Capítulo 237
Luna despertó naturalmente a las siete de la mañana. Aún le quedaba media hora antes de que comenzaran las clases, lo cual era suficiente tiempo para ella.

Recogió delicadamente su cabello y lo sujetó con una cinta. Abrió la puerta de la habitación y echó un leve vistazo al sofá, dándose cuenta de que las mantas ya estaban dobladas y colocadas muy ordenadamente.

Parecía que Sergio se había ido.

De repente, en ese momento, la puerta se abrió. Era Sergio, llevando puesta una chaqueta negra y un sombrero en la cabeza. Tenía copos de nieve en los hombros, los sacudió rápidamente antes de entrar.

—Uy, por fin te has despertado, señorita —dijo Sergio.

Luna preguntó:

—¿Adónde has ido?

Sergio le mostró dos bolsas de desayuno y dijo:

—Fui a comprar el desayuno. Lo compré en la panadería de abajo, con leche bien caliente

Luna miró el reloj y respondió:

—Pero ya no tengo tiempo.

—¿En serio? Entonces, voy a tirarlo todo —dijo el chico con total indiferencia.

—No, no, no desperdicies la comida —con
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