Capítulo XXVDía 3. Parte III– Mira Hansel, te lo dejaré claro de una vez y por todas, no voy a tardar todo el día tratando de enseñarte a montar un caballo, te lo diré una sola vez. – Dijo Isabella un poco mal humorada, por lo que había sucedido, miraba a Hansel con un poco de odio. Sin embargo tenía otra cosa en mente, y ya que ella había sido su primer beso, lo más justo es que ella fuera su esposa, al menos para él. – Isabella, no hay problema alguno, yo soy de aquellos hombres que realmente aprenden rápido, por lo que creo que con una sola vez que me enseñes, está bien, no es necesario que me digas varias veces las mismas cosas, mis padres me han enseñado de esa forma, una sola vez basta. – Respondió Hansel con una sonrisa de medio lado.– Pues eso es muy bueno, porque quiero dejarte en claro otra cosa, y lo mejor es que no tendré que decírtelo muchas veces más, sino solo una vez, esta mañana entre nosotros no pasó nada, solo fue un accidente. – Hansel se rio ante este comentar
Capítulo XVIDía 3. Parte IVAmbos iban caminando en dirección dónde se supone que estaban algunos de los lugares más hermosos del pueblo, caminaron algunos kilómetros y llegaron a un pequeño poblado, un hermoso poblado. – Esto es uno de los pequeños pueblos que rodean la inca de mi padre, mi familia llegó acá hace mucho tiempo antes que ellos, por generaciones se fue pasando la propiedad, ahora es de mi padre, y bueno en un futuro tal vez sea mía. – ¿Tal vez? ¿Cómo así? ¿No eres la única hija del Sr. Gonzales? –Cuestionó Hansel un poco aturdido por lo que le estaba diciendo Isabella. – Sí, soy hija única, y el problema de ello es que, desde hace muchas generaciones atrás, todo ha pertenecido a la familia de mi padre pero ha sido porque siempre ha habido un hijo hombre, desde hace vario años se creó una especie de regla, era una regla muy estúpida, pero solo era para decirle al mundo que los Gonzales eran puros machos de sepa, o algo por el estilo, mi padre es el único que sabe la
Capítulo XXVIIDía 3. Parte VHansel miró muy de cerca todo el cuerpo de Isabella, ella era hermosa, por lo que sin importar qué, su cuerpo le iba produciendo una sensación de energía demasiado grande, quería quitarse toda la ropa, pero había una pequeña voz invisible que le decía que lo mejor que podía hacer, era solo quedarse tranquilo. Sin embargo había una seria necesidad de tocarse el uno con el otro, pero para sorpresa de ellos, un teléfono empezó a sonar. – ¡Ring! ¡Ring!Ambos por la misma razón trataron de ignorar el teléfono, pero le hecho de que estuvieran sonando de forma incesante, además ninguna situación romántica estaría a gusto con un sonido tan molesto. Ambos con los labios casi pegados los de uno contra los del otro, sin embargo se separaron. – Será mejor que atiendas ese teléfono. – Dijo Isabella visiblemente molesta, a pesar de que al inicio era una broma, le había gustado tanto ese contacto que quería tener algo más justo en ese momento. – Este… sí perdón. – re
Capítulo XXVIIIDía 4.A Hansel la prima de Isabella lo había llevado hasta el aeropuerto, Isabella se había ofrecido a llevarlo, pero para ella había sido mucho más incómodo haber estado con Hansel en el aeropuerto, además por ser un vuelo de emergencia, la aerolínea le había dicho a Hansel que le darían un boleto para el siguiente vuelo que salía justo ese día a primera hora de la madrugada, a eso de las 4 am, Hansel no había querido dormir nada, por lo que estaba un tanto mareado. – ¿Te sientes bien? – Le preguntó la prima de Isabella, sin embargo su mareo estaba cediendo un poco y era debido a un estrés repentino por la noticia de la empresa familiar y la noche entera sin dormir, mientras que intentaba localizar a algunos de sus contactos en la empresa para que le explicara mejor la situación, pero eso no sucedía, bajo ninguna manera alguien le atendía el teléfono, ni siquiera su tío. Hansel sentía que las cosas estaban muy mal, incluso más de lo que le habían dicho. La prima de
Capítulo XXIXLa salida.Los disparos se escuchaban por todos lados, sin embargo era el mismo hombre que al principio le había dado las cosas a la prima de Isabella, este hombre se había ido solo para poder ponerse a cubierto y poder abrir fuego con una mayor comodidad. Hansel enseguida se lanzó sobre Isabella para que no hubiera ningún daño sobre ella, luego en el suelo, la miro; – ¡¿Estás bien?! – ¡Sí! Logré verlo, es el mismo hombre que estaba hace un buen rato con mi prima, quiere hacerte daño, lo más seguro es que quiera matarte Hansel. – Esto es muy extraño, no tengo enemigos públicos de este calibre, mis batallas se basan en el aspecto comercial, no creo que alguien haya querido matarme solo por eso. Mientras que ellos charlaban sobre las balas, la policía ya estaba llegando al lugar, sin embargo se encontraron con que había más de una persona involucrada en este conflicto ya que apenas llegaban fueron recibidos con varios disparos de distintas direcciones.Al escuchar much
Capítulo XXXLa vuelta al asunto. Hansel tuvo una excelente idea, iba a mover uno de los maniquíes hacia la parte de las vitrinas que se veían un poco, así podría distraer un poco al hombre, pero ¿Cómo lo haría? Pues en una tienda de deporte hay muchas cosas que puedes usar para esto, tomó algunas cuerdas, y luego lanzó el maniquí por encima del estrado, y con una cuerda que logró colgar del techo, y enseguida la jaló. El maniquí quedo perfectamente colocado de forma que parecía él mismo que se encontraba en ese lugar. – A ver niñito, no tengo todo el día, y ya hice un desastre acá. Tenía que haberte asesinado de una forma tranquila y calmada, pero no pude hacerlo, no podía hacer nada al respecto porque la tonta de la niñita esa se entrometió, sino fuera por ella, justo ahora estuvieras camino a un hospital lejano por haber sido envenenado con cianuro. Pero no, tenía que entrometerse la niña. –Dijo el hombre que quería asesinar a Hansel. – Javier, no importa lo que hagas, ya perdis
PrólogoEra una noche tranquila, un hombre de mediana edad, caminaba de forma tranquila por las calles de Nueva York, eran alrededor de las tres de la madrugada, el Señor Ernest Rander iba de camino a regresar a su casa, cuando fue interceptado por una persona que jamás había visto en su vida.– Eres Ernest ¿verdad? – Consultó el extraño, antes de continuar examinó completamente al hombre, su cabeza blanca, sus enormes ojos azules, media alrededor de un metro noventa, su cara era huesa, llevaba puesta una chaqueta de color gris, sobre un parto. –“Es medio invierno, es normal que lleve una chaqueta de este tipo”–. Pensó el hombre extraño –. Le pido disculpas por lo que voy a hacer.– Te envío él. ¿Correcto?– No me dijeron que le dijera el nombre de la persona, solo me pidieron dos cosas, la primera de ella
Capítulo IMi primer empleo.– Era un día soleado, bajo un árbol tratando de obtener la mayor sombra posible, se encontraba un joven de unos veintidós años de edad, se encontraba en una pequeña plaza de Nueva York, no recordaba su nombre, estaba exhausto, estaba casi por culminar su carrera de derecho en la universidad, y estaba buscando algún bufete de abogados donde podría hacer las pasantías, pero la mayoría de las firmas a las cuales había acudido, no había tenido un resultado positivo, creo que es por culpa de los antecedentes de mi padre, un famoso abogado, que después de haber sido el abogado más importante de nuestro país, cayó en un declive por culpa de un trastorno que le generó un caso de asesinato, lo que casi nadie sabía era que el caso tenía una semejanza increíble con el asesinato de mi abuela, la madre de mi p