Sentado muy cómodo en el asiento del copiloto, Andrés frunció el ceño y entrecerró los ojos por un momento. A continuación, salió del coche en completo silencio sin responder la pregunta de María. Llevaba puesto un impecable traje negro a la medida, que se ajustaba a los brazos, e ingresó por la puerta principal, aún abierta, con su figura alta y esbelta.Cuando entró en el vestíbulo, Emma estaba dormida en la mesa del comedor. Al escuchar el fuerte ruido, se sobresaltó asustada y se despertó de inmediato.—Por Dios.... ¿Señor Martínez?—¿Dónde está Luna? —Preguntó luego de colgar su chaqueta en el perchero.—La señora tenía que acabar el dibujo, iba a llevarle algo para picar, pero me quedé profundamente dormida —contestó Emma. Al decir eso, recordó algo.—Dios mío, ¡la sopa de cerdo!Emma se giró con la sopa en las manos para ver que ya no había nadie en el salón. Luna carraspeó un poco al salir de la habitación de Asterio y se encontró de frente con el hombre que subía rápidamente
Dentro de la cajita negra de terciopelo reposaba un delicado anillo hecho a la medida y adornado con un hermoso rubí rojo. Todo el anillo estaba incrustado con mil diamantes finamente tallados y de tamaño perfecto. Encajaban a la perfección con el diseño. Además, el rubí era único en el mundo, con un valor de más de 6 millones.Luna finalmente se quedó profundamente dormida, y entre sueños y vigilia, sintió que el colchón a su lado se hundía un poco. Al instante, alguien le tomó la mano y algo frío fue colocado en su dedo anular.Al abrir los ojos, se dio cuenta de que Andrés estaba sentado a su lado, y que en su dedo anular había un espectacular anillo con un rubí. Al ver todo eso, despertó muy asustada de golpe. Intentó retirar la mano, pero no lo logró, y se incorporó de inmediato:—¿Qué estás haciendo?Con gran enojo quería quitarse el anillo.Andrés solo la miraba en absoluto silencio mientras ella se resistía. Su voz grave se escuchó con profundo cansancio:—Estoy pidiéndote que
Se escucharon unos pasos apresurados afuera de la puerta. Al instante, alguien tocó la puerta con fuerza.—Jefe.Andrés le echó un ligero vistazo al sonido y luego posó su mirada en los ojos rojos e hinchados de Luna. Las lágrimas de la chica se deslizaban poco a poco por sus mejillas, humedeciéndola. El hombre le secó las lágrimas con ternura y le dijo suavemente:—Tengo que atender un asunto urgente y pronto volveré.Dicho esto, se levantó apresurada y se fue. Al ver su silueta, Luna le arrojó una almohada con toda su fuerza por la espalda. Él recibió el golpe, pero esto no le importó. La almohada rodó al suelo y él la recogió muy tranquilo, la sacudió del polvo y la acomodó de regreso detrás de ella. Luna, con sus ojos muy enrojecidos, lo miró con fiereza.—No me casaré contigo, nunca lo haré. Andrés acarició su cabello con gran ternura y sonrió:—Sé obediente, ¿de acuerdo?Después de que Andrés salió por completo, cerró con cuidado la puerta para evitar que los sonidos afuera afec
Con ese clima tan terrible ese día, si realmente le rompieran las piernas, tan solo podría regresar arrastrándose... Eso sería definitivamente enviarlo a la muerte. La mansión estaba ubicada en una zona de casas muy lujosas, si él quisiera salir, tendría que pasar por una larga carretera donde de vez en cuando aparecen bestias salvajes... De esta manera, antes de poder alejarse, terminaría hecho jirones...¡Ese maldito canalla del Andrés Martínez! Realmente era un hombre sin piedad...Aún podía sentir el intenso dolor en su rodilla, por lo que podía imaginarse la fuerza que Andrés había usado para golpearlo.Andrés bajó las escaleras y se fumó rápidamente un cigarro, esperando a que se le pasara el olor al tabaco, volvió de nuevo a subir a la habitación.Al final del tercer piso, la delgada figura de Luna estaba parada frente a la ventana. El viento frío soplaba incesante, levantando su larga cabellera. Andrés se le acercó y escuchó la voz un poco débil de la joven:—¿Cuándo dejarás d
—Es que…Tragó las palabras que estaban a punto de salir de sus labios. Al mirar sus ojos humedecidos, su corazón se enterneció.—Luna está muy enferma. Se sometió a la cirugía hace poco tiempo y su estado de salud aún no es estable. Necesito ir a revisar la situación —le explicó con absoluta paciencia.Ada se acercó y lo abrazó con fuerza por la cintura.—¿Puedes llevarme contigo? Te prometo que no te causaré problemas. Solo quiero estar contigo… Leo, ¿puedes definitivamente pasar más tiempo conmigo y con el bebé?Sin más remedio, llegaron juntos al estacionamiento subterráneo. Leonardo muy atento le abrochó el cinturón de seguridad mientras le decía:—Cuando lleguemos, mantente muy cerca de mí, no te preocupes ni te asustes si ves a alguien, no te harán nada en lo absoluto, ¿de acuerdo?—De acuerdo. No te preocupes, no me alejaré de ti —se emocionó muchísimo porque Leonardo finalmente estaba de acuerdo en llevarla con él.La noche anterior había nevado bastante, y Leonardo temía que
Ada le dio un ligero sorbo y afirmó:—Está bien. Luego les preguntaremos cómo lo hicieron, para poder cocinar en casa también. Leonardo le sonrió con cariño:—Qué bien.Después de más de media hora, Luna despertó, enojada con Andrés. Debido a su enfermedad, se volvió aún más irritable que antes. En ese momento, le lanzó otra almohada a la cara a Andrés. Mientras tanto, la pareja salió rápidamente del estudio de Andrés. Leonardo le dijo a Ada:—Parece que ya no hay problema.Luna aún no consideraba a Leonardo como un verdadero amigo suyo, por lo que le mantenía una actitud bastante distante. Por respeto a la desconocida embarazada a su lado, Luna le mostró una cara desagradable.Recientemente, Andrés recibía casi a diario varios golpes de almohada, pero él siempre recogía con cariño las almohadas del suelo con total paciencia.Al ver el sutil coqueteo de los dos, Leonardo tomó la mano de Ada y la llevó de inmediato fuera de la habitación.Andrés le sirvió en ese momento un vaso de agu
El sentimiento cuando es robado nunca dura mucho. Leonardo lo entendía muy bien. En el corazón de Ada, él sería para siempre una persona malvada que nunca podría compararse en lo más mínimo con su querido Simón. En realidad, la muerte de Simón le había causado un gran trauma psicológico a Ada, y el hipnotismo solo surtió un pequeño efecto temporalmente. Tarde o temprano, si ella quisiera, lograría recuperar sus verdaderos recuerdos. Ahora sus recuerdos eran tan solo intermitentes, solo había ciertos momentos en los que estaba lúcida. Sin embargo, ella había olvidado el nombre de Simón... Después de aquellos terribles días, cuando volvió a despertar del coma, ya no lo volvió a llamar por el nombre de "Simón". En realidad, Leonardo tampoco se atrevió a arriesgarse a hacerle algo más, porque en realidad no sabía qué más Ada podría hacer en su estado. Leonardo tuvo que admitir en ese momento que era una persona egoísta y mezquina, pues solo quería mantenerla a su lado, aunque también temí
—Gra-gracias... también me alegró muchísimo la visita de hoy… —le respondió Ada algo tímida.Luna se paró frente a la ventana del tercer piso, viendo muy tranquila cómo se iban en el carro. En realidad, la joven embarazada le parecía muy familiar, como si la hubiera visto en alguna parte. Pero no lograba recordar dónde.Sin embargo, se sorprendió un poco de que Leonardo ya estaba casado secretamente, e incluso ya iba a tener un hijo... Además, cuando estaban en la mesa, el gran cariño de Leonardo hacia ella no parecía ser algo fingido.Qué ridículo… Leonardo se había aliado con Andrés para quitarle su derecho de ser madre. Ahora, con el pretexto de que todo eso fue solo un malentendido, ¿quería hacer como si nada de esto hubiera pasado con solo una disculpa? ¡La gente como él debería estar sola el resto de su vida, al igual que Andrés!Mientras pensaba, Andrés se le acercó sin que se diera cuenta, abrazándola con ternura por detrás. —Parece que ya estás mejor. En cuanto a lo que me d