Capítulo 57
Cuando se levantó y se puso las zapatillas, se dio cuenta de que ya no le dolía el tobillo.

No tenía ni idea de cuándo se había ido Andrés porque se quedó dormida. Cuando se volvió a despertar, ya era por la mañana.

Al recordar la escena en la que Carolina había salido borracha de la habitación de Andrés, Luna se volvió a sentir muy asustada. Al final bajó las escaleras con su mochila un poco más tarde de lo habitual.

Mientras bajaba, se esforzó por no hacer ruido, aunque no había nadie en la sala de estar. Decidió tomar unas tostadas y escapar de ese lugar maldito, pero justo en ese momento, Liora salió de la cocina y le preguntó con curiosidad:

—Hija, estás en tu propia casa. ¿Por qué actúas como una ladrona? Siéntate y desayuna. Yo despertaré al señor Andrés.

Al escuchar el nombre de Andrés, Luna se apresuró a rechazar la oferta:

—No, no, Liora. Hoy todavía tengo un conjunto de ejercicios que hacer, así que las tostadas están bien para el desayuno. Me… ¡Me voy!

—No, hija, eso no es
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