En el baño, una luz tenue y fría iluminaba la habitación, llena de humedad. El vapor caliente surgía de la bañera. La piel de la joven era tan blanca como la nieve. Su brazo muy delgado descansaba en el borde de la bañera y sus ojos habían perdido por completo el enfoque. Sin embargo, ella estaba totalmente aturdida.Desnuda bajo el agua, su figura era capaz de despertar todo tipo de fantasías. Andrés la acariciaba suavemente, recorriendo suavemente cada centímetro de su piel con movimientos lentos y extasiados, cuidando cada detalle.Sus ojos sombríos y profundos se posaban en la persona frente a él. Le dirigía una mirada como si estuviera contemplando una verdadera obra de arte. En su mirada se mezclaban el deseo y la posesión, revelando así, su anhelo de poseerla.Una hora después, finalmente salieron del baño.En la ventana, se reflejaba la imagen de una mujer hermosa y deslumbrante siendo abrazada por un hombre alto y muy apuesto. El largo cabello de ella estaba suelto, cubriendo
Luna gritó:—¡Andrés…!En la parte superior del cuerpo de Andrés, los cálidos sudores cubrían los atractivos músculos y se deslizaban suavemente por sus brazos. Al instante, se inclinó bruscamente y la chocó con fuerza, si darle ninguna oportunidad de descansar.El agudo dolor la hizo recobrar momentáneamente la conciencia. Sus labios suaves fueron sellados totalmente por un beso fuerte y dominante, por lo que la voz solo se podía escapar por la garganta mientras todas las palabras ya eran poco a poco tragadas. Poco a poco, los gemidos se convirtieron en gritos suplicantes… Desde la cama, hasta el suelo, luego el baño, finalmente, ante el gran ventanal… La habitación se impregnó por completo de un aire perverso… Luna no sabía cuánto tiempo había pasado. Estaba cambiando del estado entre desmayarse y volver en sí temporalmente.Ya eran las tres de la madrugada, la habitación finalmente comenzó a tranquilizarse poco a poco. Luna ya estaba inconsciente, dormía tiernamente en los brazos
Después de regresar a su villa, Gabriel se sentó en el sofá y pasó toda la noche muy pensativo fumando. El cenicero ya estaba lleno de colillas.Eran casi las seis de la mañana y el cielo apenas comenzaba a aclarar. Una sirvienta llegó a la villa para comenzar muy juiciosa las tareas de limpieza, pero se sorprendió mucho al ver la sala llena de humo. El joven señor acababa de celebrar la ceremonia de compromiso con la señorita, ¿no debería estar con ella en el hotel anoche? —¿Qué hora es? —preguntó Gabriel.La voz repentina de Gabriel asustó un poco a la sirvienta. Ella se apresuró a responder:—Señor, ya son casi las seis de la mañana.¿Ya estaba amaneciendo afuera?Gabriel echó un leve vistazo hacia afuera. Sus ojos estaban muy enrojecidos. Se levantó del sofá, tambaleándose, y se desmayó de repente sin ningún previo aviso.—¡Señor! —exclamó inmediatamente la sirvienta y se apresuró a llamar al médico.Media hora después, el médico llegó a examinarlo. Dijo:—El señor solo está demas
Ya eran las ocho de la mañana. Luna fue despertada por el insistente sonido de su móvil. Adormilada, se sentó al instante en la cama, vistiendo una pijama blanco mientras se recostaba en el cabecero de la cama.No entendía por qué sentía tanto dolor de cabeza. ¿Acaso no había dormido bien la noche anterior? Miró a su alrededor y vio rosas destrozadas esparcidas por todo el suelo. ¿Por qué estaban las flores en ese estado? ¿Qué había sucedido realmente la noche anterior? Solo recordaba de forma lejana que un camarero le había dado una tarjeta de habitación y, al regresar a su habitación, sintió un calor desconocido. Luego fue al baño para ducharse. Sin embargo, no recordaba nada más aparte de quedarse profundamente dormida en la cama.Se apresuró a levantarse de la cama. Pero en el momento en que puso los pies descalzos en el suelo, su cuerpo se debilitó repentinamente y cayó instantáneamente al suelo, experimentando al mismo tiempo un dolor desgarrador en sus partes íntimas y una sensa
Soportando el agudo dolor, Luna fue directo al baño para darse una ducha. El agua tibia caía sobre su cabeza mientras cerraba los ojos, pero aun así sentía cierta incomodidad en su cuerpo. Con la mano, tocó la zona sensible, pero no encontró ninguna hinchazón y el dolor había disminuido bastante. En realidad, en la parte más interna de sus muslos, la zona que no podía ver había una marca roja. Sin embargo, estaba tan oculta que ella no se percató…¿Acaso había pensado demasiado? ¿Nada había ocurrido en la anoche? Tal vez solo fue su borrachera… Quizás eso explicaría por qué las rosas estaban todas destrozadas. Recordó haber oído en las noticias que algunas personas, después de emborracharse, no recuerdan absolutamente nada.Luna sacudió un poco la cabeza para quitarse esas preocupaciones innecesarias de su mente. Media hora después, salió del baño envuelta en una gran toalla. Si tan solo hubiera mirado hacia atrás al espejo en ese momento, habría visto claramente las marcas rosas en s
Leonardo levantó una ceja y bromeó:—Ser el objetivo de alguien tan pervertido como tú es realmente aterrador. Luna tiene muy mala suerte por haberte conocido. Casi toda su vida está completamente arruinada. ¿Estás tratando también de arruinar a Gabriel porque tienes rencor hacia él? ¿Es porque él quiere adquirir acciones de Riviera para sacarte de tu puesto?Al ver que Andrés no respondía nada, Leonardo asumió que este estaba totalmente de acuerdo con sus palabras.Para ser honesto, se sentía afortunado de estar del lado de una persona como Andrés en lugar de ser su enemigo. Andrés siempre calculaba muy bien la situación y temía que este pudiera involucrarlo en sus oscuros planes. Sabía que era inferior en astucia.Dicho esto, Leonardo extendió la mano hacia Andrés y dijo:—¿Puedes devolverme el resto del medicamento ahora? He invertido muchísimo dinero en el desarrollo del producto y solo tengo 50 ml en la botella que te di. Ni siquiera he tenido la oportunidad de usarlo.Andrés pisó
Luna no llevaba mucho equipaje, solo tenía una maleta. Al llegar a la habitación, resultó ser bastante espaciosa. Gloria le dijo:—Después de que termines de organizar las cosas, te llevaré a conocer a dos personas. Ellos también vinieron con el profesor y son tus compañeros.Luna preguntó:—¿Dónde está el profesor Montes?Gloria le respondió:—El profesor fue a reunirse con algunos líderes de la academia. Tiene que asistir a una cena esta noche y es posible que regrese muy tarde.Justo en ese momento, alguien llamó a la puerta de la habitación. Gloria fue a abrir de inmediato y eran los conserjes y el personal del hotel. Después de intercambiar algunas palabras con ellos, Gloria se paró en la puerta y llamó a Luna:—Luna, te están buscando.Luna dejó lo que estaba haciendo y se acercó rápidamente a la puerta. Gloria la miró y preguntó:—¿Necesitas que te ayude a traducir?Luna sonrió ligeramente y le dijo:—No te preocupes, puedo comunicarme en inglés.Después de una breve conversació
Devin la detuvo tomando su muñera para hacerla sentarse, mientras decía:—No es muy apropiado que tú pagues. No te preocupes, tenemos suficiente financiación para este viaje.El gerente del restaurante, de cabello rubio y ojos azules, se acercó cuando Gloria estaba a punto de pagar la cuenta. Sin embargo, les dijo el gerente:—El señor Gabriel Sánchez es un distinguido VIP de nuestro hotel, por lo cual su esposa también disfruta de todos los servicios del hotel de forma gratuita. Además, tiene acceso a todas las actividades de los proyectos de entretenimientos que ofrecemos.Cuando el gerente terminó las palabras, las tres personas en la mesa dirigieron directo sus miradas a Luna al mismo tiempo… Luna no dijo absolutamente nada, porque esto parecía algo del estilo de Gabriel.Sin embargo, por alguna razón, mientras Gabriel hacía más cosas por ella, más estresante y fuerte se sentía la carga en su corazón. Gabriel consideraba todo lo que hacía como algo bastante natural, pero aún así el