Capítulo 19

Mariana:

Doy tres toques en la puerta del despacho de Franco y escucho su voz desde adentro indicándome pasar. Giro la manija un poco nerviosa y finalmente entro.

Camino incómoda, Ronan no me ha permitido siquiera cambiarme por la urgencia del asunto, el cual deseo aclarar.

Levanto la cabeza y me encuentro con la frívola mirada de mi jefe. Tiene sus labios fruncidos y el mentón contraído, como si quisiera matar a alguien, bueno, en este caso, matarme.

—¿Me mandó a llamar? —le pregunto frente a su escritorio.

Siento su fría mirada recorrerme y me ruborizo.

—Siéntate —me ordena y asiento.

Una vez sentada titubeo antes de volverlo a mirar. Sus ojos reflejan algo que me asusta descubrir, pero me mantengo erguida, pues creo saber de qué se trata.

—¿Cuál ha sido su nueva ubicación en Vitale? —cuestiona y se deja caer contra el espaldar de su silla. Lleva sus dedos índice y pulgar al puente de su nariz y estira sus labios mientras espera por mi respuesta.

—De... de asistente en el camerin
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