Mientras tanto en “El orgullo J.M”
—Increíble Grisell, estos son los bollos más deliciosos que he probado nunca. Me gusta cuando le agregas canela.
—Pareces un niño Jack, deja bollos para los muchachos de la barraca.
—¿Pero cómo hago? Tú preparas los mejores bollos y por mí me comería todos estos. Jack se levantó y se sirvió un poco más de café.
—Siempre dices los mismo, cada vez que los preparo te comes casi todos dejando sin nada a los muchachos que también esperan por ellos.
—Bueno si los prepararas más seguidos no tendríamos estos problemas.
—Es que tres veces a la semana no son suficientes para ti, ¿qué se necesita para mantenerte satisfecho muchacho?
—Pues que los prepares todos los días.
Le dio un gran abrazo a Grisell, ella era bajita y regordeta, su cabello era entre rubio y cano y los años ya le habían pasado factura, pero a pesar de ello seguía siendo guapa
—Eres imposible muchacho, igual que tu difunto padre. Cuando consigas la mujer ideal que te eche el lazo le enseñare a preparar estos bollos como a ti te gustan.
—De eso nada. Tú seguirás preparándolos en esta casa, no me comeré otros bollos hechos por otra mujer. Y eso del lazo, sácatelo de la cabeza Grisell.
—¿Y cuándo piensas echar raíces? De llenar de niños esta casa, de que una buena mujer este a tu lado cuando envejezcas. Le reclamo con los brazos en jarras.
—Un momento, ¿cómo que llenar la casa de niños? ¿Quién piensas que soy? ¿Un semental? Me parece que estas exagerando un poco Grisell, no estoy apurado.
—¡Increíble! No te asusta tu alazán cuando se cabrea, pero si te asusta la idea de casarte y tener hijos.
—Eso es diferente, medianoche es fácil de controlar, ¡una mujer con una docena de hijos no!
—Eso es ridículo y lo sabes. Tienes treinta y tres años ya va siendo hora que pongas los pies en la tierra muchacho y sientes cabeza.
—Tengo los pies bien puestos en la tierra ¡De momento no me hace falta una mujer, y sobre los niños aquí hay muchos niños ya!
—Pero no son los tuyos, no son tuyos los que disfrutan de todo esto. ¿Que pasara cuando ya no estés? ¿A quién le quedara todo esto? ¡Eres hijo único Jack, y ya no eres un niño!
—Hmm… ¡Aun no estoy listo para casarme, me gusta mi soltería eso es todo!
Cuando Grisell se disponía a seguir soltándole el rollo entro corriendo por la cocina Fergus le decían así por cariño pero su verdadero nombre era Miguel, él era un chico pelirrojo todo delgaducho con muchas pecas en la cara. Era quien hacia los mandados hasta el pueblo al rancho.
—Grisell… Le dijo faltándole la respiración, se paró un momento tomo aire y luego volvió hablar. – ¡Te ha llegado una carta!
—Muchacho cálmate primero, tomate un vaso con agua. Él se sentó y le tendió el sobre. – ¿Dice de dónde viene? Pregunto cautelosa sin tomar el sobre.
—Dice que de Atlanta. Tomando uno de los bollos listos y llevándoselo a la boca. –Esto está muy bueno Grisell.
¿Atlanta?, de allí era de donde ella había huido hace muchos años. Su ex esposo y su único hijo vivían allí, ¿es que acaso habían dado con su paradero?
—¿No vas a leerla Grisell?, puede ser algo importante. Aunque me parece extraño a ti nunca te ha llegado correspondencia,
—No, la leeré más tarde cuando haya terminado aquí en la cocina.
Tomo la carta con dedos temblorosos se la guardo y se dio la vuelta para seguir preparando bollos.
—Ni hablar, léela ahora mismo. Siempre estás trabajando y no tienes tiempo para ti misma.
—Mire muchacho a mí no me hable así, mire que todavía puedo darle unos cuantos jalones de oreja. Jack hizo caso omiso de su amenaza y le saco la carta y la abrió. Grisell no pudo quitársela a tiempo.
—A ver, aquí dice que es de una tal Megan Blake y escribe que es tu… ¿Nieta? Jack la miro con ojos como platos.
—¿Megan?... ¡Oh por Dios mi hermosa nieta! Le quito la carta de las manos y comenzó a leerla.
Decía:
Querida abuela no estoy segura que aun te encuentres en ese rancho llamado “El orgullo J.M” yo cruzo los dedos porque así sea. Abuela, han ocurrido una serie de sucesos desde que te fuiste y te he echado de menos, quiero verte abuela y saber que estas bien y sobre todo estar a tu lado sin importar el lugar. Lamento tener que decirte estas cosas por este medio, abuela, pero papa y mama murieron en un accidente de avión hace tres meses y el abuelo falleció de un ataque al corazón hace seis años. Abuela por favor si estas allí en ese rancho respóndeme para ir a tu encuentro. Te extraña tu nieta Me.
Grisell palideció al terminar de leer la carta de su nieta, su hijo había muerto su único hijo el cual tenía años sin saber de él, se sentía culpable por haberlo dejado en el modo que lo hizo. Ahora ya no estaba y no tuvo la oportunidad de decirle lo mucho que lo amaba. Jack al ver la expresión pálida de Grisell corrió a su encuentro y la ayudo a sentarse.
—¿Qué ocurre? Estas más blanca que el papel. Nunca mencionaste que tuvieras familia en la ciudad de Atlanta.
—¡Oh Jack! no es una historia fácil para contar.
—Bueno yo ya me voy patrón… Gracias por los bollos Grisell.
—Chico ni una palabra de esto a nadie. Le dijo Jack con voz seria.
—Seguro patrón.
Cuando el muchacho se marchó Jack volvió a concentrarse en Grisell que aún seguía pálida.
—Porque no comienzas hablándome de esa historia tuya, ¡tengo tiempo de sobra! Mintió.
—Eres un mal mentiroso, no tienes tiempo para nada es mejor que te marches y hagas tu trabajo del día.
—No puedo dejarte así, además quiero saber que ocurre con esa carta.
Le dio una palmadita en la mano y le dijo.
—Ve, en la noche cuando termines tus labores hablamos de este asunto.
—De acuerdo, pero no creas que me voy a olvidar de este tema.
Ella le dedico una sonrisa mientras él se colocaba su sombrero y salía por la puerta hacia los establos. ¿Qué podía hacer ahora? Su nieta la necesitaba y quería estar con ella, le hizo mucha falta todos esos años que estuvieron separadas, se había perdido tanto. Aunque su carta decía que estaría a su lado sin importar el lugar, eso le estaba dando una idea tal vez no fuera a funcionar pero podía intentarlo, siempre y cuando su adorada nieta no viniera acompañada por unos de esos citadinos estirados que no tenían nada de gracia y seguramente eran tan superficiales, su nieta no se merecía un hombre así.
Pero quien era ella para decir nada sobre la vida amorosa de su nieta, la había abandonado apenas siendo una niña de cuatro años, si estaba casada con un hombre de ciudad era normal ya era toda una mujer, responsable de sus propias decisiones. Solo esperaba que su difunto hijo no le hubiera inculcado sus malos hábitos de crianza, no iba a poder soportar la idea de ver a su bella nieta siendo una snob. Esperaba que todo saliera según como lo estaba planificando.
El día pasó velozmente, y Jack estaba de muy mal humor. Había perdido un novillo, una vaca se había lastimado con el alambrado de la cerca y una de sus mejores yeguas que estaba en celo no le gustaba su alazán medianoche, quería hacer ese cruce de razas pero la yegua no cooperaba. No le había dado tiempo de ir a la casa para almorzar, estaba sucio y hambriento. Al entrar en la gran casa de dos plantas, el olor a comida hizo que le volviera el alma al cuerpo. Grisell siempre cocinaba de maravilla, no la podía cambiar por ninguna otra mujer, aunque esta estuviera empeñada hacer de casamentera. Como si él quisiera tal cosa, se sentía muy bien como estaba, si le faltaba el calor de una mujer en San Antonio habían de sobra solo media hora de camino y podría salir con una chica guapa sin complicarse la vida. De momento seguiría así, además sus ú
Leyó en voz alta:Querida y adorada nieta, estoy bien y me alegra saber que tu estas bien. Fue un fuerte impacto saber que tus padres fallecieron, pero yo si mi niña. Estoy deseando poder verte de nievo y abrazarte, por eso te invito a venir al rancho “El orgullo J.M” te estaré esperando mi niña el día que desees venir, solo avísame con tiempo para enviar una persona a recogerte al aeropuerto. Te echo de menos. Te quiere la abuela.—Está bien Mel. Y me invito a pasar unos días en ese rancho, entonces tú y yo hagamos las maletas de una vez.—Un momento. ¿Qué pasa con la casa? ¿Y tus negocios? tú no puedes dejar todo así tirado, tienes responsabilidades. Demonios, no podía viajar y dejar todo tirado así sin más. Debía ser más responsable.—Tienes razó
—Rodrigo estará bien, él puede encargarse de la situación. Le diré que prepare un aviso con el nombre de tu nieta para que se puedan identificar.—Hmm... ¿Qué te pasa? Es que no te agrada la visita de mi nieta. Te incomoda que pase unos días aquí con nosotros. Le acuso viéndolo a la cara fijamente.—Claro que no, ¡es absurda tu pregunta! Tengo mucho trabajo me voy, regreso más tarde.—¡Bien como quieras! Y que Rodrigo no corra mucho cuando la traiga de regreso.—Si de acuerdo. Dijo saliendo de la casa, luego Grisell observo por la ventana como Jack le daba instrucciones a Rodrigo y seguido este se subió al coche de Jack y salió disparado por el camino de tierra que conectaba con la carretera para San Antonio.Por lo menos su nieta no estaría esperando tanto en el aeropu
—Mucho gusto señorita Blake. Bienvenida a mi casa, puede quedarse el tiempo que guste.—Muchas gracias Jack. Pero llámeme Megan por favor. Ella es mi amiga Melisa.—Encantado de conocerla Melisa. —Gracias, señor Jack.—Entonces porque no entramos y nos refrescarnos con una limonada bien fría. Vamos Rodrigo debes estar sediento. Los invito Grisell.Las mujeres siguieron dentro de la casa mientras Rodrigo y Jack bajaban las maletas.—¿Solo estas dos? Pregunto asombrado, él se esperaba un arsenal de maletas.—Sorprendido ¿no?, con que una citadina malcriada. Riéndose a carcajadas.—¡Eres idiota! Como demonios iba a saber que sería una mujer madura, Grisell siempre hablaba de ella como si fuera una niña.&mdash
—No lo hago por mal mi niña, pero algunos hombres les hace falta un empujón de vez en cuando.—Es cierto Megan, así son algunos hombres de duros. Por cierto, señora Grisell ¿ese cowboy está soltero? Ese tal Rodrigo.—¡Melisa no empieces! La riño su amiga.—¡Oh! parece que te ha gustado Rodrigo ¿eh? Te diré que él es todo un don Juan, se ha ganado esa reputación porque ha tenido novias en todos lados, menos aquí en el rancho. ¡Así que si le has puesto el ojo mi querida niña ten mucho cuidado!—Melisa ese hombre puede romperte el corazón.—Es cierto, si tú le has gustado seguro que irá a por ti. Y más si sabe que no te quedaras. Le dijo Grisell.—¡Debes ser precavida Mel por favor! Sabes que no nos
—Rodrigo ven conmigo. Le grito de lejos.—Claro patrón ¿Qué ocurre? Le dijo levantándose rápidamente.—Nada, solo que Grisell quiere que cenes con nosotros.—¡Oh vaya!, así que fue Grisell. Porque me parece que ella te riño para que vinieras por mí.—¡Cállate! Grisell piensa que si quieres acercarte a Melisa que no deba meterme.—Y así es. No es de tu incumbencia, ella realmente me gusta.—Tú, eres un don Juan te gustan todas las mujeres que se te cruzan por el camino.—Que pasa Jack, no me catalogues así. Puedo ser un hombre que quiera sentar cabeza. ¿Tu cuando piensas hacerlo?—Eso no es asunto tuyo.—Vi como mirabas a Megan, ella si es que guapa, todos hablan de ella. &iques
Todos estaban sentados en la mesa del comedor, Melisa no paraba de hablar con Rodrigo y Grisell conversaba con todos a la vez. Pero Megan estaba en silencio y cruzaba los dedos para que nadie se diera cuenta de su labio. Mientras ella estaba angustiada el cretino de Jack estaba como si no hubiera pasado nada. Como se atrevía a besarla y de paso amenazarla con hacerlo de nuevo. Era un bruto, un sexy bruto arrogante.—Hija porque estas tan callada, ¿te sientes bien?—Estoy bien abuela, solo que estoy cansada, después de cenar me gustaría irme a la cama si no les importa.—Hmm claro que no mi niña. Grisell la tomo de la cara y se la alzo mirando su labio, abrió los ojos como platos y luego miro a Jack de reojo. –Es mejor que subas a descansar de una vez.Megan no entendía porque su abuela no había hecho ningún comentario sobre
—Eres una mal mentirosa citadina.—¿De qué rayos hablas?—Ya me voy, que descanses.Salió de su habitación dejándola más nerviosa de lo que ya estaba, su primera noche allí y ya el dueño la había besado y manoseado. Lo que menos imagino al llegar a San Antonio era conocer a un vaquero sexy que la besara el mismo día de su llegada sin previo aviso, y ni siquiera se la llevaban bien. Tendría que arreglársela para evitarlo los días próximos. Se cambió de ropa y se metió en la cama, no pensaría más en ese Jack abusador.Mientras tanto en la habitación siguiente Jack no paraba de dar vueltas en la cama, al salir de la habitación de Megan entro en la suya pensando lo que había hecho ¿A dónde quería llegar con aquello? No podía negar