Capítulo XXIXLa salida.Los disparos se escuchaban por todos lados, sin embargo era el mismo hombre que al principio le había dado las cosas a la prima de Isabella, este hombre se había ido solo para poder ponerse a cubierto y poder abrir fuego con una mayor comodidad. Hansel enseguida se lanzó sobre Isabella para que no hubiera ningún daño sobre ella, luego en el suelo, la miro; – ¡¿Estás bien?! – ¡Sí! Logré verlo, es el mismo hombre que estaba hace un buen rato con mi prima, quiere hacerte daño, lo más seguro es que quiera matarte Hansel. – Esto es muy extraño, no tengo enemigos públicos de este calibre, mis batallas se basan en el aspecto comercial, no creo que alguien haya querido matarme solo por eso. Mientras que ellos charlaban sobre las balas, la policía ya estaba llegando al lugar, sin embargo se encontraron con que había más de una persona involucrada en este conflicto ya que apenas llegaban fueron recibidos con varios disparos de distintas direcciones.Al escuchar much
Capítulo XXXLa vuelta al asunto. Hansel tuvo una excelente idea, iba a mover uno de los maniquíes hacia la parte de las vitrinas que se veían un poco, así podría distraer un poco al hombre, pero ¿Cómo lo haría? Pues en una tienda de deporte hay muchas cosas que puedes usar para esto, tomó algunas cuerdas, y luego lanzó el maniquí por encima del estrado, y con una cuerda que logró colgar del techo, y enseguida la jaló. El maniquí quedo perfectamente colocado de forma que parecía él mismo que se encontraba en ese lugar. – A ver niñito, no tengo todo el día, y ya hice un desastre acá. Tenía que haberte asesinado de una forma tranquila y calmada, pero no pude hacerlo, no podía hacer nada al respecto porque la tonta de la niñita esa se entrometió, sino fuera por ella, justo ahora estuvieras camino a un hospital lejano por haber sido envenenado con cianuro. Pero no, tenía que entrometerse la niña. –Dijo el hombre que quería asesinar a Hansel. – Javier, no importa lo que hagas, ya perdis
PrólogoEra una noche tranquila, un hombre de mediana edad, caminaba de forma tranquila por las calles de Nueva York, eran alrededor de las tres de la madrugada, el Señor Ernest Rander iba de camino a regresar a su casa, cuando fue interceptado por una persona que jamás había visto en su vida.– Eres Ernest ¿verdad? – Consultó el extraño, antes de continuar examinó completamente al hombre, su cabeza blanca, sus enormes ojos azules, media alrededor de un metro noventa, su cara era huesa, llevaba puesta una chaqueta de color gris, sobre un parto. –“Es medio invierno, es normal que lleve una chaqueta de este tipo”–. Pensó el hombre extraño –. Le pido disculpas por lo que voy a hacer.– Te envío él. ¿Correcto?– No me dijeron que le dijera el nombre de la persona, solo me pidieron dos cosas, la primera de ella
Capítulo IMi primer empleo.– Era un día soleado, bajo un árbol tratando de obtener la mayor sombra posible, se encontraba un joven de unos veintidós años de edad, se encontraba en una pequeña plaza de Nueva York, no recordaba su nombre, estaba exhausto, estaba casi por culminar su carrera de derecho en la universidad, y estaba buscando algún bufete de abogados donde podría hacer las pasantías, pero la mayoría de las firmas a las cuales había acudido, no había tenido un resultado positivo, creo que es por culpa de los antecedentes de mi padre, un famoso abogado, que después de haber sido el abogado más importante de nuestro país, cayó en un declive por culpa de un trastorno que le generó un caso de asesinato, lo que casi nadie sabía era que el caso tenía una semejanza increíble con el asesinato de mi abuela, la madre de mi p
Capítulo IIDecepciones y casos complejos.El joven Norman Bech se quedó estupefacto mientras observaba la situación que ocurría frente a él, la asistente le había dicho que el señor Hetming no estaba en el lugar, que no había esperado por él, cuando tenía una cita concertada a un tiempo mucho mayor, por lo que se quedó desconcertado, además de que estaba muy molesto por el hecho de que el señor Hetming lo hubiera defraudado después de haber sido uno de los mejores amigos de su padre, así que estaba realmente furioso.Se dio la media vuelta y se sentó al frente del escritorio de la asistente del señor Hetming, esperaba que ella llegara, le tenía que decir un par de cosas antes de irse, porque no iba a dejar que el señor Hetming saliera tan impune de esto, no al menos que el pudiera hace algo para corregirlo, o al meno
Capítulo IIIPresentaciones.– Pues la socia mayoritaria de la empresa soy yo. Y por eso yo puedo decidir si alguien es parte o no de mi empresa, además, el chico aún no ha conseguido empleo, y estoy segura, que nosotros no somos ni su primera ni su mejor opción, si vino hasta nosotros es porque está tan desesperado como nosotros de lograr algo. – Dijo Michelle molesta, era más que obvio que la actitud de Oliver la estaba sacando de quicio, así que tenía que hacer lo necesario para que las cosas no se fueran a molestias mayores, así que hizo lo que mejor sabe hacer, arqueó su ceja y lo miro con una expresión fría, así Oliver enseguida entendió que estaba en problemas, por lo que debía de controlar a la fiera lo mejor que pudiera.– Amor… – Le dijo en un tono que a Norman le dio mucha risa, sin embargo esta vez logró
Capítulo IVEl inicio de la guerra.– No me interesa quién sea usted, y lo bueno que pueda ser, yo solo quiero hacer mi trabajo sin tener ningún problema con nadie. – Le respondió Norman con un tono hostil, que dejaba muy en claro su posición, y que no iba a dar marcha atrás, que aquello que estaba pasando no dejaría de pasar solo porque Oliver tratara de intimidarlo. Claro Norman solo se refería al hecho de que su trabajo y futuro se encontraba en grave peligro, y había tenido mucha suerte hasta ese momento, el haberse encontrado con Michelle le había devuelto los ánimos, más en el sentido de que aún existían personas que le daban mucho respeto al nombre de su padre y a su apellido, además de que había conseguido un empleo, a pesar de que en parte había sido por la influencia de su padre, seguía siendo bueno para él, au
Capítulo VEntre lobos.– Wow, sabes hablar, al parecer muy bien. Veamos si puedes demostrar lo mismo en un juicio. Ahora solo tenemos dos. Puedes elegir cualquiera de los dos, y sabremos si eres un Bech de verdad, aunque en ese caso terminaras loco, como tu padre. Dijo la Morena mientras que volvía a sonreír tratando de disimular un poco que las palabras de Norman le causaron un impacto muy fuerte.– No hay ningún problema. Además hagamos esto mucho más divertido, ¿eres una de las socias de la firma? – La cuestiono Norman.– Sí, y eso ¿Qué?– Pues hagamos algo, entre los dos casos que hay, usted elige uno, y me lo dará a mí, si logro resolver el caso con una victoria, todas sus acciones pasaran a ser mías, todo firmado de una forma positiva y además con testigos.– ¿Qué?