—Si no me equivoco, había una rata muerta en esta bolsa, ¿no? ¿Y aun así la usas para llevar comida? ¿No tienes miedo de enfermarte? —preguntó una chica alta y bien vestida con un estilo dulce. Parecía odiar la lonchera de Luna.—Eres la única en toda la preparatoria que trae su propia comida de casa, ¿verdad? ¿No tienes dinero? ¡Podrías pedirnos prestado! ¡Tenemos suficiente! ¡Podemos dejarte trescientos o quinientos mil! —dijo otra chica.Las dos seguían tratando de sembrar discordia:—Ana, ¿ves? Ella simplemente te ignora. Deja de ser amable con esa tía sucia para evitar ensuciarte tú también.Luna cerró su mochila y se levantó golpeando la mesa. No dudó en contradecirla:—¿Qué dices? ¿Quién es la persona sucia? ¿Te atreves a repetirlo?En realidad, Luna rara vez se enfadaba, pero eso no significaba que no tuviera temperamento. Miró a las tres personas que estaban delante de ella y les interrogó:—Sigan. ¿Por qué no siguen hablando? ¿Qué significa ‘sucia’? Si no me equivoco, Nieve D
Gabriel quería venir a verla. No importaba si la operación tenía éxito o no, no se desanimaría, porque la chica que estaba allí era su razón para levantarse de pie de nuevo.Él fijó la mirada en la delgada figura. El cabello de la chica bailaba con la brisa. Toda la escena era tan hermosa como una pintura, por lo que le dijo a Adolfo:—Quédate aquí. —Como mande usted, señor —respondió Adolfo.Luna se sentó en un banco cerca del lago, contemplando el paisaje mientras comía el almuerzo preparado por Liora. Pensaba que nunca se cansaría de las comidas cocinadas por ella.De repente, una figura negra apareció delante de ella. Cuando le dirigió la mirada, se dio cuenta de que era el chico que había visto en el hospital.Pero… sus piernas…Luego, inevitablemente, vio el tatuaje misterioso en su dorso. Parecía que también tenía otro debajo de la camisa en la parte de su cuello…La silla de ruedas del joven se detuvo a su lado. La brisa levantó su cabello en la frente, cuando se giró hacia el
Desde el otro lado del lago, se acercaban unos estudiantes. A lo lejos, Luis reconoció a Luna. Ella estaba charlando con un joven que estaba en una silla de ruedas. Sin embargo, no podía escuchar lo que estaban hablando debido a la larga distancia, solo podía ver la sonrisa brillante que aparecía de vez en cuando en el rostro de la chica.Isabel estaba junta a ellos, y la otra chica era su compañera de habitación, llamada Elisa Martínez. Las dos caminaban juntas, seguidas por Sergio, Luis y Bruno.Elisa quedó sorprendida por el paisaje y no pudo evitar elogiar:—Madre mía, ¡esta es la Preparatoria Privada Aurora! ¡Tiene hasta un enorme lago con cisnes! ¡Qué hermoso! Es más grande que el campo de fútbol de nuestra escuela, ¿verdad, Isabel?—Sí, si no estuviera familiarizada con los caminos, probablemente me perdería aquí —bromeó Isabel.Mientras charlaban, Luis hizo una señal a Bruno, indicándole que mirara en la dirección señalada.Bruno dirigió su mirada hacia allí y vio a Luna. Pero
—Pues, mi situación en la clase no es la mejor, por eso no quiero que mi situación te afecte...Ana: —Boscosa es solo una pequeña ciudad, ¿por qué vas allí? Pero eso no es lo más importante. No importa si no quieres ser mi amiga, siempre y cuando no me ignores cuando quiera hablar contigo.Luna aceptó:—Si no me distraes de mis estudios, no te ignoraré.—¡Perfecto, Luna! —Ana la abrazó muy feliz.En realidad, Luna no entendía de dónde venía el deseo de Ana de ser amiga suya. Recordaba que su interacción no era muy profunda y que no tenía gran conexión con las personas a su alrededor.Cuando Luna se marchó, vio a Sergio, que llevaba una chaqueta de mezclilla negra y tenía un yeso en la mano izquierda, no muy lejos de ellos. Luna se detuvo de inmediato.Además de Sergio, Luna se encontró con una persona conocida: “Isabel”. Últimamente, Isabel solía aparecer frente a ella, de sorpresa en cualquier lugar y no podía evitarla.Ana vio a la chava que se encontraba adelante y dijo:—La chica q
Sergio dio una patada al gordo que estaba durmiendo al lado de Luna, dejándolo completamente aturdido, levantando la cabeza con una expresión bastante confusa.Sergio:—Sal de inmediato.Aquel chavo gordo provenía de una familia adinerada, donde la cría de ganado los había hecho bastante ricos. Normalmente, él no tenía muchos pasatiempos y la mayoría del tiempo que Luna lo veía, estaba durmiendo.Cuando él vio a Sergio, se tambaleó un poco y reaccionó de inmediato colocándose en pie para dejarle su lugar.Sergio arrastró una silla con una sola mano y se sentó junto a Luna. Puso una mano sobre el respaldo de la silla y la otra, que tenía enyesada, la cual era muy llamativa la dejó suelta. Llevaba zapatillas de edición limitada de una marca famosa y parecía completamente un holgazán que no hacía nada productivo.—¿Conoces a Isabel?Luna detuvo su lapicero y dijo:—Sí, la conozco. Fue adoptada por mi padre, al igual que su hermano. Ninguno de ellos tiene parentesco alguno de sangre conmig
Después de terminar el último conjunto de ejercicios de química, el corazón de Luna aún no se tranquilizaba. ¿Ella no podía entender qué había hecho, para Sergio pensara que le gustaba? ¿Es porque lo ayudó la última vez a recoger sus cosas y alguien sacó una foto, lo que hizo que pareciera que se estaba ofreciendo?Luna rápidamente sacó su teléfono y abrió el foro de la escuela. No había terminado de ver el último mensaje relacionado a ella y Sergio. Quería ver qué decían sobre la foto en ese foro.Cuando encontró la publicación, se dio cuenta de que alguien la había borrado o bloqueado, ya que no podía abrirla. En eseinstante, recibió un mensaje de Ana.Ana: —Luna, eres muy valiente. Ese fuerte puñetazo que le diste a Sergio lo dejó blanco de dolor. Después de que te fuiste, lo llevaron a la enfermería. Pero ten muchísimo cuidado, Sergio es alguien que busca venganza... De hecho, creo que fuiste bastante dura con él. Acabo de ver que parecía estar sangrando.Luna: —¿Quién lo hizo habl
Afortunadamente, la escuela no era muy estricta; permitía llevar snacks, aunque no estaba permitido comer en clase. Isabel no sabía a quién pertenecían esos snacks que tenía en su escritorio. Entonces siempre los compartía con sus compañeros de clase o los llevaba de vuelta al dormitorio para compartirlos con los otros cinco residentes.Isabel tenía una personalidad muy amable, y sonreía con gran facilidad, además tenía muy buenas calificaciones. A pesar de ser una recién llegada, no se quedaba atrás en conocimientos, habiendo obtenido el primer lugar en la última prueba en la clase y el segundo en el grado. Si otros estudiantes tenían preguntas, ella las respondía pacientemente y compartía sus apuntes sin dudarlo. Isabel era una de las favoritas de la clase y una estudiante ejemplar ante los ojos de los profesores.La última clase de la tarde finalizó a las 9:40 p. m. Isabel empezó a recoger sus cosas y dijo a Elisa:—Elisa, voy al baño, ¿te gustaría venir?—Claro, te acompañaré con g
Elisa acababa de ser fuertemente golpeada en la cabeza, encontrándose inconsciente, sin lograr conseguir aún poder despertarla. Victoria compartió las fotos en su teléfono con un contacto, satisfecha con su malvada venganza. Luego, miró a Elisa con gran desprecio, e hizo una señal a su compañera. La otra chica entendió y rápidamente trajo un balde de agua fría, que arrojó directamente sobre el cuerpo de Elisa.El agua helada hizo que Elisa se despertara de inmediato, tosiendo y temblando debido al frío. Victoria miró con gran agrado a Isabel y Elisa, quienes se encontraban en el suelo con sus ropas desgarradas y rasguños en sus rostros. Luego, se dirigió hacia Isabel y dijo:—Isabel, no culpes a nadie más que a ti misma. Hablaste de más y cometiste actos indebidos, y tu mayor error fue intentar seducir a Sergio. Sergio es el hombre que mi amiga considera su gran objetivo... Si te atreves a involucrarte con Sergio y sus amigos, no te sorprendas si compartimos todas las cosas humillante