Un silencio momentáneo reinaba en el salón privado. Unos segundos después, Devin les indicó a todos que tomaran sus respectivos asientos de nuevo. Pero poco después, una practicante le preguntó con curiosidad:—Pero Luna, el señor Martínez es tu hermano, ¿no es así? ¿Por qué parece que no se llevan muy bien?Era una joven que no estaba muy al tanto de la situación, por lo que Adam le dirigió una fulminante mirada de advertencia. De inmediato, se dio cuenta de que había dicho algo inapropiado y se cubrió nerviosa la boca.—Perdón, Luna. No fue mi intención ofenderte con la pregunta... Ya no te voy a preguntar nada más de esto.Luna solo le sonrió suavemente y le explicó con calma:—No te preocupes por eso. Es cierto que éramos hermanos, pero después de que mi papá muriera, nuestra relación se distanció demasiado. Además, en la vida no hay nada gratis. Si tomo su vino, tendré que regresárselo. Un vino tan caro... Tal vez ni siquiera pueda ahorrar tanto dinero, aunque trabaje diez años en
Ya había pasado mucho tiempo desde la última vez que Luna vio los fuegos artificiales. Le respondió con una linda sonrisa:—Bueno. ¡Primero voy al baño y espérenme un rato!Al salir del salón privado, siguiendo muy atenta las instrucciones del mesero, llegó a la puerta del baño. En el pasillo, que estaba bastante tranquilo, escuchó ciertas voces que venían de adentro. Dos compañeras de trabajo del estudio estaban arreglando cuidadosamente su maquillaje y el cabello frente al espejo mientras charlaban:—¿Qué tiene de especial? Tanto Devin como Adam andan como tontos detrás de ella... ¡Lo que ella puede hacer, nosotras también podemos!—¡Exacto! Yo también he tomado vinos muy costosos, pero al ver su actitud tan arrogante, parecía que todos le debían algo … Tan solo tiene un hermano rico, acaso, ¡qué más tiene de especial!—Tal vez su hermano ya no la reconozca como hermana. Según veo, solo estaba fingiendo toda esa tonta arrogancia.—¡Ella es definitivamente la más presumida de nosotra
Si se lo bebían todo, podrían tal vez morir…Sin embargo, ellas simplemente no se atrevían a desobedecer en lo absoluto.Además, Luna les había dicho que ya no tenía relación con Andrés, ¿por qué de repente se convirtió en su esposa…? Si lo hubieran sabido, no habrían dicho estas palabras en el baño…Andrés regresó de nuevo al salón privado. María se dio cuenta de su expresión sombría y se le acercó, arreglándole con cuidado el cuello arrugado de la camisa, mientras le decía:—De veras la envidio. No importa lo que diga, tú jamás le gritarías. Andrés... ¿cuándo podré yo tener ese mismo privilegio?Andrés no le respondió, solo tomó despreocupado las llaves del auto y estaba a punto de irse.María lo detuvo gritando:—¡Andrés! ¡No puedes irte esta noche! Andrés, he ganado seis mil millones para ti, solo para complacerte, ¿acaso de esta manera tú me recompensas? ¿No puedes ni siquiera quedarte conmigo por una noche?Corrió hacia el hombre y lo abrazó por detrás. Tal vez por culpa del alco
Los murmullos quedaron opacados por el fuerte estallido de los fuegos artificiales. Mucha gente había salido a disfrutar del maravilloso espectáculo. Y Luna, sosteniendo en su mano los últimos copos de nieve ya derretidos, se alejó internándose en la oscuridad de la noche. Atrás quedaban las alegres y deslumbrantes luces, que parecían no tener nada que ver con ella. Solo caminaba extasiada en el silencio de la noche, alejándose cada vez más de esos sonidos. En realidad, ahora a Luna le agradaba más estar sola que en el bullicio todas esas luces. Antes nunca le había gustado estar sola, pero... al final, resultó que solo quedaba ella.Se envolvió temblorosa más en su bufanda, ocultando medio rostro. Después de caminar un largo trecho, llegó a la avenida bulliciosa y animada. A las doce de la noche, todavía había mucha gente yendo y viniendo despreocupada por la calle. ¡Qué alboroto...! Recordaba que antes, a esa hora, casi no había nadie paseando por la amplia avenida.Miró directo hac
Ahora... cuando ella volvió a tocar el tema, lo hizo con tanta naturalidad como si solo estuviera hablando del clima. Su tono era tan indiferente que incluso el disgusto había desaparecido. Ya lo trataba en realidad como si fuera tan solo el aire.Luna tomó una toalla seca y salió de la habitación, no rumbo al dormitorio, sino se dirigió al estudio. Tendría que trabajar arduamente para terminar la última revisión del proyecto.Quizás debido al efecto del alcohol, las emociones reprimidas de Andrés se desbordaron. Eran tan incontrolables que, a pesar de su orgullo por su propio autocontrol, se derrumbó por completo en el momento en que ella lo ignoró y se dio la vuelta para irse.Luna se llevó un gran sobresalto cuando alguien irrumpió de repente en el estudio. Acababa de tomar en ese instante un papel y, en el forcejeo, este se rompió a la mitad.—¡¿Qué diablos estás haciendo?! —exclamó enojada.Apenas terminó de hablar, fue presionada con fuerza contra la ventana. Sin ni siquiera tene
Los asuntos del grupo no tenían nada que ver con ella, y ella no tenía la habilidad suficiente para meterse en estos. María podía ayudarlo de todas maneras.En cuanto al trabajo de Luna, Andrés no intervenía mucho en eso. Lo único que le había pedido era que descansara a tiempo, porque él sabía muy bien que ella tenía graves problemas de salud. En realidad, ella tampoco había trabajado hasta tan tarde como hoy. Cuando terminó todo el trabajo, afuera ya aparecía un reflejo de luz del amanecer.Adam le dijo por la videollamada:—Luna, ve en este momento a descansar. Nos encargaremos del resto.Luna se negó:—Solo queda muy poco y nos vamos a descansar después de terminar todo.Devin también habló:—Pedí el desayuno para entrega a domicilio. Luna, como estás tan lejos del centro de la ciudad, la tienda no ofrece ese servicio a domicilio. Te invitaré a comer cuando tengamos tiempo libre.Luna sonrió con agrado:—De acuerdo.Devin revisó el menú por el celular, mientras comentaba:—Las apl
Luna desvió al instante la mirada, evitando el contacto visual.—Andrés, espero que puedas dejar esa arrogancia tuya. Tienes que saber que ¡sus vidas también tienen valor! De ahora en adelante, no te metas cuando la gente comente o incluso me insulte. Esto es un asunto mío. Y tú, solo necesitas ocuparte bien de tu trabajo. Puedo cuidar de mí misma y no necesito ni un solo peso tuyo —le dijo al hombre en un tono muy indiferente, luego apartó regreso su mano—. Regreso a la habitación. Desayuna tú solo.Sin embargo, apenas dio un paso, de repente se desvaneció sin ninguna advertencia.—¡Luna!Andrés la abrazó con fuerza a tiempo. Su primera reacción fue comprobar su respiración, luego le gritó asustado a la sirvienta:—¡Llama a una ambulancia!¿¡Por qué se desmayó así sin ninguna señal!?***Después de llevarla al hospital, Leonardo la revisó de inmediato.—No es nada grave. Sólo está demasiado cansada —le dijo a Andrés con el ceño fruncido—. Ganas tanto dinero, ¡pero no sé en qué lo gast
En realidad, María nunca había representado ninguna amenaza para él. Lo que le interesaba a Andrés era la persona que estaba finalmente detrás de ella. María se atrevía a actuar de manera tan despreocupada y hacer esas cosas justo bajo sus narices, su intención sería arrebatarle por completo el control del grupo.Y él, dejó a María que actuara como quisiera, para ver cuánto más podría hacer esta persona que estaba detrás de ella, y hasta dónde podría enviar a María en este camino. El Grupo Prosperidad no era en verdad, nada tan fácil de obtener, ¡y María aún no tenía esa excepcional habilidad!Pensando, Andrés murmuró mirando a la persona en la cama:—¿Cuándo podrás ser más madura? Nunca necesitas compararte con ella…Su mano recorrió con suavidad el rostro de ella, sintiendo la calidez de su piel por la fiebre. Y ella, con los ojos cerrados, yacía de manera tranquila en la cama. Andrés la acariciaba con tanta ternura que, como si quisiera grabar cada detalle de su delicada silueta.De