterse a todo este tipo de procedimientos y sus muestras están en el banco de semen.

-Pero eso es algo que usted no puede decidir, si no él, y como comprenderá en su estado.

-Doctor, dígame si usted me puede ayudar en eso, del resto me encargo yo.

-Le recomendaría una clínica especializada en fertilización, pero no veo que le ayuden, por qué siempre esos procedimientos los hacen los que desean ser padres, no los terceros como en este caso usted.

-Usted deme la información que yo me encargo del resto.-ordenó Marisa decidida a realizar aquella fea.

El médico la miró y dudó por un momento y terminó dando la información a Marisa.

Los días pasaban y esa idea cada día era más arraigada más en su mente.

Un día salió a despejar su mente, ahí no había hecho vida social por dedicarse a su hijo, no conocía a casi nadie.

-¿A quien busco? No puedo traer a nadie de Italia por qué entonces ellos sabrían el estado de mi hijo, y lo que menos quiero es que sigan con su lastima hacia él.

"Dios dame una señal para hacer lo correcto, tu sabes que esa mujer no ama a mi hijo, no es justo para ella, ni para mí hijo estar atados a una persona que no se ama, ellos tienen derecho de amar y ser amado, ella tiene derecho a estar con su verdadero amor, y mi hijo, mi hijo." pensaba tratando de poner en orden sus ideas.

Sentada en el parque, y elevando sus plegarias al cielo, el poder divino le puso en su camino a Nohelia Kartson.

Quien terminó colapsando y cayendo a sus pies desmayada, la miró y llamó al chófer para que le ayude.

-¡Dimitri! Ayuda por favor ven pronto.

Dimitri corrió y cogió a Nohelia inconsciente y la llevo al auto .

-¿Al hospital señora?

-Si, pero a la casa, no quiero verme envuelta en líos policiales.

Dimitri manejó lo más rápido que pudo llegó al ala Este y pidió una camilla.

-¡Ayuda! ¡Por favor!.

Los paramédicos corrieron y ayudaron a Nohelia, la pasaron a una habitación y el Galeno la revisó.

-Tenemos que realizar exámenes esta mujer se ve desnutrida, y esas marcas en sus muñecas,... Es como si la hayan tenido secuestrada.-dijo el médico analizando cada parte de su cuerpo.

-Haga lo que tenga que hacer doctor, ya cuando despierte sabremos que sucedió con ellas.

Las enfermeras dieron un baño de cama a Nohelia y el Galeno dió indicaciones de las medicinas que tenían que pasarle cada cierto tiempo.

Marisa fue a su habitación y se duchó, luego volvió a la habitación de su hijo y después a la de Nohelia que aún se encontraba dormida.

-¿Aún no reacciona?

-No señora, se está hidratando, pero está estable, mañana ya estará mejor.

-Cualquier novedad, no importa la hora, por favor me avisa

Era la recomendación de cada día al despedirse de su hijo.

Volvió a la habitación y ya Alexander estaba llegando.

-¡Hola mi vida! ¿Alguna noticia de nuestro hijo?

-Todo sigue igual; pero quiero decirte algo que hace días está rondando en mi cabeza. Pero primero vamos para que te bañes y descanses un poco mientras la cena está lista.

Alexander dió un beso a Marisa y subieron abrazados.

Se fue al baño, se duchó y luego de un tiempo salió con la toalla en la cintura mientras secaba sus cabellos .

-Bien mujer, dime qué es esa idea que ronda por tu cabeza, hace días que te veo pensativa y extraña.

Marisa caminó de un lado a otro, no sabía cómo empezar a explicar sin que Alexander se negara.

-Alex, el doctor dice que mi Sergio necesita estímulos, una motivación, que le hablemos no se si nos escucha, paro que le contemos todo lo que sucede a diario, y es lo que hago.

-¿Entonces? ¿Eso te tiene así preocupada?

Marisa nuevamente caminó de un lado a otro, las palabras las tenía atragantadas y no sabía cómo decirlas. Caminó y se acercó a él, tomó sus manos y lo miró fijamente.

-Alex quiero que tengamos un nieto.

Alexander se atragantó con su saliva, miró a Marisa como si fuera un fenómeno.

-¿Que carajos estás diciendo, mujer?

Esa es una decisión de Sergio , no nuestra.

-Alex, decirle que será padre, que tendrá un hijo, si es que él nos escucha, sentirá que tiene que volver a nosotros. Yo se que es absurdo lo que digo, pero lo necesito.

-Marisa, ¿Te está escuchando? Estás dice variando mujer. ¿Cuando el despierte, y si es que lo hace....-Marisa interrumpió abruptamente.

-¡Claro que lo hará! ¡mi Sergio despertará de ese sueño en el que se encuentra.! Y ni tu ni nadie puede decir lo contrario.

Alexander se acercó a Marisa y la abrazó tan fuerte para tratar de calmarla.

-Ya mujer, mi amor tranquila, está bien vamos hacer eso, pero ¿A quien buscamos para eso?¿Quien quisiera alquilar su vientre?.

Marisa lo miró y tragó grueso, caminó hacia la terraza y miró en dirección a donde estaba el área hospitalaria.

-¿Marisa? ¿Acaso no me has dicho algo? Te conozco y se que hay algo más que me ocultas.

Marisa miró y contó a Alexander el incidente con Nohelia. Alexander la miró y achico los ojos como escudriñando la verdad tras esas palabras que había escuchado.

-No me mires así, Dimitri estaba conmigo cuando pasó, puedes preguntarle sin dejarme en evidencia.

-No es necesario, creo en tu palabra; pero Sergio despertará, y cuando vea a una desconocida llevar a su hijo no quiero ni pensar lo que sentirá, recuerda que el se durmió amando a Julián.

-Yo me encargaré de eso, no te preocupes, solo quiero que me apoye para proceder.

-Estás tan segura de que esa joven aceptará.

-Hablaré con ella, le voy a ofrecer mucho dinero.

-Espero no nos estemos equivocando.

Marisa se abrazó a Alexander, luego el se cambió y bajaron a cenar.

Los días pasaron, tres días desde que habían encontrado a Nohelia, y recién ella daba señales de vida, empezó a removerse y despertó asustada dando saltos en la cama.

-¿Quienes son ustedes? ¿Por qué me tienen aquí?-casi gritaba, sintiendo su corazón latir tan fuerte.

-Tranquila muchacha, estás en una habitación de hospital. Te encontraron desmayada y te trajo la señora que está ahí afuera esperando por tu recuperación.

Nohelia seguís muy asustada, se encogió de piernas y se abrazó así misma.

-Por favor no me hagan daño.-casi suplicaba.

-Tranquila muchacha, no te exaltes te haces daños. -el Galeno trató de calmarla y ordenó administrar otro tranquilizante.

-¡No por favor no me lastimen! ¡No me lastimen! -pronunció en un susurro y volvió a dormir.

Marisa sintió pesar al verla tan vulnerable y perdida, se acercó y la vio dormir, acarició sus cabellos y luego su mejilla.

-Tu serás la madre de mi nieto.

Marisa salió de la habitación y fue a la de Sergio, lo miró como cada día, sumergido en lo más profundo de su sueño.

-Hijo mío, escucha a tu madre, tienes mucho por vivir, despierta, despierta por favor, no te puedo perder, eres mi único hijo, eres mi vida entera, vida mía, despierta por favor. —susurró a su oído.

Marisa dió un beso en la frente sintiendo el corazón estrujando se en su pecho, sentía que cada anochecer moría la esperanza de que ese día despertara, y la nueva esperanza renacía con cada amanecer.

-Un día a la vez mi vida, cuando despiertas verás una mini versión tuya corriendo por ahí, y tú será feliz mi hijo amado.

Marisa salió de la habitación y se fué a la parte de la residencia, llegó a su habitación, tras ella cerró la puerta y se dejó rodar sobre ella, sentía una impotencia tan grande de no poder hacer nada por su hijo, se levantó y se sentó frente al espejo, se miró y se dejó llevar por los sentimientos encontrados y rompió en llanto.

-¿Por qué? ¿Por qué tú mi hijo? -Renegó y sus sollozos eran tan fuerte que Lalita entro a consolarla.

Capítulos gratis disponibles en la App >

Capítulos relacionados

Último capítulo