Los asuntos del grupo no tenían nada que ver con ella, y ella no tenía la habilidad suficiente para meterse en estos. María podía ayudarlo de todas maneras.En cuanto al trabajo de Luna, Andrés no intervenía mucho en eso. Lo único que le había pedido era que descansara a tiempo, porque él sabía muy bien que ella tenía graves problemas de salud. En realidad, ella tampoco había trabajado hasta tan tarde como hoy. Cuando terminó todo el trabajo, afuera ya aparecía un reflejo de luz del amanecer.Adam le dijo por la videollamada:—Luna, ve en este momento a descansar. Nos encargaremos del resto.Luna se negó:—Solo queda muy poco y nos vamos a descansar después de terminar todo.Devin también habló:—Pedí el desayuno para entrega a domicilio. Luna, como estás tan lejos del centro de la ciudad, la tienda no ofrece ese servicio a domicilio. Te invitaré a comer cuando tengamos tiempo libre.Luna sonrió con agrado:—De acuerdo.Devin revisó el menú por el celular, mientras comentaba:—Las apl
Luna desvió al instante la mirada, evitando el contacto visual.—Andrés, espero que puedas dejar esa arrogancia tuya. Tienes que saber que ¡sus vidas también tienen valor! De ahora en adelante, no te metas cuando la gente comente o incluso me insulte. Esto es un asunto mío. Y tú, solo necesitas ocuparte bien de tu trabajo. Puedo cuidar de mí misma y no necesito ni un solo peso tuyo —le dijo al hombre en un tono muy indiferente, luego apartó regreso su mano—. Regreso a la habitación. Desayuna tú solo.Sin embargo, apenas dio un paso, de repente se desvaneció sin ninguna advertencia.—¡Luna!Andrés la abrazó con fuerza a tiempo. Su primera reacción fue comprobar su respiración, luego le gritó asustado a la sirvienta:—¡Llama a una ambulancia!¿¡Por qué se desmayó así sin ninguna señal!?***Después de llevarla al hospital, Leonardo la revisó de inmediato.—No es nada grave. Sólo está demasiado cansada —le dijo a Andrés con el ceño fruncido—. Ganas tanto dinero, ¡pero no sé en qué lo gast
En realidad, María nunca había representado ninguna amenaza para él. Lo que le interesaba a Andrés era la persona que estaba finalmente detrás de ella. María se atrevía a actuar de manera tan despreocupada y hacer esas cosas justo bajo sus narices, su intención sería arrebatarle por completo el control del grupo.Y él, dejó a María que actuara como quisiera, para ver cuánto más podría hacer esta persona que estaba detrás de ella, y hasta dónde podría enviar a María en este camino. El Grupo Prosperidad no era en verdad, nada tan fácil de obtener, ¡y María aún no tenía esa excepcional habilidad!Pensando, Andrés murmuró mirando a la persona en la cama:—¿Cuándo podrás ser más madura? Nunca necesitas compararte con ella…Su mano recorrió con suavidad el rostro de ella, sintiendo la calidez de su piel por la fiebre. Y ella, con los ojos cerrados, yacía de manera tranquila en la cama. Andrés la acariciaba con tanta ternura que, como si quisiera grabar cada detalle de su delicada silueta.De
Leonardo suspiró con amargura, pero finalmente decidió ayudarla a ocultarlo. Le entregó a Andrés la botella de medicina que Luna no había tomado, mientras le decía impotente:—Tu esposa se negó a tomar la medicina y no quiere recuperarse. Aún es una muchacha muy joven que no es tan madura. Habla con ella, con más paciencia.Era cierto. Andrés ya rondaba los treinta, mientras Luna tan solo tenía veinte años. Con esa gran diferencia de edad, Andrés bien podría ser como su tío, y quizá por eso había una gran brecha entre ellos y, por lo tanto, no podían entenderse mutuamente y tampoco tenían muchos temas en común.Por lo tanto, Andrés no tenía más remedio que aguantar y ceder definitivamente ante ella.Después de que Leonardo se fue, solo quedaron los dos en la habitación. A diferencia del fuerte bullicio y la alegría afuera, dentro de la habitación reinaba un ambiente bastante sombrío. Solo había una tenue luz de la lámpara que iluminaba por completo el espacio.Luna, debilitada por la f
—Ya puede tramitar tu alta —la enfermera le dijo muy alegre a Luna.Andrés se puso entusiasmado su saco y le ordenó a Álvaro:—Encárgate de los trámites para el alta.Álvaro obedeció con la cabeza:—De acuerdo.Andrés sacó la ropa que Luna iba a usar y quería ayudarla a vestir, pero ella se negó:—No es necesario. Puedo hacerlo yo misma.—Aún no te has recuperado del todo. No te esfuerces.Luna no logró resistirse más. Después de las caricias íntimas del hombre, finalmente fue llevada fuera del hospital en los brazos de él. Antes de salir, Leonardo le dio a Luna dos cajas de medicamentos.—Me dijiste que tenías graves problemas para dormir. Estas pastillas pueden aliviar inmensamente esos síntomas. Y las otras podrían mejorar tu resistencia.Luna no las aceptó. Al verla así, Leonardo abrió las cajas y tomó una pastilla frente a Luna para quitarle en ese momento la preocupación, luego le puso muy atento las cajas en la mano y le dijo:—Cuídate mucho. Come y tómate los medicamentos como
¿Ella era delicada y frágil?«Andrés, en la vida pasada, nunca pensaste en todo esto, solo pisoteaste una y otra vez mi dignidad», pensó ella.Luna se quedaba en su abrazo y se apoyó contra su pecho. Ella mostraba obediencia porque sabía muy bien que no tenía otra opción que rendirse.«Andrés, ojalá nada del pasado entre nosotros hubiera ocurrido… Esta vez, sin importar absolutamente lo bien que lo hagas, ya es demasiado tarde…»Andrés temía que ella se aburriera, así que le hablaba de manera constante. Tal vez los consejos de Leonardo le estuvieron sirviendo de algo, y quizás realmente hubiera un gran abismo entre él y Luna, pero él sin ningún problema podría cruzarlo por su cuenta para acercarse más a ella.—En realidad, nadie ha usado los vestidos de novia. Yo mismo diseñé cada uno de ellos —le explicó a Luna.¿Él... los diseñó personalmente?El corazón de Luna pareció detenerse por un momento, de repente empezó a latir aún más rápido, a diferencia de los tranquilos y firmes latidos
«Luna... es que ansiaba tanto retenerte a mi lado …»Era cierto que él ya no era el mismo Andrés de la vida pasada. No era tan indiferente como antes, torturándola vilmente hasta la muerte. Tenía que admitir que, en ocasiones, llegó a sentirse atraída por él. Sin embargo, al pensar en su bebé fallecido, tenía que advertirse a sí misma: ¡Todo esto no era más que un simple engaño de Andrés para manipularla y obligarla a ceder!¡Cómo podía olvidar que este hombre siempre había sido un verdadero maestro de las artimañas! De todas maneras, ¡no podía perdonarlo!De vuelta en su habitación, sacó una pastilla del cajón.«Andrés, en este mundo, ¡tú no eres el único que sabe cómo hacer artimañas!»Y esta sería la última oportunidad de alejarse de él... Le mostraría todo lo que él quisiera. Ya que él quería que ella fuera muy obediente, así lo definitivamente sería...Al día siguiente, todo estaba tranquilo como los días de antes. Andrés le peinaba el cabello mientras le decía:—Esas señoras que
Todo lo que él quería era una esposa obediente, ¿no era así? Pues, ella podría satisfacer con gusto su demanda.Después de que se fue, el celular de Luna vibró. Recibió un mensaje de Roberto. Se fue al vestidor con el celular y revisó muy atenta el mensaje. Roberto le contó algo sobre el trabajo.Este celular era aquel personalizado que Andrés le había dado. Andrés se llevó el viejo que ella tenía porque a él no le gustaba el diseño, ahora Luna tampoco sabía dónde estaba el aparato.Conociendo muy bien el estilo de Andrés, Luna sabía que él definitivamente había instalado algún tipo de sistema de monitoreo en el nuevo celular para poder vigilarla en tiempo real, e incluso interceptar todos los mensajes que le llegaban.De no ser porque Roberto se lo había mencionado, ni siquiera se habría dado cuenta de que sus métodos podían llegar a ser tan repugnantes como los de hace cinco años.Ella sacó con rapidez un celular que tenía escondido en un lugar secreto y revisó muy atenta los correos