Capítulo IV
El inicio de la guerra.
– No me interesa quién sea usted, y lo bueno que pueda ser, yo solo quiero hacer mi trabajo sin tener ningún problema con nadie. – Le respondió Norman con un tono hostil, que dejaba muy en claro su posición, y que no iba a dar marcha atrás, que aquello que estaba pasando no dejaría de pasar solo porque Oliver tratara de intimidarlo. Claro Norman solo se refería al hecho de que su trabajo y futuro se encontraba en grave peligro, y había tenido mucha suerte hasta ese momento, el haberse encontrado con Michelle le había devuelto los ánimos, más en el sentido de que aún existían personas que le daban mucho respeto al nombre de su padre y a su apellido, además de que había conseguido un empleo, a pesar de que en parte había sido por la influencia de su padre, seguía siendo bueno para él, aunque muchas otras personas que según su padre, y su madre… eran mucho mejor conocer.
Pero ya el joven Bech no debía de pensar en eso, ahora debía de concentrarse en lograr hacer las cosas bien, pero solo el primer día, sin ni siquiera tener el trabajo del todo completo, había conocido a uno de los hombres más idiotas de su vida, y también uno de los más extraños. Solo se había molestado por el simple hecho de que observara a Michelle, además de que también se había molestado por el complejo absurdo de superioridad que tenía.
– Ustedes dos, dejen de hablar y síganme. Oliver sabes que hay muchas cosas por hacer. En cuanto a ti Norman, a pesar de haber sido el hijo del señor Bech, debes de ganarte tu puesto, y posiblemente más adelante puedas trabajar con nosotros de forma permanente. – Dijo Michelle interrumpiendo la conversación de ambos.
– No te preocupes, solo le estaba diciendo al joven Bech un par de cosas antes de que sigamos, la oficina que espero que le den es la que está junto a la mía, así que a pesar de que este bajo tu servicio, pueda aprender de mí. – Dijo Oliver con una sonrisa malévola en su rostro.
– No lo creo, además como hijo de uno de los hombres que ayudo a esta empresa, espero que pueda elegir su oficina, así que lo mejor será que lo llevemos rápido adentro. – Corto Michelle.
Todos siguieron su camino, llevaron a Norman por medio de todas las oficinas, al llegar a la recepción principal se podía observar un enorme letrero que decía: “WILLIAMS, FLEAURY & ASOCIADOS”. Se sintió orgulloso de trabajar para una de las firmas más importantes del país, pero también sabía que la firma pasaba por uno de los peores momentos y que podía desaparecer. O al menos eso era lo que había entendido de escuchar las conversaciones entre Oliver y Michelle.
– ¿Cuál es el problema que tiene la firma en estos momentos? – Cuestionó Norman sin mucho problema, pensó que esa información sería muy buena poseerla.
– Eso no es de tu incumbencia, al menos no por ahora, lo mejor será que te conformes con saber algunas pocas cosas, por ejemplo en estos momentos tu eres el único empleado neto de la empresa, aunque aún no te hemos dado contrato ni nada por estilo, es bueno que lo tengas presentes, por otra parte, debes de saber que todas las personas que están trabajando con nosotros son todos asociados. – Le dijo Michelle.
– Eso quiere decir que las acciones de la empresa se encuentran divididas en muchas partes, ¿no es correcto?
– Si, así es. Pasamos por un momento muy fuerte, y la verdad es que para poder llevar la carga, tuvimos que abrir las acciones de la empresa, eso hizo que subieran un poco y nos salvó de caer en la bancarrota, pero no es algo que nos guste mucho, las decisiones ya no se ven apañadas solo por mí, a pesar de que sigo siendo la abogada con más acciones, aunque en el día a día, cuando un abogado llega diciendo que quiere pertenecer a la firma son mis acciones las que son entregadas, pero realmente no estamos muy bien a nivel financiero, pero eso te lo explicaré mucho más adelante… Mucho. – Dijo Michelle mientras llevaba a Norman entre los pasillos.
– Tranquila corazón, sabes que la verdad no voy a dejar que este nuevo empleado sea malo, el día de mañana será uno de los mejores abogados de este país, o incluso de este mundo… – Añadió Oliver mirando con suspicacia al joven Bech.
– Realmente ya yo soy el mejor abogado de este país, pero ahora no he podido demostrarlo, así que lo mejor será que se lo demuestre y que le cierre la boca. Además ya me estoy molestando al respecto. Estás juzgándome, ni siquiera has leído mi currículo. No soy como la mayoría de niños mimados que solo han sido capaces de estudiar derecho gracias a sus padres, y que solo quieren ganar dinero de forma fácil, no. La verdad me ha costado llegar a ser quien soy, y puede ser que no sea tan bueno como mi padre, o mejor que él, pero solo pido que deje la falta de respeto hacia mi persona. – Le habló con rudeza el joven Bech a Oliver que se quedó perplejo, nunca nadie le había hablado así, en toda su vida.
– ¡Basta los dos, quiero que se empiecen a comportar o lo lamento Norman pero tendrás que irte de la empresa! – Dijo Michelle amenazándolo.
Norman solo pudo resignarse al ver la sonrisa de satisfacción en el rostro de Oliver, caminaron por el entramado pasillo que tenía muchas oficinas, y personas reunidas entre ellas, pero la verdad era que se podían observar que eran los mismos trabajadores que estaban hablando y charlando con el resto, se divertían amenamente hasta que veían pasar a Michelle, su sola figuraba derrochaba envidia y las mujeres que se encontraban en este lugar, eran mujeres de mucho prestigio todas competían por la atención de los hombres y dinero.
Oliver a pesar de que no era un joven súper millonario, era bastante acomodado y por ello muchas de las chicas querían estar con él. Pero su padre junto con el padre de Michelle, hicieron la promesa de que sus hijos se casarían algún día. Por un lado el padre de Michelle el señor Dacote Williams, tenía una sola hija; Michelle, a quien trataba como su tesoro más preciado. Gracias a la ayuda que le había proporcionado el padre de Norman, había logrado acumular una fortuna, pero lamentablemente por culpa de las malas decisiones financieras que tomó con respecto a la firma de abogados, tuvo que enfrentarse a su socio, el señor Jhon Fleaury el padre de Oliver, quien le dijo que lo mejor que podían hacer ambos era renunciar a sus puestos y ya dedicarse a tener una vida tranquila mientras que sus hijos tomaban el control de la empresa. El señor Dacote a pesar de ser uno de los hombres más importantes del mundo del derecho, ya que había logrado ganar famosos casos, no pudo sostener mucho su empresa por el simple hecho de que no era un buen hombre de negocios, a pesar de ser un excelente abogado, algo que hoy en día es muy distinto pero no tan contradictorio.
Mientras caminaban por uno de los pasillos, Norman se fijó en una hermosa chica de cabello color marrón, muy bien vestida, y con una sonrisa muy hermosa, con picardía y maldad, al observarla bien se le quedó grabado en su memoria el hecho de que sin que ella se percatará Norman había notado como le guiñaba el ojo a alguien, en primera instancia Norman se preguntó si era a él, pero al ver a su alrededor y observar a Oliver se dio cuenta que era a este a quien la chica le guiñaba un ojo.
Luego llegaron a lo que parecía ser la sala de reuniones, había unas pocas personas allí.
– Buenos días, aún es temprano. ¿No ha venido nadie al despacho por algún caso el día de hoy? – Preguntó Michelle mientras tomaba el asiento principal.
– No nadie ha venido el día de hoy, las personas al parecer solo quieren abogados que sí puedan ganar sus casos, además, ya esta firma de abogados posee varias personas que nunca en su vida han ido a un juicio, además eso que trajiste ¿Qué es? Una mascota para la firma.
Al terminar de decir sus palabras, un hombre que se encontraba sentado entre dos mujeres ambas muy altas y esbeltas, todos los que estaban en el lugar empezaron a reír, además habían llegado más personas, entre ella la chica que antes le había guiñado un ojo a Oliver. Todos observaban la escena con atención para poder burlarse de Michelle, era lo que más hacían en los últimos días, y lo que al parecer más les divertía a todos, pero Michelle nunca se dejaba.
– Puede ser que sea una mascota, pero no es cualquier mascota, es el lobo que necesito, aquel que a mi orden puede morder el cuello de cualquier persona, y no lo va a soltar hasta que yo de mi orden, para poder mantener las cosas un poco firmes, traje a alguien que tiene más historia que todos ustedes juntos en el derecho, alguien que ha logrado hacer cosas increíbles, y descendiente de personas que han sido o abogados o médicos todos, siendo él una extraña combinación casi de ambos. Permítanme presentarle a Norman Bech hijo del Señor Bech, el mejor abogado en la historia de Estados Unidos.
– Este espantapájaros de hombre es el hijo del gran Bech. – Dijo la Morena que había guiñado un ojo –. No me sorprende que se haya vuelto loco, con un hijo así yo también me hubiese vuelto loca, te ves presentable, pero no luces como un hombre de autoridad, y mucho menos como un lobo feroz que va a seguir las ordenes de nadie.
– Yo no soy una mascota… pero si soy un lobo, y en caso de que alguien dude si puedo hacer lo que la señorita Michelle dice, lo mejor es que empiece a morder cuellos y matar presas para poder levantar este lugar el cual ustedes mantienen muerto. – Dijo Norman con una sonrisa en su rostro que borró todas las demás, algo que le gustó a Michelle pero le irritó la última parte del comentario.
Capítulo VEntre lobos.– Wow, sabes hablar, al parecer muy bien. Veamos si puedes demostrar lo mismo en un juicio. Ahora solo tenemos dos. Puedes elegir cualquiera de los dos, y sabremos si eres un Bech de verdad, aunque en ese caso terminaras loco, como tu padre. Dijo la Morena mientras que volvía a sonreír tratando de disimular un poco que las palabras de Norman le causaron un impacto muy fuerte.– No hay ningún problema. Además hagamos esto mucho más divertido, ¿eres una de las socias de la firma? – La cuestiono Norman.– Sí, y eso ¿Qué?– Pues hagamos algo, entre los dos casos que hay, usted elige uno, y me lo dará a mí, si logro resolver el caso con una victoria, todas sus acciones pasaran a ser mías, todo firmado de una forma positiva y además con testigos.– ¿Qué?
Capítulo VIEl contrato y las primeras mordidas.– Pues bien, ya que ambas partes hemos aceptado el contrato, esto será un poco distinto a lo que se había planeado, ya que lo aceptamos todos, excepto por la señorita Michelle y los Gemelos quienes obviamente no se encuentra, pero entran otros términos en juego. Si el señor Bech gana, todos los que dimos el voto positivo estaremos obligados a darle el 50% correspondiente a todas nuestras acciones, por lo que en caso de ganar se convertiría en el segundo socio más influyente de la empresa, por debajo de la señorita Michelle por supuesto. – Dijo el señor Argust, dejando a más de uno con la boca abierta.– Pero ese no era el trato, además nosotros perdemos mucho y el pierde poco. – Intervino la Morena.– Nosotros somos 8, él es solo 1, por lo que es mucho más que jus
Capítulo VIILas pizzas.– Sí, está bien, es lo que debemos de hacer. – Respondió el Señor Argust, sacó su teléfono celular y tecleo algunas cosas en la pantalla, y al cabo de no menos de un minuto apareció su secretaria con todos los documentos necesarios.– Perdón por la tardanza Señor. – Le dijo antes de entregarle los documentos, Norman se quedó un poco desconcertado, en menos de un minuto había logrado preparar los documentos solicitados y estaba pidiendo disculpas por haber tomado tan poco tiempo, esto era algo de por sí muy extraño, pero el joven Bech no quiso hacer muchas preguntas al respecto, además el Señor Argus también estaba un poco deseoso por comer un trozo de pizza, así que procedió a decir los términos rápidamente.– Bien, esto se hará en
Capítulo VIIILos casos.Todos se fueron a sus respectivos hogares cuando estaba finalizando el día, pero Michelle antes de irse pasó por la nueva oficina del joven Bech; – Hola. – Le dijo mientras que estaba reposando su cuerpo sobre el marco de la puerta. – Hola, gracias por darme la oportunidad, espero que no allá hecho algunas cosas que no estén bien. Creo que fue un día muy extraño, y ya entiendo el porqué de que tu empresa no está muy bien, una división interna muy fuerte, una cantidad de elementos fuera de contexto que no deben de pasar desapercibidos, pero la verdad es que me estoy muy sorprendido. ¿Desde hace cuánto tiempo las cosas están de este modo? Michelle dio un largo y lento suspiro antes de responder; – La verdad, es que desde que asumí la empresa las cosas han sido así, todo el mundo quiere ser el dueño total, a excepción del Señor Argus y de los gemelos, pero hasta Oliver que es mi prometido trata de desprestigiarme muchas veces, aún no sé cómo es posible que me
Capítulo IXLa cena. Después de que Norman la tomara por el brazo caminaron hacia el ascensor, al llegar a él, marcaron el sótano, Michelle deseó de todo corazón que ya Oliver se hubiera ido, era un hombre que no le traía paz a ella, a pesar de que según su padre era el mejor pretendiente que tenía, era un hombre al cual no le importaba nadie más que su ego. –Oye, no sé qué es aquello pueda preocuparte, pero la verdad es que no creo que siga estando en el edificio, está muy molesto, por algo que considero oportuno, la verdad es que todas las personas que tienen este tipo de pensamientos, en realidad están mal de la cabeza, son personas que no poseen una coherencia real, son personas que no deben de poseer relaciones con otras personas a menos que hayan sanado todas sus heridas de forma real. –Le dijo Norman con una sonrisa, mientras que ella solo estaba allí esperando que al abrirse las puertas Oliver no estuviera cerca. Al abrirse las puertas, no encontraron a Oliver, pero en su l
Capítulo XLa cena. Parte IICaminaron en dirección al comedor principal, allí estaban Oliver con Macarena, además que estaba el Sr. Argus y el padre de Michelle; el señor Williams, un hombre alto, fornido, había perdido todos los cabellos de su cabeza, mientras que mantenía un extraño y cómico mostacho, sus ojos era del mismo color que los Michelle, pero con mayor intensidad en su mirada, a pesar de que su rostro mostraba una mirada risueña, sus ojos mostraban algo de enfado y desdeño. –¡Bienvenido! –Le dijo a Norman, mientras que se levantaba de la silla de cabecera, dónde se encontraba sentado. Norman enseguida lo miro de una forma extraña, su reacción había sido demasiado exagerada para un leve momento, estaba seguro de que alguien podría alegrarse de verlo, pero no alguien que no conocía para nada. –Muchas gracias Señor Williams. –Expresó Norman con menos entusiasmo que su anfitrión, este enseguida se percató que había cometido un error, le había dejado ver a través de él. –Bi
Capítulo XILa herencia. –Bueno, creo que es momento de hacer lo que vinimos a hacer, yo como el juez que estaré presentes en este hecho, lo haré con las mejores intenciones posibles, y además no estaré haciendo más nada para tener una parte de la misma, no soy de ese tipo de personas –el juez Dickkings había hablado, al parecer no quería hacer un tipo de escándalo tan tonto. –Concuerdo con el juez Dickkings, es momento de empezar a firmar documentos y hacer todos los respectivos trámites –dijo el señor Miles. –Padre, de verdad piensas dejarle todo tu dinero a este hombre –Robert estaba preocupado por todo lo que podía pasar a partir del momento en que su padre firmara los papeles para que el pobre de Norman obtuviera su fortuna, aparte de que Norman pasaría de ser un joven muy pobre, a convertirse en un joven súper rico, esto no solo le preocupaba al padre de Michelle, también le preocupaba bastante a Oliver, si ese joven se convertía en la cabeza de una de las empresas que eran p
Capítulo XIIEl nuevo Millonario.–Seguiré con todo lo que te voy a dar –continuó el señor Miles. –Pero señor Miles, está bien, no hay necesidad de más dinero –respondió Norman mientras estaba sorprendido del anuncio que había dado el señor Miles.–La verdad, ahora solo falta dinero, algunas propiedades, y otra empresa –el señor Miles habló para frenar la salida del lugar de Norman. –Pero de verdad no es necesario más cosas, todo esto es suficiente –dijo Norman.–¡Ey! Tranquilo, aún falta mucho más. Aún hay muchas que necesitamos darte. Ahora estoy firmando para darte Octopus enterprises. Al escuchar estas palabras retumbaron en los oídos de todos, Octopus era la empresa más poderosa e importante de la familia, era netamente propiedad del Señor Miles a pesar de que su hijo y varios miembros de la familia estaban trabajando en ella. –¡Padre! ¡¡¡¡¿ESTÁS LOCO?!!!! –Esa fue la primera reacción que se pudo escuchar en la sala, el hecho de que la empresa más poderosa dentro del grupo Wi