CAPITULO 4

El abogado planteó los detalles de lo que sería el contrato, en caso de realizarse, Nohelia Kartson escuchó detenidamente cada cláusula, si firmaba el contrato desde ese momento recibiría dinero para poder enviar a su madre, y pagar las cuotas atrasadas, de negarse tendría que buscar trabajo y ahorrar para juntar lo que gana en meses, lo que ganaría llevando al nieto de los Bright en su vientre.

"¿Que podía suceder? Ese hombre no despertara, tendré al bebé y luego me marcharé.—pensó Nohelia.

—¿Estás clara que será tu la donante de óvulos,? —habló el doctor y eso era algo con lo que no contaba ella, miró sorprendida a Marisa y luego al abogado.

—Creí que solo era el alquiler del vientre, y que todo eso ya estaba resuelto.

—Mi hijo no tiene esposa, ¿Cómo crees que me dará un nieto?, por su puesto tú serás la madre de mi nieto.

Nohelia sintió un frío correr su espalda, ¿Cómo podía tener al bebe y luego marcharse como si nada.

—No me esperaba esto.

—El contrato de vientre de alquiler, se puede sustituir por un contrato de matrimonio.—aclaro el abogado.

—¿De matrimonio? ¿Acaso piensa unirme a su hijo sin su consentimiento? El despertará y cuando se entere de que está casado conmigo y más teniendo un hijo sin su voluntad será un desastre.

—Hija, los médicos no dan esperanzas de que despierte, me duele decir esto pero esa es la triste realidad de mi único hijo, y es por eso que me veo en esta situación, de pedirte este favor, ya que mi hijo está así por lo menos tener un descendiente de él. Se tu la madre de mi nieto, te recogería, vente todas las muchachas que conozco, eres sincera y eso me gusta, estarás aquí siempre, con los derechos de ser mi nuera, y madre de mi nieto.

Nohelia dudó por un momento y rápidamente analizó su situación, no tenía a dónde ir, no tenía trabajo, ni documentos, ni nada como  para rechazar la propuesta y salir de ahí en busca de algo para vivir sin necesidad de alquilar su vientre, miró al abogado, después al médico y luego a Marisa, sentís un nudo en su garganta que no la dejaba pronunciar palabras, parpadeó y terminó aceptando.

—Está bien Marisa, acepto, y solo firmaré si está escrito que nunca me separé de mi hijo. Es mío también, así que también tengo mis condiciones.

—Eso nunca pasará. Te lo prometo.

El abogado hizo el contrato con las clausulas que Nohelia propuso y

firmó los documentos,  el abogado empezó a tramitar la documentación de su identidad, y luego la cantidad acordada del primer pago dividido en dos cuotas, para ser enviado a su madre. Lo primero que hizo fue comunicarse con ella nuevamente para decirle que ya estaba trabajando.

Marisa cada semana llevó a Nohelia al médico para realizarle todo tipo de exámenes tales como.

Pruebas Hormonales, Ecografías vaginales, Histerosalpinografía

Histeroscopia, Laparoscopia.

Las semanas pasaron y se convirtieron en meses, tres meses habían transcurrido y ya era la fecha para la inseminación, realizaron el proceso, Nohelia se sentía nerviosa y extraña.

—¿Cómo te sientes hija? —preguntó Marisa muy amable y feliz.

—Me siento extraña, es como si...—el Galeno la interrumpió al verla confusa 

—Tranquila Nohelia, si estás preocupada por tu virginidad...

—No, no es eso, eso es lo de menos, es que nunca me imaginé embarazarme de este modo, todo lo imaginé diferente, siempre soñé con tener hijos con el hombre que amo.

—¿Tienes novio? —preguntó Marisa.

—No, me dedique a estudiar y a trabajar, mi madre y yo lo hacíamos para mantenernos a diario.

Nohelia empezó a sentirse más tranquila con las conversas que tenis en ese momento.

—¿Cuándo tengo que volver doctor?

—Tranquila, en unas semanas estaremos de vuelta para saber si el resultado es positivo.—se adelantó Marisa

—Esperemos que si.—respondió más tranquila y sonriente Nohelia.

—Muy bien señoras Bright, listo está realizado todo el procedimiento, ahora solo toca esperar para ver si serás la madre de ese tan anhelado bebé.

—Muy bien doctor, aquí estaremos para saber si el resultado es positivo.

Nohelia y Marisa se despidieron del Galeno y fueron a la mansión.

—Vamos hija, te presentaré al padre de tu hijo.

Nohelia sintió estrujar su corazón, esté se aceleró, tenía sentimientos encontrados, conocería al padre del hijo que seguramente ya se estaba formando en su vientre.

El trayecto fue en completa silencio, sus pensamientos eran un caos, llegaron y fueron al área Este, dónde era el área hospitalaria en la residencia Bright.

Tomaron el ascensor y llegaron al primer piso.

—Doctor, vengo a ver a mi hijo. ¿Puedo pasar?

—Por supuesto que si, usted no necesita autorización.

—Gracias doctor, es que muchas veces están los especialista y no quiero ser inoportuna.

Marisa y Nohelia caminaron por un pasillo y llegaron a la habitación, Marisa abrió la puerta y Nohelia se adentró a paso lento.

Caminó y quedó al borde de la cama y lo vio ahí dormido.

"Que atractivo se ve a pesar de estar ahí dormido" —pensó mirando fijamente a Sergio, delineó con la mirada cada facciones de su rostro, su corazón latía a mil, sentía su cuerpo temblar, y Marisa la sacó de sus cavilaciones.

—Hijo te presento a Nohelia, no se si me escuchas, pero igual te lo digo como siempre te digo todo. Ella será la madre de tu hijo, tendrás un hijo mi amor, tienes que despertar para cuando el nazca juegue con su padre, mi vida escúchame, por favor, vuelve a mi, te lo pido.

Nohelia sentía doler su corazón, escuchar a una madre pedir que su hijo abra sus ojos,  era algo que superaba sus fuerzas.

Nohelia cogió la mano de Sergio, y justo en ese momento, fue  como un leve reflejo, sintió un fugas movimiento, y eso le causó una sensación electrizante que recorrió su cuerpo.

Nohelia parpadeó y dio un paso atrás.

—Hija, no tengas miedo tocarlo, talvez no sienta nada, le hablo y no se si me escuchas., ahora tú estás aquí para ayudarme con el, ¿Lo harás?

—Claro que sí Marisa, será el padre de mi hijo y claro que lo ayudaré.

Nohelia salió de la habitación junto con Marisa, fueron y hablaron al médico presentándola como la esposa de Sergio, y que podía pasar cuando y a la hora que ella deseara.

—Muy bien, señora, puede venir cuántas veces deseé, estoy seguro de que él sentirá y quizás, solo quizás dentro de ese  profundo sueño el logré escuchar y sentir lo que usted le diga y haga.

Nohelia se sintió rara al escuchar esas palabras, ser la señora Bright era algo que no tenía lugar en su vida y ahora estaba ahí, cumpliendo un rol que ella jamás se imaginó.

Siempre soñó con el amor de un hombre y ser correspondida, vivir cada etapa del amor hasta llegar a casarse y tener hijos.

—"Dios, esto comenzó de atrás para adelante primero un embarazo, luego el matrimonio y por último  conocer al padre de mi hijo, ¿será que algún día despertará? Y entonces viviremos las etapas que falta. Dios que cosas pasan por mi mente".—se cuestionó mentalmente haciendo gestos con cada frase y preguntas que surgían en su mente.

—Hija, no estés nerviosa, no te pido que te enamores, se que no sucederá, por qué para eso se necesita que él este despierto y te conozca. Solo te pido que estés a mi lado y me ayudes, estoy sola.

—No se preocupe Marisa, yo estaré con usted siempre.

Marisa dió un abrazo a Nohelia y salieron para ir al lado de su residencia, llegaron y Nohelia fue a su habitación en la planta alta, usaba la que estaba  a lado de la habitación de Sergio, entró en ella y miró todo muy impecable, vio una foto de él en la mesa de noche, la miró y delineó la nariz con su dedo.

—Que atractivo eres Sergio, pero tengo miedo de que despiertes y no desees al bebé.

Digo caminando y se sentó en la cama, se pasó las manos por encima de ella y cogió una almohada, se abrazó a ella y percibió su perfume impregnado en ella, pues Marisa cada mañana y cada noche especial en perfume de Sergio en esa habitación.

—¿Pero que cosas estoy haciendo? Debo estar loca. —Se cuestionó y salió de esa habitación y fue a la suya.

Caminó a la terraza y miró el paisaje anaranjado de las hojas de los arboles, en el inmenso jardín.

Nohelia, ni en los más remoto de su sueño se imaginó estar viviendo esa experiencia, salió de Ecuador con el sueño de ser una modelo profesional de renombre y las malas intenciones de terceros frustró ese sueño.

Recordó a su inseparable prima casi hermana y unas lágrimas rodaron por sus mejillas.

"Amalia, mi dulce Amalia, ¿Dónde estás hermanita mía? ¿Si estuvieras aquí, seguro estarías dando el grito en el cielo por la locura que estoy cometiendo ahora."

Sus sollozos se hicieron más fuertes que los escucho Marisa la escuchó mientras pasaba por el pasillo, entró muy despacio y se acercó a ella.

—¿Que pasa hija? ¿Por qué lloras de ese modo? ¿Acaso está arrepentida?

Nohelia se giró y se abrazó a Marisa.

—Todo lo que me pasó y me está pasando, es una locura, nada de esto que viví y estoy viviendo lo imaginé, y ahora mi hermana, Amalia, no se dónde está, no se que fue de ella.

—No te angusties mi vida, mira yo enviaré a un detective para que la busque en Italia, y entonces sabremos de ella, mañana llamaremos a un detective y le darás toda la información que tengas y así ver si la encontramos.

Nohelia sintió un poco de paz en su corazón, le habia mentido a su madre diciendo que ella estaba en otra ciudad y que Amalia y ella no mantenían  contacto.

Al día siguiente Nohelia estaba en la oficina de Alexander entregando toda la información que pudo para encontrar a Amalia y poder llevarla con ella a Moscú.

Los días pasaron y Nohelia empezó a sentirse diferente, su apetito se desató, y dormía más, como cada mañana se levantó  fue al baño y por primera vez sintió las fuertes arcadas que terminó devolviendo lo que no tenía en su estómago.

Se duchó y bajó las escaleras, fue a la cocina y se preparó un plato típico de su tierra, un tigrillo.

—Señora dígame cómo se prepara y lo hago usted no se preocupe. —le habló la señora de la cocina.

—Lalita, no me haga inútil, estoy acostumbrada a preparar mis cosas.

—No niña, no la creo inútil, es solo que tenemos que consentirla, pues usted lleva al hijo de mi niño Sergio eso es muy valioso para todos.

—Aún no sabemos si el resultado es positivo.

Lalita la miró y cogió sus manos entre las suyas y luego tocó el vientre de Nohelia.

—Aquí, dentro de ti está creciendo el pequeño tesoro de esta familia, estás embarazada hija.

Nohelia sintió un vuelco en su corazón, se llevó las manos a su vientre y unas lágrimas rodaron por sus mejillas.

—¿Será posible Lalita? —susurró

—Lo es mi niña, lo es, conozco a una mujer cuando está esperando, y aquí ya está ese bebé tan deseado por sus abuelos, ojalá mi niño despierte pronto.

Nohemí tragó el nudo formado en su garganta.

—Esperemos que suceda Lalita, rezaremos por un milagro, y Sergio despertará, y vera a su hijo.

—Así será mi niña, así será. Ahora dime cómo se prepara ese platillo tan deseado para hacerlo y lo comas con mucho gusto.

Nohelia explicó cada paso del platillo que deseaba degustar, lo ayudo a preparar y cuando ya estuvo  lo comió con tantas ansias,  que quedó satisfecha.

—Muy rico Lalita, desperté con ganas de comer esto, es tan grande el deseo que solo de imaginar se me hacía agua la boca, gracias, ahora voy con Marisa a darle la noticia, y ver cuándo podemos ir al médico.

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