Yo misma te mataré. – Le gritaba Jaquie a Oscar en una mezcla de pánico por Stefano, furia y lágrimas. De un bofetón la lanzó al piso para luego abalanzarse sobre ella y lograr esta vez abrirle el vestido en dos dejándola sin nada. Esta vez si lograría su cometido, simplemente pidió que todo acabara pronto.Lo sintió encima de ella y las nauseas revolvieron su estomago. La única barrera era su ropa interior, la cual no tardaría en ser rasgada y desechada. Las sucias manos de Oscar intentaron quitarle el sujetador, débilmente ella se resistió, justo cuando daba por perdida definitivamente la batalla, vio como Oscar era levantado por detrás para luego ser lanzado por los aires. Se incorporó rápido viendo con asombro como Stefano no solo estaba de pie si no que parecía estar bien. Corrió a abrazarlo. Él la estrechó con tanta fuerza que le sacó el aire de los pulmones.¿Estás bien? Sí. Pero si vi que te dio. – con las manos buscó la herida, él la detuvo.¿Tú estás bien? – le dijo apartá
Todo bien. Avisa a la familia por favor que los dos están bien. – le dijo al encargado de la seguridad de los Vecchio. - Nos vemos en el hospital, tienen que revisarlos. – No añadió más detalles para no intranquilizar más a la familia, sobre todo a su esposa.Jefe tiene que venir de inmediato. Código rojo. Repito código rojo. - La sonrisa se le borró del rostro. Voy de inmediato. Quédate aquí, en cuanto la tormenta sea menor vendrá otro helicóptero. – Le dijo a Stefano.De eso nada, nos vamos todos. Eres un excelente piloto. ¿Qué pasa?Nada, sólo que voy a matar a alguien, por fin. – Fue la única respuesta que dio Máximo.Bueno, nada del otro mundo entonces. Vámonos. Subieron al aparato todos incluyendo Oscar que iba inconsciente. En vano intentó despertar a Jaquie. Al llegar a una zona segura después de un turbulento y breve vuelo, fueron rodeados por policías y paramédicos, en segundos estaban en una ambulancia camino al hospital. Dime que pasa. – Le pidió por última vez a Máximo
Al otro día fueron dadas de alta. Era gracioso que ellas hubieran tardado tanto en salir del hospital y Stefano pudiera andar de un lado a otro a pesar de estarse recuperando de una herida de bala. Pero su flamante esposo había arreglado todo para que ella no saliera hasta que estuviera completamente seguro que estaba bien. Lo vio acercarse con una leve cojera.¿Aun te duele?Casi nada.Si hubieras descansado…¿Para qué?Olvídalo. – suspiró ella. ¿Te despediste de Allison?Sí. – Le dijo con pesar. Su amiga regresaba a Florencia, aunque se verían en unas semanas en las Islas. Levantó la mirada y vio como Stefano la miraba con intensidad. - ¿Todo bien?Nos vamos hoy mismo a la Isla, tienes que descansar. Todo está listo.Regresar a donde se había casado y pasado su noche de bodas produjo sentimientos encontrados en Jacqueline por un lado se alegraba de estar allí con él y por otro su corazón le producía una especie de añoranza y melancolía por la incertidumbre de no saber si él realme
Dos meses después, Isla Troyanos. Sentadas en la arena Jaquie y Ally contemplaban jugar a las niñas, las actividades de cada una las habían hecho reír pues demostraban lo que probablemente serían de grandes. La pequeña de Allison desenterraba con mucha paciencia y curiosidad algo oculto en la arena. Maddie estaba decidida a torear las olas, su paciente padre se lo impedía, pero la pequeña gateaba con entusiasmo una y otra vez hacia el mar. Creo que los genes maternos se han impuesto. -Dijo Jaquie riendo. Pobrecitos de los padres, aparte de lidiar con las madres, las hijas han salido igualitas. Hablando de las nenas ¿Cuándo pensabas decírmelo? – Le preguntó Jaquie. ¿De que hablas? Sólo diré tres palabras: camarones con mermelada – Vio abrirse de par en par los ojos de Allison y sonrió satisfecha. – No es un platillo normal, bueno, al menos lo es más que aquella mezcla horrible de crema de cacahuate con yogurt que comías estando embarazada de mi sobrina, me dan escalofríos solo de
Adelanto de la historia de Gabriela : INOLVIDABLE PASION En la distancia vio que se acercaban a ella hombres a caballo vestidos a la usanza tradicional. Bueno, eso era lo normal allí ¿no? Que de pronto se aparecieran personas en esos tremendos caballos y vestidos como bandidos del desierto, aunque no lo fueran ¿verdad? ¿Serían bandidos? ¿Por qué siempre se encontraba en situaciones complicadas? Por que ella misma se las buscaba se recordó ¿Qué hacía ahí de pie esperando que llegaran? Se ajustó la mochila y sin soltar la pequeña maleta echó a correr, hecho bastante singular si se tomaba en cuenta que hacía escasos minutos sentía que no podría volver a dar un condenado paso en la arena. Con terror vio que los hombres azuzaron sus caballos y que pronto le darían alcance. Corrió como si la persiguieran mil demonios y no estaba tan lejos de esa realidad. Sorteó dunas, brincó encima de ellas y siguió corriendo, cada vez viendo más de cerca la ciudad e ignorando que su corazón quisiera sa
Mi queridísima Jacqueline: Quizás te sorprenda tener noticias mías, sobre todo por que fui yo la que deliberadamente cortó todo tipo de contacto y no solo contigo, como seguro sabrás ni mis antiguos colegas y compañeros de trabajo han sabido de mi en todo este tiempo desde que renuncié a los laboratorios y Banco de Embriones Pascale & Co,. Pero debes saber que siempre estuve interesada y pendiente de lo que hacías, es por ello que sé, que por fin gracias a tus arduos esfuerzos has logrado posicionarte como una de las mejores fotógrafas que existen. No sabes que orgullosa me sentí cuando supe que trabajabas para una importante revista. Se que ahora lo tienes todo en el aspecto profesional pero también sé que has pasado por situaciones muy difíciles que te han ocasionado mucho sufrir y por ello lamento tanto tener que unirme a aquellos que solo han acarreado a tu vida problemas y dolor. De lo que nunca tuve ninguna duda es que bajo ese carácter encantador late un corazón decidido, una p
Selva negra, Sur de México.Amparada bajo un enorme árbol y sin casi ver la luz del sol debido a la espesa vegetación, Jaquie sonrió para sus adentros recordando el porque le decían la selva negra, debido al follaje tan espeso se creaba la oscuridad a pesar de estar en pleno día. Su guía que prácticamente estaba agazapado cerca de un arbusto exploraba los árboles con gesto concentrado y ella deseó tener su experiencia, pues a su inexperta vista todo le parecía igual. Hacía días que estaba en la zona y con frecuencia el paisaje le había dejado boquiabierta y eso que había recorrido ya muchos sitios interesantes para sus fotografías. Ahora iba a la caza por así decirlo de un jaguar, quería fotografiar uno en su estado natural para su libro. No era algo sencillo y por ello se había ido bien equipada con todo lo necesario aparte de un guía autorizado y dos personas que le ayudaban con todo su equipo y que conocían el terreno como la palma de su mano. Era un tanto peligroso y ella lo sabía
Habiendo salido de la calurosa selva por fin y tomado el autobús que la acercó al aeropuerto ahora se encontraba con un clima muy distinto: lluvia, frío y neblina.Así que ahí estaba, sentada en una incomoda silla refunfuñando, aunque al menos no se estaba congelando. Sabiendo de los distintos tipos de climas por los que pasaría, en esos momentos llevaba suéter y una gabardina que ocultaba las manchas de barro de sus pantalones, aunque debía hacer algo con esas sucias botas y ese pelo enmarañado se dijo conteniendo una exclamación horrorizada al ver su reflejo en un escaparate que contenía folletos turísticos y que reflejaba su imagen. ¡Maldición! - Gruñó. Se levantándose y yendo a los baños. Su aspecto de vagabunda le provocó una carcajada y se puso manos a la obra, se peinó con cuidado, se hizo una trenza dejando por la paz un par de rizos rebeldes que escapaban a su control. Limpió lo mejor que pudo las botas y las manchas de sus pantalones.Después de discutir con la pobre chica