En el salón de fiestas del Campo de Golf Excelencia Líder.Al recibir la llamada, Andrés ya sabía que Luna se iría de todas formas, así que le ordenó directamente a Álvaro que averiguara muy bien su paradero.Luego, volvió al salón privado. María, que estaba sentada muy cómoda a su lado, seguía hablando de negocios con el presidente de la compañía de tecnología más grande del mundo. La hermosa y delgada mujer le lanzó una mirada sugestiva a Andrés y comenzó a rozar con sutileza las piernas del hombre por debajo de la mesa con las suyas, cubiertas de medias negras.—Con permiso, tengo que salir un momento —dijo el presidente y se retiró.Después de que se fuera, María, que ya estaba algo tomada, se le acercó a Andrés provocativamente y se inclinó para abrazarlo.—Aunque impidieron que tomaran las fotos de la boda, a cambio, te conseguí un contrato de seis mil millones. Andrés, dime ¿cómo me recompensarás esta vez? —le dijo a Andrés con cierto coqueto.—Dime, ¿qué quieres? —respondió él,
Luna soltó una leve risita:—Jaja, solo es una broma.En realidad, para Devin y Adam, eso resultó ser toda una gran sorpresa que Luna de repente bromeara con ellos…Sin embargo, al instante, la sonrisa de Luna se congeló de repente cuando vio a una pareja que apareció desde la esquina.Devin y Adam también se quedaron perplejos, y las cuatro personas se encontraron con Luna al mismo tiempo.Adam fue el primero en reaccionar y los saludó muy atento:—¡Señor Martínez, señora Rodríguez…!María, vestida con un traje rojo largo y una chaqueta negra, con los labios pintados de rojo, sonrió con confianza y le dijo a Luna:—¿Luna? ¿Por qué no me avisaste que también vendrías aquí? Si lo hubiéramos sabido, Andrés y yo habríamos ido a recogerte. ¡Andrés! ¿Por qué no la llevaste a la fiesta contigo?Luna refunfuñó sin decir comentar nada más, sin mostrar demasiadas emociones en su rostro, ignorándolos por completo mientras se dirigía a la puerta del salón privado y entraba. Qué gente tan detest
—¿Medio millón en vino? ¡Ni siquiera tengo tanto dinero en mi cuenta, mucho menos para tomarme un vino tan costoso!—¡Sí, sí! ¡Todo esto es gracias a Luna!—¡Vaya, Luna! ¿Tu hermano también está aquí? ¿Podríamos invitarlo a cenar con nosotros? Nunca hemos visto en persona al presidente del Grupo Prosperidad, ¡ese gran personaje que solo aparece en las más importantes revistas de negocios!—Pues sí, sí... Luna, ¿podemos conocerlo?—No lo conozco muy bien —dijo Luna de manera algo sencilla, cortando así sus esperanzas.Ella se encargó de cortar apresurada el pastel, con Adam y Devin ayudándola.Adam la observaba detenidamente, cautivado por el perfil perfecto de Luna mientras ella se concentraba con agrado en cortar el pastel, con algunos mechones de cabello cayéndole con delicadeza sobre el rostro blanco y terso. Le entraban ganas de acomodarlos suavemente detrás de su pequeña oreja.Luna dejó el cuchillo a un lado y se incorporó, encontrándose con la mirada de Adam. Esbozó una leve son
Un silencio momentáneo reinaba en el salón privado. Unos segundos después, Devin les indicó a todos que tomaran sus respectivos asientos de nuevo. Pero poco después, una practicante le preguntó con curiosidad:—Pero Luna, el señor Martínez es tu hermano, ¿no es así? ¿Por qué parece que no se llevan muy bien?Era una joven que no estaba muy al tanto de la situación, por lo que Adam le dirigió una fulminante mirada de advertencia. De inmediato, se dio cuenta de que había dicho algo inapropiado y se cubrió nerviosa la boca.—Perdón, Luna. No fue mi intención ofenderte con la pregunta... Ya no te voy a preguntar nada más de esto.Luna solo le sonrió suavemente y le explicó con calma:—No te preocupes por eso. Es cierto que éramos hermanos, pero después de que mi papá muriera, nuestra relación se distanció demasiado. Además, en la vida no hay nada gratis. Si tomo su vino, tendré que regresárselo. Un vino tan caro... Tal vez ni siquiera pueda ahorrar tanto dinero, aunque trabaje diez años en
Ya había pasado mucho tiempo desde la última vez que Luna vio los fuegos artificiales. Le respondió con una linda sonrisa:—Bueno. ¡Primero voy al baño y espérenme un rato!Al salir del salón privado, siguiendo muy atenta las instrucciones del mesero, llegó a la puerta del baño. En el pasillo, que estaba bastante tranquilo, escuchó ciertas voces que venían de adentro. Dos compañeras de trabajo del estudio estaban arreglando cuidadosamente su maquillaje y el cabello frente al espejo mientras charlaban:—¿Qué tiene de especial? Tanto Devin como Adam andan como tontos detrás de ella... ¡Lo que ella puede hacer, nosotras también podemos!—¡Exacto! Yo también he tomado vinos muy costosos, pero al ver su actitud tan arrogante, parecía que todos le debían algo … Tan solo tiene un hermano rico, acaso, ¡qué más tiene de especial!—Tal vez su hermano ya no la reconozca como hermana. Según veo, solo estaba fingiendo toda esa tonta arrogancia.—¡Ella es definitivamente la más presumida de nosotra
Si se lo bebían todo, podrían tal vez morir…Sin embargo, ellas simplemente no se atrevían a desobedecer en lo absoluto.Además, Luna les había dicho que ya no tenía relación con Andrés, ¿por qué de repente se convirtió en su esposa…? Si lo hubieran sabido, no habrían dicho estas palabras en el baño…Andrés regresó de nuevo al salón privado. María se dio cuenta de su expresión sombría y se le acercó, arreglándole con cuidado el cuello arrugado de la camisa, mientras le decía:—De veras la envidio. No importa lo que diga, tú jamás le gritarías. Andrés... ¿cuándo podré yo tener ese mismo privilegio?Andrés no le respondió, solo tomó despreocupado las llaves del auto y estaba a punto de irse.María lo detuvo gritando:—¡Andrés! ¡No puedes irte esta noche! Andrés, he ganado seis mil millones para ti, solo para complacerte, ¿acaso de esta manera tú me recompensas? ¿No puedes ni siquiera quedarte conmigo por una noche?Corrió hacia el hombre y lo abrazó por detrás. Tal vez por culpa del alco
Los murmullos quedaron opacados por el fuerte estallido de los fuegos artificiales. Mucha gente había salido a disfrutar del maravilloso espectáculo. Y Luna, sosteniendo en su mano los últimos copos de nieve ya derretidos, se alejó internándose en la oscuridad de la noche. Atrás quedaban las alegres y deslumbrantes luces, que parecían no tener nada que ver con ella. Solo caminaba extasiada en el silencio de la noche, alejándose cada vez más de esos sonidos. En realidad, ahora a Luna le agradaba más estar sola que en el bullicio todas esas luces. Antes nunca le había gustado estar sola, pero... al final, resultó que solo quedaba ella.Se envolvió temblorosa más en su bufanda, ocultando medio rostro. Después de caminar un largo trecho, llegó a la avenida bulliciosa y animada. A las doce de la noche, todavía había mucha gente yendo y viniendo despreocupada por la calle. ¡Qué alboroto...! Recordaba que antes, a esa hora, casi no había nadie paseando por la amplia avenida.Miró directo hac
Ahora... cuando ella volvió a tocar el tema, lo hizo con tanta naturalidad como si solo estuviera hablando del clima. Su tono era tan indiferente que incluso el disgusto había desaparecido. Ya lo trataba en realidad como si fuera tan solo el aire.Luna tomó una toalla seca y salió de la habitación, no rumbo al dormitorio, sino se dirigió al estudio. Tendría que trabajar arduamente para terminar la última revisión del proyecto.Quizás debido al efecto del alcohol, las emociones reprimidas de Andrés se desbordaron. Eran tan incontrolables que, a pesar de su orgullo por su propio autocontrol, se derrumbó por completo en el momento en que ella lo ignoró y se dio la vuelta para irse.Luna se llevó un gran sobresalto cuando alguien irrumpió de repente en el estudio. Acababa de tomar en ese instante un papel y, en el forcejeo, este se rompió a la mitad.—¡¿Qué diablos estás haciendo?! —exclamó enojada.Apenas terminó de hablar, fue presionada con fuerza contra la ventana. Sin ni siquiera tene