Adelanto de la historia de Gabriela : INOLVIDABLE PASION En la distancia vio que se acercaban a ella hombres a caballo vestidos a la usanza tradicional. Bueno, eso era lo normal allí ¿no? Que de pronto se aparecieran personas en esos tremendos caballos y vestidos como bandidos del desierto, aunque no lo fueran ¿verdad? ¿Serían bandidos? ¿Por qué siempre se encontraba en situaciones complicadas? Por que ella misma se las buscaba se recordó ¿Qué hacía ahí de pie esperando que llegaran? Se ajustó la mochila y sin soltar la pequeña maleta echó a correr, hecho bastante singular si se tomaba en cuenta que hacía escasos minutos sentía que no podría volver a dar un condenado paso en la arena. Con terror vio que los hombres azuzaron sus caballos y que pronto le darían alcance. Corrió como si la persiguieran mil demonios y no estaba tan lejos de esa realidad. Sorteó dunas, brincó encima de ellas y siguió corriendo, cada vez viendo más de cerca la ciudad e ignorando que su corazón quisiera sa
Mi queridísima Jacqueline: Quizás te sorprenda tener noticias mías, sobre todo por que fui yo la que deliberadamente cortó todo tipo de contacto y no solo contigo, como seguro sabrás ni mis antiguos colegas y compañeros de trabajo han sabido de mi en todo este tiempo desde que renuncié a los laboratorios y Banco de Embriones Pascale & Co,. Pero debes saber que siempre estuve interesada y pendiente de lo que hacías, es por ello que sé, que por fin gracias a tus arduos esfuerzos has logrado posicionarte como una de las mejores fotógrafas que existen. No sabes que orgullosa me sentí cuando supe que trabajabas para una importante revista. Se que ahora lo tienes todo en el aspecto profesional pero también sé que has pasado por situaciones muy difíciles que te han ocasionado mucho sufrir y por ello lamento tanto tener que unirme a aquellos que solo han acarreado a tu vida problemas y dolor. De lo que nunca tuve ninguna duda es que bajo ese carácter encantador late un corazón decidido, una p
Selva negra, Sur de México.Amparada bajo un enorme árbol y sin casi ver la luz del sol debido a la espesa vegetación, Jaquie sonrió para sus adentros recordando el porque le decían la selva negra, debido al follaje tan espeso se creaba la oscuridad a pesar de estar en pleno día. Su guía que prácticamente estaba agazapado cerca de un arbusto exploraba los árboles con gesto concentrado y ella deseó tener su experiencia, pues a su inexperta vista todo le parecía igual. Hacía días que estaba en la zona y con frecuencia el paisaje le había dejado boquiabierta y eso que había recorrido ya muchos sitios interesantes para sus fotografías. Ahora iba a la caza por así decirlo de un jaguar, quería fotografiar uno en su estado natural para su libro. No era algo sencillo y por ello se había ido bien equipada con todo lo necesario aparte de un guía autorizado y dos personas que le ayudaban con todo su equipo y que conocían el terreno como la palma de su mano. Era un tanto peligroso y ella lo sabía
Habiendo salido de la calurosa selva por fin y tomado el autobús que la acercó al aeropuerto ahora se encontraba con un clima muy distinto: lluvia, frío y neblina.Así que ahí estaba, sentada en una incomoda silla refunfuñando, aunque al menos no se estaba congelando. Sabiendo de los distintos tipos de climas por los que pasaría, en esos momentos llevaba suéter y una gabardina que ocultaba las manchas de barro de sus pantalones, aunque debía hacer algo con esas sucias botas y ese pelo enmarañado se dijo conteniendo una exclamación horrorizada al ver su reflejo en un escaparate que contenía folletos turísticos y que reflejaba su imagen. ¡Maldición! - Gruñó. Se levantándose y yendo a los baños. Su aspecto de vagabunda le provocó una carcajada y se puso manos a la obra, se peinó con cuidado, se hizo una trenza dejando por la paz un par de rizos rebeldes que escapaban a su control. Limpió lo mejor que pudo las botas y las manchas de sus pantalones.Después de discutir con la pobre chica
No sería la primera que lo intenta para luego vender las fotos. – Le dijo él secamente.¿Vender sus fotos? – Pregunto y se echó a reír a carcajadas.El hombre era ciertamente guapísimo pensaba ella, y estaba segura de que más de una mujer habría intentado fotografiarlo a escondidas, pero para ¿vender las fotos? ¿A quien? Ella no las vendería, se las quedaría se dijo algo divertida a pesar de la situación. Ese Dios griego tenía el ego demasiado inflado gracias a ser extremadamente guapo y encima tenía delirio de persecución. Aunque pensándolo bien ¿Qué mujer no lo perseguiría?No estoy bromeando señorita – Le advirtió.Yo menos, tenga por seguro que no lo fotografié a propósito, no tengo la menor idea de quien es usted y no me interesa averiguarlo. Borraré las fotos si es que sale en alguna ¿contento?¿Así que no tiene la menor idea de quién soy? – Le preguntó entrecerrando sus bellos ojos.¿Un lunático? – Respondió cínicamente Jackie.No le veo la gracia – Dijo apretando la mandíbula.
Se levantó con la finalidad de poner un alto a sus pensamientos y fue a la cafetería más cercana por un sándwich, esta vez preferiría el café, el de la zona era una autentica delicia. No le gustaba que la juzgaran por su apariencia, pero a veces tenía sus ventajas. Varios se hicieron a un lado al verla llegar para darle sitio en el mostrador donde nadie hacía fila y todos se agolpaban vociferando y exigiendo sus pedidos. Un joven y agobiado camarero pareció iluminársele el rostro al verla y la atendió inmediatamente provocando las quejas de otras mujeres que estaban cerca. Ella les sonrió un tanto fastidiada por las miradas y atenciones no pedidas de algunos de los hombres.Yo te invito…Siéntate a mi mesa…Le decían y ella sin hacer caso se alejó con su comida. Al llegar a su asiento cayó en la cuenta de que reaccionaba normal a las atenciones que antes la agobiaban demasiado o la enfadaban. Sí señor, Oscar era el pasado. Se sintió feliz y la noche no le pareció tan fea comió con ape
Jackie retrocedió lentamente hacia el balcón sin darle la espalda. ¡Santo cielo! No lo harás ¿verdad? – Le preguntó incrédulo. Y ella se limitó a sonreír traviesamente para ocultar su nerviosismo. Déjame salir por la puerta y todo esto será innecesario. No vengo a hacerte daño. – Le dijo dejando claro que no se iría. Eso yo no lo sé ¿Qué quiere un hombre como tú de una mujer como yo? Deseó no haber preguntado pues él le lanzó una mirada evaluadora y abiertamente interesada, rematándola con una sonrisa de lobo. Un hombre como yo quiere todo de una mujer como tú. El recuerdo de esas palabras la trajo a la realidad nuevamente. El equipo de seguridad había dispersado a las personas y ella notó que la observaban con curiosidad.
No pudo seguir diciendo más por que nuevamente se vio levantada por los aires por Stefano, la sensación era una mezcla de furia, placer y de impotencia por verse en una situación no deseada con un hombre que le provocaba sentimientos contradictorios. Se vio de nuevo sobre el hombro de Stefano quien con agilidad como si se tratara de un costal de plumas la había levantado y para su terror vio que él entraba en el lobby del Hotel sin reparo alguno. Comenzó a moverse intentando bajar y solo logró que él la apretara con más fuerza a su cuerpo. Al menos su traje quedó hecho un desastre pensó al ver el resultado de la lluvia en el. Voy a gritar. Ya hubieras empezado a hacerlo. Por mí no hay problema. No había gente en el Hotel. Seguro dormían calientitos y tranquilos en sus camas, pensó ella con añoranza deseando estar en su lugar. No tardó en darse cuenta que el gritar no remediaría nada, pues los pocos empleados que andaban por allí se limitaban a ignorar la situación como si fuera de l