— Verá, últimamente mi reputación ha sido manchada por algunos incidentes…— se acarició el mentón con los dedos, mostrando cierta incomodidad — desafortunados, por culpa de la indiscreción de algunas mujeres.
Ella frunció el ceño, no entendía qué tenía que ver eso con ella y tampoco le gustaba que los hombres culparan a las mujeres de todo lo que les pasaba. Además, si no fuera un mujeriego empedernido, no habría chica indiscreta que lo metiera en problemas.— Pero yo…— Déjeme hablar, señorita Taylor. No puede interrumpirme a cada rato — la cortó de nuevo haciendo que se quedara muy sorprendida por lo que acababa de escuchar. ¿Ni siquiera le había dejado completar una sola frase y ella era la que no lo dejaba hablar? Ese tipo si se creía el centro del mundo — No voy a negar la evidencia y que me gusta acompañarme de varias amigas, trabajo mucho, pero también me gusta tener mi tiempo de ocio y buenas compañías y es que todavía no entiendo qué tiene que ver mi vida personal con la profesional, pero los accionistas, no opinan igual y consideran que sería un mejor candidato si estuviera casado y sentara la cabeza.— Perdone que le interrumpa, pero. ¿Eso tiene que ver conmigo? —Ella estaba completamente confundida sin entender por qué le estaba hablando de algo tan personal cuando ni siquiera se conocían de nada.— Pero no podría ser cualquier mujer, yo debería dejarlos con la boca abierta — siguió explicando sin tan siquiera contestar a su pregunta, haciendo que Lia se sintiera más molesta cada vez por su actitud— eligiendo a alguien que fuera completamente imprevisible, alguien sin dinero, sin un físico llamativo y, por supuesto, inteligente, alguien que yo jamás elegiría a simple vista …— calló por un momento mientras la observaba y se ponía adivinar un gesto de desagrado en su rostro — Alguien como usted.— Pero yo no puedo…— su molestia se incrementaba y ella no podía más que callar para no explorar y decirle cuatro cosas bien dichas por esa forma tan directa de decirle que no le resultaba atractiva.— Es perfecta, se lo aseguro.— Yo, perfecta.— Si, usted perfecta, nadie esperaría que yo me enamorara de usted, no es una mujer hermosa, tampoco viene de familia pudiente, sin duda la única razón de que estuviera con alguien así, sería amor verdadero y la gente adora las historias de amor dónde el chico malo deja de serlo por la no tan agraciada mujer después de haber tenido solo mujeres hermosas a su alrededor ¿Qué otra razón podría hacer que yo saliera alguien como usted, señorita Taylor?—¿Gracias? Supongo que cree que debo agradecerle por pensar en mí a pesar de ser tan desagradable conmigo, pues déjeme decirle una cosa, puede ser rico y muy guapo, porque ciertamente lo es, no voy a negar lo evidente, pero no tiene valor alguno como persona si cree que puede tratar así a los demás.— contestó molesta y se levantó indignada para salir de allí, no tenía por qué aguantar que nadie la tratara de ese modo solo por un trabajo, es más, ya no quería ese ascenso, estaba muy molesta y con intención de salir dando un portazo a ver si con suerte se cargaba esa puerta de cristal y alguno de los trozos iba directo a uno de esos hermosos increíblemente azules y carentes de empatía alguna.— Siéntese — exigió sin inmutarse por su reacción —No pretendo ofenderla, es solo que no es el tipo de… bueno, ya sabe… nadie se lo esperaría, usted es una mujer común. Como cualquier otra que te cruzas por la calle y yo no suelo dejarme ver con chicas así.— Se a que se refiere — aseguró sintiendo como toda la tristeza del día anterior la volvía a llenar, como volvía a sentirse fea, desechable y poco merecedora del amor de nadie.— Seis meses de noviazgo antes del compromiso y dos años de matrimonio, luego puede marcharse por donde vino, ni siquiera necesitará volver a trabajar porque pactaremos una buena pensión vitalicia por esos dos años y medio perdidos de su vida. Será una mujer muy rica cuando nos divorciemos y eso suponiendo que no hayamos tenido hijos porque en ese caso su pensión se incrementaría exponencialmente.— ¿Se ha vuelto loco? No pienso casarme con usted y mucho menos tener hijos ¿Pero qué ha tomado esta mañana?— Mire, la he estado investigando y sé que hace poco rompió con su novio — dejó varias fotografías impresas de I*******m de él con su perfecta Barbie, la última era la del enorme pedrusco que tenía en el dedo.— Debe ser horrible para usted enterarse de que no solo la sustituyeron, también la engañaron durante meses ¿No le gustaría demostrarle al mundo que no solo no le importa, sino que además consiguió enamorar al soltero más codiciado de toda Nueva York?¿Cómo demonios sabía tanto de su vida personal aquel hombre? Es que acaso la había mandado investigar. Tomó la foto donde su exnovio y esa mujer se besaban y después de observar por un rato levantó la vista para mirarlo a él.— Pero usted y yo no nos conocemos.— Pues deberíamos remediarlo…— la espero para cenar esta noche y le daré detalles de todo, además estará bien que empiecen a vernos juntos para ir preparándose y ahora puede retirarse.— ¿Perdón?— Que se vaya tengo mucho que hacer.Se levantó sin entender muy bien lo que había sucedido. ¿Su jefe le había pedido que se casara con él y hasta que tuvieran hijos? Debía procesar aquello antes de decir nada más.— Por cierto, Señorita Taylor…— Dígame— Tómese el día libre y vaya a esta dirección — extendió el brazo dándole una tarjeta de visita que ella no tardó en tomar —pregunte por Marjorie, es una estilista especializada en tallas grandes, no quiero que nadie la vea conmigo con esos atuendos negros que lleva a diario, sería malo para mi reputación.— ¿Perdón?— Qué odio su estilo, Hoy es medio aceptable, pero por norma general es un horror vistiendo, si tienen que verla conmigo será de la mejor manera y ahora sí, márchese y déjeme trabajar.Ella no sabía cómo tomarlo, ni siquiera entendía lo que había sucedido o cuando dejaba de ser becaria y empezaba a ser trabajadora normal, cuándo firmaría el contrato y qué demonios era lo que esperaba de ella ¿Habló de dos años de matrimonio? Estaba loco, completamente loco y ella ni siquiera había sido capaz de decir nada, pero por alguna extraña razón le hizo caso, guardó la tarjeta y se marchó.Ni siquiera sabía qué estaba haciendo allí, en el lugar que indicaba la tarjeta, aquello era una agencia de modelos, pero no una cualquiera, una agencia de modelos XL, ¿Cómo no se había dado cuenta antes "XL beautiful", el nombre lo decía todo? A veces costaba creer que se hubiera graduado siendo la mejor programadora de su promoción.Miró a su alrededor y se maravilló con el inmenso número de fotos que adornaban las paredes, todas eran chicas, con curvas, nada normativas, como ella, pero a pesar de eso no se parecían en nada, lucían hermosas, semidesnudas o con cualquier bonito conjunto de ropa, llenas de autoconfianza y amor propio.—¿Podría ayudarme?— Le preguntó a la joven que había sentada en la recepción— estoy buscando a la señora Marjorie.— Perdone, eso no será posible, ella no se entrevista con aspirantes, si viene para las pruebas de admisión tiene que seguir por ese pasillo hasta llegar a…— No… no vengo buscando trabajo — la recepcionista levantó la mirada y la observó de
El chófer no lograba entender a su jefe, se suponía que debía mantener un perfil bajo o eso le prometió a su padre en la última discusión que les escuchó tener en la limusina y ahora nuevamente lo mandaba a buscar a una nueva conquista. Aunque debía admitir que la mujer por la cual le mando esta vez, no era igual a las que acostumbraba a frecuentar.—Por favor, suba — le pidió a la joven una vez que salieron del estudio. No tardaremos en llegar al restaurante donde cenará con el señor Evan Anderson.*-*-*-*-*-*-*-*-*-*Evan estaba arreglándose frente a un espejo de cuerpo entero, su aspecto era impecable, algo que él ya sabía y no solo él, también la mujer que en ese momento lo observaba con un puchero en sus labios al no lograr que desistiera en vestirse y largarse.—¿En serio te irás?— le preguntó una vez más la mujer, llevando una de sus manos hasta sus propios senos, acariciándolos por encima de la bata de seda que portaba esa tarde noche con la intención de provocarlo.Tras poner
—El problema para no aceptar mi propuesta es el miedo que tiene a qué todo el mundo se entere de que le soy infiel — le preguntó tomando un nuevo sorbo a la copa de vino que el maitre había llenado de nuevo antes de marcharse.— Ya imagino los titulares y la prensa rosa ¿Cómo imaginaba esa chica que podría hacer feliz a un hombre como Evan Anderson? A saber con qué extraña estrategia consiguió que se fijara en ella, no está a su altura, no gracias, tengo suficiente con vivir eso a pequeña escala como para que termine siendo de dominio público.—Y si en nuestro contrato se estipula que ninguno de los dos puede ser visto o relacionado con nadie más durante esos tres años, ¿Aceptaría? Debo admitir que he sido descuidado en ese aspecto últimamente. — aunque no le gustaba lo que diría, no encontraba la manera de hacer que esa chica accediera, por lo que tenía que no ser solo encantador, sino persuasivo — ¿No es un buen trato? Mientras seamos discretos usted y yo. Los de la prensa amarillis
Hacía una semana que no había vuelto a saber nada de Evan Anderson y aun así, a pesar de haber estado muy ocupada con la administración de su nueva aplicación, en la que, por cierto, la habían puesto en cabeza del equipo que se encargaba de llevarla, no pudo evitar pensar en ese beso todos los malditos días, y precisamente por esa razón tenía más claro que no podía aceptar ese trato.— Llegó alguien preguntando por ti — dijo Charlie apareciendo por la puerta de su habitación y sacándola de sus cavilaciones. — Dice que se llama Jean-Paul.— ¿Por mí? ¿Jean-Paull?— ese nombre le sonaba, aunque no recordaba de que.No tenía tiempo para atender visitas, le urgía salir a comprar un vestido para la dichosa fiesta a la que había prometido ir, pasar por la peluquería y estar lista en unas tres horas para resistir la irresistible presencia del señor Anderson.Aun así, no solía ser desagradable con las personas y por eso se levantó para caminar hasta el salón donde sonrió al ver de quién se trat
Permaneció callada gran parte del viaje en limusina, solo podía concentrarse en lo rápido que latía su corazón y el de la cercanía y el calor del cuerpo que tenía al lado, completamente pegado al de ella. ¿No se suponía que era tan solo una transacción comercial porque intentaba estar tan cerca, porque intentaba seducirla, porque jugaba así con su cabeza y sus sentimientos?Pero casi prefirió no haber salido del vehículo cuando empezó a ver los flashes o, más bien, deslumbrarse por ellos.Protección era lo que menos sentía en ese instante, aun así la mano de Evan tomó la suya y sus dedos se entrelazaron con los de ella tirando hacia el interior del edificio, ya no podía sentir más que esos dedos entrelazados, era como si todo el ruido y luces estuvieran muy lejos.Les abrieron la puerta y tras entrar Lia no pudo más que soltarse de esa mano que parecía enviar millones de impulsos eléctricos por todo su ser, jamás se había sentido así por un simple agarrón de manos, pero ¿Por qué se ex
Entre esas mujeres se encontraba una en especial, quien a pesar de estar colgada de un hombre apuesto, su mirada ardía de envidia. —¿Qué no es esa tu exnovia gorda? — susurró la mujer al odio de su acompañante.El hombre no dudó en prestarle más atención a la pareja protagonista de la pista.—Lia, por supuesto que no. Ella jamás se vestiría así, no tiene ningún sentido del gusto. Además dudo que alguien como ese importante CEO se fijara en alguien como Lia tal vez solo es alguien que se le parece — le respondió a su novia, dejando de ver a la pareja, aun así, una punzada de celos se instaló en su pecho al ver el parecido de esa mujer con su exnovia.Lia no era consciente de nada de lo que sucedía a su alrededor, ese era el poder que Evan tenía, hacer que todo desapareciera y nada más que él se convirtiera en el centro de su acompañante.Ella podía sentir como el agarre de Evan alrededor de su cuerpo se estrechaba cada vez más, haciendo que solo deseara que la música jamás dejara de s
Evan no encontraba motivos para dejar de escuchar a Lia. Todo lo contrario, cada tema que tocaba con ella se le hacía interesante.Mejor dicho. Ella era una mujer interesante.—¿Dime, qué te gustaría beber?A ella no le pasó por alto la forma en que había evitado hablar de sus conquistas, tal vez era lo mejor, tal vez si aceptaba ese trato le pediría que fuera discreto y que ni siquiera ella fuera consciente de que podría tener o no tener a alguien más, podría vivir esa mentira y ser feliz los próximos tres años si él aceptaba aquella condición.— Creo que algo de vino estará bien.— explicó mientras veía como le pedía una botella al camarero y un par de copas.Después de aquello, Evan la guio hasta un balcón cercano, uno desde el que todavía se escuchaba la música, pero al menos podían hablar.Ella se sentó en una banca que estaba junto a la pared mientras lo observaba llenar las copas y estuvo segura de lo que haría en el momento en que le entregó una y sus miradas se cruzaron de nue
Lia camino a paso ligero hasta una de las barras sin ser consciente de que alguien la estaba mirando y siguiendo todos sus pasos llenándose de celos, al comprobar, que realmente era ella y no alguien que se le parecía.Max todavía no era capaz de comprender, ¿Cómo se las había ingeniado para ser la acompañante de ese hombre?Max caminó hasta ella dispuesto a encararla, estaba seguro de que Lia se encontraría destruida después de la imagen de su compromiso en I*******m y, le estaba bien empleado, por no haberlo dejado tocarla jamás, un hombre tiene ciertas necesidades y ella jamás quiso satisfacerlas. Pero no era así, allí estaba más guapa que nunca, acompañada del hombre que todas deseaban.El exnovio de Lía detuvo sus pasos al ver que una mujer se acercaba a ella y decidió no perderla de vista, en algún momento se quedaría sola y él podría saber la verdad de lo que sucedía, él podría saciar su curiosidad y saber porque estaba allí en lugar de escondida en su casa y llorando por haberl