Bueno, bueno, tarde pero seguro!! Acá les dejo el capítulo de hoy, espero que les haya gustado y por favor, dejenme saber ¿Qué opinan de los prtagonistas? Sus opiniones son muy valiosas para mí. Besoooooos
Benjamin no sabía que era lo que le pasaba con esa niña del demonio, en cualquier otro momento ya se hubiese encargado de despedirla sin dudarlo siquiera, pero con Aurora había algo que hacía que, a pesar de que lo hacía salir de quicio, también conseguía que la buscara en cada ocasión, así sea para discutir, tal como estaba pasando en ese momento.—¿Con qué te parezco un ogro, eh? Parece que se te ha quedado de costumbre llamarme así. Por un instante, Aurora no pudo hacer más nada que no fuera mirar, avergonzada y asustada al imponente hombre frente a ella. No sabía por qué siempre se le tenía que ir la lengua cuando se trataba del CEO.—No, no señor, para nada—le dijo y por el rabillo del ojo fue consciente de como Logan se alejaba de ahí dejándola a su suerte, sin embargo, antes de poder pensar en algo más que decir, cayó en cuenta de las palabras del hombre—Un momento, ¿Qué quiere decir con que se me ha quedado de costumbre?Benjamin no tenía en sus planes hablarle a la Aurora sob
Mudarse era algo que Aurora sinceramente no pensaba que fuera posible, al menos no en la situación en la que ella estaba con su madre, sin embargo debía aceptar que pese a la opresión en su pecho y el malestar que sentía, haberse despertado sin gritos ni humillaciones se sintió de maravilla. —¿Cómo te sientes? —Emily estaba viendo detenidamente a su amiga, tenía miedo de que esta estuviera reprimiendo sus emociones como solía hacer. No podía negar que estaba preocupada, de hecho llevaba mucho tiempo estándolo, sabía que la madre de Aurora la maltrataba, pero la chica nunca había querido hacer nada al respecto, por esa esa decisión tan repentina la tenía un poco desconcertada. —Bien, me siento… ligera. Emily le regaló una sonrisa a su amiga y es que Aurora no mentía. Pues aunque estaba preocupada pensando si su madre estaría bien, la paz que sentía esa mañana era algo que, desde que su padre estaba con vida, no había vuelto a sentir. No tenía que tener miedo de hablar o hacer algo
Una gala. Por Dios ella nunca en su vida había asistido a un evento de gala, ni siquiera alcanzaba a tener un vestido de cóctel, cómo se suponía que iba a arreglarse para uno de tan alta categoría, y eso mismo fue lo que le hizo saber al hombre enfrente de ella. —Señor Reed… Yo… Yo no creo que yo sea la persona adecuada para acompañarlo— dijo e intentó no mirarlo a los ojos, le daba vergüenza decirle al hombre que no tenía nada que estuviera a la altura para ponerse, ni mucho menos dinero para comprar. Benjamin se quedó prendido en dos cosas en esa frase, la primera era que la habladora siempre lo llamaba “Señor Reed” él no sabía si eso le molestaba o lo calentaba y lo segundo era que la chica parecía avergonzada, lo cuál le hizo fruncir el ceño y llevando sus dedos a la quijada de la chica la instó a que lo mirara. —¿Y se puede saber por qué no serías la persona adecuada? Ben podía darse cuenta que su cercanía ponía nerviosa a la habladora, que a pesar de su lengua larga y su ale
La estaba besando… Aurora en un inicio no pudo hacer más que quedarse totalmente quieta debido a la impresión, sin embargo, en el momento en que la mano grande y varonil de Benjamin sostuvo la parte trasera de su cabeza y sus dientes mordieron su labio inferior, ahí ya no pudo contenerse. Sus labios correspondiern a los del rubio con timidez y un poco de trastedad, ella no era una experta besadora, sin embargo, poco a poco fue tomando el ritmo hasta que la timidez fue quedando atrás. Debía admitir que Ben sí era un experto en el tema. Sus labios se movían con pericia sobre los suyos despertando cada fibra de su ser y haciendo que un escalofrío le recorriera el cuerpo entero, al tiempo que lo que parecía ser un gemido saliera de ella. Benjamín no se consideraba un hombre impulsivo, de hecho cada aspecto de su vida era perfectamente planeado y estudiado, odiaba los errores y por eso le gustaba tener todo controlado, sin embargo, ahí en la sala de su casa, mientras sus labios se apode
Benjamin estaba contrariado. Luego de lo ocurrido la noche anterior con la habladora ni tuvo valor para presentarse en el parque la mañana siguiente, pues lo último que quería era tener que enfrentarse a la mirada de la chica, esa que lo había visto con tanta rabia y dolor.Luego de que ella se fuera había tenido que aguantarse las burlas y regaños de Max por lo que se le hizo una m*****a eternidad y eso solo hizo que se sintiera peor, sin embargo seguía pensando que alejarla había sido lo adecuado. Él no podía involucrarse con una mujer como ella, eran totalmente distintos. Una relación así solo está destinada al fracaso. Sin embargo, no puede negar que en ese preciso momento mientras se prepara para salir a buscarla en la nueva dirección que le dio para ir a la gala, tiene los nervios de punta pensando en si estará o no usando el regalo que le envío. Al final no le quedaba más nada que hacer que ir ahí y averiguarlo, aunque no podía negar que una parte de él deseaba que hubiera ac
Con cada paso que daba sentía como los latidos de su corazón iban en aumento, en especial porque el rubio no había soltado su mano en ningún momento y obviamente los reporteros no habían demorado en darse cuenta de ese pequeño detalle. —¡Señor Reed, puede decirnos ¿quién es la señorita!?—los gritos y la algarabía llenaban la entrada del hotel, pues aunque ahora viéndolos bien, no eran más de cuatro o cinco reporteros, todos gritaban al tiempo consiguiendo aturdirla. Nada más escuchar las insinuaciones y las preguntas que la prensa lanzaba, Aurora llevó los ojos hacia su jefe e intentó zafarse de su agarre, sin embargo el rubio giró el rostro y con la advertencia en sus ojos le indicó que no lo hiciera. Por lo que sosteniendo su mano y siendo custodiados por la vigilancia de Benjamin, consiguieron pasar a los periodistas hasta que finalmente ingresaron en el lobby del hotel. Sólo entonces sintió que podía respirar con tranquilidad, sin embargo una sensación de vacío se instaló en ell
Benjamin se estaba muriendo por acercarse a donde Aurora se encontraba y arrancarla lejos del idiota aparecido, pero enfrente suyo, Megan parecía que tenía otros planes, pues con esa sonrisa traviesa y mirada controladora le dijo: —Nunca pensé que te harías cargo de ese montón de chatarra, tu odias los parques, siempre me lo dijiste. Megan era tal vez, aparte de Max, la persona que más sabía de su pasado y las razones por la que guardaba tanto rencor a los malditos parques y de paso no soportaba a los niños. Ellos habían pasado su adolescencia juntos, pues el padre de la rubia era el dueño de uno de los parques competencia en Nueva York. —Las cosas han cambiado— le dijo, apartando sutilmente el cuerpo de Megan de él. Debía admitir que la mujer estaba igual de despampanante que siempre y el hecho que fuera igual de seria y meticulosa que él lo había hecho pensar en el pasado que sería la indicada, sin embargo ella terminó yéndose de la ciudad y todo se acabó. —Bueno, espero que no
Paralizado, así había quedado Benjamín al escuchar la pregunta de Aurora, él no se esperaba ni en un millón de años que le dijera algo como eso y fue ahí cuando se dio cuenta que sea lo que sea que le estuviera pasando con la habladora se le estaba saliendo de las manos. Sabía que lo correcto era alejarse, pero había algo en ella que impedía que lo hiciera. Un magnetismo guiado por su sonrisa y su maldito optimismo, tan distinto a él y su vida oscura y llena de amargura, que lo tenía como un perro detrás de un hueso. Mientras veía esos ojos expectantes a una respuesta, abrió y cerró su boca tratando de buscar las palabras indicadas para responder pero nada salía de él, era como si el maldito abecedario completo se hubiese borrado de su cabeza dejándolo totalmente en blanco. Ella no demoró en interpretar su silencio de la manera en que él menos quería y pudo ver como una capa de dolor apareció brevemente en su mirada antes de intentar disimularlo. —Vaya, supongo que si fue solo un j