La ceremonia contaba con pocos parientes de la familia Sánchez. Además, Pedro Sánchez no había asistido al evento y nadie conocía la verdadera razón, excepto los miembros de la familia Sánchez. Sin embargo, nadie se atrevía a mencionar acerca de ese tema. Después de todo, el divorcio de Pedro y Abigaíl había causado un gran revuelo en los círculos de la capital, pero nadie se atrevía a hablar demasiado sobre los rumores que rodeaban a la familia más destacada de la ciudad.Pedro Sánchez tenía dos hermanos y una hermana menor. Luna rara vez los veía, ya que se encargaban de gestionar las empresas subsidiarias del grupo. Luna saludó amablemente a cada uno de ellos según su posición familiar y recibió numerosos regalos, que luego entregó directamente a su asistente que la acompañaba. Estos regalos tenían un valor que equivalía casi al de un apartamento en el centro de la ciudad.En realidad, en cuanto a bienes materiales, Gabriel siempre había sido muy generoso con Luna. Ella incluso cono
—Eso… —vaciló Luna, sabiendo que el tema de la familia Ríos ya estaba fuera de su alcance de tomar decisión.—Luna, ¿acaso no quieres que mi mamá se reconcilie con Gabriel? Según nuestras relaciones, deberías llamarla mamá ahora. Somos ya una familia, ¿no? Entonces... eres la única que entonces, puede convencer a Gabriel. Tienes que ayudarnos en eso. Mamá y yo te trataremos muy bien.Luna reflexionó por un buen rato en silencio y luego dijo:—Frida, este asunto no es tan sencillo. Hablaré con él sobre el tema, pero no puedo garantizar que esté de acuerdo.—¡Luna! ¿De veras eres tan indiferente? ¿No te das cuenta de cuánto desea mi mamá arreglar esta relación con Gabriel? ¿Acaso no quieres ayudarnos en absoluto? —exclamó Frida con ira.Luna frunció levemente el ceño:—Frida, no sabes realmente lo que sucedió en el pasado. Si tu madre quiere bendecirnos, le estaremos agradecidos por su buena intención.—¿Qué pasa? ¿Quién te llamó? —se sonó la voz suave de Gabriel desde atrás.La llamada
Dafne regresó a la mansión de la familia Sánchez con gran anticipación. Al verla, Adolfo le entregó una carpeta y le dijo:—Una persona me dijo que el joven señor le pidió que le entregara eso. Dijo que tiene que abrirlo en persona.Dafne se sintió un poco confundida:—¿Por qué Gabriel también empezó a jugar eso conmigo? Ya pueden retirarse. Lo leeré sola.Los sirvientes se marcharon al instante excepto Marina, quien había estado cuidando a Dafne durante muchos años. Dafne se sentó con tranquilidad en el sofá y abrió la carpeta. Sacó un informe de examen prenupcial con el nombre de Luna García. Cuando llegó a la última columna, sus ojos se abrieron de par en par y su respiración se aceleró. Incluso sus manos que sostenían el informe estaban temblando.—¡Señora, ¿qué le pasa?! —exclamó Marina al ver que algo iba mal con Dafne, sabiendo que era un indicio de un ataque cardíaco. Rápidamente sacó una botella de medicina y le sirvió una pastilla. Finalmente, la respiración de Dafne se cal
Abigaíl le entregó el regalo que ella había preparado, mientras le decía:—Gabriel, lo siento mucho, llegué tarde. Te he preparado un regalo para el compromiso. Espero que les guste a ti y a Luna.—Hermano, mi mamá dedicó mucho tiempo a seleccionar este regalo.En la caja había un conjunto de cubiertos de porcelana delicados y muy valiosos. Era algo que no se conseguía fácilmente con dinero y tenía un valor equivalente a casi una villa en las mejores zonas.Todas las personas admiraron muchísimo el regalo. Sin embargo, al instante, Gabriel lo tiró con fuerza al suelo, causando un fuerte estruendo…—¿¡Quién te permitió a venir!? ¡Lárgate! —exclamó Gabriel, sin mostrarles ninguna piedad.Andrés se sentó tranquilamente en su lugar, dando un pequeño sorbo a su té mientras ocultaba sus emociones. La comisura de sus labios mostraba una leve sonrisa irónica.En ese instante, el ambiente festivo se volvió intenso. La mayoría de las personas guardaron completo silencio y no se atrevieron a deci
Con la excusa de la resaca, Gabriel llevó a Luna a la sala de descanso.Al entrar en la puerta, Luna le dijo con remordimiento sintiéndose muy culpable:—Lo siento, la llamada que recibí fue de Frida. No te conté porque no quiero que te enfades. No esperaba que ellas realmente vinieran sin permiso.En realidad, Gabriel parecía estar bastante borracho, ya que se notaba el evidente cansancio en sus ojos. Había estado ocupado todo el día desde las cuatro de la madrugada, sin haber descansado bien la noche anterior.Luna le sirvió un vaso de agua tibia y se sentó a su lado. Parecía que Gabriel no tenía intención de culparla. Solo extendió suavemente la mano para acariciar el cabello de la chica y dijo:—Lo sé... No te tomes en serio lo que dijeron. Si vuelven a buscarte y no sabes cómo manejar la situación, avísame, ¿de acuerdo?—De acuerdo, la próxima vez no te lo ocultaré. Sé que no te gusta que los demás hablen de este tema, por eso no me atreví a mencionarlo.—Quiero un abrazo.Luna se
Justo en ese momento, Eric entró apresuradamente en la habitación:—Señor, ha ocurrido algo malo. La abuela ha sido hospitalizada.Gabriel abrió los ojos de inmediato, se levantó y frunció el ceño con una mirada bastante peligrosa. Preguntó:—¿Qué ha sucedido?Eric le respondió:—Solo dicen que la abuela te ha pedido que regreses a la mansión de inmediato y que Luna no necesita acompañarte.Luna no entendió nada en absoluto:—¿Por qué?Gabriel la miró mientras Eric continuaba explicando:—No lo sé, solo me dijeron que era la orden de la abuela. Pero no noté nada extraño en su tono. Tal vez se haya enterado del plan de viaje de la señorita Luna y no quería preocuparla.Esa explicación parecía algo que la abuela haría. Sin embargo, Gabriel aún tenía la sensación de que las cosas no eran tan simples como parecían. Preguntó:—¿Cómo se encuentra ella ahora?Eric le respondió:—El médico ya ha ido a verla.Gabriel se levantó y tomó su traje en el sofá, luego le dijo a Luna:—Descansa en el h
En el baño, una luz tenue y fría iluminaba la habitación, llena de humedad. El vapor caliente surgía de la bañera. La piel de la joven era tan blanca como la nieve. Su brazo muy delgado descansaba en el borde de la bañera y sus ojos habían perdido por completo el enfoque. Sin embargo, ella estaba totalmente aturdida.Desnuda bajo el agua, su figura era capaz de despertar todo tipo de fantasías. Andrés la acariciaba suavemente, recorriendo suavemente cada centímetro de su piel con movimientos lentos y extasiados, cuidando cada detalle.Sus ojos sombríos y profundos se posaban en la persona frente a él. Le dirigía una mirada como si estuviera contemplando una verdadera obra de arte. En su mirada se mezclaban el deseo y la posesión, revelando así, su anhelo de poseerla.Una hora después, finalmente salieron del baño.En la ventana, se reflejaba la imagen de una mujer hermosa y deslumbrante siendo abrazada por un hombre alto y muy apuesto. El largo cabello de ella estaba suelto, cubriendo
Luna gritó:—¡Andrés…!En la parte superior del cuerpo de Andrés, los cálidos sudores cubrían los atractivos músculos y se deslizaban suavemente por sus brazos. Al instante, se inclinó bruscamente y la chocó con fuerza, si darle ninguna oportunidad de descansar.El agudo dolor la hizo recobrar momentáneamente la conciencia. Sus labios suaves fueron sellados totalmente por un beso fuerte y dominante, por lo que la voz solo se podía escapar por la garganta mientras todas las palabras ya eran poco a poco tragadas. Poco a poco, los gemidos se convirtieron en gritos suplicantes… Desde la cama, hasta el suelo, luego el baño, finalmente, ante el gran ventanal… La habitación se impregnó por completo de un aire perverso… Luna no sabía cuánto tiempo había pasado. Estaba cambiando del estado entre desmayarse y volver en sí temporalmente.Ya eran las tres de la madrugada, la habitación finalmente comenzó a tranquilizarse poco a poco. Luna ya estaba inconsciente, dormía tiernamente en los brazos