La familia Hamdi leía los titulares de los diarios y revistas digitales, en todos los hacían pedazos, en uno decía: Lo dejaron vestido y alborotado; La decadencia Hamdi: ¡diseñador es agredido en público!!
Ivet comenzó a llorar desconsoladamente, su esposo estalló:
—¡Ya para de llorar!
—Es que todo se pudrió… ¿Qué vamos a hacer? Se supone que Kara y Khan unirían sus destinos y que el dinero de los Razar nos ayudaría a estabilizarnos.
—Ese idiota de Khan, no puede ni con una mujer.
—Tenemos que callar esto, lanzar una nueva línea de ropa, algo que distraiga a todos de lo pasado.
Ahora Farid tenía que pensar en algo grande y recordó que no tenía diseñador.
Khan estaba mirando a la nada, cuando su móvil sonó, era Enner.
—¿Cómo estás?
—Cómo crees… mal, no entiendo, ella y yo siempre tuvimos diferencias, pero lo solucionamos todo en la cama…
—Tal vez no era amor.
—El amor no existe, es una mentira, nadie ama a nadie en este puto mundo, solo gustas de alguien y te sientas con esa persona y te diviertes.
—Khan… Kara y tú se la pasaban peleando, tal vez es mejor que haya terminado.
—No, ella me tiene que dar una explicación—dijo molesto—me tiene qué decir la razón del porqué no quiso… Cuando jodía y rogaba que nos comprometamos.
—Lo siento, ¿quieres salir a algún lado?
—No, no nada… solo quiero quedarme en casa a…—respiró hondo—no quiero que nadie me vea.
Se quedó en tirado en la cama viendo al techo y repasando su historia de amor con Kara: se conocían de niños, dos fortunas poderosas, dos familias unidas con ese lazo de amistad, años creciendo juntos y de repente… Una mirada y descubren que son el uno para el otro, años de novios eternos, peleas, reconciliaciones, más peleas, más sexo después de las peleas... ¿En qué punto se volvieron enemigos? Tal vez entre pelea y pelea, cada riña iba mermando algo.
Tal vez no lo quiso ver, estaba tan acostumbrado a ella y solo pensó que siempre estaría para él y ahora ella ya no iba a volver.
Alguien le envió una foto, cuando tomó su móvil vio a Kara con un chico en Laguna, un club a tres horas de allí, se la veía muy cariñosa con él, frunció el ceño, ella tenía que darle unas cuantas explicaciones y se cambió para ir a encararla.
Todavía guardaba la esperanza de que su novio apareciera, lo llamó varias veces y salió que el número estaba fuera de servicio, estaba sola en todo aquello.
Fey era más optimista, decía que ella se podía ganar la vida cosiendo, terminaba de coser con retazos de vestidos un nuevo modelo para la tarde tenía un bello vestido de corte coqueto y elegante.
—Mira, ¿te gusta?
—Está chulo, ¿tú hiciste eso?
—Sí, con los vestidos que desechabas.
Entonces ella sacó su móvil y le tomó una foto y lo colgó en su sitio diciendo: SE VENDE. De repente alguien le escribió diciendo: yo lo quiero y luego otra y otra…
Miró a Valka sorprendida y exclamó:
—¡Ya sé cómo te puedes ganar la vida!
Su amiga la miró sorprendida y supo que ella tenía talento, talento para diseñar ropas sexis y coquetas.
Su amiga invirtió en una máquina de coser y llegó con ella por la tarde:
—Mira esto—le mostró—es de segunda, pero está en buen estado.
Ella la revisó y en verdad lo estaba, entonces le preguntó:
—¿Y qué puedo hacer?
—Si hiciste ese vestido que se vendió bien, puedes hacer más cosas, ¿qué necesitas?
—Hilos, telas, botones, esas cosas.
Ella asintió y salieron a comprar a los almacenes varias cosas, cuando veía una tela su mente mostraba una prenda con esa tela, seleccionó encaje, telas de densidades diferente, hilos y algunos botones, cierres.
Entonces comenzó su trabajo, tomó como patrón las medidas de Fey.
—Voy a hacer un vestido, coqueto con esta tela negra…
—Hazlo alto, a mí me gustan así.
Comenzó a dibujar el vestido y a su amiga le gustó porque era muy atrevido.
—Continua, tengo que trabajar o me cobrarán multa.
Valka la miró y le preguntó:
—¿Quién te cobrará multa?
—El jefe de zona.
Entonces le explicó:
—Para poder ganarte la vida en la calle hay jefes de zona que manejan a las chicas, les das una comisión por trabajar con ellos.
—No lo sabía.
—Así es la calle.
Valka quedó cortando el vestido mientras su amiga se iba a trabajar, tenía que esmerarse para ayudarla a salir de ese camino.
Ella comenzó a dibujar el vestido en un cuaderno, recordó las palabras de su madre enseñándole sobre telas: las telas tienen su propio peso, caída y movimiento, por eso cuando escojas una tela siente todo eso.
Tocó la tela que tenía, era negra y elástica, comenzó a cortar con el molde que había hecho, le tomó algunas horas y cuando vio un bello y coqueto vestido negro estaba terminado, ahora qué iba a hacer… Otro vestido, pero este tendría detalles en encaje y usaría crepé.
Cuando llegó al club eran cerca de las seis y apenas se bajó del auto fue hacia el interior del club, buscó aquí y allá, sabía que ella gustaba mucho de la piscina y enfiló hacia allá. Cuando la vio besándose con un tipo que pasaba su mano por su bella figura, no lo pensó fue a ella y la agarró del brazo:
—¡Así que aquí estás!
—Khan… ¿Qué haces aquí?
—Viendo tu estúpido engaño—la sacudió.
Ella lo empujó y le gritó:
—No voy a ser la tabla de salvavidas de los Hamdi.
—¿De qué m****a hablas?
—Desean el dinero de mí para nivelarse y no te daré el maldito gusto, porque nunca me valoraste.
—Me iba a comprometer contigo.
—Después de 10 años de novios, no seré utilizada ni por ti, ni por nadie.
—Ya te utilicé suficiente y supongo que el sujeto este también.
Ella se le fue encima y comenzó a golpearlo junto con su novio de momento, el escándalo atrajo a los de seguridad que intervinieron y lo sacaron a empujones del club, su sangre hervía, deseaba golpear a alguien.
Se subió a su auto y enfiló a la ciudad a toda velocidad, pensando en lo podrido que era su mundo y que no tenía nada en sí que fuera de él.
Valka, estaba cansada y deseó un café y entonces se animó a dar una vuelta y tomar uno en la avenida. Todavía le dolía el trasero de la caída, pensó en ese momento en su padre y su enojo, tenía motivos, pero alejarla no era excusa, ahora ambos estaban solos, se miró el vientre y se lo sobó: no estaba tan sola, pero tampoco sabía cómo podría cuidar de un bebe si ella misma no se sabía cuidar.
Salió a caminar y se dio cuenta de que estaba en zona roja, así le decían a los barrios cercanos a la Calle de las Sirenas, el lugar era muy raro para ella, además era una noche bastante fría, entonces enfiló hacia allá.
Mientras caminaba veía a varias chicas en esquinas, todas esperando clientes con ropas sugerentes, se movían de un lado a otro para calentarse, pues el frío era intenso, algunas la miraban de reojo, no sabían si ella era competencia o solo una transeúnte; en esos sitios se cuidaba el territorio y el puesto, ella pasó de largo y cuando llegó a la avenida los centros nocturnos le dieron la bienvenida con grandes letreros con letras de neón, eran la delicia de los hombres que buscaban una aventura de una noche.
Ella miró a todos lados y justo cuando iba a cruzar un tipo la atajó:
—¿Buscas trabajo?
Lo miró sorprendida, el tipo entonces le explicó:
—Si buscas trabajo te puedo conseguir uno.
—Lo siento se confunde…
El tipo no cejaba y la acorraló:
—Tienes el físico, el cuerpo para esto, tengo clientes que pagan bien por mozas como tú, te damos buen trato, seguridad y das la comisión.
¡Buen trato y un cuerno!
—¡No me moleste!
El tipo se le rio y le dijo a la joven:
—Piensas que te van a dar más particularmente, ni que seas la Cicciliona.
Eso era el colmo, ella lo empujó y fue caminando hacia la cafetería y el tipo la agarró del brazo y le dijo:
—Escucha perra, no te puedes pavonear aquí en mis terrenos, inquietas a mis clientes.
Ella lo empujó y le dijo:
—¡El perro serás tú!
Ella que se iba a retirar y el sujeto la agarró del cabello.
—Tienes que aprender a obedecer perra a tus amos.
¡Qué dolor! Ella intentó zafarse del tipo y no podía, gritó adolorida.
—¡Déjame!
—¡Ahora chillas, puta de m****a!
—No, suéltame… No…
—¡Cállate puta!
La llevaba tirando de su cabello, el semáforo cayó en rojo y el auto de Khan estaba esperando el cambio cuando vio la escena: una joven era arrastrada de los cabellos por un sujeto. ¡Eso era el colmo de la humillación! Ninguna mujer debía ser tratada como una cosa por muy prostituta que sea, nadie hacía nada, parece que ese trato era común en chicas como ellas, pero él no lo podía permitir, todavía le hervía la sangre por lo pasado con Kara y entonces se bajó del auto decidido a ponerle un alto a eso.
—¡Ya basta!Se plantó frente al tipo, no le importó que su auto estuviera en media calle impidiendo el paso de otros vehículos.—Piérdete, este no es asunto tuyo—dijo entre dientes el tipo.Valka suplicó:—¡Ayúdeme, por favor!Entonces le dijo al sujeto:—Ya déjala en paz.—No me das órdenes aquí—tiró a la joven al piso—toma tu ramera, pendejo.El sujeto solo alcanzó ver el puño estrellándose contra su rostro y cayó al suelo soñado, algunos que lo vieron se alarmaron.Khan entonces le tendió la mano a la joven que lo miraba sorprendida, Valka nunca vio a nadie golpear de esa forma y ella se la tomó:—Siento que pasaras por eso.Ella asintió y de repente unos sujetos se fueron contra él que empujó a la joven y recibió el golpe de uno de ellos; Khan se recompuso y cuando le lanzaron otro golpe lo bloqueó y devolvió el ataque al sujeto que no se esperó que el joven sepa defensa personal, pero eran dos y el otro también se le fue encima y justo cuando iban a vencerlo…—¡Basta ya!Una muje
Estaba impresionada, le habían hecho varios pedidos y Fey contenta le dijo:—Dios te abrió las puertas.Ahora tenía que comenzar a hacer vestidos y comprar telas, accesorios y encajes.—Tengo muchas ideas en mi cabeza y en mi mente, no sé qué hacer…—Dibújalas—le daba un cuaderno—es lo mejor.—Además tengo miedo, nunca había hecho algo a partir de una idea, siento miedo.—Basta de miedo, tenemos que hacer algo especial…—ella pensó en algo—una marca, claro una marca.Escucharon el timbre y entonces Fey abrió y vio a un hombre mal encarado:—Fey, necesitamos hablar y trae a tu amiga contigo.Eso le extrañó, ella miró a Valka que no entendía nada y fueron escoltadas hacia una oficina, su amiga estaba seria y ella tomó su mano, Fey le dio fuerzas con su mirada.Cuando llegaron a la oficina fueron recibidos por un sujeto de mal aspecto y Valka lo vio con los dos buscabullas del problema la noche anterior.—Buenos días don Robert.—Fey, Fey, bella Fey.Valka no entendía nada y entonces el s
Para Farid la derrota había tocado a su puerta y ahora sentía muchas batallas perdidas; sin embargo, lo que más le dolía era que su hijo no estuviera allí junto a él.Cuando salió a un evento de modas en los que fue invitado se topó con Kara y Beto que estaban siendo entrevistados.—Miren, mi ex.Todos rieron y Kara le dijo a Beto.—No hagas una escena.—Ahora es cuando.Se acercó donde Farid:—¿Y tu hijo?—Beto…—¿Dónde se esconde el príncipe mariquita ese?—Ya basta Beto, esto debe acabarse.—Tu hijo me trató como un trapo y quieres que acabe, acabará cuando yo diga.—¿Qué es lo que quieres?—Ver a tu hijo pisado bajo mis tacones como la basura que es.Farid se cogió el pecho y se excusó y Beto le gritó:—¡Huye rata, eso eres una rata gorda y repugnante que te lucraste de mí, rata!Farid salió fuera del evento y en pleno estacionamiento caía desplomado.Ivet estaba angustiada en el hospital, sentía el piso hundirse bajo sus tacones y no tenía idea de qué podía hacer, el doctor, amig
Valka había puesto un negocio en Treeman de diseño, les daba empleo a madres solteras y de esa forma podía ayudar a las mujeres que, como ella, estaban solas en la crianza de sus hijos. Veía en ese momento a su hija jugar con los tules y telas, los lanzaba al aire y los veía flotar, eso también la inspiraba, su hija llenaba ese vacío de su mundo.Esa tarde mientras ordenaba su sitio de trabajo recibió la visita de un hombre bien vestido, acompañado de dos sujetos de mal talante.Él miró a todos lados, le gustó el sitio, muy femenino, la nena jugaba con unos tules y lo miró con sus ojos negros y él entonces preguntó:—¿Quién es Valkánica?Valka salió a atenderlos:—Soy yo, ¿en qué puedo servirle?El sujeto la miró de pies a cabeza, era hermosa, joven y entonces se presentó: —Soy Ricardo Dumani.—Valka Tomás.Estrecharon sus manos:—Valkánica estás en mis terrenos y todos los que están en ellos pagan un precio.Eso era totalmente nuevo para ella:—Llevo un tiempo aquí y no he tenido pro
Julieta era la secretaria de las empresas Hamdi, desde cuando brillaban alto y ahora vivía el declive, cuando puso el anuncio se sintió mal: antes cientos de diseñadores dejaban su trabajo en la empresa, pero como estaba Beto nadie valía y ahora debían de poner anuncios en las páginas amarillas como una empresa cualquiera. Llamó a Beto: —Hola querido. —Linda, ¿cómo va todo? Ella miró a todos lados y le contó en tono confidente: —Khan está buscando diseñador. —Tan tonto… —Me hizo poner un anuncio en páginas amarillas. —¡Que de lo último! —Estamos en la m****a. —Con Khan Hamdi a cargo debajo de la m****a, ya sabes querida cualquier cosa me dices y yo te reconozco un cariñito. —Descuida amor, te tendré informado. Ella colgó con una sonrisa, la verdad es que el dinero que le pagaba Beto Cárdenas en ese tiempo le venía bien. No podía ir a las ciegas solo por amor, la idea era muy espectacular para ella: —Entrar a Hamdi es todo un sueño, pero estoy consciente que eso son ligas
Estaba frente al reto de su vida: entrar en el campo del diseño de modas por todo lo alto de la mano de la mejor empresa de Moda de Ciudad Capital: Hamdi Look. Los ojos de Valka Tomás no daban crédito al ver el logo en grande de Hamdi frente a sus ojos, tenía tantos recuerdos de esa época viendo las hermosas y gloriosas vitrinas con la moda del momento, o los desfiles improvisados en la plaza pública. Trabajar en Hamdi lo era todo para ella, podía decirse que era el gran paso que su brillante carrera de diseño necesitaba, respiró hondo y cruzó la puerta de cristal lista para afrontar su destino. Julieta estaba en su escritorio ojeando una revista de moda cuando le anunciaron que una diseñadora había llegado para la entrevista, enarcó una ceja: —¿Es de alguna academia de diseño? —Lo ignoro, pero desea entrevistarse con el señor Hamdi. Eso era bastante raro y dio la orden: —Que suba. Cuando las puertas del ascensor se abrieron, Valka vio el entorno tan exclusivo como correspondía
El reto era grande, pero sabía que podía lograrlo, Julieta la vio pasar casi pisando huevos, como se decía y se levantó a preguntarle a Cayetana: —¿Qué pasó con esa mujer? —Ella es la nueva diseñadora de Hamdi—le entregó sus papeles—lleva esto a recursos humanos. Julieta no salía de su asombro y siguió a la espigada mujer con sendos collares: —¡Ella será la diseñadora de la empresa! Cayetana giró en sus Louboutin y la miró segura de lo que decía: —Así es, gestiona eso en recursos humanos lo más pronto posible. La mujer siguió su camino y la empleada corrió a llamar a su amigote Cárdenas: —Querido, no sabes lo que pasó…—miraba a todos lados—tenemos diseñadora en Hamdi. Valka flotaba, se sentía como un tul al viento: ligero, hermoso y gracioso, pasó por una pastelería y compró un rico pastel para celebrar con su gente. En cambio, en la casa de Valka se vivía la expectativa, Fedora llegó con comida: —Hola, hola, traje, canelones. —¡Yupi! Rafaella corría a saludar a su tío rar
Kara Razar caminaba de un lado a otro meditando en lo dicho por Julieta: Khan y la nueva diseñadora estaban intimando, no podía considerar algo como eso. Veía sus diseños para la nueva colección que lanzaría junto con Beto Cárdenas y se esperaba sea el show del momento con modelos top en la pasarela. Beto entró canturreando en esos momentos y al ver a la bella inspiración de su colección. —Divina estoy inspirado. —¿Sabías que Hamdi tiene una diseñadora nueva y que esa le está tirando los perros a Khan? Él sabía muchas cosas: —¿Y eso qué? —Khan no puede olvidarme, es el amor de mi vida y necesito volver con él. Beto exasperado se cogió las sienes: —Khan no es el príncipe que necesitas, vamos a demostrarle que podemos hundirlo, está colección será fabulosa. Ella estaba angustiada y le comentó: —Quiero volver con Khan, tengo tres años sin él… desde esa noche. Beto se dio la vuelta y le mostró un fastuoso vestido de noche. —Divino, ¿verdad? —Sí. —Arrasaremos y pisaré a esa p