Ni siquiera sabía qué estaba haciendo allí, en el lugar que indicaba la tarjeta, aquello era una agencia de modelos, pero no una cualquiera, una agencia de modelos XL, ¿Cómo no se había dado cuenta antes "XL beautiful", el nombre lo decía todo? A veces costaba creer que se hubiera graduado siendo la mejor programadora de su promoción.
Miró a su alrededor y se maravilló con el inmenso número de fotos que adornaban las paredes, todas eran chicas, con curvas, nada normativas, como ella, pero a pesar de eso no se parecían en nada, lucían hermosas, semidesnudas o con cualquier bonito conjunto de ropa, llenas de autoconfianza y amor propio.—¿Podría ayudarme?— Le preguntó a la joven que había sentada en la recepción— estoy buscando a la señora Marjorie.— Perdone, eso no será posible, ella no se entrevista con aspirantes, si viene para las pruebas de admisión tiene que seguir por ese pasillo hasta llegar a…— No… no vengo buscando trabajo — la recepcionista levantó la mirada y la observó de forma escrutadora para terminar con una sonrisa de incredulidad.— ¿Entonces qué es lo que quiere?— Vengo de parte del señor Evan Anderson él me dijo que…— O si, querida, ya te esperaba— sonó una voz tras su espalda cuando una bella y también robusta mujer se acercó a ella, la observó de arriba a abajo y le regaló una sonrisa triunfante — creo que lo primero de todo será hacer algo con ese pelo — aseguró tras revisarla, para luego tomarla de la mano y hacer que la siguiera hasta la zona donde preparaban a las modelos para las sesiones de fotos.— ¿Jean Pol qué opinas?— un hombre de unos 45 años más delgado de la cuenta y vestido de forma vistosa y colorida, se acercó a ella y le tocó el cabello — Está sano, pero sin brillo ni forma — Yo aclararía ese castaño hasta un tono dorado con reflejos rubios y le quitaría un poco de volumen.— Entonces la dejo en tus manos — volvió a centrar la atención en ella y le sonrió con dulzura — vuelvo en un par de horas, intenta disfrutar del cambio de look.— Pero yo no quiero cortarme el cabello…— definitivamente ella no quería cortarse el cabello, adoraba su pelo largo, aunque la mayoría de las veces debía llevarlo recogido.— Es necesario, querida — Aseguró el hombre pasando una mano por su cintura y llevándola hasta una de las sillas que estaban frente a un espejo — Primero el color, quiero mucha luz en este bello rostro, así que voy a llenarte de reflejos rubios que aclaren este tono castaño claro, luce bastante apagado.No era la primera vez que le decían que tenía una cara bonita, de hecho ese había sido el único cumplido sobre su aspecto que recordaba haber recibido desde pequeña.«Es una pena que no se cuide porque mira, que es guapa de cara»Más o menos, algunas personas con más amabilidad y otras con menos, con esas palabras u otras distintas, pero todas venían a decir exactamente lo mismo, cara bonita y cuerpo horrendo.Debía reconocer que le gustó lo que vio reflejado en el espejo cuando el estilista terminó de peinarla, seguía teniendo el cabello largo, no tanto, pero ahora se veía muy sano, lleno de vida, con un corte actual y bastante más claro.Tras el peinado llegó el maquillaje, suave, casi imperceptible, aunque resaltaba todas sus virtudes a la perfección y solo entonces le tomaron las medidas para vestirla.Jean-Paul y Marjorie se miraron el uno al otro, sintiéndose con complicidad, sabían exactamente qué iban a ponerle porque estaban trabajando en ese momento con el catálogo de una conocida marca de ropa que sacaba una línea para mujeres de tallas más grandes y era una marca muy exclusiva.El vestido de cóctel, azul claro, con los tirantes caídos por los hombros, le enmarcaba un bonito y exuberante escote que no llegaba a ser exagerado, se ceñía a la cintura algo arrugado por el lado donde un broche lo sujetaba y solo unos pocos por encima de la rodilla dedos por encima de la rodilla, sexy a la par que elegante.El fotógrafo que pasaba por allí justo en el instante en que salía de detrás de la cortina donde la joven se había estado vistiendo se quedó maravillado con lo que vió porque había fotografiado a varias chicas con esa colección de ropa y con ninguna había terminado convencido del todo, pero esa mujer, fuera quién fuera era ideal para la campaña— ¿Me permitirás hacerte unas fotos Marjorie?— preguntó acercándose a la fundadora de la agencia.— Es exactamente lo que estábamos buscando para la campaña de esa firma a la que corresponde el vestido que lleva en este momento.— No es una de mis modelos, así que tendrás que preguntarle a ella.Lia negó por inercia, una cosa era jugar a ser la Cenicienta durante un momento, dejar que esa especie de hada madrina moderna la pusiera guapa e ir a aquella cena y rechazar amablemente la propuesta del hombre más deseado del momento sintiéndose toda una diva por un día y otra muy distinta exponerse a nadie más.— Yo no sé posar siquiera, en realidad salgo mal en todas las fotografías que me echan.— Eso es porque no has dado con un fotógrafo que haga que te relajes, porque estás tensa si dejas que yo te haga un par de fotos, verás como es completamente distinto.Lia lo observó pensativa por un instante ¿Qué podía hacer, debía dejar que ese hombre la fotografiaba o debía marcharse para llegar puntual a su reunión de negocios disfrazada de cita?Al final accedió y, al contrario de lo que pensaba, se había sentido muy a gusto en esa sesión de fotos, tanto que un par se convirtieron en un par de veintenas de fotos en las que en cada una salía más desinhibida que la anterior, menos tensa, mucho más sonriente con ese brillo especial que no se puede aprender, se nace con ello, o se tiene o no sé tiene. El fotógrafo opinaba que era una pena que esa mujer no fuera capaz de ver la belleza que tenía por si sola y que debía convencerla para hacer ella el trabajo, aunque parezca un momento dejaría que se fuera como ella la contactaría días más tarde.Estaba observando las fotografías cuando un misterioso hombre, con un impecable traje negro, con corbata a juego y camisa blanca, entró observándola y luego desviando la vista a Marjorie quién le sonrió en asentamiento.— Vinieron a buscarte — Aseguró Marjorie salvando a la joven del fotógrafo que pretendía hincharle el ego para que aceptara el trabajo, ya que ella sabía a Eva no iba a gustarle nada como sobre todo si tenía los planes que le había revelado unos días atrás.— ¿Quién?— preguntó ella mirando en dirección a la puerta y aunque no lo había visto antes supo qué tenía que ver con Evan.— Señorita Taylor, mi jefe me pidió que viniera a buscarla para llevarla a su cita a mayor brevedad posible.El chófer no lograba entender a su jefe, se suponía que debía mantener un perfil bajo o eso le prometió a su padre en la última discusión que les escuchó tener en la limusina y ahora nuevamente lo mandaba a buscar a una nueva conquista. Aunque debía admitir que la mujer por la cual le mando esta vez, no era igual a las que acostumbraba a frecuentar.—Por favor, suba — le pidió a la joven una vez que salieron del estudio. No tardaremos en llegar al restaurante donde cenará con el señor Evan Anderson.*-*-*-*-*-*-*-*-*-*Evan estaba arreglándose frente a un espejo de cuerpo entero, su aspecto era impecable, algo que él ya sabía y no solo él, también la mujer que en ese momento lo observaba con un puchero en sus labios al no lograr que desistiera en vestirse y largarse.—¿En serio te irás?— le preguntó una vez más la mujer, llevando una de sus manos hasta sus propios senos, acariciándolos por encima de la bata de seda que portaba esa tarde noche con la intención de provocarlo.Tras poner
—El problema para no aceptar mi propuesta es el miedo que tiene a qué todo el mundo se entere de que le soy infiel — le preguntó tomando un nuevo sorbo a la copa de vino que el maitre había llenado de nuevo antes de marcharse.— Ya imagino los titulares y la prensa rosa ¿Cómo imaginaba esa chica que podría hacer feliz a un hombre como Evan Anderson? A saber con qué extraña estrategia consiguió que se fijara en ella, no está a su altura, no gracias, tengo suficiente con vivir eso a pequeña escala como para que termine siendo de dominio público.—Y si en nuestro contrato se estipula que ninguno de los dos puede ser visto o relacionado con nadie más durante esos tres años, ¿Aceptaría? Debo admitir que he sido descuidado en ese aspecto últimamente. — aunque no le gustaba lo que diría, no encontraba la manera de hacer que esa chica accediera, por lo que tenía que no ser solo encantador, sino persuasivo — ¿No es un buen trato? Mientras seamos discretos usted y yo. Los de la prensa amarillis
Hacía una semana que no había vuelto a saber nada de Evan Anderson y aun así, a pesar de haber estado muy ocupada con la administración de su nueva aplicación, en la que, por cierto, la habían puesto en cabeza del equipo que se encargaba de llevarla, no pudo evitar pensar en ese beso todos los malditos días, y precisamente por esa razón tenía más claro que no podía aceptar ese trato.— Llegó alguien preguntando por ti — dijo Charlie apareciendo por la puerta de su habitación y sacándola de sus cavilaciones. — Dice que se llama Jean-Paul.— ¿Por mí? ¿Jean-Paull?— ese nombre le sonaba, aunque no recordaba de que.No tenía tiempo para atender visitas, le urgía salir a comprar un vestido para la dichosa fiesta a la que había prometido ir, pasar por la peluquería y estar lista en unas tres horas para resistir la irresistible presencia del señor Anderson.Aun así, no solía ser desagradable con las personas y por eso se levantó para caminar hasta el salón donde sonrió al ver de quién se trat
Permaneció callada gran parte del viaje en limusina, solo podía concentrarse en lo rápido que latía su corazón y el de la cercanía y el calor del cuerpo que tenía al lado, completamente pegado al de ella. ¿No se suponía que era tan solo una transacción comercial porque intentaba estar tan cerca, porque intentaba seducirla, porque jugaba así con su cabeza y sus sentimientos?Pero casi prefirió no haber salido del vehículo cuando empezó a ver los flashes o, más bien, deslumbrarse por ellos.Protección era lo que menos sentía en ese instante, aun así la mano de Evan tomó la suya y sus dedos se entrelazaron con los de ella tirando hacia el interior del edificio, ya no podía sentir más que esos dedos entrelazados, era como si todo el ruido y luces estuvieran muy lejos.Les abrieron la puerta y tras entrar Lia no pudo más que soltarse de esa mano que parecía enviar millones de impulsos eléctricos por todo su ser, jamás se había sentido así por un simple agarrón de manos, pero ¿Por qué se ex
Entre esas mujeres se encontraba una en especial, quien a pesar de estar colgada de un hombre apuesto, su mirada ardía de envidia. —¿Qué no es esa tu exnovia gorda? — susurró la mujer al odio de su acompañante.El hombre no dudó en prestarle más atención a la pareja protagonista de la pista.—Lia, por supuesto que no. Ella jamás se vestiría así, no tiene ningún sentido del gusto. Además dudo que alguien como ese importante CEO se fijara en alguien como Lia tal vez solo es alguien que se le parece — le respondió a su novia, dejando de ver a la pareja, aun así, una punzada de celos se instaló en su pecho al ver el parecido de esa mujer con su exnovia.Lia no era consciente de nada de lo que sucedía a su alrededor, ese era el poder que Evan tenía, hacer que todo desapareciera y nada más que él se convirtiera en el centro de su acompañante.Ella podía sentir como el agarre de Evan alrededor de su cuerpo se estrechaba cada vez más, haciendo que solo deseara que la música jamás dejara de s
Evan no encontraba motivos para dejar de escuchar a Lia. Todo lo contrario, cada tema que tocaba con ella se le hacía interesante.Mejor dicho. Ella era una mujer interesante.—¿Dime, qué te gustaría beber?A ella no le pasó por alto la forma en que había evitado hablar de sus conquistas, tal vez era lo mejor, tal vez si aceptaba ese trato le pediría que fuera discreto y que ni siquiera ella fuera consciente de que podría tener o no tener a alguien más, podría vivir esa mentira y ser feliz los próximos tres años si él aceptaba aquella condición.— Creo que algo de vino estará bien.— explicó mientras veía como le pedía una botella al camarero y un par de copas.Después de aquello, Evan la guio hasta un balcón cercano, uno desde el que todavía se escuchaba la música, pero al menos podían hablar.Ella se sentó en una banca que estaba junto a la pared mientras lo observaba llenar las copas y estuvo segura de lo que haría en el momento en que le entregó una y sus miradas se cruzaron de nue
Lia camino a paso ligero hasta una de las barras sin ser consciente de que alguien la estaba mirando y siguiendo todos sus pasos llenándose de celos, al comprobar, que realmente era ella y no alguien que se le parecía.Max todavía no era capaz de comprender, ¿Cómo se las había ingeniado para ser la acompañante de ese hombre?Max caminó hasta ella dispuesto a encararla, estaba seguro de que Lia se encontraría destruida después de la imagen de su compromiso en I*******m y, le estaba bien empleado, por no haberlo dejado tocarla jamás, un hombre tiene ciertas necesidades y ella jamás quiso satisfacerlas. Pero no era así, allí estaba más guapa que nunca, acompañada del hombre que todas deseaban.El exnovio de Lía detuvo sus pasos al ver que una mujer se acercaba a ella y decidió no perderla de vista, en algún momento se quedaría sola y él podría saber la verdad de lo que sucedía, él podría saciar su curiosidad y saber porque estaba allí en lugar de escondida en su casa y llorando por haberl
Lia justo estaba abriendo la puerta para salir cuando alguien agarró su brazo y ella se giró para gritarle que podía meterse su trato en el mismísimo trasero, pero no lo hizo porque cuando se dio la vuelta se encontró de frente con Max, haciendo que ya no pudiera contener por más tiempo las lágrimas que salían de sus ojos mientras los periodistas los ametrallaban con muchas fotografías, desde el otro lado de la cristalera.—Padre, Marjorie, si me disculpan — Ambos se quedaron viendo extrañados al ver a Evan salir tras alguien. No tenían que ser psíquicos para saber que algo había incomodado a la joven.Por primera vez, Evan dejó su desafío de miradas con la esposa de su padre, y se dirigió a seguir a su prometida, no le había gustado la mirada que le dirigió antes de marcharse de su lado.No lograba entender como esa mujer lograba tenerlo malditamente pendiente de ella, logrando que todo girara a su alrededor. No solo eso, lo hacía sentir miserable cuando la entristecía.Alcanzó a ver